Sobre Humanismo y Medicina

Autores/as

  • Adolfo de Francisco Zea Academia Nacional de Medicina

Palabras clave:

Ética, Salud, ética Médica, Filosofía, Humanismo y Medicina

Resumen

En esta disertación sobre “Humanismo y Medicina”, título del libro que tuve ocasión de publicar hace un par de años, destacaré algunas de las relaciones que existen entre la medicina y las bellas artes, concretamente la música y la pintura. La Medicina tiene como objeto de su acción al Hombre. Definida como la ciencia y el arte de prevenir, curar o aliviar la enfermedad, no tiene como meta la simple prolongación de la vida biológica.

Su tarea consiste en postergar la muerte, prevenir o reducir los padecimientos y las deformidades, curar las enfermedades, ampliar las capacidades biológicas y psicológicas de los seres humanos y ocuparse de los sufrimientos de las personas. Para Tristam Engelhardt, es la Medicina de las personas.

Se concibe a la persona humana como el individuo de conciencia reflexiva normal que es a la vez miembro pleno de la comunidad, con los deberes y derechos que presuponen su pertenencia a ella. A esta acepción de carácter moral de la persona humana, que corresponde a lo que se llama persona “en sentido estricto”, se agrega la acepción social, que hace relación con aquellas personas a las que se otorgan prácticamente los mismos derechos, como es el caso de los niños, de los individuos que perdieron el carácter de personas por padecer de lesiones cerebrales o demencia, y de aquellos que nunca llegarán a serlo como los retrasados mentales profundos.

Al sostener que no todos los seres humanos son personas “en sentido estricto”, la Bioética que expone Engelhardt impone, sin embargo, como obligación moral, tratar a estos últimos con pleno respeto y comprensión. Lo que es importante acerca de nosotros mismos como seres humanos, es el hecho real de que seamos personas; no simplemente nuestra pertenencia al género Horno sapiens como tal.

Para Víctor Frankl, la persona humana es de carácter espiritual y en tal virtud, es diferente del organismo psicofísico cuya constitución y funciones son fundamentalmente instrumentales y expresivas. El organismo psicofísico es un medio para lograr un fin y tiene por lo tanto valor utilitario. La dignidad, que es el concepto opuesto al del valor utilitario, pertenece en forma natural a la persona espiritual con independencia de toda utilidad social o vital.

De allí que el médico que tiene conciencia de lo que significa la dignidad de cada ser, sienta también absoluto respeto por la persona humana, por el enfermo, el incurable y el insano irreversible; aquel que solamente ve el organismo psicofísico y pierde de vista la persona que se halla detrás, hace a un lado la verdadera dimensión humana del paciente; es el médico tecnico para quien el hombre enfermo es solamente una máquina cuyas partes son susceptibles de ser reparadas o sustituidas mediante los actos de la medicina y la tecnología.

Humanismo, es un término relacionado con la tendencia a hacer énfasis en el hombre mismo y en su status, su importancia, sus poderes, sus logros, sus intereses o su autoridad. Inicialmente se le relacionó con el cultivo y el conocimiento de las letras humanas y las doctrinas de los hombres del Renacimiento. Pero en sentido más amplio, el humanismo hace referencia a un complejo de valores perdurables formulados en la antigüedad e impregnados por ideas renacentistas; valores éstos de los que se dice que tienen idéntico significado para todos los hombres con abstracción de su ubicación cronológica o geográfica, o que constituyen fenómenos históricamente variables que se desarrollan y transforman de un modo determinado en el curso de los siglos.

El término humanismo tiene también relación con humanidad y filantropía, razón de ser de la palabra “humanitario”, que tiene que ver con la benevolencia, la bondad y la misericordia y con los sentimientos y disposiciones propias del hombre como la ternura y la compasión. El vocablo humanización, se relaciona con la aplicación práctica de los conceptos humanitarios en las relaciones del hombre con sus semejantes.

Con el Renacimiento surgió una visión científica del mundo que mostraba al universo gobernado por leyes generales establecidas por Dios. Lo específicamente humanista de estos desarrollos es el estímulo que se dio a la capacidad del hombre para conocer por su propio esfuerzo cada vez más acerca del universo, y también cada vez más su posibilidad de controlarlo.

Comprendieron los renacentistas que la autonomía del hombre no consistía exclusivamente en la libertad respecto de la autoridad religiosa y filosófica, sino también en la emancipación de la esclavitud del mundo social que contradecía la condición humana. Estas ideas se conceptualizaron en la segunda mitad del siglo XX en lo que se llamó Humanismo Social.

El humanismo del Renacimiento y el de la ilustración se apoyaron en la convicción de que la tarea de transformar al hombre en un ser humano pleno dependía exclusiva o principalmente de la educación, que conjuraba la amenaza del fanatismo religioso, para el hombre renacentista y la de la esclavitud del hombre por la máquina y los intereses económicos, para el de la Ilustración. A partir de esas concepciones nacieron el Humanismo Científico y el Humanismo Ético...

Biografía del autor/a

Adolfo de Francisco Zea, Academia Nacional de Medicina

Palabras del Académico Adolfo de Francisco Zea con motivo de la presentación del libro "Maria Callas. La Divina", del Académico José Felix Patiño, el 10 de Febrero de 2000.

Referencias bibliográficas

Alarcón Montero, O.: “Los Músicos ante la Medicina”. Tercer Mundo Edil. Bogotá, 1988.

De Francisco, A.: “Humanismo y Medicina”. Vol. CLlII. Academia Colombiana de Historia. Bogotá, 1998.

Van Gogh, Vincent: “Cartas a Theo”. Barral Editores. Editorial Labor, S.A. Barcelona, 1984.

Mac Gregor, J.M.: “The Discovery of the Art of the Insane”. Princeton Univ. Press. Princeton, New Jersey, 1989.

Walther, I.R., Metzger, R.: “Van Gogh”. Taschen. Colonia, 1997.

Weidlé, Wladimir: “Biología del Arte”. Revista Diógenes. Edil. Sudamericana. Buenos Aires, marzo, 1957.

Cómo citar

[1]
Zea, A. de F. 2000. Sobre Humanismo y Medicina. Medicina. 22, 3 (dic. 2000), 157–162.

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Publicado

2000-12-09