MASAS RETROPERITONEALES GIGANTES: INFORME DE CASO
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Bibiana Alejandra Ramírez Peñuela ¹
, William Hernando Salamanca ²
, Mayra Angélica Hernández Peñuela ²
,
Edwin Gerlein Duarte²
Resumen
Los
tumores retroperitoneales primarios son tumores benignos o malignos,
sólidos o quísticos; se
consideran una patología infrecuente a nivel mundial, sobre todo en
Latinoamérica donde existe poca
evidencia científica, con un espectro clínico variado e inespecífico.
Estos sarcomas de partes blandas
implican <1 % de todos los tumores, siendo el liposarcoma un 20 % de
los sarcomas del adulto, de los
cuales una tercera parte se forman en el retroperitoneo. Los
liposarcomas representan para el cirujano
un reto diagnóstico, terapéutico, diverso e interesante. La incidencia
anual en Estados Unidos se encuentra cerca de 2,6 x 1.000.000. Por su
profunda localización y crecimiento lento, su cuadro clínico
es proteiforme y su diagnóstico difícil. Caso clínico: El objetivo de este estudio es presentar un caso
de tumor retroperitoneal de gran tamaño, analizando clínica de presentación, pruebas diagnósticas
utilizadas, anatomía patológica tumoral, datos quirúrgicos y posibles tratamientos oncológicos y quirúrgicos complementarios. Resultados: Posterior a la cirugía se encuentra masa tumoral vascularizada de apariencia grasa de 40 x 30 cm de diámetro y 7,6 kg de peso. Conclusión: Se hará un aporte al
conocimiento que facilite la evaluación al enfrentar casos similares. Los liposarcomas son los tumores
de tejido blando más frecuentes en los adultos; por su crecimiento lento, poca sintomatología, tipo
histológico y ubicación, se considera todo un reto diagnóstico y de tratamiento.
Palabras clave: Adultos; liposarcoma retroperitoneal; liposarcoma gigante; masas retroperitoneal.
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¹ Universidad Militar Nueva Granada, Grupo de Investigación de Epidemiología y Salud Colectiva Bogotá-Colombia.
² Clínica Universitaria Colombia.
GIANT RETROPERITONEAL MASSES: A CASE REPORT
Abstract
Primary retroperitoneal tumors are benign or malignant, solid or
cystic, irregular surface,
round tumors that generate a giant abdominal mass with a hard
constitution. These soft tissue sarcoma involves <1 % of all tumors,
with liposarcoma being 20 % of adult sarcomas, of
which a third are formed in the retroperitoneum, represent a varied and
interesting diagnostic
and therapeutic challenge for the surgeon. The annual incidence in the
USA is close to 2.6
x 1,000,000. Due to its deep location and slow growth, its clinical
picture is protean and its
diagnosis difficult. Clinical case: The objective of this study is to
present a case of a large retroperitoneal tumor, analyzing the clinical
presentation, diagnostic tests used, tumor pathology,
surgical data, possible complementary oncological treatments. Results:
After the surgery, a
vascularized tumor mass with a fat appearance measuring 40x 30 cm in
diameter and 7.6 kilos
of weight was found. Conclusion: A contribution will be made to
knowledge in Colombia that
facilitates the evaluation when facing similar cases. Liposarcomas are
the most frequent soft
tissue tumors in adults, due to their slow growth, few symptoms,
histological type and location,
their diagnosis and treatment are a challenge.
Key words: Adults; liposarcoma; retroperitoneal; giant liposarcoma; retroperitoneal masses.
Introducción
Los sarcomas de tejido blando representan poco menos
del 1 % de todos los tumores malignos. El más frecuente de ellos es el
liposarcoma, derivado del tejido adiposo originado del mesénquima,
mostrando una escasa
frecuencia (1), en la edad adulta se presenta entre los
40 a 60 años con ligero predominio masculino (2,3),
siendo el liposarcoma un 20 % de todos los sarcomas
del adulto, de los cuales una tercera parte se forman en
el retroperitoneo después de tumores malignos quísticos y
fibroquísticos (4) y 35 % en la grasa perirrenal.
En Estado Unidos la incidencia anual calculada es de
alrededor de 2,6 casos por cada 1.000.000 habitantes.
Aunque parece que la incidencia entre poblaciones a
nivel mundial no difiere de la anteriormente anotado,
hay pocas series y reportes respecto a estos datos en
Latinoamérica (5).
El diagnóstico con frecuencia se dificulta por su ubicación, crecimiento lento y baja tendencia a producir
metástasis a distancia, lo que hace que la resección
quirúrgica pueda dificultarse. Presentamos un caso de
sarcoma retroperitoneal de gran tamaño intervenido
quirúrgicamente en un hospital universitario de Bogotá.
