Ciencia, tecnología e innovación en salud para pos COVID-19
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Pablo J. Patiño ¹
DOI: 10.56050/01205498.2203
Resumen
Las presiones sociales, económicas y sobre el sistema de salud que
ha producido la pandemia de la
COVID-19 desencadenaron situaciones de diversa índole que pusieron en
evidencia las capacidades y
limitaciones de los sistemas de CTI y de salud en todo el mundo. La
mayor parte de los países tuvieron
una respuesta errática que se concentró en la aplicación de medidas de
aislamiento, distanciamiento
social y uso de dispositivos de protección individual y solo fue hasta
la aparición de las vacunas y su
aplicación masiva que se cambiaron de forma radical las condiciones. El
principal aprendizaje puede
ser que para responder a los efectos globales de una enfermedad
infecciosa se requiere conocimiento
científico y desarrollo experimental que permitan crear e implementar
iniciativas que ofrezcan las
mejores alternativas para abordar los desafíos que se producirán como
consecuencia de epidemias
futuras. Colombia tiene la oportunidad de consolidar un sistema de CTI
en salud que, además de ayudar a resolver muchas de las dificultades
que se evidenciaron en el contexto de la COVID-19, podría
robustecer el aparato científico para generar procesos de innovación
que preparen a la sociedad para
situaciones que afecten la salud de manera significativa.
Palabras clave: Pandemia;
COVID-19; Sistema de CTI en salud; Investigación y Desarrollo;
Determinantes Sociales de la Salud; Sistema salutogénico; Preparación a
pandemia.
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¹ MD, MSc, DSs. Profesor titular. Facultad de Medicina,
Universidad de Antioquia. Orcid: 0000-0002-3234-0371.
Science, technology and innovation in health for post-COVID-19
Abstract
The social, economic and health effects produced by the COVID-19
pandemic triggered
several situations that revealed the capacities and limitations of the
STI and health systems
around the world. Most of the countries had an erratic response that
focused on the application of isolation measures, social distancing,
and the use of individual protection devices, and
it was only until the appearance of vaccines and their massive
application that conditions
were radically changed. The main lesson may be that responding to the
global effects of an
infectious disease requires scientific knowledge and experimental
development to create and
implement initiatives that offer the best alternatives to address the
challenges of future epidemics. Colombia can consolidate a STI system
in health that, in addition to helping to solve
many of the difficulties that became evident in the context of
COVID-19, could strengthen the
scientific apparatus to generate innovation processes to prepare
society for those situations
that significantly affect health.
Keywords: COVID-19 pandemic; Health science,
technology and innovation system (STI);
R&D; Social determinants of health; Salutogenic system; Pandemic
preparedness.
Introducción
La coyuntura causada por la pandemia de la COVID-19 puso en evidencia
algunas fortalezas, pero en
especial serias debilidades del sistema de salud colombiano. Aunque
esta situación sigue siendo una oportunidad para proponer y desarrollar
estrategias novedosas con respecto a la salud y el bienestar de
nuestras
comunidades, que aborden retos tales como la sostenibilidad financiera
del sistema y la capacidad para garantizar la prestación del servicio a
los grupos poblacionales más vulnerables, debería igualmente permitir
una verdadera articulación con lo que se ha denominado sistema de
ciencia, tecnología e innovación (CTI)
en salud. Para avanzar en esta dirección, es posible
adoptar conceptualizaciones y acciones que conduzcan a un sistema de
salud basado en el mejor conocimiento posible, que al mismo tiempo que
enfrente
las necesidades existentes responda a los desafíos, no
solo los de la pandemia por COVID-19, sino aquellos
que surgen de problemáticas de salud que ya existían
antes de la pandemia como las enfermedades crónicas
no transmisibles (ENT), la enfermedad mental, el uso
de drogas legales e ilegales, el trauma automotor, los
efectos de la malnutrición en la salud, las condiciones
asociadas a la contaminación del aire y en especial los
efectos del calentamiento global sobre la salud.
