EDITORIAL
de abril de 2024
de abril de 2024
DOI: 10.56050/01205498.2321
Colombia
envejece, mientras la natalidad disminuye. La pirámide poblacional se
invirtió y el índice de envejecimiento (cociente resultante de dividir
la población mayor de 65 años entre la población menor de 15 años,
multiplicado por 100) es superior a 70, y seguirá aumentando en los
años venideros, informa el Departamento Administrativo Nacional de
Estadística (DANE - https://www.dane.gov.co/)
Hay dos formas de envejecer. La primera es exitosamente, manteniendo la capacidad funcional que permite bienestar en la vejez, preservando las funciones cognitivas y físicas, y permitiendo mantener las actividades sociales. La segunda, sin éxito, cuando las personas desarrollan una o más enfermedades relacionadas con la edad, como por ejemplo enfermedades cardiovasculares y metabólicas, o trastornos cognitivos como la demencia.
Etimológicamente “envejecimiento” significa “acción o resultado de ponerse viejo”, mientras que “longevidad” significa “cualidad de vivir por mucho tiempo”. Ambos términos son usados indistintamente, sin embargo, longevidad se enmarca en el concepto de envejecimiento saludable o exitoso. La longevidad debe ser entendida como una oportunidad y un desafío a la vez, que debe replantear los sistemas de salud.
La Década del Envejecimiento Saludable (2021-2030), declarada así por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ofrece la oportunidad de aunar a los gobiernos, la sociedad civil, los organismos internacionales, los profesionales, las instituciones académicas, los medios de comunicación y el sector privado en torno a diez años de acción concertada, catalizadora y de colaboración para mejorar las vidas de las personas mayores, sus familias y las comunidades en las que viven. En el mundo hay ya más de mil millones de personas que tienen 60 años o más, la mayoría de ellas en países de ingresos bajos y medianos. Muchas de esas personas no tienen siquiera acceso a los recursos básicos necesarios para una vida plena y digna. Muchas otras se enfrentan a numerosos obstáculos que les impiden participar plenamente en la sociedad.
Por
qué los humanos desarrollan enfermedades relacionadas con la edad es
un enigma que vale la pena estudiar seriamente. Sin embargo, un enigma
aún más fascinante es comprender cómo algunas personas son capaces de
vivir durante un siglo o más (centenarios). El estudio de los
centenarios, el fenotipo extremo de la longevidad, es crucial para
comprender los mecanismos que regulan el
envejecimiento y las condiciones relacionadas con la edad. Los
centenarios son personas únicas, en quienes la combinación de estímulos
externos encontrados durante toda la vida y los factores hereditarios
les permiten llegar a esa edad, en la mayoría de los casos
exitosamente. Para la prevención de enfermedades relacionadas con la
edad, será transcendental desarrollar intervenciones médicas que nos
permitan replicar la biología de
los centenarios en una persona promedio.
La longevidad no es un tema nuevo. En el primer libro de la Biblia es particularmente mencionada. Las cifras oscilan entre 120 años (Génesis 6:3), hasta los 969 años que se le atribuyen a Matusalén, hijo de Enoc, quien, a su vez, vivió 365 años (Génesis 5:21-27). Esta observación pone de manifiesto la influencia de los factores hereditarios en la longevidad, sin que se descarten los factores medioambientales. Adicionalmente, se menciona en Job 12:12 que “en los ancianos está la ciencia, y en la larga edad la inteligencia”; máxima que bien sirve de pilar para la lucha contra el edadismo.
En este número de MEDICINA se publican la mayoría de las conferencias ofrecidas durante el Foro Longevidad y Centenarios (25 de abril de 2024), así como una serie de artículos sobre el particular, recibidos luego de una convocatoria abierta. Dichos artículos corresponden principalmente a trabajos originales de investigación, a revisiones de tema y a reflexiones.
Se
resaltan los artículos de investigación sobre la evaluación de la edad
biológica (distinta a la cronológica), y aquellos basados en la
encuesta de salud, bienestar y envejecimiento (SABE) y del Censo
Nacional de Población y Vivienda del 2018. Así mismo, se presentan
datos
originales de nonagenarios y centenarios ingresados en una unidad de
agudos, y de los tipos de cáncer en pacientes longevos del laboratorio
de patología del Instituto Nacional de Cancerología de Colombia
durante el período 2021-2024.
Dos artículos sobre intervenciones corresponden a las estrategias de tratamiento de cáncer para la población mayor, y a los beneficios de la rehabilitación pulmonar en tolerancia al ejercicio y calidad de vida en ancianos con enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Dentro de los artículos de revisión resaltamos aquellos sobre fracturas de cadera en centenarios, y sobre la investigación en longevidad. Se presenta también una completa revisión sobre inmunosenescencia y autoinmunidad; sobre la medición de la edad biológica con biomarcadores, y sobre la relación entre longevidad y tiempo generacional en mamíferos. Finalmente, hacemos un llamado por una Colombia amigable para las personas mayores a través de una reflexión de la política pública nacional de vejez y envejecimiento.
Gracias a todos quienes participaron en este número, cuyos manuscritos contribuyen a la calidad de MEDICINA y a la difusión de un tema de suma importancia: la longevidad: “un privilegio que no se concede a todo el mundo”, como lo señaló Jocelyne Saucier. También agradezco la participación, discusiones y enseñanzas de los colegas de la Alianza Centenarios en el desarrollo del proyecto, a la Junta Directiva de la Academia Nacional de Medicina en la organización del Foro, y la colaboración de César Pérez en la elaboración de este editorial.