Una Academia de Medicina Proactiva, Actuante e Innovadora.

Autores/as

  • Zoilo Cuéllar-Montoya Academia Nacional de Medicina

Palabras clave:

Academias Nacionales de Medicina de Colombia, Medicina, Salud

Resumen

En la Apertura del I Encuentro Nacional de Academias de Medicina de Colombia, realizado en Bogotá, en el Auditorio César Augusto Pantoja de esta Academia, en el mes de marzo de 1996, el entonces Presidente de la Corporación, Académico Gilberto Rueda Pérez, anotó: «La ciencia y la tecnología modernas reclaman para el futuro, más que nunca, la presencia directiva de la Academia, pero no de una Academia quieta, que descansa complacida en pretéritas épocas de oro, improductiva, órgano asesor a quien nadie Consulta, sino de una Academia viva, dinámica, agresiva, capaz de aportar a través de su gran acervo de inteligencia, de conocimientos y de experiencia y de su enorme poder de liderazgo, todo aquello que el cuerpo médico nacional espera de ella para el siglo XXI». Y agregó el Presidente Rueda: «Debe la Academia ser entidad supervisora y vigilante, para evitar que la calidad del ejercicio médico se rebaje y degrade por mecanismos de masificación, de comercialización y aún de explotación, apoyados en sofismas y aspavientos conocidos, que hablan de cobertura total a base de trabajo médico contra el tiempo, contra la técnica, limitando los medios de diagnóstico y de prescripción terapéutica, a expensas de la depauperación de las acciones y de la degradación del ser humano, cuyo respeto y la preservación de cuya salud constituyen la razón y el objeto de nuestra noble profesión»1. Desde entonces, las palabras del Académico Rueda Pérez se grab aron en forma indeleble en mi mente y contribuyeron, en forma trascendental, en la estructuración de mi visión de lo que debía ser la Academia Nacional de Medicina de Colombia visión que, por mi estrecha vinculación con la Asociación Latinoamericana de Academias Nacionales de Medicina, España y Portugal (ALANAM), hago extensiva a dicha Asociación: concepción ésta indispensable para el progreso activo, permanente, del movimiento académico íberoamericano. Dicho planteamiento sentó las bases para la valiosa labor desarrollada por los Académicos José Félix Patiño Restrepo y Juan Mendoza-Vega, mis antecesores, de tal manera que hoy nuestra Academia desarrolla importantes labores, en cumplimiento de los objetivos que le establecieron sus gestores, aquella noche del 3 de enero de 1873, en la acogedora sala de la residencia del doctor Abraham Aparicio Cruz y su familia, allá en el barrio de San Victorino de la Bogotá que iniciaba el último cuarto del siglo XIX**. Varias son las labores que desarrolla hoy nuestra Corporación frente a la realidad nacional de la salud y del ejercicio profesional en el sector. En primer lugar, en lo que tiene que ver con dicho ejercicio, abrió el debate público sobre la Ley 100 de 1993 al radicar, en el mes de marzo de 2004, el primer proyecto de modificación de licha Ley, con todo el apoyo parlamentario del Senador Germán Vargas Lleras. Tras los pasos del proyecto 180 de la legislatura que terminaba en junio de ese año, se radicaron en la Comisión Séptima de dicha Corporación 4 proyectos más los cuales, al retirarse temporalmente de la Comisión, para salvarlos, de acuerdo con los procedimientos y la mecánica de los Cuerpos Colegiados, se convirtieron en 14 proyectos radicados en dicha Comisión al iniciarse la legislatura actual de cuya supuesta acumulación, a nuestro pesar, aprobó esa Comisión, casi a pupitrazo limpio, una ponencia, la 052, de clara iniciativa gubernamental, que no incluía sino, si acaso, medio artículo de nuestro proyecto: la Academia, ya para ese entonces, había realizado en su seno varias reuniones con senadores relacionados con el tema y había tenido múltiples reuniones de su comisión de salud y de sus asesores externos en dicha legislación. Hoy, en las plenarias del Senado, con el apoyo incondicional de Vargas Lleras y Cambio Radical y la importantísima actividad de varios sectores altamente interesados, tales como las secretarías de salud de los más importantes departamentos del país, se ha transformado el nuevo proyecto en algo que ya se acerca a las necesidades de nuestra Patria, del ejercicio de nuestra profesión y de todas aquellas profesiones y actividades que incluye el sector. Para lograr sus objetivos, la Academia se ha desplazado a las sedes de varios de sus capítulos y lo ha hecho al menos con dos de las Academias regionales, algunas veces en más de una oportunidad. En segundo lugar, en lo que atañe al proyecto de ley sobre recursos humanos en salud, también de iniciativa gubernamental, la Academia estuvo presente en todas y cada una de las reuniones de trabajo previas a su radicación para convertirse en el proyecto 024, que acualmente cursa su proceso en las plenarias del Senado. La Academia trabaja permanentemente en el logro de una ley acorde con el sentido real del profesionalismo y de la autonomía universitaria, codo a codo con ASCOFAME y con la Nueva Federación Médica Colombiana: se prepara, minuciosamente, lo que pueden ser los parámetros de una adecuada y positiva reglamentación de dicha ley, trabajo que mostrará su utilidad cuando la misma termine su curso legislativo y tenga ya la firma del Ejecutivo...

Biografía del autor/a

Zoilo Cuéllar-Montoya, Academia Nacional de Medicina

Presidente Academia Nacional de Medicina

Cómo citar

[1]
Cuéllar-Montoya, Z. 2005. Una Academia de Medicina Proactiva, Actuante e Innovadora. Medicina. 27, 1 (mar. 2005), 5–7.

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Publicado

2005-03-21