Contexto
Antes de la COVID-19 el Instituto Nacional de Salud
había estimado que el 53 % de todas las muertes en
Colombia eran evitables mediante acciones del sistema de salud y con la
implementación de políticas
públicas transectoriales que intervengan las causas directas o
estructurales de estos desenlaces en salud (1).
Adicionalmente, el indicador de autopercepción de
la salud era regular o malo en contextos rurales con
menor nivel educativo, en especial aquellas personas
afiliadas al régimen subsidiado de salud. Son los campesinos, obreros
del campo y trabajadores domésticos
los que reportan una peor autopercepción de salud. Es
decir, las personas más desfavorecidas en términos de
condiciones de vida y acceso a servicios, con menor
poder adquisitivo, y con mayores niveles de exclusión
por su posición en la estructura social, son las que tienen una baja
percepción de la calidad de la salud (2).
La llegada de la COVID-19 generó un escenario mucho más complejo, pues
no solo se convirtió en la
principal causa de mortalidad en todo el mundo, sino
que además condujo a la aparición de una sindemia
como consecuencia de su asociación con la epidemia
de algunas de las ENT con mayor impacto en la salud
(3). Aunque en un principio la COVID-19 fue considerada por muchos como
‘el gran igualador’ por su capacidad de afectar a personas de
diferentes grupos de
edad, condiciones socioeconómicas o prestigio (4), en
cuestión de pocos meses se evidenció que las disparidades raciales y
socioeconómicas se asociaban con un
mayor riesgo de infección, gravedad y mortalidad por
COVID-19 (5). Esto se vio agravado por un contexto
como el colombiano, en el que la sindemia interactúa
con las desigualdades demográficas y socioeconómicas, lo cual condujo a
diferencias en la mortalidad por
COVID-19 en términos de grupos de edad, sexo, etnia,
tipo de régimen de seguro de salud y estratos socioeconómicos (6, 7) y
por tanto desencadenó una crisis
humanitaria que finalmente tuvo su origen en la desigualdad inveterada
de nuestro país.
Para responder a una situación como la descrita y que
aún persiste, es urgente plantear e implementar iniciativas que
ofrezcan múltiples opciones. En este sentido, el
conocimiento científico, el desarrollo experimental y la
innovación social y tecnológica pueden ser las mejores
alternativas para abordar los desafíos que puso de manifiesto la
COVID-19 y aquellos que se producirán por
situaciones sobrevinientes futuras.
Líneas estratégicas o programáticas para
consolidar un sistema de CTI en salud
A pesar de los enormes efectos que tuvo sobre la salud,
la economía, la educación y las relaciones interpersonales, la pandemia
de la COVID-19 puede convertirse en
una gran oportunidad para nuestro país. La CTI brinda
la posibilidad de resolver muchos de los problemas que
esta enfermedad evidenció o incrementó, pero adicionalmente puede
preparar al país para los desafíos que
plantearán futuras epidemias. Para esto es indispensable
proponer abordajes basados en investigación y desarrollo (I+D), en
ciencia convergente, en medicina de traslación, en innovación social y
tecnológica, en apropiación
social del conocimiento y en educación en salud, de manera que se
puedan implementar líneas estratégicas que
hagan parte de un sistema de CTI en salud (CTIS). El
contexto actual obliga a una política de CTI que fortalezca la I+D en
salud, y que al mismo tiempo favorezca
el bienestar y la salud de la población, la reducción de
las desigualdades y la injusticia social, así como el logro
de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (8).
Las siguientes líneas estratégicas son tomadas parcialmente de las
propuestas del foco de Ciencias de la
Vida y de la Salud de la Misión Internacional de Sabios 2019 (9, 10) y
de la propuesta de política de CTIS
en salud (POCTIS)1 que plantean un direccionamiento
del sistema de CTIS hacia:
i. el análisis y producción de
conocimiento acerca
de los determinantes sociales de la salud (DSS) y
su relación con la inequidad de la salud. Uno de
los aspectos más sensibles para las comunidades y que se evidenció con
la COVID-19, corresponde a
las inequidades en la atención médica por razones
económicas, pero también geográficas, raciales,
étnicas, de género y de edad, así que es necesario
realizar investigación que permita comprender y
dar respuesta a los DSS;
ii. la atención de las prioridades en salud pública mediante el
conocimiento de las ciencias biomédicas
como una herramienta para la prevención de enfermedades, la promoción
de la salud, así como la formulación y optimización de tratamientos e
intervenciones para su control, lo que permitirá consolidar
las capacidades de I+D (CTI para las ciencias de la
vida y de la salud). Para ello, debería seguirse la estrategia de
medicina de traslación (11).
