Enfermedad por reflujo gastroesofágico
..................
Leonardo
Fabio Ramírez Ospina ¹
, Bernardo Borráez-Segura ¹ ² ³
Resumen
La enfermedad por reflujo gastroesofágico es una patología
multifactorial que ocurre por el paso del
contenido gástrico al esófago e incluso a la cavidad oral. La
prevalencia actual a nivel mundial es del
8 - 33 % y ocurre a cualquier edad, con un predominio en el género
femenino. La incidencia de los
síntomas en Suramérica es del 17,6 % y en nuestro país tiene una
prevalencia de alrededor del 13 %. Los
principales factores de riesgo son el sobrepeso y la obesidad, así como
la presencia de hernia hiatal.
También se ha relacionado con algunos medicamentos y la ingesta de
alimentos como café, chocolate
y comidas grasas.
Los síntomas típicos son la pirosis y la regurgitación, que
generalmente son episódicos. También
pueden ocurrir síntomas extraesofágicos de tipo laríngeo y pulmonares
como ronquera, aclaramiento
de la garganta y tos crónica, asociadas con faringitis, laringitis y en
algunos casos fibrosis pulmonar.
El diagnóstico se realiza mediante endoscopia de vías digestivas altas
y su tratamiento generalmente
se basa en cambios en el estilo de vida y en el uso de inhibidores de
la bomba de protones, lo que
representa un alto gasto para el paciente y las instituciones de salud.
En casos avanzados puede ser
necesario el manejo quirúrgico.
Key words: Reflujo gastroesofágico; pirosis;
regurgitación; estilo de vida; inhibidores de la bomba
de protones; cirugía.
..............
¹ Departamento de Cirugía Gastrointestinal y Endoscopia
Digestiva. Clínica Comfamiliar.
² Departamento de Cirugía Gastrointestinal y Endoscopia
Digestiva. Liga Contra el Cáncer. Risaralda.
Colombia.
³ Departamento de Ciencias Clínicas, Universidad Tecnológica
de Pereira. Colombia.
Gastroesophageal reflux disease
Abstract
Gastroesophageal reflux disease is a multifactorial pathology that
occurs due to the passage
of gastric content into the esophagus and even into the oral cavity.
The current prevalence
worldwide is 8 - 33% and occurs at any age, with a predominance in the
female gender. The
incidence of symptoms in South America is 17.6% and in ours it has a
prevalence of around
13%. The main risk factors are overweight and obesity, as well as the
presence of hiatal
hernia. It has also been linked to some medications and the intake of
foods such as coffee,
chocolate and fatty foods.
Typical symptoms are heartburn and regurgitation, which are usually
episodic. Extra-esophageal symptoms of the laryngeal and pulmonary type
may also occur, such as hoarseness,
clearing of the throat and chronic cough, associated with pharyngitis,
laryngitis and in some
cases pulmonary fibrosis.
The diagnosis is made by endoscopy of the upper digestive tract and its
treatment is generally
based on changes in lifestyle and the use of proton pump inhibitors,
which represents a high
expense for the patient and health institutions. In advanced cases,
surgical management may
be necessary.
Key words: Gastroesophageal reflux; pyrosis;
regurgitation; Lifestyle; Proton-pump inhibitor;
surgery.
Introducción
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es
una condición multifactorial secundaria al paso del contenido del
estómago al esófago, atribuible a alteraciones
anatómicas o fisiológicas de la unión esofagogástrica
(UEG), la motilidad esofágica y/o gástrica. Es uno de
los trastornos gastrointestinales más frecuentes a nivel
mundial, con un aumento progresivo que se desarrolla
por un desequilibrio entre los factores protectores y de
riesgos. Su diagnóstico es presuntivo y frecuentemente
requiere confirmación y ampliación diagnósticas.
El objetivo de nuestro artículo en presentar una revisión actualizada
de la ERGE, así como sus principales
claves en el diagnóstico y tratamiento.
Definición
Es una condición multifactorial secundaria al paso del
contenido gástrico al esófago, que en ocasiones puede
llegar hasta la cavidad oral, causando síntomas o complicaciones (1,2).
