EL VIRUS DE LA VACUNA COLOMBIANA DE VIRUELA:
¿COWPOX O HORSEPOX?¹
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Luis Carlos Villamil Jiménez ²
, Hugo Armando Sotomayor Tribín ³
Uno de los misterios de la vacunología moderna es el origen de
la vacuna utilizada para erradicar la viruela. Dos virus animales
pueden tener la respuesta: el cowpox y el horsepox, aunque
solo uno de ellos ha recibido la mayor parte del crédito.
José Esparza (1).
Resumen
En
1842 se inició la producción de vacuna animal para el control de la
viruela con los trabajos de Giuseppe Negri, quien inoculó el cowpox en
terneras e inició en Nápoles (Italia) la vacunación mediante
ese procedimiento. El método fue adoptado por varios países del mundo.
En Colombia, durante 1897
comenzó la producción de la vacuna animal con la creación de un
laboratorio central de producción
de vacunas denominado Parque de Vacunación, dirigido por el joven
médico veterinario Jorge Lleras
Parra. De acuerdo con sus escritos, siempre empleó el mismo virus.
Sostuvo que la vacuna colombiana
estaba preparada con virus equino horsepox y no con cowpox como se
creía. Los estudios genómicos
realizados sobre la vacuna de Lleras Parra confirmaron que el virus
empleado estaba relacionado con
el horsepox.
Palabras clave: Vacuna de viruela; Jorge Lleras Parra; horsepox; cowpox; Colombia.
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¹ Este
artículo se basa en uno de los capítulos del libro: Villamil Jiménez,
L. C., Sotomayor Tribín, H., & Esparza, J. (2020). Viruela
en Colombia: De la Real Expedición Filantrópica al Parque de
Vacunación. Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina.
Editorial Universidad de la Salle.
² DMV, MSc, PhD, FETP. Profesor Titular Grupo de Epidemiología y Salud Pública, Universidad de La Salle. Miembro de la Sociedad
Colombiana de Historia de la Medicina (SCMH). Miembro Asociado de la Academia Nacional de Medicina. Bogotá Colombia.
³ MD, Especialista en Pediatría, MSc. Profesor de la Universidad Militar Nueva Granada. Presidente de la Sociedad Colombiana
de Historia de la Medicina (SCHM). Miembro de Número de la Academia Nacional de Medicina. Bogotá Colombia.
THE COLOMBIAN SMALLPOX VACCINE VIRUS:
COWPOX OR HORSEPOX?
Abstract
The production of an animal vaccine for the control of smallpox began
in 1842 with the works
of Giuseppe Negri, who inoculated cowpox in calves and started the
vaccination in Naples
through this procedure. The method was adopted in several countries
around the world. In Colombia, the production of an animal vaccine
started in 1897, with the creation of a central laboratory for vaccine
production called Parque de Vacunación, directed by the young
veterinarian
Jorge Lleras Parra; according to his writings, he always used the same
virus. He sustained
that the Colombian vaccine was prepared with horsepox equine virus and
not with cowpox, as
it was believed. The genomic studies carried out on Lleras Parra’s
vaccine confirmed that the
virus used was related to horsepox.
Key words: Smallpox vaccine; Jorge Lleras Parra; horsepox; cowpox; Colombia.
Introducción
Desde finales del siglo XVIII se aceptó que el agente
de la viruela de las vacas cowpox, era el componente
de la vacuna descubierta por Edward Jenner, quien la
llamó
Variolae vaccinae. En su práctica diaria observó
que las jóvenes encargadas del ordeño de las vacas
contraían en sus manos un brote o erupción similar
al que tenían las vacas en sus ubres, por lo que dedujo que se infectaron de viruela de las vacas o
cowpox
y además se convertían en resistentes al ataque de la
viruela humana (2).
El artífice de la vacuna colombiana contra la viruela
fue Jorge Lleras Parra, quien desde 1997 hasta 1945
dirigió el Parque de Vacunación, un laboratorio central de producción de vacunas para abastecer al país.
Desde el inicio de su actividad mantuvo el mismo virus, no aceptaba el intercambio con otros laboratorios
y sostuvo que el virus que empleaba era horsepox.
En abril de 2020, la Sociedad Colombiana de Historia
de la Medicina, en conjunto con la Editorial de la Universidad de La Salle, publicaron el libro: Viruela en
Colombia, de la Real Expedición Filantrópica al Parque de Vacunación (2), en el que se relatan episodios
que hicieron posible el descubrimiento de la vacuna,
las investigaciones realizadas a partir de la obra de Jenner, las observaciones de campo, la hipótesis de Lleras
Parra sobre el virus empleado en la vacuna y los estudios recientes que ampliaron el conocimiento sobre el
verdadero origen del virus empleado en la elaboración
de la vacuna colombiana contra la viruela.