Reporte de caso
Paciente J-R de sexo masculino de 35 años de edad,
quien consulta al servicio de urgencias por cólico en
hemiabdomen izquierdo, acompañado de náuseas,
vómito bilioso (diario), deposiciones semilíquidas amarillentas (3-4
por día) y pérdida de peso (5 kg) de
dos meses de evolución, con disminución del apetito
durante las dos últimas semanas. Al examen físico se
encontraba con abdomen distendido, doloroso (Visual
Analogue Scale – VAS 7/10) a la palpación en hemiabdomen superior con
sensación de masa de elevada, consistencia en epigastrio y mesogastrio,
sin signos
de oclusión intestinal ni peritonismo y signos vitales
normales. Se practicó una Tomografía Axial Computarizada (TAC) que
mostró “masa de predominio graso, de aspecto sólido moderadamente
vascularizada de
bordes mal delimitados, al parecer originada en retroperitoneo (
figuras 1,2).
Compatible con liposarcoma retroperitoneal, ejerciendo efecto
compresivo sobre asas intestinales, páncreas,
vesícula, hígado y riñón derecho. Se realizaron laboratorios de control
con resultados normales incluyendo Reacción en Cadena de la Polimerasa
(PCR) para
COVID19. Se decide hospitalizar por sospecha de lesión tumoral
abdominal para ser valorado por los servicios de Cirugía General y
Oncología, que ampliaron
el estudio de la masa con una TAC de tórax de alta
resolución que no mostró masas intratorácicas y alfafetoproteína
(negativa), por riesgo nutricional (método
Ferguson) fue de 1/5, con déficit severo de reservas
en miembros superiores (evaluado por Frisancio), baja
fuerza muscular, clasificándolo como desnutrición
asociada con enfermedad crónica. Se ajustó plan alimentario y se
instauró su vigilancia estricta. Se decide
llevar a cirugía por masa abdominal gigante y dolor
abdominal, se encuentra gran masa tumoral vascularizada de apariencia
grasa de 40 x 30 cm de diámetro y
7,6 kg que rechaza el contenido abdominal anterolateralmente sin
compromiso vascular. No se encontraron
ganglios ni lesiones retroperitoneales, (
figura 3).
Figura 1. Tomografía axial computarizada que muestra la tumoración.
Figura 2. Liposarcoma en su interior necrosis con asas
intestinales comprometidas.
Figura 3. Vista del tumor después de la resección (más
de 30 cm).
El informe histopatológico e inmunohistoquímico
concluyó lesión de tejido adiposo de 37 x 29 x 19 cm
de superficie externa lisa, con adherencias fibrosas,
con lesión de retroperitoneo, con la presencia de un
liposarcoma bien diferenciado y positividad de las células tumorales con P6, MDM2 y CDK4. El paciente
presentó evolución posoperatoria lenta hacia la mejoría y en el control ambulatorio se verificó evolución
satisfactoria.
Discusión
Los tumores adiposos son los más comunes de todas
las neoplasias mesenquimatosas; entre ellas, el liposarcoma representa
alrededor del 20 % de los tumores de
tejidos blandos, (6). A su vez, estos tumores retroperitoneales
primarios se pueden clasificar en tejido de
origen mesodérmico, pueden ser benignos o malignos,
también de tejido de origen nervioso, benigno y maligno y, por último,
en restos embrionarios y notocorda
que pueden ser benignos y malignos. El liposarcoma
retroperitoneal primario plantea un desafío diagnóstico respecto del
comportamiento clínico infrecuente,
variado e inespecífico, el mejor tratamiento planteado
para evitar recidivas, con pronóstico y predicción favorables para el
paciente. Debido a la baja incidencia
general de esta enfermedad y la variabilidad entre pacientes, se han
realizado pocas investigaciones en la
población asiática e inglesa (7).
Una de las clasificaciones encontradas en la literatura que apoya el
diagnóstico de los tumores retroperitoneales en este caso los
liposarcoma es la
clasificación de la OMS (2013) dividida en tres clases: benignos,
localmente agresivos y malignos. La
primera categoría incluye lipoma, lipomatosis, lipomatosis de nervios,
lipoblastoma/lipoblastomatosis,
angiolipoma, miolipoma, lipoma condroide, angiomiolipoma extrarenal,
mielolipoma extrarenal, lipoma pleomorico (o de células en huso),
Hibernoma, y
tumor pleomórfico lipomatoso (nueva categoría); la
segunda incluye el liposarcoma de células bien diferenciadas (tumor de
células en huso atípico) y en la
última: liposarcoma desdiferenciado, liposarcoma
mixoide, liposarcoma pleomórfico y una nueva categoría: el liposarcoma
mixoide pleomórfico. Entre
los cuatro subgrupos de tumores malignos es importante resaltar que
tanto su clasificación inmunohistoquímica como los patrones genéticos
(
MDM2/
CDK4 y FUS/EWSRI-DDIT3) favorecen la conducta clínica y la
supervivencia pos tratamiento entre
otras cosas (8)
Otros sistemas de clasificaciones aceptadas son las del
Instituto Nacional del Cáncer (NCI) y la de la Federación Francesa de
Centros Oncológicos (FNCLCC).
