El Profe, Rosarista por convicción ...

Autores/as

  • Eduardo Arenas Archila Academia Nacional de Medicina

Palabras clave:

Oftalmología, Patología, Medicina, Alfonso Tribin Piedrahita

Resumen

Con la desaparición de Alfonso Tribín Piedrahita la Medicina en general y la Oftalmología en partícular, dejan de gozar de uno de los pilares más sólidos de la profesión médica contemporánea. Perteneció a ese grupo de colegas que revolucionó la enseñanza a través del concepto de la generosidad docente. Nacido en lbagué, Alfonso fue miembro de una familia de ocho hermanos uno de ellos Alberto también médico. Desde muy joven se distinguió por su deseo de superación y fue así que desde las aulas de su venerado Colegio Mayor del Rosario sobresalió como su mejor alumno en el año de 1938 y en el curso de su vida llegó siempre a la cima de las Instituciones en las que el se entregaba de cuerpo y alma. En su escuela de Medicina la Universidad Nacional fue ocupando por concurso todos los cargos académicos hasta llegar a la Decanatura, cargo que ocupó durante cinco años dejando una huella imperecedera. A principios de los 60 cuando en el Hospital de San Juan de Dios se produjo un repentino cambio generacional en todas las especialidades, el Dr. Tribín quedó temporalmente sin discípulos, pero conocedores de sus capacidades de liderazgo Francisco Arango Jaramillo y Juan Arciniegas Castilla, directores del Servicio de Oftalmología del Hospital de San José, lo invitaron a participar como uno de sus miembros. Rápidamente se notó su presencia pues de inmediato se diseñaron programas de educación y estudio que beneficiaron no solo al personal en formación sino a los propios docentes a quienes les creó programas de educación continua. Su presencia en el Hospital de San José y sus estrechos vínculos con la Universidad de Rosario y Monseñor José Vicente Castro Silva colaboraron en gran parte a la Fundación de la Facultad de Medicina con sede en ese Hospital. Rosarista por convicción, llenó con plenitud los ideales de su Fundador Fray Cristóbal de Torres quien definía al Colegio Mayor del Rosario como: «Congregación de personas mayores, escogidas para sacar Académico Eduardo Arenas Archila en ellas varones insignes, ilustradores de la República con sus grandes letras y con los puestos que merecerán con ellas, siendo en todo el dechado del culto divino y de las buenas costumbres, conforme al estado de su profesión». Conforme con los éxitos logrados en el Hospital de San José, regresó con honores a su alma mater: la Universidad Nacional, en donde como Jefe del Departamento de Oftalmología formó decenas de Oftalmólogos hoy en día prestantes miembros de la especialidad, muchos de ellos Jefes de Servicio, Presidentes gremiales o ilustres líderes de subespecialidades a lo largo y ancho de país. Rápidamente llegó a la Decanatura y cuando muchos otros hubieran considerado el final de una brillante carrera, fue llamado a crear un nuevo Departamento de Oftalmología en el Hospital de San Rafael; nuevamente dejó su estela de líder y conformó un servicio moderno, pujante que todavía conserva muchos de los rasgos de su personalidad, responsabilidad, compañerismo, ética y buen trato para los pacientes. Como sucedió en todas las Instituciones a las que perteneció, se vinculó a la Academia en cada una de las Universidades y fue así como ostentó títulos de Profesaren la Universidad Nacional, en la Javeriana, en el Rosario y en la Juan N. Carpas. En la primera de ellas portó con orgullo los títulos de Profesor Emérito, Maestro Universitario y profesor Honorario.

Cómo citar

[1]
Arenas Archila, E. 2004. El Profe, Rosarista por convicción . Medicina. 26, 4 (mar. 2004), 283–284.

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Publicado

2004-03-22