DE LA HISTORIA DE LA MEDICINA
A LA MEDICINA DE PRECISIÓN
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Juan-Manuel Anaya Cabrera ¹
“No se trata sólo de prever el futuro,
sino de hacerlo posible”
Antoine de Saint- Exupéry
El ser humano busca irremediablemente un sentido a
su vida. Esa búsqueda se acentúa con la edad o durante la enfermedad. Todo ser humano, en la lógica de
la vida, enfermará. Unos antes que otros. Cada cual,
entonces, hará lo mejor de sí hasta cuando descubra
que lo pudo haber hecho mejor. O lo contrario. Este
número de MEDICINA ofrece un espacio para estas
reflexiones.
Los artículos sobre la historia de la medicina tratan
aspectos que merecen ser recordados como testimonio del inicio de las capacidades científicas del país.
No en vano la modernidad es el resultado de la crítica
constructiva del pasado. La medicina de precisión, un
ejemplo evidente de esta modernidad, ha dejado de ser
un concepto de investigación y se ha convertido en la
mejor opción de atención médica, que aprovecha toda
la información de un individuo para predecir el tránsito de la salud a la enfermedad (prevención primaria)
o para conocer el riesgo de desenlaces en un paciente
(prevención secundaria y terciaria), incluyendo la respuesta a los tratamientos.
¿Para qué la historia de la medicina? Ulloa y
colaboradores (1) brindan una parte de la respuesta:
“con esta información nuestros cerebros pueden imaginar soluciones creativas o predecir el futuro, lo que
se traduce en una mejor toma de decisiones médicas”
(1). Estas son funciones de la red neuronal por defecto,
afirman. Esta red, acuñada por Raichle y colegas (2),
se caracteriza por una importante actividad intrínseca de un set de regiones cerebrales que están activas
cuando el individuo se encuentra en reposo mental, y
disminuyen su actividad cuando el individuo ejerce actividades perceptivas o motoras. La creatividad surge
como consecuencia de la cooperación entre ésta y la
red de control cognitivo (3). ¿Es necesario entonces el
conocimiento de la historia de la medicina o del marco
teórico, para el avance la ciencia médica?
Villamil Jiménez y Sotomayor Tribín (4) recuerdan, en
este número, la historia de la Expedición Filantrópica
de la Vacuna contra la viruela humana, primera expedición sanitaria
internacional de la historia, y su implementación en Colombia, llevada
a cabo a principios
del Siglo XIX. Los mismos autores recuerdan también
cómo, a finales del siglo XIX, en el “Parque de Vacunación” se produjo
la vacuna contra la viruela de las
vacas (5); proyecto que se logró gracias a la capacidad
de observación y a la demostración de la validez de
la experimentación, lideradas por el veterinario Jorge
Lleras Parra.
El trabajo de Rodolfo Rodríguez-Gómez sobre la historia del tifo
exantemático (6), conocido como tabardillo, revierte una historia
enigmática y sinuosa, pero
al mismo tiempo interesante. Esta historia se relaciona
no solo con el discurrir histórico de la medicina en el
país, sino con la historia política, económica, social y
científica de la nación (6).
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MD, PhD. Editor, revista MEDICINA.
El beneficio más importante de la modernidad es la
medicina de precisión, la cual permite que las estrategias de
prevención y tratamiento de personas y pacientes, respectivamente, se
desarrollen con un enfoque
único y personalizado, en contraste con el tradicional enfoque único
para todos (
“one-size-fits-all”). La
medicina de precisión hace referencia a la medicina
personalizada; ambas son sinónimas y comparten un
enfoque similar. La medicina de precisión debe ser
considerada mucho más que la comprensión del efecto de los genes en la salud, dado que otras variables
que son parte del todo de un individuo son tenidas en
cuenta también (7).
Sin embargo, la modernidad no es gratuita, y la implementación de la
medicina de precisión exige algunas
consideraciones. La primera es el costo. No obstante,
la medicina de precisión debe ser vista como una inversión, no como un
gasto. La segunda es la disponibilidad de recursos biotecnológicos
(infraestructura,
biobancos, bioinformática y herramientas estadísticas). La tercera
corresponde a la necesidad de contar
con datos basados en la población (la mayoría de los
estudios se han realizado en poblaciones caucásicas).
La cuarta es la apropiación social de la misma: la enseñanza de la
medicina de precisión, tanto a los profesionales de la salud como a la
sociedad. Esto permitirá
que el sistema de salud adopte las regulaciones necesarias, incluyendo
aquellas que tienen que ver con el
aseguramiento y con los aspectos éticos (7).
