La Unidad Médica Nacional

Autores/as

  • Gilberto Rueda Pérez Academia Nacional de Medicina

Palabras clave:

Medicina, Salud, Academia Nacional de Medicina, Unidad Médica Nacional

Resumen

La medicina en Colombia y su ejercicio ético se encuentran frente a una encrucijada que se abre en caminos de difícil escogencia.

La alta y avasalladora tecnología científica que, con la sistematización, la bioingeniería, la electrónica, la informática y la masificación, ha llevado los procedimientos, especialmente los de diagnóstico y los quirúrgicos, a metas no soñadas hace pocos años, pero que facilitan el diagnóstico y el tratamiento de procesos hasta hace poco incurables, han incrementado los costos operativos a niveles imposibles de alcanzar por la generalidad de las unidades médicas del país, reduciéndose a unos muy pocos, privilegiados, centros hospitalarios, entre nosotros llamados Clínicas, que pueden actualizarse a esos niveles.

Mientras esta tecnología avanzada se ha logrado implementar para pequeños grupos de población que pueden acceder a ella, la medicina ofrecida a la población general del país, o sea la de menores recursos, ha ido bajando en calidad casi en la misma proporción en que la otra ha ascendido. Solamente es necesario observar la penuria de nuestros hospitales generales con dotaciones obsoletas imposibles de reparar y menos aún de reemplazar, con edificios al borde de la ruina por falta de mantenimiento; con plantas de personal congeladas desde hace 10 o más años, constituidas por trabajadores de la salud descontentos con el desempeño de sus funciones, sino, no menos grave, por los pobres resultados de su gestión.

Esto ha ido creando en el estamento médico una sensación de insatisfacción, de malestar, de inconformidad, que se manifestar claramente en el ejercicio profesional y que lleva con frecuencia a fallas en la atención, a errores funestos ya manejos reñidos con la ética y no pocas veces con el código penal.

Esto último se encargan de penalizarlo los innumerables tribunales y organizaciones éticas y administrativas creadas con el objeto de descubrir y castigar estas fallas, ante las cuales el médico deberá responder personalmente. Para evitar estas cada vez más frecuentes tutelas, demandas y reclamaciones impulsadas por quienes de ello hacen una profesión, acude el médico no pocas veces a la llamada medicina defensiva que encarece aún más la práctica y ataca directamente el prestigio tan bien ganado de la medicina y los médicos de hace algunos años. Debido a los altos costos y como un mecanismo de protección, surgieron los seguros de salud que al mismo tiempo que protegían al usuario permitiéndole acudir a los centros médicos avanzados y ser atendidos por los profesionales al servicio de estas empresas, envilecían los emolumentos del médico hasta extremos inquietantes, contribuyendo así a la insatisfacción del trabajo y por ende a los resultados descorazonadores de la práctica médica con su acumuló de consecuencias negativas.

Ante el advenimiento de la Ley 100 de 1993 y su inminente puesta en marcha a partir del 1Q de enero de 1995, ley que tiene como objetivo primordial extender los servicios de salud a toda la población colombiana en un plazo razonable, todo habitante del país deberá ser cubierto en sus necesidades básicas de salud por una EPS -Empresa Promotora de Salud- con su IPS -Instituciones Prestadoras de Servicio- subsidiarias y el médico, centro real e imprescindible de toda acción en salud, puede llegar a convertirse en una unidad aislada, indefensa, en este enorme engranaje que lo puede arrollar.

En estas condiciones y no como mecanismo de presión ni mucho menos de oposición pero buscando el bienestar y satisfacción del trabajo médico y por ende la alta calidad de los servicios y la concertación necesaria en toda empresa entre quienes dirigen y quienes ejecutan, la Academia Nacional de Medicina ha impulsado la reorganización del Consejo Superior de Instituciones Médicas, conformado por la Federación Médica Colombiana, la Asociación Médica Sindical, la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina, bajo el patrocinio y rectoría de la Academia, con el propósito de buscar y obtener la unión del cuerpo médico nacional alrededor de propósitos fundamentales: la dignificación del ejercicio de la medicina en Colombia, la garantía de la alta calidad de los actos médicos, la defensa de los intereses comunes a ‘los profesionales de la salud, la actualización permanente de los conocimientos y de la tecnología adecuada, la vigilancia y control de la honestidad y la pureza del ejercicio ético de la medicina y antes que todo, la revitalización de la íntima y vivificante relación médico-paciente que nos permitirá ejercer con satisfacción esta noble profesión a la que tanto debe la sociedad y de la que tanto hemos recibido...

Biografía del autor/a

Gilberto Rueda Pérez, Academia Nacional de Medicina

Médico Universidad Nacional. Cirujano de tórax y experto en tuberculosis

Cómo citar

[1]
Rueda Pérez, G. 1995. La Unidad Médica Nacional. Medicina. 17, 1 (abr. 1995), 2–5.

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Publicado

1995-04-09