Incidencia de la pandemia Covid-19 en los trastornos gastrointestinales (GI)
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Arecio Peñaloza Ramírez ¹
, Alan Sepúlveda Molina ²
Resumen
Aunque la infección por el SARS-CoV-2 es fundamentalmente de tipo respiratorio, también puede
afectar otros sistemas como el tracto gastrointestinal y el hígado, siendo los síntomas más frecuentes
la diarrea, anorexia, vómitos y náuseas, que pueden estar presentes hasta en el 80 % de los pacientes
con COVID-19, los dos primeros son los síntomas gastrointestinales reportados con mayor frecuencia
en adultos y se presentan hasta en el 40 % de los casos.
Se ha observado un significativo compromiso hepático en pacientes con
COVID-19, debido a múltiples factores relacionados no solo con la
enfermedad misma, sino también con el consumo de medicamentos para el
tratamiento sintomático y sistémico de la enfermedad. También se ha
visto una
exacerbación de síntomas de enfermedad por reflujo gastroesofágico,
dispepsia o síndrome de intestino irritable, probablemente relacionado
con un estado disbiótico, deterioro de la barrera epitelial,
inflamación y disfunción intestinal.
Key words: :
COVID-19; SARS-CoV-2; pandemia; aparato digestivo; hígado; endoscopia digestiva.
Incidence of the Covid-19 pandemic in gastrointestinal disorders.
Abstract
Although SARS-CoV-2 infection is mainly respiratory, it can also affect other systems such as
the gastrointestinal tract and the liver, the most frequent being diarrhea, anorexia, vomiting
and nausea, which may be present in up to 80 % of patients with COVID-19, the first two are
the most frequently reported gastrointestinal symptoms in adults and occur in up to 40% of
cases.
An exacerbation of symptoms of gastroesophageal reflux disease, dyspepsia, or irritable
bowel syndrome has also been seen, probably related to a dysbiosis state, epithelial barrier
impairment, inflammation, and intestinal dysfunction.
Significant liver involvement has been observed in patients with COVID 19, due to multiple
factors related not only to the disease itself, but also to the consumption of medications for the
symptomatic and systemic treatment of the disease.
Key words: COVID-19; SARS-CoV-2; pandemic; digestive system; liver; digestive endoscopy
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¹ Investigador senior Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación. Jefe del programa de especialización en Gastroenterología,
Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS). Jefe del Servicio de Gastroenterología y Endoscopia Digestiva, Hospital
de San José. Miembro de Número, Sociedad de Cirugía de Bogotá. Miembro Correspondiente, Academia Nacional de Medicina
de Colombia.
² Especialista en Medicina Interna. Residente de Gastroenterología. Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS).
Introducción
La infección por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2
se ha asociado con una significativa morbimortalidad, aunada a una crisis sanitaria a nivel mundial.
La afectación fundamental es respiratoria; sin embargo, el virus también puede afectar otros sistemas
como el tracto gastrointestinal y el hígado. Es por
ello que se realiza esta revisión, cuyo fin es evaluar la
incidencia de esta pandemia sobre los síntomas gastrointestinales, siendo los más frecuentes anorexia y
diarrea, explicado lo anterior en la relación existente
entre los receptores de la enzima convertidora de la
angiotensina 2 ACE-2 y el virus SARS-CoV-2. La enzima anotada se encuentra en los neumocitos y en las
células epiteliales intestinales, mayoritariamente en
el intestino delgado, de tal forma que el virus puede
infectarlas.
La pandemia de la enfermedad por coronavirus y la
emergencia sanitaria mundial comenzó en 2019 y es
conocida como el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2
(SARSCoV-2), estos constituyen una
familia de virus ARN, monocatenario y de cadena
positiva, envueltos. Desde 1968, se otorga su nombre
por la morfología en «corona» observada en la microscopia electrónica,
donde las proyecciones de la membrana del virus, conocidas como
espículas, le dan esa
apariencia. Pertenecen a la familia Coronaviridae, subfamilia
Orthocoronaviridae, dentro del orden de los nidovirales. Los
coronavirus se dividen en tres géneros (I
a III) en todos los casos de transmisión por animales.
La subfamilia se clasifica en cuatro géneros: alfa, beta,
gamma y delta, siendo los primeros dos los que infectan
al humano. Se han descrito siete coronavirus que causan enfermedad en
humanos: 229-E (α-CoV), NL63
(α-CoV), OC43 (β-CoV), HKU1 (β-CoV), MERS CoV (β-CoV), SARS-CoV (β-CoV)
y el séptimo miembro es el recién descubierto SARSCoV-2 (β-CoV). El
SARS-CoV-2 es un virus envuelto, con un diámetro de
aproximadamente 60-140 nm, cuya forma puede ser
esférica, elíptica o pleomórfica (1).