iii. Como se propuso en el punto anterior, la estrategia de medicina de
traslación puede permitir la
consolidación de un modelo productivo a partir de
la innovación para la salud por medio del aprovechamiento de las
oportunidades de desarrollo que
el sector tiene en temas como biotecnología, terapia con productos
biológicos, dispositivos médicos y salud digital basada en la cuarta
revolución
industrial (CTI para el desarrollo productivo);
iv. la participación de las personas y comunidades para
promover el mejoramiento de la salud y el bienestar
a partir de procesos de comunicación y apropiación
social del conocimiento (CTI para la comunidad);
v. procesos de CTI dirigidos a los retos para la transformación del
sistema para una mejor gestión de
la salud y asegurar el acceso apropiado a servicios
de salud (CTI para el sistema de salud), y
vi. consolidación de las capacidades humanas para la
atención en salud y para el desarrollo de las actividades científicas y
de innovación (CTI para la
educación profesional y científica en salud).
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Acciones de CTI para la consolidación
de un sistema de salud
La implementación de un sistema de CTIS implica la
ejecución de acciones en ciencia y educación en salud
y para la salud que tienen que considerar el complejo
panorama existente en este tiempo de pos-COVID-19
y, por tanto, debería ofrecer alternativas que permitan
resolver los problemas sociales, ambientales y económicos que son
determinantes de la salud en nuestra
población. En este sentido, es clave el enfoque y la
priorización de los problemas de salud más urgentes
y de mayor impacto que la sindemia ha evidenciado,
a partir de los cuales puede ser posible producir nuevo
conocimiento que conduzca a la gestación de innovaciones tecnológicas y
sociales. Adicionalmente, esto
puede ayudar a que se defina una agenda de investigación inter y
transdisciplinar de largo plazo en las ciencias de la salud y de la
vida.
Desde la perspectiva de salud pública, la pandemia
del SARS-CoV-2 puede ser la oportunidad de consolidar un enfoque del
modelo salutogénico como elemento que define la actuación frente a las
falencias o
desigualdades evidenciadas por esta coyuntura. Esto
implica avanzar hacia un sistema enfocado verdaderamente en la salud
como componente del bienestar,
basado en el uso de conocimiento científico contextualizado para
abordar problemas biomédicos y de
salud pública (10). Además de abordar y resolver las
problemáticas de salud más importantes, el modelo
salutogénico puede permitir que las personas sean los
principales protagonistas de los esfuerzos que apuntan
a optimizar sus niveles de salud y bienestar en el proceso de la
pospandemia (12).
Para responder al desafío derivado del análisis previo,
se proponen algunas acciones en temas relevantes para
el sistema de salud del país:
1. Utilizar el mejor conocimiento y
movilizar el mejor talento
disponible para dar soluciones a los
determinantes ambientales (alimentos, exposición
a agentes infecciosos, químicos y físicos, etc.) y
sociales (educación, violencia, prácticas sociales,
etc.) sobre la salud y el bienestar. La investigación
sobre las inequidades debe acompañarse de una estrategia
para detectar los determinantes sociales
de la salud, tales como alimentación, vivienda,
servicios públicos, transporte y acceso a la atención primaria mediante
un análisis que permita
conocer las causas de morbimortalidad por regiones o incluso por
municipios. Con base en los factores de mayor relevancia que se
identifiquen en el
análisis sectorizado, desarrollar programas dirigidos a pacientes con
enfermedades crónicas cardiometabólicas o para madres posparto que
vivan en
vecindarios con una menor esperanza de vida, así
como estrategias de sensibilización y comunicación
frente a factores etiológicos y diagnóstico temprano
del cáncer, e incluso abordar los problemas relacionados con el trauma
automotor y la violencia
familiar. Adicionalmente, establecer un Comité
de Análisis y Acción de Equidad en la Salud, de
carácter interdisciplinario que brinde información
actualizada y veraz, que proponga proyectos enfocados al mejoramiento
del desempeño del sistema
de salud mediante el abordaje de las inequidades
en los resultados de atención médica. Esto implica
promover el trabajo colaborativo entre universidades, centros y grupos
de investigación para desarrollar proyectos de envergadura con impacto
en los
diferentes niveles del sistema de salud.