Epidemiología
Es un trastorno digestivo frecuente alrededor del mundo, en constante
crecimiento, con una prevalencia
entre 8 y 33 % en todas las edades y géneros, siendo
predominante en mujeres (2,3). En Estados Unidos se
estima una prevalencia del 18,1 al 27,8 %, en la que
alrededor de la mitad de la población ha informado la
presencia de síntomas en algún momento de su vida (4-7). Para
Suramérica se estima una incidencia de síntomas de 17,6 % y para
nuestro país una prevalencia
alrededor del 13 % (1,8).
En nuestro país, la prevalencia estimada de síntomas
de ERGE reportada por Paramo-Hernández y colaboradores es de 11,98 %,
con mayor prevalencia en ciudades como Barranquilla y Medellín, en
mujeres y en
pacientes con comorbilidades asociadas. (9)
Su alta frecuencia y crecimiento progresivo se asocian
usualmente con malos hábitos en el estilo de vida. El
impacto socioeconómico debido a ingesta de Inhibidores de Bomba de
Protones (IBP), así como la necesidad de exámenes diagnósticos
asociados a alteración
en la calidad de vida e impacto psicológico derivan en
ausencia laboral, disminución de la productividad y
generación de altos costos (1,2).
Factores de riesgo
Se han propuesto múltiples factores de riesgo, siendo
los principales el sobrepeso y obesidad, que aumentan la presión
intraabdominal empujando el contenido
gástrico de vuelta al esófago (10).
La hernia hiatal (HH) está relacionada con ERGE y
también con un aumento de la presión intraabdominal,
se genera un gradiente de presión transdiafragmático
entre la cavidad torácica y abdominal a nivel de la unión
esofagogástrica, que resulta en debilitamiento de la
membrana frenoesofágica y ensanchamiento del hiato
esofágico. Estos cambios precipitan eventos de reflujo
al igual que el embarazo, estreñimiento crónico y enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (
figura 1)
(1,2).
Muchos alimentos y fármacos se han relacionado con
disminución de la presión del esfínter esofágico inferior
(EEI) o irritación de la mucosa esofágica. Entre los medicamentos
descritos están el ácido acetil salicílico, AINES, nitroglicerina,
bloqueadores de canales de calcio,
anticolinérgicos, antidepresivos, sildenafilo, albuterol y
glucagón. Adicionalmente, se ha planteado una relación con café,
chocolate y comidas grasas exacerbando
los síntomas, sin embargo, su asociación es contradictoria. Otros
estudios sugieren una relación directa con el
tabaquismo, mientras que las asociaciones con bebidas
carbonatadas, sobrealimentación e ingesta rápida son
débiles o inexistentes (1,11).
Son diversas las enfermedades que pueden generar alteraciones
esofágicas como las enfermedades del tejido conectivo (Esclerosis
sistémica y Esclerodermia) y
de los trastornos endocrinos y metabólicos como diabetes mellitus. (7)
Figura 1. Barrera antirreflujo y factores protectores.
1. EEI, 2. Diafragma, 3. Ligamento Frenoesofágico,
4. Aclaramiento y motilidad esofágica y 5. Motilidad
gástrica
Fisiopatología
Cierto grado de reflujo gastroesofágico es fisiológico y
no suele generar síntomas, y de generarlos suelen ser
leves, autolimitados y no alteran la calidad de vida ni
generan complicaciones (1,5).
Barrera del EEI
El reflujo ocurre cuando la presión del EEI es anormalmente baja, lo
que contrasta con una presión gástrica mayor que la esofágica. En
comparación con
sujetos sanos, se ha demostrado que las personas con
obesidad, embarazo o trastornos del vaciamiento gástrico tienen una
presión gástrica y gradiente de presión
gastroesofágico promedio significativamente más altos
con un esfínter corto e hipotenso (figura 2) (4,5).
Relajaciones transitorias del EEI (RTEEI)
Son la principal causa de episodios de reflujo y se refieren a la
relajación espontánea y transitoria del EEI sin
deglución. El tiempo de relajación puede durar entre
10 y 45 segundos o más, y pueden ocurrir en personas sanas con una
presión normal o en pacientes con
ERGE. Los primeros presentan reflujo gaseoso y la
mayoría de los casos sin síntomas evidentes, mientras
que los segundos suelen presentar reflujo ácido, asociado con
enfermedades crónicas en la mayoría de los
casos (5).
Trastornos de la motilidad esofágica
La capacidad de evacuación del esófago incluye la
neutralización del reflujo por la saliva, el peso de los
alimentos y la protrusión por peristaltismo esofágico.
