Nuevos Miembros: Académico Augusto Galán Sarmiento.

Autores/as

  • Efraím Otero Ruiz Academia Nacional de Medicina

Palabras clave:

Cardiología, Medicina en Colombia, Academia Nacional de Medicina, Augusto Galán Sarmiento

Resumen

Saludo de Bienvenida por el Académico Efraím Otero Ruiz Para la Academia Nacional de Medicina constituye motivo de especial complacencia el recibir hoy como Miembro Honorario al doctor Augusto Galán Sarmiento, en su calidad de Ex- Ministro de Salud. Este nuevo miembro complementa un grupo de mentalidades jóvenes e inquietas que han accedido por esas mismas circunstancias en el último año o dos y que, por su fresca experiencia en el quehacer público, nacional o internacional, aportarán, como vienen aportando, sus luces a los foros y temas de palpitante actualidad que sobre la salud nacional viene realizando esta Academia. Además, Augusto pertenece a una de esas familias santandereanas por cuyas venas circula el borbollón político desde la época de sus antepasados, los Comuneros y nunca, desde muy temprano en su carrera, ha eludido los compromisos y las responsabilidades que esas afiliaciones le demandan. De ahí el que, además de su brillante carrera pública, lo hayamos visto con frecuencia participando en los debates que sobre la Ley 100 y sus repercusiones en la salud pública se han venido dando en este recinto, ya sea como Ex-Ministro o en su actual calidad de Director Ejecutivo de ACESI, la Asociación de Empresas Sociales del Estado y Hospitales Públicos. Su ingreso de hoy es, pues, apenas una ratificación natural de un rol que, desde su regreso de Europa, ha asumido como propio. Ya en su presentación el señor Presidente nos ha contado cómo desde muy temprano Augusto sintió su inclinación por la cardiología, que ha constituido su especialidad y que culminó brillantemente con su especialización en el Methodist Hospital del Baylor College of Medicine en Houston en 1988. Vinculado a su regreso a la Fundación Shaio, su carrera como cardiólogo no-invasivista se vio interrumpida por consejerías y asesorías para el Instituto de Seguros Sociales hasta cuando, en Julio de 1995, fue designado como Ministro de Salud, cargo que ocupó hasta enero de 1996; en 1997 obtuvo su Master en Administración Pública de la John F. Kennedy School of Government en Harvard y de allí, luego de nuevas incursiones pasajeras en la cardiología y en la política, fue designado como Embajador Permanente ante la UNESCO entre enero de 1999 y diciembre de 2002. De ahí que como tema de su disertación de ingreso haya decidido hablarnos esta noche sobre su experiencia en la UNESCO y el papel que una organización como ésta puede asumir en el desarrollo social y cultural de nuestros pueblos. Recuerdo habernos encontrado en Nueva York una noche del invierno de 1999, en una cena en casa de su pariente Alfonso Valdivieso, por entonces Embajador ante las Naciones Unidas, cuando viajaba ya en vísperas de posesionarse de su cargo en Europa. En la larga charla que sostuvimos, se le notaba el interés por enterarse cuál había sido la experiencia de Colombia con los programas de la UNESCO en ciencia y tecnología, que yo había vivido directamente durante los 11 años en que actué como Director de COLCIENCIAS. Y se hacía evidente su deseo por incorporarse lo más pronto a los programas de la institución en París, que lo acogería entrañablemente durante los siguientes 4 años y donde llegó a ocupar importantes posiciones como jefe de diversas delegaciones o comisiones. Realmente es poco lo que el público general conoce sobre el papel desempeñado por la UNESCO en las décadas comprendidas entre los sesentas y los ochentas, décadas que sirvieron para estructurar el sistema científico-tecnológico en la mayoría de nuestras naciones. Efectivamente, desde 1968, fecha en que se reunieron los Presidentes de las Américas en Punta del Este, surgió como un propósito colectivo destacar la utilidad de la ciencia y la tecnología para el desarrollo y se propuso adelantar los pasos necesarios para que, en los diversos países, se formaran instituciones del estado que, al tiempo de enunciar yfortalecer políticas nacionales de desarrollo científico y tecnológico, hicieran inventarios de sus recursos humanos y materiales en esos aspectos y contribuyeran a financiar la investigación científica y tecnológica. Puesto que la iniciativa se dio dentro de la Organización de Estados Americanos, fue esta la primera que se encargó de organizar un programa que, apoyado por las contribuciones de los estados miembros, ayudara a crear o a reforzar las instituciones ya existentes en el campo de la investigación y de la ciencia. Así nació el Programa Regional de Desarrollo Científico y Tecnológico, PRDCYT, que vendría a jugar un papel importante durante los siguientes 25 o 30 años. El programa se encargó de identificar los organismos nacionales de ciencia y tecnología ya nacidos o en vía de rápido desarrollo (COLCIENCIAS había surgido a la luz en 1969) y al mismo tiempo estrechar sus vínculos con otras instituciones, dentro de los mismos países, que tuvieran cierta tradición prolongada y estable en temas de investigación. Ella se daba en dos áreas principales, las ciencias agropecuarias y las de la salud que eran, al decir del argentino Amílcar Herrera, las que primero habían establecido una “demanda social” en el desarrollo de nuestros países. Por eso la fundación y puesta en marcha de algunas de ellas databa de comienzos o mediados del siglo XX. Una vez identificados los investigadores y los proyectos de investigación, por incipientes que fueran, el programa disponía de sumas de dinero llamadas “acciones de refuerzo” que permitían, o bien inyectarles nuevos fondos a los proyectos, o bien usarse para financiar viajes que pusieran en contacto a los investigadores con otros de su especialidad, mediante su asistencia a congresos o reuniones internacionales. En esa forma se fue tejiendo, lenta pero afectivamente, esa red invisible de científicos e investigadores que después adquirirían mecanismos de vinculación ya más formales y duraderos...

Biografía del autor/a

Efraím Otero Ruiz, Academia Nacional de Medicina

Especialista en Medicina Nuclear y Endocrinología en las universidades de Columbia (NYC), California y el Instituto de Oak Ridge, TN, Estados Unidos.

Cómo citar

[1]
Otero Ruiz, E. 2004. Nuevos Miembros: Académico Augusto Galán Sarmiento. Medicina. 26, 4 (mar. 2004), 257–259.

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Publicado

2004-03-22