Etica, Periodismo y Salud

Autores/as

  • Efraim Otero Ruiz Academia Nacional de Medicina

Palabras clave:

periodismo, salud, literatura médica, Academia Nacional de Medicina, ética periodística, periodismo científico

Resumen

La explosión del conocimiento científico, unida a la proliferación vertiginosa de los medios de comunicación -visuales, hablados o escritos- en la segunda mitad del siglo XX, le han otorgado a la noticia científica un puesto de importancia en la información cotidiana, a la altura de los informes políticos, económicos o sociales. A ello contribuye también el aceleradísimo desarrollo de la tecnología, consecuencia inmediata de los descubrimientos científicos puestos rápidamente al servicio del hombre.

Y digo rápidamente porque si, a finales del siglo pasado y comienzos del presente, transcurrieron más de 25 años entre las ecuaciones de Maxwell y el descubrimiento de las ondas hertzianas y la radiocomunicación, ese período ya se había acortado a 8 años en el caso de los transistores, entre los años cuarentas y cincuentas, y se considera que hoy puede darse una duración de apenas 1 o 2 años al lapso transcurrido entre el descubrimiento científico y su desarrollo tecnológico. y el tiempo que discurre entre ese descubrimiento y su publicación en la literatura científica internacional es sólo cuestión de pocos meses.

Todo ello ha dado origen al periodismo científico, tal como hoy lo conocemos, pero cuyo nacimiento quizás se confunde con los orígenes mismos del periodismo mundial. John Ziman, en su libro “La fuerza del conocimiento cita una frase que bien podría tomarse de cualquiera de nuestros manuales para periodistas: No es fácil encontrar un remedio para esta situación (la decadencia del gusto por la ciencia) pero el que parece más obvio es facilitar a las clases cultas una serie de trabajos sobre las ciencias populares que sean prácticos y escritos en un lenguaje simple y claro, sin símbolos matemáticos ni términos técnicos, ilustrados con hechos y experimentos adecuados a la capacidad de las inteligencias ordinarias.

Sin embargo, esto lo escribía un colaborador de la revista Quarterly Review de Febrero de 1831.Nacida, pues, esa necesidad de informar sobre la ciencia hace más de 150 años, tendremos que dedicamos a reflexionar un poco sobre las consideraciones éticas que deben regir en tomo de ese periodismo científico, razón y esencia de este seminario, lo mismo que sus relaciones con los temas de la salud.

La ética –considerada como el estudio de la moral y las reglas morales escogidas por el hombre social en su relación con otros- rige no solo para la información sino para aquello que la origina, en nuestro caso la investigación y la práctica médicas. Claro que nos llevaría todo un seminario o simposio de varios días el tratar de discutir sobre la ética de la investigación, y no es este el lugar ni el momento para hacerlo; pero veremos, en el desarrollo de esta ponencia, que son dos cosas que en el mundo presente no pueden desligarse.

Y que de investigaciones falsas o de actitudes falaces de los investigadores respecto a sus resultados pueden surgir y surgen informaciones falsas que con frecuencia perturban o desacreditan no sólo a la ciencia y a los científicos sino a los mismos medios de comunicación.

Esa información, por otra parte, se deriva en la actualidad de dos grandes fuentes, internacionales o locales. O bien se trata de informar al país sobre resultados de descubrimientos o de supuestos y reconocidos avances en una disciplina científica, que han divulgado los medios internacionales, o bien de informar sobre resultados obtenidos por científicos nacionales. Con una aclaración.

Que la investigación verdaderamente básica y original es escasa en los países en vía de desarrollo y que más bien el tipo de investigación que se da en ellos es la aplicación de conocimientos o técnicas investigativas provenientes del mundo desarrollado a la elucidación de problemas locales dados por nuestras idiosincracias raciales, económicas, geográficas o climáticas, o por la inquietud de mentes brillantes de buscar un desarrollo local a la solución de problemas universales.

Cuando se trata de datos científicos de trascendencia mundial esa información suele venir ya muy digerida y analizada por las agencias que se encargan de di vulgarla y sólo compete a nuestro periodista el preocuparse porque la traducción de los términos sea correcta o quizás por dar una información más general sobre el campo de que se trata y sus antecedentes en el país que recibe la noticia...

Biografía del autor/a

Efraim Otero Ruiz, Academia Nacional de Medicina

(Conferencia dictada durante el Seminario del mismo nombre convocado por la Facultad de Periodismo de la Universidad Javeriana de Bogotá, octubre de 1993).

Cómo citar

[1]
Otero Ruiz, E. 1995. Etica, Periodismo y Salud. Medicina. 17, 3 (dic. 1995), 60–63.

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Publicado

1995-12-07