Las contracciones peristálticas pueden eliminar el contenido ácido que
vuelve al esófago; sin embargo, las
contracciones no peristálticas son ineficaces debido a
su reducida capacidad para eliminar contenido refluido, lo que provoca
un contacto prolongado con el ácido y mayor daño a la mucosa esofágica
(3,6).
Los trastornos de la motilidad esofágica se presentan en el 40 - 60 %
de los pacientes con ERGE como
motilidad esofágica inefectiva (MEI) u otro trastorno.
Adicionalmente, cuando los eventos de reflujo ácido aumentan, se
producen cambios en la motilidad
esofágica, que se manifiestan con disminución de la
presión, longitud del EEI y la integral contráctil distal
(ICD) (3,6).
Incremento del gradiente de presión
toraco-abdominal
Los factores que incrementan la presión intraabdominal como la obesidad
y anormalidades en el vaciamiento gástrico, aumentan el reflujo jugando
un rol
importante en el desarrollo de la enfermedad. (1,4)
Presentación clínica
Se presenta sintomatología episódica y variable en intensidad que se
alterna con periodos de remisión. Los
síntomas típicos de la enfermedad son pirosis y regurgitación; la
pirosis es el más frecuente y lo constituye
la presencia de acidez, ardor o molestia retroesternal
que puede irradiarse hacia el cuello, empeorando después de comidas o
en posición supino. Por su parte, la
regurgitación es el reflujo del contenido gástrico hacia
la boca o hipofaringe, y puede asociarse con presencia
de síntomas extraesofágicos (2) que incluyen síntomas
laríngeos y pulmonares como roquera, aclaramiento
de la garganta y tos crónica, y condiciones asociadas
como faringitis, laringitis y en algunos casos fibrosis
pulmonar. Adicionalmente, se ha asociado con la exacerbación de
neumopatías, así como con arritmias
cardiacas refractarias al tratamiento. La presencia de
síntomas extraesofágicos o su asociación con otras
condiciones es un reto diagnóstico por su dificultad al
establecer una asociación clara (11).
Figura 2. Tipos de hernia hiatal. 1. HH por deslizamiento, 2. HH
paraesofágica, 3. Mixta, 4.
Combinada con otro órgano
Diagnóstico
Los estudios son utilizados en persistencia de síntomas
a pesar del tratamiento, incertidumbre diagnóstica y
evaluación prequirúrgica o previo a intervención endoscópica.
El diagnóstico inicial es presuntivo y se basa en manifestaciones
clínicas. Se inicia una prueba terapéutica
con cambios en el estilo de vida e inhibidores de bomba de protones
(IBP), sin embargo 30 - 40 % de los
pacientes persisten con síntomas (12). Por otro lado,
60 % de los pacientes con ERGE tienen endoscopia
de vías digestivas altas (EVDA) normal, lo que se conoce como
enfermedad por reflujo no erosiva (ERNE)
(13,14). Su tratamiento generalmente se basa en IBP,
pero cerca del 50 % de estos pacientes fallan en responder parcial o
completamente al tratamiento presentando un trastorno funcional del
esófago asociado a hipersensibilidad (pirosis funcional o
hipersensibilidad
al reflujo) (14).
La evidencia concluyente de reflujo incluye esofagitis
erosiva grado C y D, presencia de Esófago de Barrett
(EB) o estenosis péptica, y un tiempo de exposición
al acido del esófago distal (TEA) > 6 % en pHmetría.
Adicionalmente, la EVDA normal no descarta ERGE,
pero brinda evidencia de apoyo para excluir el diagnóstico junto con
una TEA distal <4 % y <40 episodios de reflujo en la pHmetría,
sin IBP (3).
Prueba terapéutica con IBP
La respuesta sintomática con IBP no equivale a un
diagnóstico de ERGE y tiene una sensibilidad del 71 %
y especificidad del 44 % al compararse con la combinación de endoscopia
y pHmetría (9). Una de sus principales limitaciones es la fuerte
modulación de los síntomas por la hipersensibilidad esofágica, así como
las
variaciones en la dosificación y duración de la prueba.
Los episodios de reflujo débilmente ácidos pueden ser
una proporción importante de los episodios de reflujo
y cerca de 5 % de los pacientes pueden presentar episodios de reflujo
no ácido con una pobre respuesta (15).
