Un Gran Señor e Inmejorable Profesor. Gonzalo Esguerra Gómez (24 de enero de 1902 – 21 de diciembre de 1989)

Autores/as

  • Alberto Albornoz-Plata Academia Nacional de Medicina

Palabras clave:

Gonzalo Esguerra Gómez, rayos X, Clínica de Marly, Historia de la Medicina

Resumen

En esta sesión solemne de la Academia Nacional de Medicina, para recordar al ilustre académico Gonzalo Esguerra Gómez sólo me referiré en estos 15 minutos a algunas facetas de su prodigiosa personalidad, en especial su aspecto humano y su labor como gran docente y escritor médico. Su característica principal fué su gran caballerosidad, siempre afable, cordial, listo a prestar cualquier servicio y todo lo hacía con entusiasmo y optimismo.

Su orden era proverbial y esa cualidad fue uno de los motivos para su éxito profesional; exacto en sus compromisos y si se presentaba algún inconveniente lo informaba con anterioridad, todo esto renejaba su pulcritud y educación exquisita.

Mi primer recuerdo del académico Gonzalo Esguerra Gómez se remonta a mi niñez: era yo estudiante de primaria en el Colegio de la Presentación de Bogotá en los finales del año 20. Por alguna novedad dental, con sospecha de compromiso maxilar, mi tío el médico doctor Guillermo A1bornoz-López, famoso anestesiólogo de la Casa de Salud de Peña y más tarde de la Clínica del gran cirujano Pompilio Martínez, resolvió en asocio del doctor Tiberio Rojas, (antiguo académico) clínico de gran renombre, solicitar al doctor Esguerra Gómez una radiografía de su pequeño paciente; grande fue mi asombro verme rodeado de máquinas muy extrañas que producían leve ruido de tipo ventilador y todo este examen fue sin dolor alguno.

Nos unía a las dos familias, Albornoz-Plata y Esguerra Gómez un lazo familiar lejano pero de marcado sabor emocional y siempre de adm iración por el joven radiólogo recién llegado de Europa y que había instalado su consultorio en la Clínica de Marly; sus parientes muy cercanos, la familia Esguerra Plata (Domingo, Lola de Dupuy, Cristina y Josefina), eran las primas de mi madre, María Plata-Arroyo de Albornoz, que con frecuencia se visitaban y se comentaba con entusiasmo sobre este notable y exitoso radiólogo.

Muchos años después, siendo ya médico necesité alguna radiografía y le mencioné al doctor Gonzalo ese recuerdo muy anterior en la Clínica y le solicité una cita; a los 10 minutos él me llamó y me dice: “Alberto, usted tiene historia clínica aquí en el Departamento de Radiología y es de las primeras”. Quedé maravillado de su orden y disciplina de trabajo.

Siendo su alumno en el curso de Radiología en 1940 en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, me asombré por sus magníficas lecciones-conferencias, siempre amenas, llenas de expectativa, con un orden impresionante, recalcaba lo indispensable sin frases “huecas”, su dicción excelente y fue aún más mi sorpresa cuando al final de la primera clase entregaba a cada uno de sus alumnos una tarjeta con el nombre de cada cual con las anotaciones sobre hora y fecha de las conferencias magistrales, y hora y fecha de los trabajos prácticos que eran dirigidos por sus compañeros de cátedra, el doctor Campo Elías Pedraza y Pablo Emilio Falla Orozco (abuelo del distinguido médico Pablo Emilio Archila Falla, Expresidente de la Sociedad Colombiana de Gastroenterología); todo era matemático, preciso, sin ausencias ni de los profesores y menos aún de sus estudiantes; nos sentíamos halagados recibir una tarjeta citatoria con nuestro nombre y saber de antemano los temas que ibamos a oir y en especial a “ver”; otra cosa admiré: nunca llamaba a lista a diferencia con la mayoría de otros profesores; muchos años después le recordaba este hecho y él me explicaba: Mis alumnos de ese momento al año siguiente ya serán mis colegas y quería tratarlos como tales, sin el pequeño fastidio que determinaba para unos ypara otros el hecho de pasar lista”. Todos estos detalles fueron para mi una enseñanza no sólo de radiología sino de disciplina, orden, exactitud, caballerosidad sin limites,

siempre con gran entusiasmo de tipo intrigante de lo que enseñaba; ésto me ha servido y cada vez que preparo una conferencia o una clase me viene a la mente lo que aprendí de él en la técnica de sus conferencias; años después lo seguía escuchando con deleite en muchas conferencias en la Sociedad Colombiana de Gastroenterología y en la misma forma en la Academia en su antiguo local de la carrera 9a. con calle 20 y en esta sede actual...

Biografía del autor/a

Alberto Albornoz-Plata, Academia Nacional de Medicina

Académico de Número.

Cómo citar

[1]
Albornoz-Plata, A. 1991. Un Gran Señor e Inmejorable Profesor. Gonzalo Esguerra Gómez (24 de enero de 1902 – 21 de diciembre de 1989). Medicina. 13, 2 (jun. 1991), 43–44.

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Publicado

1991-06-10
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