2. El enfoque propuesto tiene en su núcleo repensar
la estructura del sistema de salud para que sea un
modelo “salutogénico” centrado en las personas.
Este modelo incluye la creación de redes de salud
y la producción de conocimiento en salud y bienestar, de forma que
reoriente el sistema de salud
hacia una atención integral.
3. Una política de CTIS debe centrarse en el uso del
conocimiento para lograr transformaciones reales
en los sistemas sociales, especialmente en temas
relevantes como salud y bienestar, y no exclusivamente en la generación
de valor, productividad y
competitividad. Ante la situación inédita generada
por la COVID-19 es necesario implementar procesos de investigación e
innovación que involucren
a las comunidades y así identificar estrategias que
creen o faciliten condiciones para el desarrollo en
el entorno comunitario y el hogar, de una vida
saludable. Para esto es fundamental contar con
el trabajo mancomunado de los sectores público,
EPS, IPS e instituciones de educación superior
con campo de acción en la salud. Se propone que
profesores y estudiantes de todas las áreas académicas de las
instituciones de educación superior
participen de procesos de I+D+i con actores sociales para que diseñen y
desarrollen estrategias,
métodos, dispositivos o mecanismos que respondan a los efectos
producidos por la COVID-19.
4. Las universidades y demás instituciones de educación superior deben
tener las capacidades científicas y tecnológicas para producir
conocimiento
mediante procesos de I+D que generen a su vez
estrategias novedosas para el tratamiento y seguimiento de la COVID-19
y sus secuelas. Las
capacidades científicas de distintos grupos del
campo biomédico podrían consolidarse gracias a
la creación de institutos de investigación en diferentes regiones del
país, que aborden los aspectos
epidemiológicos, virológicos, inmunológicos y clínicos de la infección
por agentes infecciosos con
potencial epidémico. Por ejemplo, desarrollar un
proyecto regional o nacional para producir vacunas y otros agentes
biológicos que además de responder a la pandemia actual nos prepararía
para
epidemias futuras.
5. Considerando que la capacidad del sistema de
CTIS no es homogénea en el país, la política debe
responder a dos aspectos; el primero es promover
la consolidación y movilización de capacidades en
las regiones, en todos los segmentos de la sociedad, para resolver los
desafíos propios. El segundo es desarrollar capacidades en todo el país
para
abordar los desafíos locales de salud con programas a través de los
planes de desarrollo regional,
lo cual implica generar conocimiento sobre las
situaciones particulares de las regiones con condiciones de salud más
precarias.
6. El papel de la educación es central para la identificación y
aplicación de soluciones a los problemas
en los ámbitos de la salud y el bienestar. No solo
se refiere a la educación profesional y científica
de alto nivel, sino que es fundamental promover
procesos de educación a las comunidades, de manera que se entienda que
todos los miembros de la
sociedad somos corresponsables de la salud individual y colectiva. Se
requiere desarrollar modelos
de aprendizaje que integren, alineen y armonicen
el conocimiento impartido a todos los ciudadanos
y miembros del sistema de salud. Los modelos deben lograr la
apropiación del conocimiento producido local y globalmente por todos
los actores
relacionados con el bienestar. La apropiación del
conocimiento debe promover procesos de innovación tecnológica y social
dirigidos a la atención
primaria en salud, y responder con nuevas estrategias de diagnóstico,
tratamiento y rehabilitación.
