Ética y Moral en la Despenalización del Consumo de Droga

Autores/as

  • Fernando Sánchez Torres Academia Nacional de Medicina

Palabras clave:

Farmacología, Farmacodependencia, drogadicción, despenalización del consumo de droga, ética

Resumen

Debo felicitar a las directivas de la Academia por haber propiciado la discusión de una tema de suma trascendencia médica, jurídica, ética y, sobre todo, social. Lástima grande que el pronunciamiento suyo, que ha de salir de esta reunión, no hubiera llegado oportunamente al ámbito de la opinión pública ni al despacho de las autoridades que se han venido ocupando del asunto, tal como lo hicieron otros estamentos, el parlamento, el Ministerio de Salud’, los distintos sectores de la rama jurídica, la Iglesia, los padres de familia, los educadores, etc.; infortunadamente la Academia sigue siendo ignorada por el gobierno. No obstante la tardanza, creo que aún puede tener algún alcance práctico nuestra declaración.

He leído con la atención debida el acta que registra las intervenciones de los académicos Roberto de Zubiría, Guillermo Sánchez Medina y Mario Camacho Pinto, las tres muy ponderadas y muy inteligentes. El Académico De Zubiría recomienda no utilizar el término “penalizar”, no sé si por no recoger el diccionario de la Real Academia la acepción adecuada para nuestro caso, o por considerar que lo conveniente sea “tratar”, con sentido terapeútico. Los Académicos Sánchez Medina y Camacho Pinto, por su parte, son partidarios de “educar”, adicionándole el Académico Camacho algo de acción represiva.

Como puede verse, no existe identidad respecto a la manera más conveniente como debe manejarse el problema. Eso es lo que ha ocurrido con los poderes judicial, ejecutivo y legislativo: que existen distintos puntos de vista. En estos casos, lo más adecuado es buscar un punto de equilibrio, que es el que debe pretender la Academia.

Puntos de vista nuevos han expresado el Académico José Francisco Socarrás, el doctor Eduardo Navarro, el señor Manuel Mancini y el Académico Mario Camacho Pinto.

Aceptando que es un tanto atrevido de mi parte, quiero hacer un modesto aporte a la discusión: tiene que ver con el enfoque ético del problema.

Hasta donde he creído entender, el reciente fallo de la Corte Constitucional que despenalizó el consumo de drogas adictivas, tiene que ver con lojurídico y con lo ético, con lo moral. Lo jurídico ha sido respaldado unánimemente por todas las instancias jurídicas y parte del Congreso, en tanto que el ejecutivo lo ha aceptado pero no lo ha compartido. A su vez, ’10 ético también ha sido cuestionado, en virtud del pluralismo moral que caracteriza a la época actual. Precisamente, a ello vaya referirme.

Todo gira alrededor del derecho legal, jurídico, que posee la persona: el derecho de autonomía, avalado éticamente como un principio de moral, apuntalado por fuerzas socio-políticas. Bien sabemos que hoy día en medicina, en la neoética médica, el principio de autonomía referido al paciente es el que marca la pauta en el actuar profesional. Nada puede hacerse contrariando el querer del paciente, a contrapelo suyo.

Con Sócrates, hace 25 siglos, se inicia el trato del individuo como persona y como ente social. Se dice, por eso, que él fue el iniciador de la ética, es decir, de la forma cómo debemos vivir. Para él la felicidad, el objeto de vivir, no era otro que alcanzar la perfección del alma y esa perfección estriba en el conocimiento del bien y del mal. Sostenía también Sócrates que el juez que mora en cada uno de nosotros “:”‘nuestra conciencia- no puede ceder sus funciones a otro magistrado. Interpretando la tesis socrática, “en última instancia, será cada individuo quien habrá de ver y de juzgar por sí lo que constituirá la bondad de su conducta. El individuo, si es hombre completo, habrá de trocarse en moralmente autónomo, y tendrá que ser señor de su propia vida” (CORNFORD).

Así entendida la capacidad de autogobierno o autonomía, se constituye en un derecho moral que genera el deber de respeto por parte de las otras personas. En otras palabras, la autonomía es un principio filosófico íntimamente ligado al precepto jurídico (constitucional) de intimidad. “Este derecho legal a la autodeterminación ya la intimidad ha sido una poderosa restricción para el paternalismo tradicional y benévolo del médico y un impulso a la doctrina del consentimiento informado”.

La gran preponderancia que se le ha dado al principio de autonomía tiene su explicación en las bases filosóficas en que se sustenta, desde finales del siglo XVII (con J. Hocke en su Tratado del Gobierno Civil) se establece que el hombre es libre e igual por naturaleza. “Nadie tiene soberanía sobre otro, si no es a través de un contrato suscrito libremente”. Por su parte Kant, en el siglo XVIII, pregona que la libertad es esencial para toda moralidad y que, por lo tanto, la autonomía es la base de la dignidad de la naturaleza humana y de toda naturaleza racional. En el siglo XIX John Stwrt Mill, en Sobre la Libertad, señala que la única restricción a la libertad es el daño a los demás, no el daño a uno mismo.

Así las cosas, no es difícil entender por qué la Corte Constitucional-por mayoría- se inclinó a favor del derecho de autonomía...

Biografía del autor/a

Fernando Sánchez Torres, Academia Nacional de Medicina

Médico Cirujano. especialista en Ginecobstetricia. Presidente del Tribunal Nacional de Ética Médica, Miembro fundador y director del
Instituto Colombiano de Estudios Bioéticos y de la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina.

Cómo citar

[1]
Sánchez Torres, F. 1994. Ética y Moral en la Despenalización del Consumo de Droga. Medicina. 16, 3 (sep. 1994), 51–52.

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Publicado

1994-09-28

Número

Sección

Revisiones de Temas