Método
Se llevó a cabo una búsqueda en los bancos de datos
de Pubmed, Clinical key, Medline, Ovid, con los descriptores COVID-19 y
síntomas gastrointestinales, en
inglés y español, combinado con síntomas específicos
que incluyen diarrea, anorexia, náuseas, daño hepático, dolor
abdominal. Posterior combinación del descriptor COVID 19, América,
Europa y Asia. Se hizo
énfasis en las referencias que incluyeran en su revisión
aspectos epidemiológicos, fisiopatológicos, estructura
del virus y compromiso gastrointestinal y hepático. Se
tuvieron en cuenta artículos publicados en las diferentes bases entre
enero de 2020 y enero de 2022.
Fisiopatología gastrointestinal
La principal hipótesis sobre el mecanismo de transmisión del SARS-CoV-2
es que ocurrió a través de gotas
respiratorias en aerosol. Cuando una persona entra
en contacto con el patógeno, el virus se une a los receptores de la
enzima convertidora de angiotensina 2
(ACE2) en los pulmones, la glicoproteína espiga del
SARS-CoV-2 se une al receptor ACE2 y permite la entrada viral eficiente
en las células, lo que lleva a la replicación viral y su propagación.
El epitelio intestinal
(principalmente los enterocitos de absorción del íleon
y el colon) y el epitelio esofágico también expresan en
gran medida los receptores ACE2. Además, las células
glandulares -tanto del estómago como del duodenoexpresan ACE2, por lo
que el SARS-CoV-2 puede ser
capaz de infectar las células epiteliales intestinales a
través de estos receptores que mantienen en el tracto
GI un papel regulador en la homeostasis de aminoácidos, el microbioma
intestinal y la inmunidad innata.
En consecuencia, la unión del SARS-CoV-2 a los receptores ACE2 en el
tracto gastrointestinal puede provocar síntomas gastrointestinales como
dolor abdominal y diarrea. Se destaca que ACE2 parece estar más
expresado en pacientes con cáncer colorrectal o adenomas preexistentes
en comparación con los controles
sanos. Sin embargo, aún se desconoce si los pacientes
con cánceres gastrointestinales como el carcinoma colorrectal, tienen
un mayor riesgo de infectarse, lo que
justifica un mayor estudio de los cánceres gastrointestinales y de las
tasas y resultados de infección por COVID-19.
Síntomas gastrointestinales
COVID-19 es principalmente una enfermedad respiratoria con
complicaciones como neumonía, insuficiencia respiratoria hipóxica y
síndrome de dificultad
respiratoria aguda. No obstante, a través del avance en
el estudio de la enfermedad, se puso de manifiesto la
sintomatología gastrointestinal, en particular diarrea,
anorexia, vómitos y náuseas. La prevalencia de estos
síntomas gastrointestinales generales alcanza hasta el
80 % en pacientes con COVID-19 confirmado (2).
La anorexia y la diarrea fueron los síntomas gastrointestinales reportados con mayor frecuencia en adultos,
se presentaron hasta en el 40 % de los casos confirmados. La prevalencia de náuseas y emesis alcanzó
hasta el 20 % en adultos positivos para COVID-19; el
dolor abdominal fue menos reportado en la literatura,
con una prevalencia del 5 % de los pacientes con COVID-19 confirmado (3).
Si bien no existen publicaciones sólidas que documenten la relación
entre el COVID-19 y síntomas de enfermedad por reflujo gastroesofágico,
dispepsia o síndrome de intestino irritable, es importante recalcar
que,
secundario a la afinidad del virus por los receptores de
angiotensina (altamente expresados en el sistema gastrointestinal),
existe una relación en la exacerbación de este tipo de síntomas,
secundario a muchos factores
que contribuyen a promover un estado disbiótico, deterioro de la
barrera epitelial, inflamación y disfunción
intestinal (como ocurre con los antibióticos y otros tratamientos de la
fase aguda de la infección por el virus
del COVID-19, deterioro del eje intestino-pulmón,
estrés psicológico relacionado con la enfermedad, así
como por daño directo del propio virus) (4). En la literatura se
encuentran publicaciones que soportan lo
anterior a manera de secuelas dejadas por la pandemia
(diarrea y anorexia), más que síntomas que se expresen durante el
episodio agudo. Cabe resaltar que algunas publicaciones hacen especial
énfasis en la gran
afinidad del virus sobre el sistema gastrointestinal,
que justifica la mala absorción y el desequilibrio en la
secreción intestinal y activación del sistema nervioso
entérico, dando como resultado diarrea en la infección
por el nuevo coronavirus. Al parecer, este virus presenta menos
manifestaciones gastrointestinales, a diferencia de las otras especies
de coronavirus descubiertas
en humanos, describiéndose diarrea entre 10 % y 30 %
de los casos. Esta variabilidad se explica en el uso de
diferentes definiciones de diarrea. Por la incidencia de
diarrea es fundamental la implementación del lavado
de manos como método de prevención, ya que se ha
documentado la posibilidad de transmisión oral-fecal
luego de demostrar la existencia del virus en heces de
10 a 12 días después de la conversión negativa de la
muestra faríngea; esta transmisión se da independiente
de los síntomas gastrointestinales existentes (11).