No obstante, a pesar de la baja especificidad y la elevada respuesta al
placebo, el enfoque del tratamiento
empírico con IBP es menos costoso que las pruebas
diagnósticas, lo que sin duda resulta en sobrediagnóstico y uso
indiscriminado de IBP (1,3).
Para evaluar la respuesta al tratamiento se requiere un
ciclo con IBP de duración adecuada (8 semanas) y,
ante la persistencia de síntomas y duda diagnóstica, se
deben considerar estudios complementarios (2,8).
EVDA y biopsia
Es una prueba objetiva para evaluar los cambios en
la mucosa y presencia de complicaciones. En pacientes con síntomas de
ERGE que también presentan
síntomas de alarma como disfagia, pérdida de peso,
sangrado, emesis o anemia su indicación en clara, así
como en pacientes con pobre respuesta al tratamiento
(10,16).
En la esofagitis de grado C o D, el EB o la esofagitis
erosiva (EE) se consideran evidencia confirmatoria
de ERGE (1,3,4). Sin embargo, la EE se encuentra en
solo 30 % de los pacientes con pirosis que nunca han recibido
tratamiento y en menos del 10 % en tratamiento
con IBP. En consecuencia, un diagnóstico de ERNE solo
debe hacerse si la EVDA se realiza sin IBP, dado que el
tratamiento es altamente efectivo. Para maximizar el rendimiento
diagnóstico de ERGE y evaluar EE, idealmente, la endoscopia debe
realizarse después de que se haya
administrado IBP o detenido su ingesta durante 2 a 4 semanas si es
posible. La interrupción de los IBP también
facilitará el diagnóstico de Esofagitis Eosinofílica (EoE)
que constituye un diagnóstico diferencial (16).
El EB se encuentra entre el 5 y el 15 % de pacientes
con ERGE crónica, pero la confirmación histológica
solo se documenta en el 50 %. El hallazgo de cualquier
segmento de EB de 3 cm con metaplasia intestinal es
diagnóstico de ERGE y no se requieren pruebas adicionales. En los
pacientes con esofagitis de grado C
y D se recomienda endoscopia de control posterior a
tratamiento con IBP para confirmar curación y descartar EB, dado que en
cerca del 12 % de los pacientes se
hace evidente después de la curación. (9,16)
Manometría esofágica de alta
resolución (MAR)
Es una herramienta que evalúa la función motora del
esófago. En ERGE busca descartar la presencia de trastornos de la
motilidad esofágica, así como la evaluación preoperatoria en pacientes
candidatos a cirugía
antirreflujo y posoperatoria de pacientes con disfagia.
Aunque no es útil para el diagnóstico de ERGE, puede serlo al
proporcionar información complementaria
como función y morfología de la UEG y motilidad del
cuerpo esofágico (1,17).
El patrón de motilidad más común en la ERGE es
normal. Sin embargo, la UEG o el cuerpo esofágico
o ambos, pueden ser anormales. La UEG puede tener
hipotensión con o sin HH. El peristaltismo puede ser
fragmentado, ineficaz o ausente, con o sin reserva de
contracción (figura 3) (17).
pHmetría de 24 horas
Se realiza como prueba confirmatoria generalmente en
pacientes con endoscopia normal, síntomas atípicos, persistencia de
síntomas a pesar de tratamiento, recaída posterior a tratamiento y como
estudio prequirúrgico de cirugía antirreflujo (4,7). La monitoría
muestra
las consecuencias fisiopatológicas de la ERGE más
que el mecanismo que la produce, y se expone en el
tiempo de exposición ácida (TEA) o episodios de reflujo ácido, y la
asociación reflujo-síntomas (16).
Figura 3. Manometría esofágica en paciente con reflujo
gastroesofágico. Flechas negras muestran doble zona de
compresión en UEG sugestiva de presencia de hernia HH. Flechas blancas
muestra motilidad esofágica inefectiva
La adición de la impedanciometría, que
caracteriza los
eventos de reflujo con un electrodo de pH y una serie
de electrodos de impedancia, detecta todo el reflujo
(líquido, gaseoso o mixto) independientemente de la
acidez y define la dirección del flujo. En consecuencia,
la monitorización del reflujo es el estándar diagnóstico, puesto que
puede confirmar o excluir la ERGE,
aunque no siempre de forma concluyente (3,4).
Se puede realizar “con” o “sin” tratamiento con IBP.
