Bogotá D. C., 24 de junio de 2021
Señor presidente de la Academia Nacional de Medicina de
Colombia,
Académico Profesor Germán Gamarra Hernández.
Señor Canciller de la Academia
Académico Profesor Gilberto Rueda Pérez.
Señores Miembros de la Junta Directiva de la Academia.
Alicia e hijos y nietos.
Señoras y Señores Académicos
Señoras y Señores
En el mes de noviembre del año de 1971 concluí mi
trabajo titulado
“Aniseiconia Funcional y Estrabismo.”,
el cual presenté en el curso de una de las sesiones del
III Congreso del Consejo Latinoamericano de Estrabismo (CLADE), evento que tuvo lugar en la ciudad
costera de Mar del Plata en la República Argentina.
Corría en ese entonces el mes de mayo del año de 1972
y transcurría el otoño en el hemisferio austral.
Desde que abrí los ojos a la vida profesional, me vi ligado y,
naturalmente, atraído, por la Academia Nacional
de Medicina de Colombia. En más de una ocasión llevé a mi abuelo, el
Profesor y Académico Manuel Antonio Cuéllar Durán, a alguna reunión de
la Academia,
cuando ésta aún no tenía sede propia y sesionaba en
el auditorio de la Biblioteca Luis Ángel Arango, en la
calle 11 de Bogotá, esquina con la carrera 4ª. Él había
ingresado a la Academia en el año de 1917, de la cual
había ocupado la Presidencia entre 1948 y 1950. Nunca entré al
auditorio, pues nunca me invitó a asistir.
Figs. A y B. Dos aspectos del balneario de Mar del Plata, Argentina, en verano.
Fig. C.- Vista general del histórico Salón de Grados de la Universidad Nacional. Fig. D.- Biblioteca Luis Ángel
Arango. Fachada sur (Calle 11). Fotografía de ZCM. Fig. E.- Fachada de la casa de la Calle 60 A.
Su hermano mayor, el Profesor y Académico Doctor
Zoilo Cuéllar Durán, había ingresado a la Academia
en 1906, había sido secretario de la Corporación entre 1912 y 1914,
secundando en su labor presidencial
al Señor Académico Profesor Luis Cuervo Márquez,
y había sido su presidente de 1930 a 1932, cuando la
sede de la Corporación eran dos salones cedidos a ella
por la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional en el Hospital
de San Juan de Dios. Adicionalmente, mi tío Rafael Ucrós Durán, primo
hermano de mi
abuelo Manuel Antonio y del Profesor Zoilo, había
sido presidente de la Academia entre 1932 y 1934 y,
reelegido, había continuado en el cargo el bienio de
1934 a 1936. Igualmente, el eminente pediatra, Profesor y Académico
Julio Araújo Cuéllar, mi tío segundo
y con quien tuve el privilegio, a pesar de la gran diferencia de edad,
pues él fue mi pediatra en algún momento de mi primera infancia, de
vivir una verdadera
amistad, durante muchos años, incluida la época en
la cual fue uno de mis profesores de pediatría, hasta
que, a una edad verdaderamente longeva, pues ya había cumplido los 96
años de edad, falleció en Bogotá,
el 11 de marzo de 1996, era Académico activo y con él
compartí muchas reuniones de la Corporación, primero en la sede de la
calle 60ª A, arriba de la carrera 7ª
(ver Fig. E.) y luego en la sede actual de la Academia:
casi siempre me llamaba para que lo recogiera y luego
lo acompañara de regreso hasta su casa.
Fig. F.- Profesor Zoilo Cuéllar Durán. Óleo sobre lienzo. Sociedad de Cirugía de Bogotá. Salón Fundadores.
