Influencia de la Medicina Francesa en Colombia

Autores/as

  • Ernesto Andrade Valderrama Academia Nacional de Medicina

Palabras clave:

Medicina, Salud, Academia Nacional de Medicina, influencia Medicina Francesa en Colombia

Resumen

Me da autoridad para hablar ante ustedes, quienes por segunda vez en nuestra Historia y ahora en una seria Asociación reviven los lazos de la Medicina Colombiana con la gran Escuela Francesa, el haber pertenecido a una de las últimas generaciones, formadas en la Universidad Nacional, que estudiaron toda la carrera en los textos provenientes de ese país y recibieron de maestros, casi todos formados bajo esa notable influencia, todos los principios y normas del ejercicio profesional. Disminuída casi al mínimo, tras la ruptura de comunicación y situación originada por la Segunda Guerra Mundial y tras los cambios, que en el orden social y tecnológico han ocurrido en estos últimos cincuenta años, hoy buscan todas las entidades que tienen a su cargo la Educación Médica, revivir la imagen de un médico general, familiar o comunitario, que pueda restituir la perdida relación Médico-Paciente, base de la antigua Escuela Francesa y que correctamente orientado y utilizando la esplendorosa tecnología de este final de siglo, pueda ser la salvación para el cuidado integral del paciente del próximo milenio que se avecina.

A través de la Historia, se ha visto cómo el cetro de la Medicina ha rotado por diversas culturas y países. España, por razones políticas, alejada de Francia, recibió, en el campo médico el influjo de Alemania e Inglaterra. A sus colonias de América, fué muy poco lo que de ellas llegó. Sólo hasta finales del siglo XVIII, vino un hombre genial, naturalista y médico, quien pasara a la Historia Universal con la célebre Expedición Botánica y que fué el padre de la medicina colombiana: José Celestino Mutis. El puso en marcha la primera Escuela de Medicina, en 1802 y allí estudiaron los primeros médicos que pasada la Guerra de la Independencia, encabezados por José Félix Merizalde, habrían de recibir la primera Misión Francesa, en 1823.

Médicos franceses conocidos antes en el país fueron: Pedro Euse en Medellín en 1750. L.F. de Rieux, Director del Hospital de Cartagena en 1792. Y, posteriormente: Alejandro Próspero Révérend, médico del Libertador en su última enfermedad y J.V. Arganil, cuyo título médico fué muy discutido, de gran éxito como charlatán y conspirador contra Bolívar.

Como lo anota Laín Entralgo, al comenzar el siglo XIX se impone en la medicina europea la concepción vitalista del enfermar humano. Ante la duda de si el saber patológico, preconizado por Morgagni era un saber científico, se originaron las mentalidades que habrían de dominar el siglo. Bichat en 1801 dijo: “La medicina ha sido rechazada durante mucho tiempo del seno de las ciencias exactas”. La conversión de la Patología en verdadera ciencia va a ser el objetivo fundamental de los grandes clínicos que habrían de venir. Así nacieron estas tres modalidades clásicas del siglo XIX, que en Francia tuvieron grandes exponentes, que habrían de influir sobre el desarrollo de nuestra medicina. La primera llamada por los franceses el método anatomoclínico, fué obra de tres grandes figuras: Jean Nicolás Corvisart, quien dió validez universal al invento de Auenbrugger, de la percusión. Gaspar L. Bayle, introductor de la auscultación torácica inmediata y quien convirtió en concepto anatomopatológico la vieja y vaga noción clínica de René Teófal, la “Tisis”, y Laennec, cuyo tratado de auscultación mediata, publicado en 1819, fué definitiva en el desarrollo y auge del método anatomoclínico. (Franc;ois Broussais, el patólogo de la irritación, impuso el criterio de Laennec). A él pertenecieron los grandes clínicos de mitad del siglo en Francia, entre los cuales algunos ya fueron profesores de los primeros calombianos que allí fueron a perfeccionarse: Bretonneau, Gavarret, Andral y, especialmente, Armand Trousseau, excelente cultivador de la Lección Clínica, quien indudablemente fue el orientador fundamental en el desarrollo de nuestra medicina. Hacia la mitad del siglo aparece el Tratado de Anatomía Patológica, del gran médico alemán: Rudolf Virchow.

La segunda mentalidad: Fisiopatológica, con una concepción dinámica y procesal de la enfermedad, fué iniciada en Alemania, pero tuvo en Francia su gran propulsor: Claude Bernard, quien en 1865 decía: “Considero el hospital como el vestíbulo de la medicina, como el primer campo de observación médica, pero el verdadero’ santuario de la ciencia médica es el laboratorio” .

Franceses distinguidos, seguidores de este método, fueron entre otros Etienne-Jules Marey, inventor del esfigmógrafo, precursor del futuro electrocardiógrafo. Achard y Castaigne, precursores con Vaquez de pruebas para el estudio de las pruebas funcionales.

Al progreso de esta mentalidad, se anexa la fisiología patológica. Aquí fue fundamental el trabajo de Francois Magendie, que figuraría al lado de las dos grandes figuras alemanas: Ludwing Traube y F. Cohnheim y a quien habría de suceder Claude Bernard, quien con su trabajo sobre el Curare y otros experimentos lo llevaría a merecer, ya al comienzo de este siglo, uno de los primeros premios Nobel.

La tercera mentalidad, definitiva, en la preparación de la medicina para el siglo XX, conocida como mentalidad etiopatológica, gira toda alrededor de la figura cumbre de Louis Pasteur: hizo posible la antisepsia, la patología bacteriológica y la profilaxis de las enfermedades infecciosas.

Entre los clinicos que habrían de influir en la formación de nuestros especialistas, figuró el dermatólogo Jean Louis Albert, quien desde el Hospital Sto Louis fue el iniciador de la Dermatología Moderna. Otros notables, entre ellos, Devergy, quien fundó el famoso Museo de San Luis. L. Salpetri~re, J.M. Charest, Hospital de Arte, Van Gogh.

La cirugía, tuvo en Francia el centro de influencia sobre el resto de Europa gracias a la tradición, que arrancó con Ambrosio Paré y que con Dessault, se encarnó en la figura del gran cirujano militar Jean D. Larrey. Luego la plena asimilación de la mentalidad anatomoclinica se personificó en Guillaume Dupuytren, figura estelar en toda la primera mitad del siglo XIX: el “Bandido” monstruo del Hótel-Dieu. Discípulos de esta escuela fueron: Velpeau, Malgaigne, Delpech, Pravaz y Guerin, cuyas enseñanzas, directamente ya recibieron algunos de nuestros cirujanos...

Biografía del autor/a

Ernesto Andrade Valderrama, Academia Nacional de Medicina

Académico Honorario. Intervención del doctor Ernesto Andrade Valderrama, Presidente de la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina, en sesión conjunta con la Sociedad Colombo-Francesa de Medicina el día de su fundación y con la Academia Nacional de Medicina.

Cómo citar

[1]
Andrade Valderrama, E. 1991. Influencia de la Medicina Francesa en Colombia. Medicina. 13, 4 (dic. 1991), 47–49.

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Publicado

1991-12-08

Número

Sección

Historia de la Medicina - Museo Historia de la Medicina