Las Sinapsis

Autores/as

  • Jorge Eduardo Duque Parra Universidad Autónoma de Manizales
  • Genaro Morales Parra Universidad Autónoma de Manizales
  • Carlos Alberto Duque Parra Universidad Autónoma de Manizales

Palabras clave:

Sistema Nervioso, Neurotransmisores, las sinapsis, Morfofisiología, Fisioterapia, Fisiología, Neurociencias, Neurobiología, Neurofisiología

Resumen

Introducción

El estudio del sistema nervioso considera entre múltiples conexiones, aquéllas de carácter bioquímico que se median a través de sustancias elaboradas por las neuronas y que reciben la denominación de neurotransmisores’, dichas sustancias se vierten en las zonas de resquicio neuromuscular, neuroneuronal o neuroglandular, para modificar las condiciones de membrana y permitir la continuidad de los potenciales de acción (por creación de nuevos potenciales en las células subsiguientes), de la neurona hacia el órgano blanco.

La integridad de los diversos elementos de la “zona de unión funcional” o sinapsis, asegura la adecuada comunicación entre el sistema nervioso y la mayoría de los elementos restantes del organismo humano.

Las alteraciones de los elementos de las sinapsis, conllevan a la génesis de estados variables fisiológicos y patológicos somáticos, psicosomáticos o psíquicos, inconsecuentes con el estado de homeostasis.

Las moléculas que se vierten en las hendiduras sinápticas, sirven, por tanto, de transductoras para efectos elementales (como los reflejos) y en las estrategias complejas (como los de la actividad intelectual).

Antecedentes

Ya desde los tiempos de Galeno, se sabía que los nervios eran los responsables de la rápida comunicación entre el cuerpo y el cerebro; el estudio de las sinapsis nos remonta de manera indirecta a
1791, fecha en la que Luigi Galvani, descubrió en sus experimentos con ancas de ranas, que entre los eventos eléctricos y los ocurridos en los nervios, existía una relación evidente (28,37,45)’, los experimentos de Galvani se han refinado con el paso del tiempo, en nuestro siglo por ejemplo, el desarrollo del osciloscopio de rayos catódicos combinado con un amplificador potente, ha permitido medir las débiles y variables corrientes bioeléctricas de los nervios (por ende de sus axones) de manera efectiva, especialmente en el calamar, animal que presenta fibras nerviosas grandes de hasta 0.5 mm de diámetro (28).

También se han realizado extensos estudios sobre bioelectroconducción, bioelectrogénesis, sinapsis y electroplacas, estas últimas consistentes en columnas de fibras musculares especializadas a cada lado del cuerpo de las múltiples especies de peces eléctricos (37).

En 1860, Wilhelm Krause y Wilhelm Kuhne, propusieron que la corriente producida por el impulso nervioso excitaba las fibras musculares (37); treinta y siete años después, Du Bois Reymond sugirió que la transmisión nerviosa podría ser de naturaleza química o eléctrica, en el primer caso el nervio podría secretar algún agente químico excitador del músculo (9, 37).

Aunque la teoría eléctrica dominó durante mucho tiempo, como razón para fundamentar el paso de los potenciales de acción del axón al nervio, fue sólo hasta 1922 cuando atto Loewi, demostró que el nervio vago producía una sustancia, más tarde identificada como acetilcolina (37).

Posteriormente se estableció el concepto de contacto o continuidad anatómica con continuidad funcional, y se creó el nombre de sinapsis, del griego, que traduce broche, corchete o unión, propuesto por Verral, aceptado y propagado por Sir Charles Sherrington (17) en 1897, idea explicatoria del retardo en la conducción de los impulsos nerviosos (2) (varía entre 0.3 y 1 milisegundo de duración) (2, 29, 45, 46).

A partir de 1857, Claude Bernard estudió experimentalmente el efecto paralizante del curare, demostrando en sus lecciones sobre los efectos de substancias tóxicas y medicamentosas, que éste actúa sobre el sistema nervioso periférico y produce muerte por asfixia, al bloquear la acción de los nervios motores de los músculos respiratorios (11).

En 1952 Fatt y Katz demostraron la existencia de las vesículas sinápticas, organelas que acumulan, transportan y liberan neurotransmisores (9); para 1955, con el advenimiento de la microscopia electrónica (el microscopio lectrónico fue inventado por Knoll y Ruska entre 1930 y 1933, mas su comercialización se dio entre los años 1952 y 1953) De Robertis, Bennett y Palay, ampliaron el conocimiento de los “contactos” neuronales o sinapsis al esclarecer los elementos básicos de ellas: las vesículas sinápticas y los neurotransmisores (3).

Según Gray, las vesículas sinápticas redondeadas, son indicativas de actividad excitatoria y, por el contrario, las sinapsis con vesículas aplastadas son de carácter inhibitorio (1)...

Biografía del autor/a

Jorge Eduardo Duque Parra, Universidad Autónoma de Manizales

Docente de Ciencias morfofisiológicas de la Facultad de Fisioterapia – Universidad Autónoma de Manizales

Genaro Morales Parra, Universidad Autónoma de Manizales

Docente de Ciencias morfofisiológicas de la Facultad de Fisioterapia – Universidad Autónoma de Manizales

Carlos Alberto Duque Parra, Universidad Autónoma de Manizales

Docente de Ciencias morfofisiológicas de la Facultad de Fisioterapia – Universidad Autónoma de Manizales

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Cómo citar

[1]
Duque Parra, J.E. et al. 1997. Las Sinapsis. Medicina. 19, 2 (dic. 1997), 41–48.

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1997-12-19

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