Hospital de San José. Fig. G.- Profesor Rafael Ucrós Durán. Óleo sobre lienzo. 68.1 x 52.8 cm. Maestro R. Salas
A. Galería de la Academia Nacional de Medicina. Fig. H.- Profesor Manuel Antonio Cuéllar Durán. Oleo sobre
lienzo. 68.9 x 48.7 cm. Maestro Jorge Vargas: 1997. Galería de la Academia Nacional de Medicina. Fotografías de
ZCM. Fig. I.- Profesor Julio Araújo Cuéllar. Gentileza de sus descendientes.
En esta forma, son profundos y de larga data mis
vínculos por la sangre con la Academia Nacional de
Medicina y, por lo tanto, desde que fui consciente de
dicha realidad, aprendí a amarla y respetarla. Quizás
este apego a la Academia, de tantos lustros, indudablemente con un
inmenso componente afectivo, explica
mi fidelidad a ella y mi permanente preocupación por
su marcha y su engrandecimiento. Por esta razón, a
pesar de los años y de mis propias dificultades, he seguido de cerca
las ejecutorias de la Academia y he tratado de asistir al mayor número
de sesiones posibles, a
pesar de mis compromisos profesionales y familiares.
Mi primer intento de ingresar a la Academia, en calidad de Miembro Correspondiente, lo realicé en 1972
con mi trabajo
“Aniseiconia Funcional y Estrabismo”,
que presentara en Mar del Plata, Argentina, en el III
Congreso del CLADE. En la primera aproximación
a la consideración de mi nombre para ingresar como
Miembro Correspondiente, fui aceptado por la Junta
Directiva de ese entonces, pero el jurado que me fue
asignado para la evaluación de mi hoja de vida y de mi
trabajo, terminó negando mi ingreso, pues en ese entonces yo trabajaba
en la Clínica Barraquer de Bogotá
y, a pesar de que uno de los jurados, el Señor Académico Profesor Juan
Antonio Gómez Gómez, apoyó
incondicionalmente mi ingreso, el oftalmólogo que
hizo parte del jurado, el Doctor Francisco Infante Barrera, debido a
sus sentimientos de enemistad contra
la persona de mi Maestro, influyó negativamente en la
decisión del Profesor Rafael Carrizosa Argáez, quien
por ese entonces ya padecía el cáncer de lengua que
lo mandaría a la tumba, de tal manera que inclinó la
decisión en mi contra y se me negó en ese entonces
el ingreso a la Academia. La información me la dio,
sin estarla pidiendo, el Profesor y Académico, Expresidente de la
Academia, Doctor Gonzalo Esguerra Gómez, en una ocasión en que
ingresaba yo a Marly y me
lo encontré frente a su laboratorio de Rx.
Fig. J.- Profesor Rafael Carrizosa Argáez. Fig. K.-
Profesor Hernando Groot Liévano.
Tendrían que transcurrir casi diez años de esos hechos
y sólo hasta el 20 de febrero de 1980 fue cuando, con el
trabajo titulado
“Fijación Posterior o Retropexia” (“Faden
Operation” de
Cüppers), aceptado por el jurado encabezado por el Señor Académico
Profesor Alfonso Tribín Piedrahíta, fui admitido como Miembro
Correspondiente de la Academia. El mismo Profesor Tribín
pronunció el discurso de recepción a la Corporación:
ocupaba la Presidencia de ésta el Profesor Hernando Groot Liévano,
quien me hizo entrega del diploma que me acreditaba como tal. Ya como
Miembro
Correspondiente de la Academia asistí con asiduidad
a las reuniones de ésta pero, a pesar de la insistencia
del Señor Académico Profesor Jorge Cavelier Gaviria
para que buscara mi promoción a Miembro de Número una vez completados
los 3 años reglamentarios de
asistencia puntual, no fue sino hasta la presidencia de
la Academia del Profesor Juan Jacobo Muñoz Delgado (23 de abril de 1992
al 17 de mayo de 1994), en
la sesión solemne del 1º de octubre de 1992, con el
libro titulado
“Estrabismo y patología oculomotora”, que
fui promovido a la dignidad de Miembro de Número
de la Academia, condición la cual mantengo con orgullo y dedicación y que hoy, merced a la generosidad
de todos Ustedes, estimados comprofesores académicos, dejo para ser promovido a la altísima dignidad de
Miembro Honorario de la Corporación, la más alta
dentro de las categorías de los grados de membresía de
esta respetable Corporación.