Las experiencias de un médico rural
Edward Jenner era un estudioso de las enfermedades
de los animales. Publicó un escrito sobre el moquillo
canino en el que relaciona las complicaciones nerviosas de esta
enfermedad con la rabia; estudió la enfermedad hidatídica, las
afecciones del ganado y las inflamaciones de las pezuñas de los ovinos.
Dentro de sus
experiencias médicas, mediante estudios
post mortem,
comprobó que la angina
pectoris obedecía a una enfermedad coronaria
(3).
Su mayor aporte a la salud pública mundial fue el descubrimiento de la
vacuna contra la viruela, proyecto
que logró gracias a su capacidad para observar, apreciar el saber
popular, experimentar y demostrar sus hallazgos hasta hacerlos
convincentes, tal como lo señala
con sus propias palabras:
“la investigación fue tan estricta,
como me lo permitieron las circunstancias locales, sobre las
causas y efectos de una enfermedad singular” (4).
En 1798 publicó
An inquiry into the cause and effects of
the Variolae vaccinae or cowpox (5), describió 23 casos
para sustentar su hipótesis sobre el papel del cowpox
para proteger a los humanos contra la viruela; en cinco encontró
relación con el horsepox. No obstante, sus
observaciones sobre el origen equino de la enfermedad
vacuna fueron objeto de crítica (6).
“Las observaciones de Jenner eran detalladas: en el condado
de Gloucester los caballos se hallaban frecuentemente atacados por una
enfermedad que los veterinarios llamaban gabarro (grease): esta
consiste en un tumor inflamatorio que les
viene en lo bajo de la pierna, del que sale un pus que tiene
propiedades muy particulares y que parece ser capaz de producir en el
cuerpo humano, mediante algunas modificaciones
de que hablaré luego, una enfermedad tan parecida a las viruelas, que
me parece probable que esta pueda haber tenido su
origen en aquella” (6).
Jenner creía que la viruela del caballo no ofrecía buena
protección, pues, para lograrlo, debía primero infectar a
las vacas y desde allí a los humanos. En sus publicaciones
posteriores (1779, 1801), no tuvo en cuenta explícitamente la viruela
equina como preventivo de la viruela, tal vez
porque la confundió con la dermatitis verrugosa, de manera que dicho
virus no cobró el protagonismo que debió
tener desde el inicio de la historia de la vacuna (1).
Los detalles relacionados con los reservorios del agente productor de
la enfermedad eran desconocidos; solo
existían en regiones geográficas específicas como en el
condado de Gloucester, donde ciertos roedores silvestres actúan como
reservorios del virus:
Clethrionomys
glareolus y
Apodemus sylvaticus, presentes solo en algunas regiones del
viejo continente, transmitían el virus a
las vacas de ordeño. Por lo anterior se explica la ausencia del virus
cowpox en varios países y continentes (7).
El legado de Edward Jenner se puede resumir en tres
contribuciones:
- Mediante la observación y la experimentación
produjo evidencia sobre el papel de la viruela de
las vacas lecheras en la prevención de la viruela
de los humanos ochenta años antes del establecimiento de la era
microbiológica y la teoría de los
agentes de la enfermedad;
- Descubrió que la Variolae vaccinae, podía transferirse en serie
mediante el sistema de inoculación
brazo a brazo para propagar la vacuna en todo el
mundo.Postuló este procedimiento como una intervención que algún día
aniquilaría la viruela (8).
- La labor de Jenner trascendió hacia otros países.
En Milán, Luigi Sacco encontró vacas con lesiones similares a las
descritas por Jenner, replicó su
experimento e inició la vacunación en su localidad
(9). En 1842, Giuseppe Negri obtuvo la vacuna
animal al inocular el cowpox en terneras e inició
la vacunación en Nápoles mediante ese procedimiento. La vacuna
humanizada (brazo a brazo)
como la animal, se empleó durante el siglo XIX
(10).
Estos avances constituyeron un motivo de inspiración
para los artistas, tal como lo muestran los grabados de
Joseph Staniland (
figuras 1 y 2) en los que se muestra
el procedimiento para obtener la vacuna animal y la
inoculación vacunación en el consultorio.