En Colombia, la medicina de precisión es una realidad, particularmente en el área de la oncología. En
este número de MEDICINA, el grupo liderado por el
académico Andrés Cardona, presenta una perspectiva
oncológica de la medicina de precisión y su implementación en pacientes pediátricos y adultos con genes de
fusión del receptor neurotrópico de la quinasa para la
tropomiosina (
NTRK, por sus siglas en inglés) (8). Desde
su punto de vista, “la oncología de precisión, se entiende como la perfilación molecular de tumores para
identificar alteraciones modulares. Hasta el 18 % de
los pacientes con cáncer se benefician de la oncología
de precisión, y las translocaciones de
NTRK 1-3 presentes en diferentes tumores y su tratamiento dirigido
constituyen el ejemplo más relevante para demostrar
la utilidad del modelo de valor basado en oncología de
precisión” (8).
A pesar de estar recorriendo el camino hacia la modernidad, el trabajo de Duque Parra y colaboradores
(9) acerca de la delusión (ilusión) médica, ilustra cómo
todavía persiste, en algunos, una falsa creencia acerca
del control de la salud por un dios. Idea que es mantenida en contraposición con los grandes logros que se
han obtenido gracias a la ciencia, la tecnología y la innovación (CTeI) en salud. La delusión corresponde a
una idea que no tiene correspondencia con la realidad.
Una sociedad inculta que no se pregunta, sino que alaba o ataca, construye ídolos a la fuerza. Así no existan,
pareciera que los necesitara. Hacen parte de su mitología social. Estas sociedades son un caldo de cultivo
para pontificadores, pseudociencia y desinformación.
Por esta razón se deben fortalecer las herramientas y
los espacios para una oportuna y correcta apropiación
social del conocimiento.
Se resalta, finalmente, el trabajo de Fernández-Ávila y
colaboradores acerca de las características asociadas al
requerimiento de hospitalización y manejo en unidad
cuidado intensivo (UCI) de pacientes con enfermedades reumáticas e infección por SARS-CoV-2 (10). Esta
información es una lección más aprendida durante la
pandemia, motivada por la curiosidad y hecha posible
mediante la investigación. “La mayoría de pacientes
con enfermedades reumáticas e infección por SARSCoV-2 requirió hospitalización (uno de cada cuatro de
ellos fue manejado en UCI), y la mortalidad en quienes estuvieron hospitalizados fue mayor a la reportada
en la literatura, lo cual sugiere que las enfermedades
reumáticas están relacionadas con un mayor riesgo de mortalidad” (10). Una de las grandes enseñanzas de la
pandemia ha sido reconocer la importancia de la CTeI
en la generación de conocimiento propio para beneficio de la sociedad.
La implementación de políticas públicas dirigidas a la
prevención tiene en la CTeI a sus mejores aliados. Así
se podrá consolidar un sistema de salud moderno, basado en el
conocimiento. Para tal fin, fortalecer la investigación debe ser una
prioridad con el propósito de
mejorar la calidad y costo-efectividad de la prestación
del servicio, a partir de la evidencia propia.
Referencias
1. Ulloa JH, Moreno OY, Solano A, Ramírez J. Epónimos:
vidas más allá de la cirugía. Medicina, 2022;44(2):
237-261.
2. Raichle ME, MacLeod AM, Snyder AZ, Powers WJ, Gusnard DA, Shulman GL. A default mode of brain function.
Proc Nati Acad Sci U S A. 2001; 98 (2): 676-82.
3. Beaty RE, Benedek M, Silvia PJ, Schacter DL. Creative
cognition and brain network dynamics. Trends Cogn Sci.
2016; 20 (2): 87-95.
4. Villamil Jiménez LC, Sotomayor Tribín HA. La expedición filantrópica de la vacuna en Suramérica: obra del
esfuerzo y determinación del médico español Josep
Salvany y Lleopart y sus colaboradores. Medicina.,
2022;44(2): 227-236.
5. Villamil Jiménez LC, Sotomayor Tribín HA. El virus de
la vacuna colombiana de viruela: ¿cowpox o horsepox?
Medicina,. 2022;44(2): 262-269.
6. Rodríguez-Gómez R. Historia del tabardillo en Colombia. Medicina., 2022;44(2): 220-226.
7. Anaya JM, Duarte-Rey C, Sarmiento-Monroy JC, Bardey D, Castiblanco J, Rojas-Villarraga A. Personalized
medicine. Closing the gap between knowledge and clinical practice. Autoimmun Rev. 2016; 15(8): 833-42.
8. Vargas C, Sotelo C, Chamorro DF, Pino LE, Archila P,
Sua LF, et al. Perspectiva oncológica de la medicina de
precisión y su implementación en pacientes pediátricos
y adultos con genes de fusión NTRK: una visión para
Colombia. Medicina. 2022;44(2): 190-212.
9. Duque Parra JE, Barco Ríos J, Duque Quintero N. La
delusión médica: ¿Curación por fe en un Dios o por
una práctica médica apropiada? Medicina. 2022; 44:
213-219.
10. Fernández-Ávila DG, Muñoz-Velandia O, Ursida-Serrano V. Características asociadas a requerimiento de
hospitalización y manejo en unidad cuidado intensivo en
pacientes con enfermedades reumáticas e infección por
SARS-CoV-2. Medicina., 2022;44(2): 181:189.