El Consenso de Lyon propone que las pruebas siempre se realicen sin
tratamiento para demostrar la TEA
inicial en la ‘ERGE no comprobada’ (sin esofagitis, ni
pHmetrías positivas previas y en evaluación prequirúrgica de cirugía
antirreflujo (3,7). En contraste, el
Consenso propone que los pacientes con ‘ERGE comprobada’ (esofagitis de
grado C o D, EB de segmento
largo o pHmetría anormal anterior) sean evaluados sin
suspender la terapia para establecer correlación entre
síntomas refractarios y episodios de reflujo o para excluir la
supresión ácida inadecuada o cumplimiento
deficiente como mecanismo de la persistencia de los
síntomas. Esta evaluación requiere la monitorización
de la impedancia y del pH, ya que la mayoría de los
episodios de reflujo con el tratamiento con IBP son
débilmente ácidos (pH 4-7) (figura 4) (5).
Tratamiento
Dieta y estilo de vida
Adicional al tratamiento médico, los cambios de estilo
de vida juegan un papel primordial en el tratamiento,
evitando en algunos casos la cirugía. La pérdida de
peso en pacientes con obesidad y sobrepeso disminuye
la presencia y frecuencia de síntomas al disminuir la
presión ejercida por la grasa abdominal. Se recomienda cenar entre 2 y
6 horas antes de la hora de dormir;
elevación de la cabecera y del decúbito lateral izquierdo para evitar
que la posición en decúbito promueva
los episodios de reflujo (18,19).
Finalmente, en paciente fumadores la cesación del
consumo se ha asociado con una disminución de los síntomas de ERGE, y
en pacientes que sugieran la
presencia de sintomatología asociada con un alimento
especifico, este debe suspenderse o limitar su ingesta (18).
Figura 4. pHmetría de 24 horas en paciente con reflujo
gastroesofágico. Flechas negras muestran múltiples
episodios de reflujo ácido.
Tratamiento farmacológico
Los IBP desde hace aproximadamente 40 años modificaron la historia de
la gastroenterología y hoy en día
continúan siendo el medicamento más frecuentemente utilizado. Han
demostrado amplia superioridad en
el manejo de síntomas típicos como pirosis y regurgitación asociado a
curación rápida de la esofagitis y
mantenimiento, por encima de los antagonistas de los
receptores de histamina (H2RA) (20).
Se recomienda una toma al menos 30 a 60 minutos antes
de las comidas para mayor efectividad y disminuir progresivamente hasta
descontinuar o tomar a necesidad
con los síntomas. En pacientes que requieren tratamiento
prolongado o presentan persistencia de síntomas se debe
procurar dosis bajas efectivas y, ante falta de respuesta al
tratamiento y antes de adicionar otro tipo de fármacos,
realizar estudios complementarios (20-22).
Los H2RA son de utilidad para el manejo de síntomas
nocturnos, siempre como un tratamiento suplementario. En contraparte,
los proquinéticos -que aumentan
el vaciamiento gástrico- son solamente recomendados
ante la presencia de gastroparesia, con evidencia limitada en ERGE
(19,23).
De igual manera el baclofeno, medicamento que disminuye la relajación
transitoria del EEI y disminuye el
número de eventos de reflujo, constituye una opción
terapéutica cuando se ha confirmado la presencia de
ERGE teniendo en cuenta sus posibles efectos adversos (mareo,
somnolencia y estreñimiento) (21,22).
En el caso de mujeres embarazadas, el tratamiento médico se reduce a
cambios en el estilo de vida y
modificaciones en la dieta, a veces infructuosos por el
aumento de la presión intrabdominal fisiológico de la
gestación y el uso de sucralfato, antiácidos y alginatos,
dado el potencial riesgo para el feto de otros medicamentos (16,20).
Tratamiento endoscópico
Los procedimientos endoscópicos, aunque no tiene el
rendimiento terapéutico de los IBP y la cirugía, son
una opción en el tratamiento de pacientes con contraindicación o
renuencia al tratamiento médico y a la
cirugía (19,23).
- Stretta®: Este procedimiento aplica energía de
radiofrecuencia sobre el EEI acusando necrosis
coagulada limitada y fibrosis secundaria (18). Adicionalmente, se
sugiere un efecto sobre la función
neuromuscular disminuyendo la distensibilidad
del tejido al nivel del cardias y previniendo las relajaciones
transitorias. Está indicado en pacientes
sin presencia de HH, con episodios de reflujo de
pie y diurno, en ausencia de EB o esofagitis (23-
25).