“Dos médicos franceses, Ernest Chambon y Gustave Lanoix,
visitaron a Negri para aprender sobre los procedimientos e
innovaciones de la vacuna obtenida en bovinos, compraron
una vaca inoculada con el virus para establecer en París, en
1864, el Instituto de Vacuna Animal. El virus suministrado
por Negri se reemplazó por una cepa aislada localmente en
la localidad de Beaugency en 1866, y se mezcló con otra aislada en Saint Mandé en las afueras de París. La mezcla se
denominó Linfa de Beaugency, y constituyó la semilla para
la producción de vacuna animal en el Instituto, exportándose
a diversos países de Europa y América” (10).
El virus de la vacuna colombiana
El origen del virus de la vacuna colombiana no se conoce con exactitud.
Durante el siglo XIX se importaban linfas vacunales desde Londres,
Mánchester y
Francia (11). Por solicitud de la Junta Central de Higiene, el doctor
Claude Vericel, director de la Escuela
Veterinaria, apoyó el inicio de las actividades para la
producción de vacuna animal en el Parque de Vacunación, dirigido por el
joven veterinario Jorge Lleras Parra (
figura 3). La Linfa de Beaugency pudo constituir
la semilla de la vacuna colombiana (2).
Jorge Lleras Parra aseguraba que había utilizado desde
1897 el mismo virus y que no había realizado intercambios entre instituciones para refrescar la semilla
original (12). Presentó en la Conferencia Sanitaria
Panamericana, reunida en Brasil, un escrito en el que
sintetizaba sus investigaciones, innovaciones, teorías
y observaciones clínicas durante su experiencia como
director del Parque de Vacunación.
“La cepa que hoy se emplea es la misma con la que principié
la producción de vacuna hace cuarenta y siete años, cepa que
he conseguido sostener activa y sin infección alguna durante
todo este largo periodo de tiempo”.
Se ha tenido la creencia, desde Jenner hasta nuestros
días, de que la vacuna (cowpox) es una enfermedad
originaria de la vaca y únicamente de la vaca de hato,
de la que está en ordeño. ´La vacuna es a mi modo
de ver, enfermedad originaria del caballo (horsepox), transmitida por contacto directo a la vaca de ordeño.
Figura 1. Lymph taken from a calf on a table. Grabado en madera. Charles Joseph Staniland,
Londres 1883. U.S. National Library of Medicine.
Figura 2. Vaccinating infants. Grabado en madera. Charles Joseph Staniland,
Londres 1883. U.S. National Library of Medicine.
Nunca la he visto en vacas horras, en las novillas ni en
los machos; en cambio la he encontrado muchas veces
en las vacas de ordeño, pero cuando están en contacto
con caballos o son ordeñadas o cuidadas por individuos que manejan
caballos. En el caballo es una enfermedad benigna que he encontrado
frecuentemente en
machos, hembras y potros que se manifiesta por una
erupción en la piel de la nariz, los labios, los párpados
y el pliegue de la ranilla. Si se toma linfa de estas pequeñas pústulas
y se siembra en la piel de otro équido
se produce la enfermedad, sembrada en un bóvido, sea
en la región mamaria o en otra cualquiera, se producen las pústulas
características del cowpox” (12).
Las lesiones en humanos relacionadas con las de las
vacas de ordeño se observaron durante el siglo pasado por médicos veterinarios dedicados a la práctica de
campo. No hay observaciones similares en equinos.
Sin embargo, ante la ausencia de
cowpox o
horsepox autóctonos, los brotes espontáneos que señalaban Lleras
Parra y los médicos veterinarios de campo, pudieron
originarse por otras etiologías o por la transmisión del
virus vacunal (
vaccinia) de los humanos a los animales,
aspecto descrito en diversas partes del mundo (1).
En Colombia se documentaron tres brotes relacionados con virus de
campo: el primero ocurrido en el departamento de Antioquia, después de
una campaña de
vacunación antivariólica en gran escala. Se originó en
la región lechera (Rionegro, La Ceja, Yarumal, Caucasia), afectó 206
personas y 8.572 bovinos. Los humanos afectados (relacionados con la
atención de las
vacas), presentaron lesiones en las manos y cara. Los
hallazgos de laboratorio identificaron al virus
vaccinia
como el responsable del brote (13).
Figura 3. Jorge Lleras Parra director del Parque de
Vacunación. Tomado de Revista de Higiene (1939).
Fotografía: Andrea Mejía Cruz.
