RECORDANDO AL PROFESOR JOSÉ FÉLIX PATIÑO RESTREPO
Tributo
al Profesor José Félix Patiño Restrepo por la creación de la Asociación
Internacional para el Metabolismo Quirúrgico y la Nutrición
Dan L. Waitzberg.¹
1. Profesor
Asociado Departamento de Gastroenterología, Facultad de medicina, Jefe
de Laboratorio de Metabolismo en Cirugía, LIM-35, Coordinador de la
Comisión de Nutriología, Director General de Grupo Ganep - Nutrición
Humana, Universidad de Sao Paulo, Brasil. Director Científico Bioma4me
Correspondencia:
dan@ganep.com.br
DOI: 10.56050/01205498.2249
Con
motivo de la edición conmemorativa de la revista Medicina en honor a
la memoria del profesor José Félix Patiño Restrepo, me vino a la mente
la influencia que tuvo el profesor Patiño en mi vida académica y profesional.
Esta
historia comienza en 1970, cuando, siendo estudiante de medicina,
participé en actividades de investigación experimental en el
Laboratorio de Metabología Quirúrgica de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Sao Paulo. Allí, bajo la dirección del Prof. Ernesto
Lima Gonçalves, me presentaron el universo del metabolismo quirúrgico.
En ese momento, algunos cirujanos jóvenes, como Marcel C. Machado, Rui
Bevilacqua y José Eduardo Monteiro da Cunha, regresaron de los Estados
Unidos, en donde habían trabajado en los servicios clínicos y
experimentales de los profesores Francis D. Moore, Thomas E. Starzl,
entre otros. Estos cirujanos digestivos trajeron al laboratorio ideas
innovadoras en metabolismo y nutrición en cirugía. Esta convivencia
despertó mi interés y motivación para, luego de realizar mi residencia
en cirugía del tracto digestivo, ingresar al área de investigación
experimental y clínica en metabolismo y nutrición del paciente
quirúrgico, donde me desempeño hasta el día de hoy.
La participación en congresos de cirugía en Brasil y en el exterior me
permitió entablar amistad con destacados cirujanos mexicanos como los
Drs. Luis Ize Lamache, José Antonio Carrasco y Humberto Arenas, entre
otros. Por invitación de ellos participé en el congreso de la FELAC en
la Ciudad de México en 1992, cuando me hablaron de la iniciativa del ya
muy famoso profesor colombiano Dr. José Félix Patiño Restrepo en la
creación de una sociedad de nutrición en cirugía integrada a la
tradicional International Society of Surgery (ISS)/Société
International de Chirurgie (SIC). Este fue mi primer contacto con el
Prof. Patiño, quien me invitó a ser uno de los miembros fundadores e
inmediatamente aceptó mi sugerencia de incluir el nombre de me
tabolismo en la sociedad, que se llamó Asociación Internacional para el
Metabolismo Quirúrgico y la Nutrición (IASMEN por sus siglas en
inglés). Me impresionó mucho el Prof. Patiño por su extrema
generosidad, brillante inteligencia y profundo conocimiento quirúrgico
y metabolismo quirúrgico. Emocionado, inmediatamente acepté la
invitación.
IASMEN fue fundada por el Prof. Patiño en Hong Kong en 1993 durante el
35º Congreso Mundial de Cirugía, con el objetivo de estimular la
educación, colaboración e investigación en el área. El éxito de IASMEN
fue inmediato, con una importante presencia en el congreso de la
Sociedad Internacional de Cirugía y teniendo como presidentes a
cirujanos con gran experiencia en metabolismo y nutrición en cirugía (Tabla 1).
En 1999, IASMEN creó la conferencia “José Félix Patiño Honorary Lecture” impartida por primera vez por el Prof. Douglas Wilmore con el título: Cuidado Metabólico y Nutricional de Pacientes Quirúrgicos en el Siglo XXI. Foto 1.
Posteriormente,
el prof. Patiño me honró al invitarme a participar con un capítulo de
su muy conocido libro “Metabolismo Nutrición y Shock” editado en
Colombia, en conjunto con Sonia Echeverri, en el 2006.