Fig. L.- Profesor Juan Jacobo Muñoz Delgado. Fig. LL.-
Carátula de los Archivos de la SAOO, Vol. 14. Nº 2. de
1980, donde salió publicado el trabajo “Fijación Posterior
o Retropexia” (“Faden Operation” de Cüppers).
Es inocultable, Señores Académicos, la emoción
que me embarga frente a este máximo logro que mi
constancia y, fundamentalmente, la generosidad de
Ustedes, me ha permitido alcanzar. El anuncio de
mi elección para ocupar dicho cargo me fue hecho
en momentos en que yo no esperaba nada distinto a
continuar con mis actividades académicas, como fiel
cumplidor de mis deberes correspondientes a mi membresía de Número,
interrumpidos en su presencia física debido a la pandemia ocasionada
por el Covid-19,
que tantos cambios ha introducido en la vida de todos,
fundamentalmente en la de nosotros, quienes ya transcurrimos en la edad
provecta.
Recuerdo ahora que, adicionalmente a mi asiduidad
en la asistencia a las sesiones de la Academia, desde
muy temprano en mi carrera académica comencé a
colaborar con la marcha de la Corporación. Mucho
antes de ser promovido a Miembro de Número, fui
nombrado jurado de más de un trabajo de ingreso a la
Academia y, ya desde entonces debí enterarme de multitud de temas muy
distantes de los de mi propia especialidad oftalmológica. En esta
forma, la Academia
me ha permitido mantenerme totalmente al día en la
profesión médica, tanto de la actividad nacional como
de la internacional, mucho más allá de la oftalmología y, más aún, de
la estrabología y la neurooftalmología, subespecialidades que han
mantenido mi vida
profesional plena de un intenso ejercicio y actividad,
científica, académica y práctica. Así, es anecdótico
mencionar aquí que el primer trabajo de ingreso que
me fue encomendado para mi lectura y juicio, fue nada
menos que el titulado
“La expresión gráfica pictórica y la
interpretación como instrumento técnico aplicado en la psicosis”,
presentado por el Profesor Guillermo Sánchez
Medina, cuando corría el año de 1989, para ser considerado su nombre
para su ingreso como Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de
Medicina,
el cual hace parta de la extensa bibliografía de libros
publicados por dicho Profesor.
Igualmente, en alguno de los jurados me correspondió
compartir trabajo con el Señor Académico Profesor
Héctor Pedraza Mendoza, para ese entonces un hombre ya más que
octogenario. Me veo, reunido con el
grupo de Profesores que realizamos la evaluación, en
la sala del segundo piso de la sede de la Academia,
con vista a la Calle 60A, rodeados de libros y sentados alrededor de
una gran mesa: yo era, entre ellos,
indudablemente, el Benjamín del grupo. Las condiciones de seguridad de
nuestra ciudad eran aún entonces
aceptables, y podíamos dejar los automóviles en la calle 60 A, al
frente de la casa de la Academia, o al lado
occidental del parque existente unos metros arriba de
la sede, que limitaba hacia el oriente con las instalaciones del Liceo
de La Salle, plantel en el cual había culminado bachillerato mi padre,
el Doctor Zoilo Cuéllar
Calderón, al finalizar el año lectivo de 1929.
Fig. M.- Profesor Guillermo Sánchez Medina6
. Fig. N.- Profesor Héctor Pedraza Mendoza7.
Fig. Ñ.- Boceto arquitectónico de la fachada norte de la Clínica Barraquer de Bogotá8.
