El Espiritismo

Autores/as

  • Adolfo de Francisco Zea Academia Nacional de Medicina

Palabras clave:

Espiritismo, Psicología, Filosofía, Sociología, Historia de la Medicina

Resumen

Hablar sobre espiritismo en Bogotá podría entenderse por algunos, como simplemente hablar sobre asuntos extraños ya pasados de moda; asuntos, además, esotéricos o teñidos de magia; o carentes quizás de la necesaria seriedad que deben tener estos estudios. Sin embargo, el tema no ha dejado de tener su importancia y tiene además para nosotros; un indudable interés histórico por los desarrollos que en ese campo se llevaron a cabo en los Estados Unidos y en Europa en la segunda mitad del siglo pasado y a comienzos del presente, a los cuales no fue ajeno nuestro país.

En efecto, en las primeras décadas del siglo, algunos de nuestros compatriotas, muchos de ellos con indudable buena fe y adecuada preparación filosófica o científica, se empeñaron en indagar las posibles causas de ciertos hechos psicológicos, al parecer misteriosos, sobre los cuales, como lo expresara Luis Zea Uribe, “acumula la ignorancia las más diversas explicaciones“.

Quiero abordar el tema con la máxima objetividad de que sea capaz. Señalar los hechos históricos más sobresalientes con relación a estos asuntos y guardar el respeto debido a los espiritistas que consideran realidad incontrovertible la comunicación de los vivos con los muertos en el curso de sesiones espiritistas. Tendría igual respeto por aquellos que no creen en la hipótesis espiritualista pero que ofrecen explicaciones alternativas acerca de las causas de los fenómenos de la médiumnidad, explicaciones en las que no se acepta la realidad de las comunicaciones entre vivos y muertos a través de los médium. No es mi intención presentar una posición personal frente a los hechos, ni intentar convencer a ustedes sobre la verdad de una u otra de estas hipótesis.

Tampoco me referiré a los fraudes y engaños cometidos a favor o en contra del espiritismo, porque ellos escapan a un enfoque intelectual y científico de los hechos. Pienso más conveniente y adecuado plantear los sucesos que históricamente tuvieron lugar en los comienzos del movimiento espiritista, e indicar las explicaciones que se dieron en esos tiempos; relatar las primeras investigaciones hechas en Bogotá a comienzos del siglo y señalar finalmente la evolución que han tenido las ideas espiritualistas o espiritistas como indistintamente se las llama en nuestro medio, haciendo breve referencia a la práctica actual del espiritismo en Bogotá y en algunas regiones del país.

Según el relato que hace Henri Ellenberger en su libro “El descubrimiento del Inconsciente”, la historia del Espiritismo se inicia en 1847 cuando un hombre de Hydesville, cerca de Arcadia, Nueva York, comenzó a ser molestado por misteriosos ruidos que se oían en su casa durante la noche, razón por la cual la cedió al granjero John Fax quien la ocupó con su esposa y sus hijas de quince y doce años de edad. Las alteraciones persistieron. En la tarde del 31 de marzo del año siguiente, un aldabón repitió los ruidos hechos a propósito por una de las hijas y a continuación, en presencia de los vecinos, respondió con un código rudimentario a las preguntas hechas por la madre. En adelante, las “comunicaciones” con la Señora Fax y sus hijas se hicieron más frecuentes y fueron atribuidas a los “espíritus” de personas ya fallecidas.

La noticia de los extraños acontecimientos se extendió con rapidez por los Estados Unidos, país que apenas contaba con veinte millones de habitantes y era propenso en esos tiempos al desarrollo de contagios de naturaleza psíquica, característica sociológica que explica fácilmente la rápida extensión de movimientos espiritualistas como el de los mormones y el mismo espiritismo.

En 1850 se describieron sesiones en las que se escuchaban ruidos fuertes y extraños de origen desconocido, o bien se apreciaban fenómenos físicos del tipo de movimientos y levitación de mesas pesadas. Bien pronto surgieron numerosos relatos acerca de la aparición de “fluidos visibles” que adoptaban formas de figuras imprecisas que algunos consideraron como espíritus materializados. Dos años más tarde, la ola del espiritismo cruzó el Atlántico e invadió a Inglaterra y Alemania; al año siguiente se extendió a Francia y muy pronto alcanzó todos los lugares del mundo civilizado.

Cien años antes de la rápida irrupción del espiritismo en Europa, extraños y al parecer misteriosos hechos habían llamado la atención de las gentes del viejo mundo, sobre los que se especula y se discute con amplitud en los medios culturales, científicos, religiosos y populares de diversos países. Me refiero al Magnetismo Animal y al Hipnotismo, que aparecieron en el viejo continente a mediados del siglo XVIII cuando Europa occidental había cambiado bajo el hechizo de una nueva filosofía, la Ilustración, que proclamaba la primacía de la razón sobre la ignorancia, la superstición y la tradición ciega. Por esos días, el austriaco Johann Joseph Gassner, ordenado sacerdote en 1750, comenzó a presentar, en el ejercicio de su ministerio religioso, violentos dolores de cabeza, vértigos y otros síntomas que empeoraban al comenzar a celebrar la Misa, a rezar o a confesar a sus feligreses. Sospechando la intervención de Satanás recurrió a los exorcismos de la Iglesia ya la oración, con lo cual desaparecieron los síntomas.

Comenzó entonces a exorcizar a los pacientes de su parroquia y su fama se extendió por las comarcas vecinas, gracias a la publicación de un pequeño libro sobre el tema. Teniendo en cuenta la atmósfera reinante en la Europa ilustrada, se comprende el motivo de la oposición que se levantó frente a Gassner. En Roma, el Papa Pío VI ordenó una investigación de las actividades del religioso y expidió un decreto según el cual, el exorcismo, como práctica curativa de la Iglesia, debía realizarse con discreción y ajustándose exactamente a las prescripciones del ritual romano...

Biografía del autor/a

Adolfo de Francisco Zea, Academia Nacional de Medicina

Presentado en la Academia de Historia de Bogotá

Cómo citar

[1]
de Francisco Zea, A. 2001. El Espiritismo. Medicina. 23, 1 (abr. 2001), 35–40.

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Publicado

2001-04-08

Número

Sección

Historia de la Medicina - Museo Historia de la Medicina