¿Es el Aborto un problema Médico o Religioso?

Autores/as

  • Eduardo Acosta Bendek Academia Nacional de Medicina

Palabras clave:

aborto, médicina, derecho, ética, psiquiatría, filosofia

Resumen

Estamos en los finales del presente siglo y hemos sido testigos de las inmensas conquistas obtenidas por los grandes avances de la ciencia y la tecnología modernas en todas las áreas del conocimiento humano. Sin embargo, por las perspectivas que logramos vislumbrar, llegaremos al año 2.000 sin darle una justa y real solución a la endemia mundial de la indeseable práctica del aborto que viene cabalgando a través de la historia universal.

He considerado pertinente hacer algunas reflexiones sobre este inquietante y polémico tema, en mi doble función de Rector de la Universidad Metropolitana, especializada como es sabido en el área de la salud, y en mi condición de especialista en Gineco-Obstetricia con un largo recorrido de más de seis lustros en actividad permanente a la que he dedicado tiempo completo, tanto en la práctica hospitalaria como privada.

Esta endemia mundial del aborto es tan antigua como la misma historia de los pueblos, así observamos que las leyes de la antigua India no penalizaban la interrupción del embarazo. En la Grecia antigua no se le miraba como un acto deshonesto. En Roma tanto en la época imperial como en la República no era considerado como delito y solamente con la llegada del cristianismo pasó a convertirse en un hecho punible: a partir de entonces cada nación de acuerdo con su cultura o religión fue tomando una posición frente a esta indeseable práctica.

Cada vez que se menciona la palabra aborto o se pone en boca de algún representante de la sociedad o de cualquier gobierno, genera encendidas polémicas y a veces hasta cismas en la opinión de los pueblos. En Colombia el problema de la práctica del aborto clandestino es un mal social grave con grandes repercusiones en la salud de la comunidad y en los servicios médicos asistenciales, especialmente en la población de escasos recursos económicos.

Según datos reportados por la Federación Internacional de Planificación Familiar, en Colombia se calculan más de 400.000 abortos al año lo que arroja un promedio de más de 1.000 abortos diarios, y en América Latina se registra una cifra de 5 millones de abortos anuales que da como promedio que de cada 1.000 embarazos abortan 300 mujeres.

La situación se torna más alarmante al pensar que el 53% de la población mundial vive en países que permiten el aborto, lo que arroja una relación de 4 abortos por cada 10 nacimientos, el 38% vive en naciones cuya permisividad está condicionada a circunstancias especiales y sólo en e19% de las naciones está prohibida esta práctica, entre los cuales se encuentra nuestro país, lo anterior nos da una magnitud de la gravedad de esta situación. Pues bien; a este gravísimo problema social se le ha venido mirando desde varias perspectivas: la médica, la religiosa, la socio económica, la cultural, la educativa, la sociológica y la antropológica.

La Iglesia como abanderada de la protección de la vida ha considerado el aborto como un procedimiento ilícito, no porque desea imponer una moral particular a una sociedad entera, como dice el escritor y filósofo español Julián Manas sino porque se trata de exterminar la vida de un ser humano en desarrollo si no lo matamos, de aquí la posición clara de la Iglesia en defensa de la vida y lo que atañe a la profesión médica a la que más se le ha involucrado en su estudio y tratamiento, y en particular a la especialidad de la Gineco-Obstetricia que es la rama de la medicina con más conocimientos científicos al respecto y es a sus profesionales a quienes se responsabiliza y obliga a dar protección y asistencia a la vida, antes y después de nacer.

Por tales razones ha predominado siempre el concepto de darle una solución médica de fácil definición a un problema profundamente socioeconómico, cultural y antropológico. Es como si quisiéramos considerar el delito de homicidio como un problema especialmente de los abogados. Es cierto que el ejercicio de la medicina se apoya fundamentalmente en el principio universal de respeto a la vida humana. El médico es, pues, su más esforzado protector y defensor, concepto que le ha valido al médico un especial lugar de privilegio y de respeto dentro del contexto de la sociedad donde se desempeña.

Desde los tiempos de Hipócrates la ciencia médica ha considerado el aborto como un procedimiento reprobable; la ley de ética médica es muy precisa con respecto al comportamiento del profesional de la medicina frente a este problema; “su ejecución riñe con sus principios, ya que es un acto contrario a la moral en ella instituida”. Este concepto está fundamentado en el criterio científico de que la vida humana se inicia al instante mismo de la concepción, con un conglomerado de células, con su respectiva planilla genética, que se organizan y reglamentan el desarrollo de una nueva vida humana...

Biografía del autor/a

Eduardo Acosta Bendek, Academia Nacional de Medicina

Rector, Universidad Metropolitana, Barranquilla. Académico Correspondiente, Capítulo de Barranquilla.

Cómo citar

[1]
Acosta Bendek, E. 1992. ¿Es el Aborto un problema Médico o Religioso?. Medicina. 14, 2 (jun. 1992), 22–24.

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Publicado

1992-06-06

Número

Sección

Artículos de Investigación