Yo, en ese entonces, aún trabajaba en la Clínica Barraquer de Bogotá, en la Calle 100 con la Carrera 19 y
debía hacer toda suerte de malabares con mi consulta
los jueves, cada 15 días, para poder llegar a tiempo a
las sesiones de la Corporación, que se iniciaban a las 6
y 30 pm, como aún hoy sucede. Se debe tener en cuenta que, ya desde entonces, el tráfico de la Capital era
complicado e invertía, desde la Calle 100, al menos 45
minutos en llegar a la Academia, tanto cuando la sede
de ésta era en la Calle 60 A como luego, en la sede actual, en la Carrera 7ª con Calle 69, la cual se inauguró
en el anochecer del día 2 de septiembre de 1993, sesión
a la cual, naturalmente, asistí.
El 1º de octubre de 1992, tomé posesión de mi sillón
como Miembro de Número de la Academia Nacional de Medicina de Colombia, habiendo presentado
a la Corporación, como trabajo de promoción, el
manuscrito de mi libro titulado
“Estrabismo y Patología Oculomotora”,
publicado por Editorial Presencia en septiembre de 1993. El 26 de
noviembre del
mismo año, acompañé al entonces presidente de la
Academia, el Señor Profesor Juan Jacobo Muñoz
Delgado, a presidir la sesión inaugural del Capítulo del Huila de la
Academia Nacional de Medicina, realizada en la Ciudad de Neiva donde,
debido
a la imposibilidad de asistir del entonces secretario
general, el Señor Académico Profesor Mario Camacho Pinto, actué yo como
secretario ad-hoc de
la sesión y, posteriormente, elaboré un informe muy
detallado de dicha sesión: debe recordarse mi gran
afecto por dicho Departamento, debido al origen
huilense de mi familia Cuéllar y mi querencia por
esas tierras ardientes del valle del Ríos Grande de
la Magdalena.
Por esta razón, cuando el Señor Académico Gilberto
Rueda Pérez se lanzó a la presidencia de la Academia,
yo me sumé a su plancha en el cargo de secretario, saliendo ampliamente
favorecido en la votación individual y secreta realizada en la Asamblea
General ordinaria de la Corporación, en el anochecer del día jueves
21 de abril de 1994, en el Auditorio
“César Augusto Pantoja”, junta que quedó conformada por el Académico
Rueda Pérez como presidente, el profesor Roberto De
Zubiría Consuegra, como vicepresidente, el suscrito
en la secretaría general y el Señor Académico Profesor
Gonzalo López Escobar en la tesorería.
0.- Profesor Gilberto Rueda Pérez. Óleo sobre lienzo. Maestro Fernando Sánchez Torres. Academia Nacional de
Medicina. Presidencia. Fotografía ZCM. P.- Profesor Roberto De Zubiría Consuegra. Fotografía del cuerpo de
Profesores de la Facultad de Medicina de la Universidad Javeriana. Mosaico de la promoción de egresados en el
mes de noviembre de 1963. Q. Profesor Gonzalo López Escobar. De su hoja de vida.
