Neurocirugía Geriátrica

Autores/as

  • Ernesto Bustamante Zuleta Academia Nacional de Medicina

Palabras clave:

neurocirugía geriátrica, geriatría, gerontología, neurocirugía

Resumen

“Acojamos la vejez con un abrazo y amémosla con serenidad; está llena de deleites si sabes usarla. La vejez gusta del lento deleite de no necesitar ninguno. Al ir a dormir digamos cada día, alegres y gozosos: He vivido y he consumado la carrera que la fortuna me asignó”. (Séneca).

La población mayor de 60 años ha venido aumentando progresivamente en todo el mundo. Actualmente representa el 6% de la población de nuestro país según el censo de 1985. Y la tendencia es también, como en los países industrializados, a la inversión de la pirámide de la población.

La demanda de atención médica por supuesto también ha aumentado en la población de edad avanzada. En el Hospital San Ignacio los pacientes mayores de 60 años fueron el 6% en 1982 y el 12% en 1987. En el Instituto Neurológico el número de hospitalizaciones en 1978 fue de \.057 pacientes con un 12% de mayores de 60 años; en 1987 las cifras fueron 1.388 y 16% respectivamente.

Pero, “Hay viejos de 60 años y los hay jóvenes a los 90”. Esta frase destaca el hecho, de observación frecuente, de que la rapidez de envejecimiento es muy variable en un individuo a otro y que no siempre existe una correlación entre la edad cronológica y la edad biológica y que, aún cuando las funciones fisiológicas empiezan a deteriorarse a partir de los 30 ó 40 años, la velocidad del cambio es muy variable de un individuo a otro.

Actualmente se ha avanzado considerablemente en el conocimiento de cuales son las causas de este deterioro y de la muerte.

Todo ser que nace tiene que morir; inclusive toda organización, así sea puramente material, no viva, desaparecerá algún día; el universo mismo, su organización actual, se está degradando progresivamente; continuará expandiéndose por muchos miles de millones de años más, pero algún día la expansión terminará y la gravedad empezará a atraer toda la materia existente hasta el colapso total que dará origen a una nueva gran explosión para reanudar el eterno ciclo.

Pero no sólo los individuos tienen una vida limitada, las especies que han poblado y pueblan actualmente la tierra tienen un determinado período de vida y al final mueren.

Toda especie acaba por extinguirse. Hoy la tierra está poblada por unos dos millones de especies, la mayoría insectos; estos dos millones de especies representan apenas el 1% de todas las que han existido. La vida media de las especies de invertebrados está entre 5 y 10 millones de años y la de los vertebrados es más o menos la mitad de aquella. Las especies de homínidos, según el registro fósil, viven l o 2 millones de años. El Homo Sapiens existe desde hace 40 a 100 mil años, de manera que tiene, si no se autodestruye antes, una larga vida por delante.

En el hombre como individuo es claro que, en el proceso de envejecimiento y en la duración de la vida influyen una serie de factores ambientales, tales como la alimentación, el régimen de vida, el clima, etc.; pero el factor fundamental es la herencia, que determina la duración posible de la vida de un individuo. Es muy común encontrar familias de longevos, algunas bien conocidas, en las que ningún miembro de la familia ha muertq de menos de 80 años; esta duración de la vida parece estar determinada, en su mayor parte, por la duración de la vida de la madre. Es bien sabido también que las mujeres, por circunstancias ambientales y especialmente por factores géneticos viven hasta 8 años, en promedio, más que los hombres. Los mellizos idénticos, aun viviendo en ambientes totalmente diferentes, tienen una duración de vida semejante.

La duración de la vida humana probablemente no ha variado desde que la especie existe, lo que ha cambiado en el mundo moderno es la expectativa de la vida. El control de las enfermedades, la disminución de la mortalidad mfantil han hecho que la expectativa de la vida de una determinada población vaya aumentando progresivamente haciendo que más personas alcancen los 100 o 115 años que parece ger el límite máximo de la vida del hombre.

¿Cómo se puede definir el envejecimiento? En los seres vivos el envejecimiento se caracteriza por una progresiva pérdida de la capacidad funcional, lo que ocasiona un mayor riesgo de enfermedad y una mayor probabilidad de muerte. Esta pérdida progresiva de la capacidad funcional es comparable al aumento de la entropía, a la pérdida progresiva de la organización que caracteriza la evolución de las organizaciones materiales.

Como consecuencia dc su determinismo génetico la vida de los’ miembros de las distintas especies tiene una duración determinada bastante fija; así, mientras un ratón vive 3 años, una tortuga vive 150, una mosca 40 días y un caballo 30 años...

Biografía del autor/a

Ernesto Bustamante Zuleta, Academia Nacional de Medicina

Académico de Número. Profesor de Neurocirugía, Universidad Javeriana, Bogotá

Cómo citar

[1]
Bustamante Zuleta, E. 1990. Neurocirugía Geriátrica. Medicina. 12, 1 (abr. 1990), 36–38.

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Publicado

1990-04-25

Número

Sección

Artículos de Investigación