DE LA ACADEMIA

El privilegio de una larga vida 

The privilege of a long life 

Teobaldo Coronado Hurtado1


1. Médico cirujano. Especialista en Anestesiología y Reanimación. Magister en Filosofía, Ética y Filosofía Política. Academia Nacional de Medicina. Miembro Correspondiente, Expresidente, Capítulo Atlántico.



Recibido:

  1. de marzo de 2024

    Aceptado:

  2. de marzo de 2024

Correspondencia: teobaldocoronado83@gmail.com


DOI: 10.56050/01205498.2351




Mi primer acercamiento a la Academia Nacional de Medicina se dio en alguna reunión a la que tuve oportunidad de asistir, por allá a comienzos de la década de los 80. Lejos estaba en mi mente, por aquellas calendas, formar parte, algún día, de esa casta de “Hombres de Bien” de médicos sabios que constituyen una Academia de Medicina, mucho menos, ocupar el puesto dignísimo de presidente, treinta años después, durante los periodos 2014-2016; 2016-1018. Cicerón afirma con insistencia que “la sabiduría es el rasgo característico de la vejez” (1). Según Jorge Luis Borges “La vejez (tal es el nombre que los otros le dan) puede ser el tiempo de nuestra dicha. El animal ha muerto o casi ha muerto. Quedan el hombre y su alma” (2). Para Platón en la edad senil el ser humano tiene el privilegio de alcanzar una vida virtuosa signada por su prudencia, sagacidad, discreción y buen juicio (3). Que lo habilitan, además, para desempeñar con su rica experiencia cargos públicos, administrativos, directivos, jurisdiccionales y gubernamentales. La calidad de vida y el saber hacer propios de la vejez, según el filósofo fundador de la academia, están determinadas por la forma juiciosa, ordenada y disciplinada como se comportó durante su juventud y adultez.



Quienes tienen la dicha de tener una larga vida, llegar a longevos, en pleno uso de sus facultades intelectuales, se constituyen en individuos singulares por su carácter inexpugnable ante la impudicia, personalidad recia ante la adversidad, conducta transparente, sin tachas y un alma amorosa que brilla con luz propia en el servicio a los demás. Características todas que al mismo tiempo que son determinantes del valor intrínseco del individuo van en provecho del valor intrínseco de la vida comunitaria, en forma cooperativa, lo que Ronald Dworkin califica como “Valor instrumental de la vida” (4), expresión del valor que el hombre individualmente tiene, por participar sus importantes competencias al resto del conglomerado lo colocan en posición destacada con relación a los otros. La comprobada mejor calidad de vida fruto de su esfuerzo, disciplina, consagración, estudio y trabajo lo llevan a alcanzar superioridad racional e intelectual sobre los demás. Adquiere una categoría tal que le dan el derecho a exigir trato distinto por parte del Estado a la hora crucial de evaluar mayor o menor edad, mayor o menor cantidad de vida disponible. Su gran calidad de vida supera parámetros de cantidad de vida posible, medidos o calculados, con mentalidad utilitarista, a partir de la edad biológica. Kant, por ejemplo, sostiene que la vida de filósofos y hombres de ciencia debe ser cuidada y protegida al máximo para que alcancen una larga existencia; y, los otros hombres, la humanidad, no se pierda de la invaluable riqueza de sus conocimientos, rica experiencia y gran sabiduría. Riqueza mayor, sin duda, en sujetos igualmente mayores en edad (5).

El concepto de longevidad hace referencia a la duración de la vida de un ser humano o, en general, de un organismo biológico. Se prevé que el número de personas de 80 años o más se triplique entre 2020 y 2050, hasta alcanzar los 426 millones (6). Tener la dicha de formar parte de una generación nueva de seres humanos con el privilegio etario de una larga vida, de alcanzar la longevidad, en forma plena y saludable es oportunidad magnífica para seguir soñando con proyectos que hasta no hace mucho tiempo eran exclusivos de la gente joven. La posibilidad, por ejemplo, de seguir estudiando, de seguir aprendiendo nos aproxima al reconfortante espíritu juvenil, nos aleja o mitiga las inclemencias de la senectud. Mientras estés aprendiendo, no eres viejo.