En el curso de mi gestión tuve la oportunidad de modernizar la
secretaría y generalizar el uso de los ordenadores en la Academia, así
como establecer como
norma, sine qua non, la de llevar un registro estricto
y absolutamente completo de todo lo ocurrido en la
corporación, exigiendo una minuciosa y detallada elaboración de las
actas de las reuniones, tanto de las de
las generales como de las de cada comisión o grupo
de trabajo de ella, lo cual espero se haya continuado,
en virtud de que en mi trabajo de investigador de la
historia de la Academia, me he encontrado con muchas deficiencias en
este sentido. Por ejemplo: el 18
de noviembre de 1965, en los salones del Museo Colonial de Bogotá, tuvo
lugar una sesión extraordinaria
de la Academia Nacional de Medicina de Colombia
en homenaje a la memoria del profesor Manuel Antonio Cuéllar Durán, mi
abuelo, fallecido el 18 de mayo
de ese año, en la cual pronunció uno de los discursos de fondo su
discípulo, el Señor Académico Profesor
Francisco Vernaza Buenaventura y otro su gran amigo, el Académico
Edmundo Rico, del cual sólo había
podido encontrar la anotación del Académico Alberto
Cárdenas Escovar, secretario ad hoc de la sesión extraordinaria de ese
día, por ausencia del país del titular,
Académico Jorge Camacho Gamba, en la somerísima
Acta correspondiente a dicha sesión, en la cual escribió
Cárdenas Escovar que “el Académico Edmundo Rico,
en castizo y penetrante estilo, describió la vigorosa estirpe de Manuel
Antonio Cuéllar Durán, enmarcándola ecológicamente en las regiones del
Tolima Grande,
donde tantos hombres ilustres han tenido cuna. Citó el
Académico Rico palabras ilustres del Profesor Cuéllar
Durán, alabó y describió su personalidad y, por último,
hizo mención de las cualidades morales que lo adornaban en forma tan
notable”
1
y a fe que, conociendo a
Edmundo Rico y su inmensa e inconmovible amistad
con el Profesor Cuéllar Durán, de la cual yo fui testigo
personal y de excepción, debió ser una obra maestra de
su intelecto y de su pluma - yo me encontraba en Tibú,
Norte de Santander, en la realización de mi medicatura
rural -: fue la última vez que la Academia se deleitó con
la prosa y agradable dicción de Edmundo Rico, pues
éste falleció en Bogotá, el 2 de marzo de 1966
2
. Sin
embargo, un tiempo después, logré encontrar, en unos
papeles de mi papá que tenía una de mis hermanas, el
texto completo de dicho discurso, el cual se encuentra
hoy a continuación de la nota biográfica que escribí del
Profesor Manuel Antonio Cuéllar Durán.
Figura R.- Profesor Manuel Antonio Cuéllar Durán. Oleo sobre lienzo. Maestro Bernardo Acosta. Colección y
fotografía de Zoilo Cuéllar-Montoya. Figura RR.- Profesor Francisco Vernaza Buenaventura. Cavelier G., Jorge.
En: Clinica de Marly. Cien Años de Historia 1903 – 20039 . Figura S.- Profesor Edmundo Rico Tejada. Óleo sobre
lienzo. Academia Nacional de Medicina. Fotografía ZCM. Figura T.- Profesor Alberto Cárdenas Escovar. Cortesía de
Alejandro Cárdenas Parker †.
Mi labor secretarial se prolongó por dos períodos, los
mismos que presidió el Académico Rueda Pérez, iniciados el 17 de mayo de 1994 y concluidos en el mes
de marzo del año de 1998. Al concluir dicho segundo
período, me retiré de la junta directiva de la Academia
los siguientes dos períodos, presididos ambos por el Señor Académico Profesor José Félix Patiño Restrepo. El
Señor Académico Juan Mendoza Vega ocupó la presidencia de la Academia a continuación del Académico
Patiño y yo fui elegido en la vicepresidencia de la Corporación, por 30 votos a favor de 40 votantes en dicha
elección: era el anochecer del día 7 de marzo de 2002,
posesionándome dentro de la nueva junta directiva en
la noche del 21 de marzo de ese año. Por viajes en compromisos científicos del entonces presidente, estuve,
como vicepresidente, encargado de la presidencia de la Corporación entre el 29 de abril y el 20 de mayo de 2002
y entre el 20 de octubre de 2003 y el 15 de enero de 2004
y, en la noche del jueves 4 de marzo del 2004, fui elegido presidente de la Academia Nacional de Medicina
de Colombia, cargo en el cual fui reelegido en la noche
del jueves 7 de marzo de 2006, posesionándome al anochecer del jueves 22 de marzo. En la Asamblea General
Ordinaria del jueves 13 de marzo de 2008, como nuevo
presidente de la Academia Nacional de Medicina salió
elegido el Señor Académico Profesor Gustavo Malagón
Londoño, hasta esa fecha mi vicepresidente a quién
en la sesión solemne del 27 de ese mismo mes del año
2008, hice entrega de la presidencia de la Academia
3. En
lo que tiene relación con mis ejecutorias en los cargos mencionados, no
es a mi a quien corresponde realizar anotaciones, pues en los anales de
la Academia se
encuentran consignadas y, quizás, ya habrá alguien que
más tarde quiera encargarse de ese relato.