En noviembre del 2014, la
Comisión de Salud de la Academia Nacional de Medicina, presidida por el
Prof. Patiño y la Asociación Colombiana de Nutrición Clínica, me invitó
al foro sobre “Legislación de los Alimentos con Propósitos Médicos
Especiales (APMES)”, en compañía con el Prof. Jens Kondrup (Dinamarca),
quien era en ese momento el Presidente del Consejo de Nutrición de la
Corporación de Hospitales de Copenhague, Dinamarca y Presidente de la
Sociedad Danesa de Nutrición Clínica; para tratar un tema relacionado
con la reglamentación de los APMES por parte de Ministerio de Salud
Pública en Colombia y la posible exclusión de cobertura por parte del
sistema de salud y que generaría gran afectación para los pacientes que
requirieran terapia médica nutricional (1).
Nombre | Año | País |
Rafael Vara Thorbeck | 1993-1995 | España |
Ivan D.A. Johnston | 1995-1997 | Reino Unido |
John L. Rombeau | 1997-1999 | Estados Unidos |
Peter B. Soeters | 1999-2001 | Holanda |
Akira Okada | 2001-2005 | Osaka, Japón |
Kenneth C. Fearon | 2005-2007 | Glasgow, Escocia |
Dan L. Waitzberg | 2007-2009 | Sao Paulo, Brasil |
Olle Ljungqvist | 2009-2013 | Suecia |
José E. Aguilar-Nascimento | 2013-2015 | Cuiabá, Brasil |
Dileep Lobo | 2015-2017 | Nottingham, Reino Unido |
Takashi Higashiguchi | 2017-2019 | Mie, Japón |
Anders Thorell | 2019-2022 | Suecia |
Tabla 1. Presidentes de IASMEN
Foto 1. Entrega
de la placa por la primera “JF Patiño Lecture”, World Congress of
Surgery,Viena 1999. De izquierda a derecha: Dr. John Rombeau, Dr. José
Félix Patiño y Dr. Douglas Wilmore, Jefe de Cirugía en el Brigham,
Harvard Medical School, responsable de dictar 1ª “Conferencia J.F.
Patiño” en el Congreso Mundial de Cirugía celebrado en Viena.
En
2017, invité al Prof. Patiño para escribir el prólogo de la quinta
edición de mi libro “Nutrición oral, enteral y parenteral en la
práctica clínica”, editado por Editora Atheneu, Rio de Janeiro, Brasil.
El mencionado prólogo es una verdadera obra de erudición y conocimiento
científico que muestra claramente la grandeza de la personalidad del
Prof. Patiño.
Durante
muchos años tuvimos una maravillosa y enriquecedora convivencia en la
que la gigantesca cultura universal del Prof. Patiño siempre estuvo
presente. En un almuerzo en el Gun Club, en compañía de la nutricionista
Patricia Savino, quien conoce mi amor por la música clásica y la ópera,
el Prof. Patiño me entregó un ejemplar de su libro “Maria Callas”. La
Divina. La prima Donna Assoluta. La Voz de Oro Del Siglo XX. Confieso
que cuando leí este libro, sentí que estaba viviendo con la cantante,
tal es el encanto de ese libro. Pensé
que la mejor manera de honrar al Prof. Patiño, era buscar algo nuevo
dentro del universo de la nutrición y el metabolismo en cirugía.
En
este sentido, reflexioné sobre la verdadera revolución que supuso
para los cirujanos del aparato digestivo el conocimiento de la
microbiota intestinal, revelada por la secuenciación genética. De
hecho, una nueva forma de entender las enfermedades del tratamiento
quirúrgico, el metabolismo y las complicaciones postoperatorias. La
microbiota intestinal humana (MI) comprende el conjunto de
microorganismos que habitan en el intestino, tales como bacterias,
arqueas, virus, fagos y hongos. En el colon están presentes el 70 % de
las bacterias de nuestro organismo, que establecen una estrecha
relación bidireccional con la barrera de la mucosa intestinal, con
respuestas locales y sistémicas en cuanto a integridad mucosa, inmunidad e inflamación.
En
condiciones de adecuada convivencia con MI, tenemos la situación de
normobiosis, en la que bacterias comensales y simbióticas se encuentran
en equilibrio con las enteropatógenas. En la normobiosis nos
beneficiamos en el fortalecimiento de la barrera intestinal, la
tolerancia inmunológica y la producción de una gran cantidad de
moléculas sintetizadas por la microbiota intestinal (2).