Vivir más allá de las expectativas señaladas por los parámetros de supervivencia demográfica no implica “ser viejos por más tiempo”. La longevidad es un privilegio que permite ampliar y disfrutar años más de vida activa, productiva, apasionante, plena y, por supuesto, saludable. El filósofo suizo Henri - Frédéric Amiel sostenía, en pleno siglo XIX, que: “Saber envejecer es una obra maestra de la cordura y una de las empresas más difíciles del arte de vivir” (7).

La longevidad, sin duda, es un canto de victoria ante lo inexorable de la muerte; más aún, ante la disyuntiva de morir joven por causa de los embates de la virulenta violencia que a diario nos acosa. “Debemos aceptar el destino ineludible de la muerte, ligado con nuestra finitud estructural y ontológica; pero tendremos que luchar con todas nuestras fuerzas para prolongar al máximo nuestra existencia fenoménica, ganarnos en franca lid, contra las constantes amenazas que nos rodean, el derecho a una vida larga y productiva” (8).

Cierto es, en medida que sentimos el peso de los años va disipando el miedo a la muerte como tal. Preocupan, en verdad, las circunstancias del hecho de morir y, con el deseo, aspirar a un trance final tranquilo, rápido e indoloro. Sin tanto sufrimiento personal ni familiar. Lo que no quiere decir estemos suspirando por el sueño eterno. Es la aceptación, diría que racional, de la realidad de la muerte, antes negada o no aceptada, cuando vivencias cotidianas colmadas por la intensidad de las ocupaciones y el ímpetu de las pasiones no daban lugar para pensar en ella. Tal vez, pueda explicarse la actitud, ahora, comprensible ante el irremediable designio final de los que hemos alcanzado honrosa longevidad por la satisfacción de advertir nuestras ilusiones hechas realidad. La alegría del deber cumplido. El regodeo de haber vivido como Dios manda. El sosiego que trae consigo la conciencia tranquila y en paz. El logro de lo que podríamos considerar plenitud del ser. Hay que “envejecer sin permitir que el corazón envejezca, manteniendo el gusto por el mundo, por los placeres, evitando la doble trampa de la introspección preocupada y el disgusto”, dejando que el niño que está dentro nos ponga “en una posición de asombro ante la vida petrificada y fosilizada” (9). “No es la felicidad la que te hace sonreír, es sonreír lo que te hace feliz”.

Nos advierte un antiguo adagio árabe (10). Con la seguridad de que sonriendo es como hacemos felices a tantos que esperan de nuestro aprecio y cariño. Sonreír no cuesta nada. “Conserva siempre sobre tu rostro, una dulce sonrisa, reflejo de la que el Señor continuamente te dirige” (11), nos aconseja Teilhard de Chardin.


Referencias

  1. Cicerón MT. Dialogo entre Catón, Escipión y Lelio. En: De Senectute. Madrid: Editorial Triacastela; 2001. p. 18-20.

  2. Platón. La República [Internet]. 1970. Disponible en: https://books.google.com.co/books/about/Elogio_de_ la_Sombra.html?i

  3. Dworkin, R. Dominio de la vida. Madrid: Ariel.1994. p. 87.

  4. Kant, I. Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Madrid: Espasa-Calpe. 2006. p. 112.

  5. Kant, I. Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Madrid: Espasa-Calpe. 2006. p. 112

  6. Envejecimiento y salud [Internet]. Who.int. [consultado marzo 5 de 2024]. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/ageing-and-health#Panorama%20General .

  7. Sobre longevidad y filosofía en la historia [Internet]. Sobre longevidad y filosofía en la historia | El Diario de Salud. [consultado marzo5 de 2024]. Disponible en: https://eldiariodesalud.com/catedra/sobre-longevidad-y-filosofia-en-la-historia

  8. Papachini A. El Problema de los Derechos Humanos, Textos UniValle p.49

  9. Bruckner P. Un instante eterno: Filosofía de la longevidad. Madrid, España: Ediciones Siruela S.A; 2023.

  10. Basgaard S. ¡Alegría! [Internet]. Aleteia. 2013 [consultado marzo 6 de 2024]. Disponible en: https://es.aleteia.org/2013/12/13/alegria.

  11. De Chardin T. Canta y camina [Internet]. Canta y camina. [consultado marzo 6 de 2024]. Disponible en: https://cantaycamina.net/adora-y-confia-oracion-en- los-momentos-dificiles-teilhard-de-chardin-sj