El Barón de Humboldt.

Resumen

No llegaron los viajeros científicos enviados a la Nueva Granada por el emperador de Austria, aquéllos en cuya prevención había procedido Caballero y Góngora a fundar la Expedición del Nuevo Reino.
Pero vino - y en plena oportunidad y con todas las condiciones previstas y buscada por el arzobispo virrey - otro explorador, el mayor de la América Equinoccial, quien había de consagrar para el mundo científico europeo y para la posteridad, dándole toda su trascendencia humana y nacional, la obra de Mutis y de su escuela: Federico Enrique Alejandro, Barón de Humboldt.

Había nacido en Berlin el 14 de septiembre de 1769 y en los 90 años que había de durarle lá vida no tendrían las ciencias naturales otra personificación tan completa ni otro ejemplar tan audaz, tan resuelto, tan codicioso y afortunado, los exploradores; ni la naturaleza americana contaría con un admirador tan convencido, ni los americanos con un profeta de sus destinos tan inspirado, como este hombre descrito en su pasaporte para América como de edad veintiocho años, cabello ligeramente rojizo, ojos grises, nariz larga, boca más bien grande, barbilla bien conformada, frente espaciosa, picado de viruela .... que viajaba con el
fin de adquirir conocimientos.

El encuentro en la retirada Santa Fe, de Mutis y Humboldt, juntó dos órbitas tan dispares como eran la ciencia ibérica y la alemana en el siglo XIX, pero que coincidían en su pasión por los estudios positivos, en su altivez nacionalista, en su tesón titánico y en la trascendencia que pretendían dar a sus lucubraciones.
Humboldt es para las ciencias alemanas, el alfa que para nosotros representa José Celestino Mutis...