Las dos han demostrado tener valor pronóstico y comparten varias
características. Estos dos grupos distribuyen a los liposarcomas en 5
subtipos histológicos: a)
Bien diferenciado (alrededor del 45% ), b) Mixoide de
intermedia a baja diferenciación (alrededor de 31 %), c)
Pleomórfico, d) De células redondas y, e) No diferenciado. El tipo de
patología determina el tratamiento y
la probabilidad de metástasis. El liposarcoma parece
tener menos inclinación por las metástasis a distancia
en el pulmón y en el hígado que otros tipos histológicos (9).
El cuadro clínico es muy variado e impreciso, crecen
lenta y cautelosamente sin presentar síntomas por largos períodos. Los pacientes acuden a consulta solo
cuando el tumor es enorme y los síntomas incluyen
pérdida de peso, dolor, plenitud abdominal, vómito,
dolor en el costado, saciedad temprana, edema de
miembros inferiores o varicocele (que indica obstrucción venosa o linfática); al examen físico es difícil
determinar el origen debido a su sintomatología y al
tamaño de la masa a nivel abdominal; se puede llegar
a confundir con otros diagnósticos diferenciales como
lipomas benignos, otros tipos de sarcomas y tumores
miofibroblásticos inflamatorios; muchos de estos síntomas son resultado del crecimiento y desplazamiento
de estructuras u órganos (3), (7), (10), (11).
Respecto al uso de imágenes diagnósticas, el TAC es
la mejor opción; ayuda a estimar el tamaño, localización, relación del
tumor con estructuras anatómicas, a
identificar metástasis, conocer la posibilidad de resecabilidad,
definir el origen retroperitoneal, presencia
de necrosis, y extensión de la enfermedad. Otra ayuda
diagnóstica es la RNM con la cual se puede evaluar
relaciones de la masa con estructuras vasculares y nerviosas, ofrece
planos de la masa sagitales, coronales
y axiales (12), (13), permite definir forma y componentes internos. En
cuanto a la ecografía, los liposarcomas son hiperecogénicos y sugieren
grasa (hallazgo
no sensible ni específico ya que se observan en otras
lesiones lipomatosas), pueden presentar calcificaciones y septos finos
que indican mal pronóstico y desdiferenciación o representan una
variante inflamatoria o
esclerosante en el liposarcoma bien diferenciado (14).
Según Miao, en 2015 (1) (estudio de casos y controles)
en sujetos chinos de la raza Han, utilizaron otro tipo
de técnica diagnóstica relacionada con la evaluación
de genes MDM2 y FPGS, los cuales están vinculados
y asociados con la presencia de liposarcoma, estando
el último de ellos vinculado con una mayor susceptibilidad a la
presencia del tumor, pues al parecer actúa
directamente sobre la regulación de folatos. Previamente, Weaver (2008)
(15) planteó que evaluar la presencia de MDM2 permite diferenciar
grandes masas
en abdomen con otras patologías (p. e. mesenteritis
esclerosante y fibrosis retroperitoneal).
Nuevas técnicas diagnósticas parecen útiles para evaluar la agresividad
del tumor preoperatoriamente.
Para ello, Macpherson y colaboradores (16) utilizó
Tomografía de Emisión de Positrones (PET-CT) con
fluorodeoxiglucosa, demostrando su utilidad en liposarcomas en
extremidades. Jinsoon Rhu y colaboradores (17) realizó un estudio
similar en tumores retroperitoneales, encontrando 85,7 % de
sensibilidad
y 78,3 % de especificidad, por lo cual roponen ¿? el
método como una medida predictiva de agresividad
previa a la histopatología.
El tratamiento de elección y pilar de los liposarcomas
es la resección quirúrgica, buscando erradicación total, considerada
con un factor pronóstico favorable. El
objetivo final es lograr márgenes libres con eliminación macroscópica
completa R0/R1, y puede lograrse
por medio de proyección y estimación preoperatoria
cuidadosa, apreciando afectación de órganos, vasos y
nervios y evaluación de posible extensión extraabdominal del tumor; en
ocasiones se requiere una resección multiorgánica. La extracción
parcial no ofrece
ventajas en comparación con la no extracción, excepto
en el sarcoma bien diferenciado. Melissa, citada por
Ramu (9) informa que si la tasa de crecimiento es menor a 0,9 cm/mes
mejora la supervivencia en el caso
de cirugías agresivas en presencia de recurrencia local.