W.- Profesor José Félix Patiño Restrepo. Óleo sobre lienzo. Maestro Fernando Sánchez Torres. X.- Profesor
Juan Mendoza Vega. Óleo sobre lienzo. Maestro Fernando Sánchez Torres. Academia Nacional de Medicina de
Colombia. Y.- Profesor Gustavo Malagón Londoño. Óleo sobre lienzo. Maestro Fernando Sánchez Torres. Galería
de la Academia Nacional de Medicina. Fotografías ZCM.
Lo qué si me atañe, y debe interesarnos a todos y cada
uno de los miembros de nuestra querida Academia,
sean ellos correspondientes, numerarios u honorarios
es, en primer lugar, y ante todo, ser absolutamente
conscientes del papel importantísimo que ha jugado
la Academia Nacional de Medicina de Colombia en la
evolución y desarrollo de nuestros sistemas de salud.
Es muy importante recordar aquí que ya tan temprano como en 1885, la Sociedad de Medicina y Ciencias
Naturales de Bogotá, creada a partir del día 3 de enero
de 1873, origen de nuestra Academia, con anterioridad a 1885 venía insistiendo en la creación de la Junta
Central de Higiene, germen de lo que en 1939 llegaría
a ser, de la mano del Señor Académico Profesor Jorge Bejarano Martínez, el Ministerio de Salud Pública,
con base en los trabajos derivados de la solicitud del
entonces candidato electo a la presidencia de la República de Colombia, el doctor Alfonso López Pumarejo,
al culminarse la misión encomendada por él a nuestra
Corporación de planear “la manera como pudiera mejorarse la organización de la higiene y asistencia pública” en el país
4.
Una vez concluida mi misión académica como responsable de la marcha de
la Corporación, y completar
así 10 años de pertenencia a la junta directiva de la
Institución, he seguido siendo un fiel asistente a las
sesiones académicas y a la gran mayoría de las actividades de nuestra
institución y, aunque factores profesionales o simplemente inherentes a
la senectud me
han marginado de mi participación presencial, no he
dejado nunca de estar permanentemente atento a la marcha de la
institución. Por esta razón me he congratulado y congratulo a los
miembros de la Academia que han tenido o continúan teniendo injerencia
en la marcha de la salud, la higiene y la educación
en salud en nuestra Patria. Sea la oportunidad para
destacar la labor del anterior presidente, el Señor
Académico Profesor Herman Esguerra Villamizar,
en relación con los entes oficiales y con el Ministerio
del ramo. Todos lo vimos en su participación en el
conversatorio en la Presidencia de la República con
el Señor presidente, el Doctor Iván Duque Márquez
y el ministro Ruiz. Igualmente, fuimos testigos de sus
incontables intervenciones públicas en el curso de sus
dos períodos presidenciales.
Figura Z.- Profesor Jorge Bejarano Martínez. Óleo sobre
lienzo. 63 x 50.2 cm. Maestro Marco Salas Y. Galería de
la Academia Nacional de Medicina. Fotografía de ZCM.
Figura A1.- Doctor Alfonso López Pumarejo. Presidente
de Colombia de 1934 a 1938 y de 1942 a 1945.
Tengo si, y es el momento de hacerlo, que ofrecer mis
disculpas a la Corporación por no haber dado cumplimiento a mi responsabilidad como coordinador de la
comisión de historia de la Academia, cargo en el que
fui nombrado en reemplazo del querido, respetado y
admirado compañero y amigo, el Señor Académico
Profesor Adolfo De Francisco Zea, fallecido en Bogotá
en el pasado mes de abril, pero muy limitado, durante
muchos meses, por la enfermedad que terminó con su
meritoria existencia. Estoy en deuda con la Academia
en la organización de la comisión mencionada, pero es
algo que espero solucionar tan pronto las condiciones
se normalicen.