Tabla 1. Síntomas gastrointestinales más frecuentes
Es de anotar el significativo compromiso hepático en
pacientes infectados por el virus del COVID-19 de carácter multifactorial, no solo por la propia infección,
sino por la importante exposición farmacológica para
tratar los síntomas sistémicos de la enfermedad y la
marcada hipoperfusión, que compromete el hígado y
que se presenta en pacientes con compromiso severo.
Daño hepático directo
Al detectar RNA del SARS-CoV-2 en heces puede
pensarse en una posible transmisión desde el intestino hasta el hígado a través de la circulación portal.
Los hepatocitos y colangiocitos podrían ser objetivos
potenciales durante la infección por el virus (efecto
citopático): la ACE2 presenta niveles de expresión más
altos en los colangiocitos, seguidos de los hepatocitos
perivenulares en el hígado sano. La disfunción de los
colangiocitos podría producir daño hepático. En diferentes estudios se han realizado exámenes postmortem,
encontrando partículas virales de SARS-CoV-2 en el
citoplasma de los hepatocitos, con evidencia histológica de daño citopático directo y de replicación viral
intrahepatocitaria. Por otra parte, se ha encontrado
una mayor afección hepática en pacientes del sexo
masculino; las diferencias de niveles de expresión de
la ACE2 del hígado entre hombres y mujeres pueden
ayudar a explicar las posibles diferencias clínicas en el
curso de la infección por el SARS-CoV-2 en pacientes con una enfermedad hepática crónica subyacente.
Aparte del daño hepático directo hay otros mecanismos de lesión hepática durante la enfermedad. En
orden de importancia debemos mencionar la causa
hipóxico/isquemia-reperfusión, descrita como la más
frecuente de daño hepático grave y es secundaria a la
claudicación pulmonar y al shock que se produce en
los pacientes críticos (5). En estos pacientes también
hay que hacer referencia al daño hepático que, de forma colateral, puede ocasionar la congestión hepática
secundaria al fallo cardiaco derecho, producido por la
elevada presión positiva de la ventilación mecánica. Y
por último, con respecto a la afección hepática, se hace
referencia a la tóxico-medicamentosa; en las autopsias realizadas hasta la fecha en pacientes fallecidos por la
COVID-19, se ha evidenciado una esteatosis microvesicular con leve afectación inflamatoria lobular y
portal no específica y similar a la encontrada en la hepatotoxicidad por fármacos.
Enfermedad inflamatoria intestinal y
COVID-19
En el caso puntual de la enfermedad inflamatoria
intestinal (EII), es fundamental la interacción con el
receptor ECA2; específicamente se hace referencia al
receptor soluble y al transmembrana, este último permite la entrada del virus a la célula intestinal y diferentes estudios
in vitro demuestran que el receptor soluble
se une al SARS-CoV-2 de manera competitiva, evitando su unión al transmembrana, lo que limita la entrada
del virus al enterocito, y a su vez limita la infección en
paciente con EII (6).
Otros estudios hacen referencia al requerimiento de
una gran cantidad de proteínas spike que se deben activar al ser
procesadas por diferentes tipos de proteasas similares a la tripsina,
las cuales están reguladas
positivamente tanto en la enfermedad de Crohn (EC)
como en la colitis ulcerativa (CU), lo que sugiere que
el intestino inflamado en pacientes con EII representa
una ubicación óptima para que el virus ingrese (6).
A pesar de estas dos teorías fisiopatológicas, aún se
requieren más estudios que demuestren definitivamente que la EII
representa una gran posibilidad de complicación y severidad para
pacientes que cursan con
infección por SARS-CoV-2 (6).
Conclusiones
El virus del COVID-19 es una catástrofe en la historia de la humanidad,
que ha cobrado millones de vidas, con un gran impacto, no solo en la
mortalidad
sino en la morbilidad; afectando diferentes sistemas
de manera paralela a la afección pulmonar (que es la
puerta de entrada y la de manifestaciones más severas)
y mostrando una incidencia en aumento en el sistema gastrointestinal,
que puede explicarse por la alta
transmisibilidad en la materia fecal y la gran afinidad
del virus por los receptores ACE2 (presentes en todo
el tracto gastrointestinal con predominio en el enterocito y
colangiocito). Se proyecta para el inmediato
futuro que muchos de los síntomas gastrointestinales
exacerbarán las patologías digestivas más prevalentes
(enfermedad por reflujo gastroesofágico, dispepsia y
síndrome de intestino irritable), lo que desencadenará
una disminución de la calidad de vida de los pacientes
que las sufren. Es por eso que -a pesar de estar en lo
que parece ser el fin de la pandemia- para iniciar una
nueva era de la enfermedad (endemia) se debe seguir
insistiendo en las medidas de prevención, que al final
son las únicas que disminuyen el daño del sistema gastrointestinal
(entre otros) a causa de esta devastadora
enfermedad.
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Recibido: 16 de Junio de 2022
Aceptado: 16 de
Septiembre
de 2022
Correspondencia:
Arecio Peñaloza Ramírez
apenaloza@fucsalud.edu.co