Sin
embargo, en condiciones adversas, como alimentación inadecuada,
sedentarismo, consumo de tabaco y alcohol, estrés físico y emocional,
presencia de enfermedades, empleo de antibióticos y otros
medicamentos, podemos encontrarnos con una situación de disbiosis, donde
las bacterias enteropatógenas superan las simbióticas y las
comensales. En la disbiosis, aumenta la permeabilidad intestinal,
puede ocurrir la translocación de microorganismos y moléculas
inapropiadas, y se establece una respuesta inflamatoria, cuya intensidad
puede depender del tipo y la intensidad de la prevalencia de bacterias
patógenas. Como resultado, perdemos los beneficios de la normobiosis (3,4).
El
mayor conocimiento de la composición de la microbiota bacteriana
intestinal, a través de la secuenciación genética, permitió establecer
asociaciones entre diferentes firmas microbiológicas en salud y
enfermedad. La incorporación de la metabolómica-análisis de metabolitos-
nos permitió identificar miles de pequeñas moléculas producidas por
bacterias intestinales, que interactúan con nuestro metabolismo y
genes. La unión del metaboloma bacteriano con el nuestro puede
entenderse como el metaboloma sistémico. Como resultado, se ha
avanzado en la comprensión de los mecanismos por los cuales la
microbiota intestinal interactúa con el huésped en diferentes
condiciones de salud y enfermedad (5,6).
Los
pacientes preoperatorios pueden tener disbiosis debido a la
enfermedad subyacente. Un ejemplo común es la alteración de la MI en
pacientes con cáncer de colon. Hubo un aumento en la diversidad
microbiana en la mucosa y una abundancia diferencial de tasas
bacterianas específicas en comparación con los controles en pacientes
sin cáncer. Los microorganismos patógenos asociados a la boca están
sobrerrepresentados en los tumores de colon y tienden a ocurrir
simultáneamente. Llama la atención la mayor presencia de peptostreptococcus en mucosa intestinal y heces, que podría convertirse en un biomarcador de cáncer colorrectal (7).
Las
comorbilidades preoperatorias también pueden estar asociadas a
disbiosis (diabetes, hipertensión, tabaquismo, uso de esteroides),
desnutrición previa, preparación preoperatoria (ayuno, terapia nutricional enteral y parenteral, preparación mecánica de colon,
antibióticos) (8,9,10).
). Lo mismo puede ocurrir en el postoperatorio (resección intestinal,
exceso de aporte de líquidos intravenosos, uso de opioides,
isquemia/reperfusión por la respuesta orgánica al traumatismo e
inflamación, así como cambios en la motilidad, oxigenación y pH de los
micronichos ecológicos intestinales (11,12).
Además, las bacterias comensales pueden modificar su comportamiento en
condiciones adversas y volverse enteropatógenas y virulentas. Un buen
ejemplo es lo que puede ocurrir en condiciones de cirugías difíciles,
que requieren transfusión y mayor tiempo intraoperatorio, lo que puede
promover la liberación de señales compensatorias en el huésped con
manifestación local en el área operatoria. La microbiota local es capaz
de captar estas señales, y procesarlas de manera que aumente su
capacidad de adhesión al tejido y aumente su producción de colagenasa.
En un paso posterior, esta modificación de la microbiota puede asociarse
con dehiscencia mediada por bacterias (13).
La bacteria Enterococcus faecalis,
prevalente con frecuencia en las anastomosis intestinales, produce la
enzima gelatinasa, que degrada el colágeno y activa las
metaloproteinasas de la matriz intestinal, capaces de degradar el
colágeno y contribuir a la dehiscencia de la anastomosis (14).
Los
cirujanos pueden ayudar a reducir la disbiosis y sus efectos nocivos
desde el período preoperatorio. Por ejemplo, evitar la preparación del
colon cuando sea posible y refinar el empleo de antibióticos
profilácticos debido a sus consecuencias dañinas para la microbiota
residente.
En
el intraoperatorio, mantener siempre una técnica quirúrgica precisa,
evitar hemorragias y transfusiones de sangre, manipular los tejidos
con delicadeza, realizar anastomosis digestivas dentro del más alto
nivel técnico y optar siempre que sea posible, por vías de acceso menos
traumáticas y de menor impacto inflamatorio.
Entre
las diferentes posibilidades de modificar la composición de la
microbiota intestinal se destacan los prebióticos, probióticos y
simbióticos, cuyo consumo ha aumentado exponencialmente en la última
década (15,16).
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