- Funduplicatura transoral sin incisiones (TIF): Utiliza la
herramienta endoscópica EsophyX® y es
utilizada para crear una funduplicatura de todo el
espesor de la pared de 3 cm de longitud y de 270
a 300° de circunferencia (20,22,25). Se requiere de
un paciente con presencia de síntomas típicos únicamente con hiatos
esofágicos menores de 2 cm y
HH pequeña para su adecuado funcionamiento.
- Sutura endoscópica para manejo de ERGE: Consiste en la
realización de sutura endoscópica de
puntos separados de todo el espesor de la pared
a través de un equipo endoscópico de doble luz,
en ocasiones asociado a terapia con argón plasma
para crear una mayor adherencia al tejido (24,25).
- Mucosectomía y disección endoscópica de la submucosa
antirreflujo: Desarrollada a partir de la
observación de pacientes con mejoría de síntomas,
posterior a mucosectomías por lesiones tumorales.
Está indicado en pacientes sin evidencia de alteraciones anatómicas con
posibles aplicaciones en el
manejo de ERGE y en pacientes con antecedentes
de cirugía previa e imposibilidad de cirugía antirreflujo (19, 25).
Tratamiento quirúrgico
Está indicado en pacientes jóvenes que requerirán tratamiento
prolongado con IBP, en aquellos con un pobre control de síntomas con
manejo médico, en quienes no desean recibir manejo médico a largo plazo
o
en los que presenten contraindicaciones con el manejo
médico. El principal objetivo de la cirugía es reconstruir la válvula
antirreflujo o reforzar la debilidad presente en el EEI y al mismo
tiempo corregir la HH, si
se encuentra presente. Este tratamiento aumenta la
presión en reposo del EEI, disminuye los episodios de
relajación y adicionalmente se ha observado una mejoría del
peristaltismo esofágico (1,26).
El procedimiento antirreflujo más utilizado es la funduplicatura de
Nissen laparoscópica (360°) con una
alta efectividad en el control de los síntomas (80 a 90 %)
y una duración de hasta 10 años. Comparándola con
una funduplicatura parcial de Toupet, se asocia con
tasas superiores de disfagia posoperatoria generalmente tratadas con
dilataciones esofágicas y mejoría significativa. El éxito de la cirugía
radica en la completa
evaluación diagnóstica preoperatoria, descartando la
presencia de trastornos de la motilidad esofágica, evaluando el
adecuado funcionamiento esofágico con test
de provocación y la realización de una correcta técnica
quirúrgica por el profesional idóneo (1,26).
Otros procedimientos
LINX®: Es un dispositivo de implantación quirúrgica
que consiste en un esfínter externo magnético permitiendo el paso de
los alimentos cuando la presión esofágica es lo suficientemente alta.
Está contraindicado
en pacientes con HH mayor a 3 cm, EB o esofagitis,
trastornos de la motilidad esofágica, obesidad, escleroderma y
estenosis esofágicas. Se han reportado buenos
resultados en control de los síntomas con una baja tasa
de complicaciones (0,1 %) y una alta tasa de disfagia
posoperatoria, 70 % temprana, 11 % al primer año y
4 % a 3 años (25).
Bypass gástrico: Es probablemente el manejo quirúrgico más agresivo
para ERGE persistente, utilizado generalmente en pacientes con obesidad
y reflujo, así como
recurrencia de HH asociada con ERGE. Su utilidad radica en la
significativa disminución de peso que produce, así como derivación de
la secreción ácida contenida
en el remanente gástrico abandonado (1,25).
Conclusiones
La enfermedad por reflujo gastroesofágico es multifactorial, atribuible
a alteraciones anatómicas o fisiológicas, producida por un
desequilibrio entre los factores
protectores y de riesgos. Su diagnóstico frecuentemente requiere
confirmación y ampliación diagnósticas
con pHmetría de 24 horas y aunque su tratamiento
tradicional se basa en los cambios en el estilo de vida
y el uso de IBP o cirugía, hoy en día se cuenta con
diferentes opciones terapéuticas.
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Recibido: 06 de
Junio de 2022
Aceptado: 08 de
Septiembre
de 2022
Correspondencia:
Bernardo Alfonso Borráez Segura
b.borraez@utp.edu.co