En un estudio serológico realizado entre los meses de
febrero y julio de 2014 (14) -en el 2012 se había presentado un brote
previo de una enfermedad vesicular
que afectó humanos y animales: 11 trabajadores rurales con lesiones en
manos, y vacas en producción con lesiones en los pezones. Se analizaron
17 sueros humanos para la detección de anticuerpos (Elisa IgG) y
PCR en tiempo real. Las muestras fueron positivas a la
prueba de ELISA, dos de estas fueron positivas al PCR
(
Parapoxvirus, un virus diferente al
cowpox).
En el 2016 (15) se realizó un estudio serológico en el
municipio de Medina, en el área rural del departamento de Cundinamarca
(donde se habían presentado casos compatibles de una enfermedad
vesicular en
humanos y animales). Se estudiaron los sueros de 134
trabajadores de explotaciones lecheras, 31 % de los individuos menores
de 40 años presentó una reacción
positiva a la prueba ELISA (IgG), poniendo en evidencia la actividad
del virus
vaccinia en el área de estudio.
La reciente ocurrencia de infecciones por el virus vaccinia en animales y humanos en distintos lugares de
la geografía colombiana, sumadas a otras por este y
por otros virus pertenecientes al género
Orthopoxvirus
(familia
Poxviridae), constituyen una evidencia de la
emergencia de este género, con características epidemiológicas de interés para la salud pública (16).
Estudios genómicos de la vacuna
colombiana
Después de una conversación con el académico Gabriel Carrasquilla, el Académico Hugo Sotomayor
envió al doctor José Esparza varios capilares con la
vacuna producida en los años treinta en el Parque de
vacunación y una ampolla de 1970 que le había obsequiado en el 2001 la museóloga española Nuria Nolla
de Pinto, coordinadora y directora del Museo Bernardo Samper Sordo del Instituto Nacional de Salud.
Carrasquilla entregó personalmente estos especímenes
a José Esparza, en Estados Unidos en mayo de 2018
(
figura 4).
Con dichas vacunas se inició el estudio genómico de los virus empleados
en Colombia, que revelaría el verdadero origen del virus utilizado por
Lleras
Parra desde fines del siglo XIX, y permitiría confirmar
la hipótesis sostenida por este durante la primera mitad del siglo XX
sobre la vacuna colombiana (2).
Los estudios genómicos realizados sobre más de veinte
muestras vacunales señalaron que el virus
vaccinia
se
distribuye en tres grupos (clústeres) filogenéticos: El euroasiático,
que incluye las cepas empleadas en Europa y Asia como la Lister, la
china Tan Tian y la rusa
Tashkent. El norteamericano, que agrupa los clones
virales de la vacuna
Dryvax, que incluye la ACAMP
2000 (la vacuna autorizada en los Estados Unidos).
Este clúster contiene elementos cercanos al grupo
euroasiático y al brasilero. El brasilero o suramericano, que incluye el virus brasilero representado por la
cepa Cantagallo y Serro-2, las vacunas Mulford 1900
y 1902, la vacuna colombiana producida en el Parque
de Vacunación y un
horsepox. Los virus suramericanos
son cercanos al horsepox (
figura 5). El virus de la vacuna de Lleras Parra tuvo como base el
horsepox, es
bastante similar a la vacuna estadounidense Mulford
de 1902 (17, 18).
Figura 4. José Esparza recibe de Gabriel Carrasquilla,
las vacunas de viruela preparadas en el Parque de
Vacunación en Bogotá entre 1920 y 1967. EEUU
Aeropuerto de Miami (2018). Fotografía: Gabriel
Carrasquilla.
De acuerdo con José Esparza, Schrick y colaboradores, no se ha identificado en el mundo ninguna vacuna
basada en el
cowpox. Las vacunas contra la viruela fabricadas en Europa o en América antes de 1930, están
basadas en el
horsepox (17).
El doctor Lleras Parra estaba en lo cierto. El virus con
el que se inició en Colombia la producción de vacuna
contra la viruela en 1897 corresponde al grupo brasilero (suramericano), cercano al
horsepox y no al
cowpox,
lo que significar que desde fines del siglo XIX hasta
mediados del siglo XX, en el país no se realizó -en sentido estricto- la vacunación sino la equinación (1).
Figura 5. El virus colombiano pertenece al clado o grupo brasilero donde se ubican los virus vacunales
suramericanos, bastante similar a la Mulford de 1902. Tomado de Esparza et al, 2020 (17).
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Recibido: 17 de Diciembre de 2021
Aceptado: 20 de Mayo
de 2022
Correspondencia:
Luis Carlos Villamil Jiménez
lcvillamilj@gmail.com