Conmemoración del medio siglo de una generación predestinada a vivir las mejores glorias de la Medicina.

Resumen

Señores de la Mesa Directiva, Antonio Ramírez Soto, Decano; Tiberio Guáqueta Gallardo y Agustín Pachón, organizadores del encuentro de Alumnos y Maestros; Señora Teresita, secretaria permanente de la Escuela del Parque de los Mártires; doctor Alvaro Vivas Trochez, gestor de la hospitalidad en esta histórica Mansión Colonial; Señores Profesores, Señoras y Señores:

La cita que se cumple en el momento, la formula una generación que hace cuatro decenios emergió del aula predestinada a vivir las mejores glorias de la Medicina. De ahí el recalentamiento regocijante del compañerismo en medio de sorpresas y añoranzas; de ahí el interés que se despierta por conocer las bienandanzas; de ahí que se invite a la tribuna a un veterano, no sólo para comprobar la manera como los inviernos de la vida escarchan las sienes y llena de nieve la cabeza, sino también con la encomiendaimplícita de descorrer el velo de la Historia y en concisas frases de limitado espacio, discurrir sobre pocos de los muchos aconteceres científicos de antaño, pero que relucen en el curso de 50 años de labores en las faenas nobles de la Medicina. Es el punto central de mi vacilante intervención.

Una nube oscura de melancolía en su curso desapacible, opaca temporalmente la celebración de esta tarde, ella es portadora de una lista penosa de profesores asistentes y compañeros de estudio desaparecidos, nos inclinamos, ante quienes muy a nuestro pesar, se han quedado tendidos en los campos por donde hemos transitado, vencidos por el cansancio del camino, mas al final de la ruta, todos juntos nos hemos de reunir frente al abismo insondable del misterio. Para aquellos se consagra nuestro fraternal respeto.

El tiempo sigue su marcha y la serenidad retorna con su auxilio; séame permitido usar la alegoría en el relato de la forma como impresionó la fantasía, la cordial invitación de ustedes para que yo representara a mis colegas en esta solemne ocasión, en que los aquí reunidós, cumplen cuarenta años de haber coronado, con dedicación y esfuerzo una carrera cuyo ejercicio en el caso contemplado, es clara demostración de dignidad y esmero...