Medicina de Familia: Un Modelo Médico de Pensamiento y Acción

Autores/as

  • Julio Ceitlin Academia Nacional de Medicina

Palabras clave:

Medicina de Familia, Modelo médico de pensamiento y acción, Julio Ceitlin

Resumen

Sesión Solemne del 27 de Agosto de 1998.

En su incorporación como Miembro Correspondiente Extranjero de la Academia Nacional de Medicina de Colombia. Vengo con un profundo sentimiento de amistad nacido de la fortuna de haber vivido en este país, en esta ciudad, durante más de un lustro, lo que me dio la oportunidad de conocer y trabajar con personas del mundo científico y académico que han dejado hondas huellas en mi espíritu. Aquí he aprendido a valorar los quilates de la intelectualidad colombiana y aquí he iniciado y cultivado amistades que perduran en el tiempo.

Les agradezco la honrosa distinción que me han conferido, lo que plantea para mí una deuda de gratitud para con la Academia Nacional de Medicina de Colombia, deuda que sólo podré devolver trabajando perseverante e incansablemente para que los vínculos que unen a las comunidades científicas médicas de nuestros respectivos países se estrechen cada vez más.

Como parte de este acto, se me ha invitado a hablarles de un tema en el que trabajo desde hace dos décadas y que me apasiona cada vez más: la Medicina Familiar.

Tuve muchas dudas sobre la forma de encararlo ante un auditorio tan ilustrado y calificado como éste, porque si uno tuviera que atacarlo escolásticamente debiera comenzar con la prehistoria de la medicina, para fundamentar el desarrollo de esta disciplina. Y pensaba, ¿qué puedo decir a ustedes sobre esto si seguramente como estudiosos de la medicina lo conocen mejor que yo? Era cierto, pues en la presentación del libro Humanismo y Medicina, el Académico Adolfo De Francisco Zea ha hecho con gran solvencia esa magnífica introducción histórica que yo necesitaba.

De allí que prefiero comenzar contándoles lo que había pasado en mí mismo, explicarles porqué había elegido un derrotero que significaba y significa una lucha a veces muy dura por promover un modelo de atención médica, que en última instancia, es mejor para nuestra gente.

Cuando me gradué en la Facultad de Medicina de Buenos Aires, abrí mi consultorio en un barrio periférico de la ciudad. Era lo que allí denominamos un médico de barrio, un clínico que atendía las necesidades de mi comunidad viendo adultos, niños, embarazadas, familias enteras con las que convivía en un mismo ámbito ciudadano. Veía pacientes en el domicilio y muchas veces me despertaban por la noche para atender una emergencia. Tuve que hacer el parto de la tintorera japonesa de mi barrio, que no hablaba español, cuyo hijo me vino a buscar porque la madre se sentía indigestada al parecer porque le había caído mal alguna comida. Cuando entré me encontré con una señora obesa, con un abdomen globuloso con contracciones frecuentes y le pregunté si sabía que estaba embarazada; nunca pude oír lo que me contestó porque el niño ya venía. Para cerrar esta anécdota les cuento que horas después nacía el segundo de los mellizos, producto de la famosa indigestión. Como ustedes ven hacía medicina general de barrio o de pueblo y, les aseguro, con buen éxito de pacientes.

Trabajaba por la mañana en un hospital en el que funcionaban cátedras de la Facultad y allí nació mi interés por la enseñanza. Por supuesto, cuando quise abrazar la carrera docente debí optar por una de las ramas de la medicina y elegí la que más se aproximaba a mi tarea, lo que en mi país se llama Clínica Médica, equivalente a lo que en otras partes denominan Medicina Interna. No existía una cátedra de Medicina General, como la practicaban cientos de médicos de entonces, sencillamente porque la Medicina General en el ámbito de la educación médica era una especie en extinción.

Bastantes años después, me puse en contacto con el pujante movimiento de Family Practice que estaba en franco ascenso en los Estados Unidos, y allí me reencontré con un campo que me era muy familiar. Pensé de inmediato que si ese tipo de medicina tenía sus razones de ser y era bueno para el pueblo americano ¿porqué no habría de serlo para los pueblos de América Latina? A partir de ese momento comencé una apasionante tarea que se extiende hasta la actualidad...

 

Biografía del autor/a

Julio Ceitlin, Academia Nacional de Medicina

En su incorporación como Miembro Correspondiente Extranjero de la Academia Nacional de Medicina de Colombia

Cómo citar

[1]
Ceitlin, J. 1999. Medicina de Familia: Un Modelo Médico de Pensamiento y Acción. Medicina. 21, 3 (dic. 1999), 17–21.

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Publicado

1999-12-07

Número

Sección

Artículos de Investigación