La incidencia de metástasis a distancia de los sarcomas
retroperitoneales varía entre 15 y 34%, el liposarcoma parece tener
menos inclinación por metástasis
a distancia tanto en pulmón como en hígado que los
otros tipos histológicos. La malignidad del liposarcoma bien
diferenciado y del mixoide es baja y su tendencia a recurrir es de
cerca del 30 %. Si no hay focos
del tipo desdiferenciado, la probabilidad de metástasis
es baja. La resección completa es posible en 60 % de
los casos (8).
Los tratamientos adyuvantes y neoadyuvantes, así
como la radioterapia, no muestran ventajas sobre el
tratamiento quirúrgico (18), (19), Livingston -citado
por Pisapia (20)- informa que la doxirubicina más bifosfamida vs.
doxirubicina muestran una tasa de respuesta 24 % y beneficios clínicos
44 % mayores que
los previamente reportados en liposarcoma indiferenciado.
Otro aspecto a tener en cuenta son las recurrencias
posteriores al procedimiento quirúrgico y la supervivencia que esto
genera por presentar una masa de gran
tamaño a nivel abdominal. Es por eso que si la masa
es resecada completamente el pronóstico depende del
grado de diferenciación (21). En una serie de 148 pacientes demuestra
que los sujetos con alto grado de indiferenciación tienen un peor
pronóstico; Singer (22)
en una serie de casos de 20 años (177 sujetos), encontró en 2002 que a
170 meses el 50 % de los sujetos con
bordes limpios de resección sobrevivieron, aunque los
liposarcomas bien diferenciados son susceptibles de recurrencia (27 %)
no producen metástasis, es menos frecuente la recurrencia en la
localización retroperitoneal
(23). En otra serie de 37 casos (retrospectiva), Virseda
(13) informa que en 52 % se realizó extirpación asociada de órganos
vecinos, con recidivas en 45 %, con
promedio de aparición de ellas a los 23 meses y con
supervivencia a 5 años de 44 %, pero luego de cirugía
iterativa la supervivencia fue de 9,8 meses. La supervivencia global a
los 5 años informada en la literatura
para los diversos subtipos histológicos bien diferenciados de los
sarcomas localizados arroja un 81% y cuando son avanzados está
alrededor de un 56 %.
Evans (24) en algunos casos refiere que la recurrencia
puede cambiar el subtipo histopatológico de bien diferenciado a
indiferenciado, convirtiéndose en importante factor pronóstico. La
recurrencia se asocia con
resección incompleta. Rhu y colaboradores (17) informan que el
pronóstico mejora cuando el seguimiento
de la recurrencia se realiza a los 6 meses.
Zhao (25) recomienda seguimiento por imágenes cada
3 a 6 meses durante los primeros 5 años y luego anualmente, ya que el
riesgo de recurrencia nunca se estabiliza. La muerte suele estar
relacionada con la recidiva
local o regional, aunque esta no es muy alta, se presenta alrededor del
2 %.
Conclusión
Los liposarcomas retroperitoneales son patologías
poco frecuentes sobre todo en Latinoamérica, a su
vez la literatura científica es limitada, la visión clínica es variada
e inespecífica y puede confundirse con
otras enfermedades que producen masas abdominales
de gran tamaño con preservación de órgano, que se
presentan en pacientes laboralmente activos, lo que
produce un desafío diagnóstico y terapéutico. Son de
crecimiento lento y baja tendencia a la metástasis, el
tratamiento idóneo es la resección quirúrgica, pero si
esta es incompleta puede recidivar y complicar la salud
del paciente, lo cual implica seguimiento estricto antes
del procedimiento quirúrgico con métodos imagenológicos,
inmunohistoquímicos y genéticos, y en algunos
casos como la TAC abdominal, que contribuye a un
diagnóstico inicial adecuado y certero para definir el
tratamiento preciso, evitando recurrencias y obteniendo una adecuada
supervivencia. Después del procedimiento se debe tener en cuenta un
riguroso control u
otros estudios a largo plazo para evitar daños a órganos adyacentes.
Conflicto de interés
Los autores expresan no tener ningún conflictos de intereses.
Financiación
No hubo financiación para el desarrollo del proyecto.
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Recibido: 15 de Octubre de 2021
Aceptado: 2 de Marzo
de 2022
Correspondencia:
Bibiana Alejandra Ramírez Peñuela
barpte@gmail.com