Además, es particularmente importante mejorar
la educación de niños y niñas, mediante acciones
que inculquen estilos de vida saludable, pero más
importante aún, incentivándolos a que se generen preguntas, a tener un
pensamiento crítico, a
entender los problemas sociales y sus consecuencias para la salud. Un
aspecto clave para consolidar la apropiación del conocimiento por parte
de las comunidades es la capacidad de escuchar
y comunicar, así que es fundamental escuchar a
los actores comunitarios y participar activamente
en la comunidad de forma que se pueda entender
cómo involucrarla en el proceso para asegurar que
las enseñanzas sean replicables y al mismo tiempo
aprender de las experiencias y conocimientos que
ellas poseen (13).
7. Avanzar hacia una soberanía sanitaria en tecnologías de la salud
para controlar las actuales y futuras amenazas a la salud, que pueden
afectar el suministro de productos esenciales para la atención
de diversas enfermedades. Esto puede fortalecer
el potencial de exportación, con un impacto en
el desarrollo socioeconómico del país a partir de
la puesta en marcha de un megaproyecto dirigido
a la producción de agentes biológicos tales como
vacunas, anticuerpos monoclonales terapéuticos
y fármacos obtenidos a partir de la biodiversidad
colombiana.
8. Una de las situaciones más dramáticas que la pandemia puso de
manifiesto es la difícil salud mental
en todo el mundo y la población colombiana es
particularmente sensible a esta problemática. Por
tanto, es necesario y urgente abordar los problemas de salud mental
mediante acciones de I+D
que permitan comprender las causas o factores
predisponentes y ofrecer alternativas para el manejo apropiado en cada
uno de los grupos de edad
afectados por esta nueva epidemia.
9. Además de los efectos de la enfermedad aguda
que la COVID-19 ha infligido a millones de pacientes en todo el mundo,
en la medida en que pasaron los meses, surgieron casos de pacientes que
no han tenido una recuperación completa de su
salud, condición que se ha denominado COVID
largo. La persistencia de síntomas y alteraciones
en varios órganos o sistemas durante semanas o
meses, aún no tiene una explicación clara, así que
esta puede ser una oportunidad para promover
una línea de investigación entre varias instituciones y grupos de
investigación.
10. La situación originada por la pandemia puede ser
la oportunidad para cambiar la forma en que nos
comunicamos, así como las cosas que compartimos, incluso para
aprovechar las tecnologías que
redefinirán el encuentro con los ciudadanos que
asisten a los servicios de salud como, por ejemplo,
la telesalud. La pausa en algunas prácticas clínicas, debido al
distanciamiento social y a la crisis
por los suministros limitados, evidencia el derroche al que se ha
acostumbrado parte de la población y los responsables de los diferentes
escalones
del sistema de salud. Esto debería conducir a un
cambio en la forma de actuación del personal de
salud y de la ciudadanía, porque puede ser posible brindar la mejor
atención a la población con menos recursos y así limitar el desperdicio
en la
práctica clínica (14).
Propuestas dirigidas a mitigar la
próxima pandemia
Aunque la COVID-19 dejará de ser considerada como
una pandemia en poco tiempo, es casi seguro que esta
no será la última vez que emerja o remerja un agente
patógeno y produzca una nueva epidemia con alcance
global (15). Es fundamental realizar procesos de investigación acerca
de la actual y de epidemias de enfermedades infecciosas anteriores para
producir conocimientos
y obtener lecciones diversas que permitan mitigar los
efectos de brotes y emergencias futuras. En particular,
se requieren acciones de vigilancia global novedosas y
verdaderamente integradas que tengan potencial para la
identificación de la enfermedad X (aquella con potencial epidémico o
pandémico). En la tabla 1 se describen
algunas propuestas del sistema de CTI en salud para la
preparación frente a nuevas epidemias (16, 17).
Tabla 1. Acciones que se proponen para limitar los efectos
sociales, económicos y sobre la salud de potenciales epidemias
Fuente: elaboración propia a partir de las referencias 15-17
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Recibido: 15 de
noviembre de 2022
Aceptado: 6 de
diciembre de 2022
Correspondencia:
Pablo J. Patiño
pablo.patino@udea.edu.co