Finalmente, Señor presidente Germán Gamarra Hernández y demás miembros
de la actual junta directiva,
quiero felicitarlos por su nombramiento y agradecerles
toda la dedicación que prestan a nuestra institución,
en medio de las grandes dificultades existentes. Quiero
expresarles públicamente mi agradecimiento y transmitirles el de mi
Señora, Alicia, y el de mis hijos y nietos por esta gran deferencia de
Ustedes al nombrarme
en la altísima dignidad a la cual su afecto y el de todos
mis comprofesores me han llevado. Por ningún motivo
puedo dejar por fuera de estas palabras un saludo y
un agradecimiento muy especial para mi gran amigo y
compañero de tantos años de Academia, el Señor Profesor, Académico
Guillermo Sánchez Medina, artífice
de esta idea que Ustedes, queridos comprofesores, han
hecho realidad, complementando así mi recorrido académico.
En la medida de mis posibilidades, reitero mi permanente disposición de colaboración con Ustedes y con
los proyectos de esta junta directiva y me siento más
comprometido que nunca con la culminación de la investigación de tantos años de trabajo que constituye
mis
“Notas Biográficas de los Académicos”, obra de la cual
estoy ya dando punto final al último de los índices del
II Tomo, completando así los 8 primeros volúmenes,
con cerca de 3.500 páginas escritas, para dejar registrada, hasta donde me sea posible, la historia de nuestra
querida Academia, representada en las biografías de
cada uno de sus miembros, desde sus precursores y
su fundación, como Sociedad de Medicina y Ciencias
Naturales, la transformación de ésta en Academia de
Medicina Nacional y llegar lo más cerca de nuestros
días que sea posible.
Se que me he tomado, quizás, más tiempo del reglamentario, por lo cual presento mis disculpas, pero soy
consciente de que este documento, que no es otra cosa
que mi historia personal como académico, representa
un primer eslabón en esta cadena que puede llegar a
completar la historia de una institución que ha llegado ha ser, prácticamente desde su creación, baluarte
de la educación médica y continúa haciendo eco a
los objetivos de sus fundadores, a saber: “una Sociedad que tuviera por objeto el estudio y adelanto de las
ciencias médicas y naturales, así como también la de
dar solidaridad al cuerpo médico nacional y unidad al
ejercicio de la profesión”
5. Mil gracias a todos los que
generosamente me han acompañado, tanto en forma
presencial como virtual.
Referencias
1. CÁRDENAS
ESCOVAR, Alberto. Acta Nº 3 de 1965.
Sesión extraordinaria del día 18 de noviembre de 1965. Archivos de la
Secretaría de la Academia Nacional de Medicina. Libro de 1965. p. 76.
2. CÁCERES, H. y CUÉLLAR-MONTOYA, Z ... Sus Miembros 1873 - 1997. Op. Cit. p. 155.
3. ACTA DE LA SESIÓN SOLEMNE DEL 27 DE MARZO DE 2008. Archivos de la Secretaría General de la Academia
Nacional de Medicina de
Colombia. libro de 2008.
4. CÁCERES,
Humberto. Academia Nacional de Medicina
de Colombia. Itinerario Histórico 1873 - 1992. Laboratorios ITALMEX.
Editorial Presencia Ltda. Bogotá, febrero
de 1993. pp. 33 y 109.
5. Acta
del 3 de enero de 1873, de fundación, de la Sociedad de Medicina y Ciencias
Naturales de Bogotá. Cáceres, p. 3.
6. SÁNCHEZ
MEDINA, Guillermo. Académicos médicos
psicoanalistas. encolombia.com/medicina/psiquiatria-salud-mental/psicoanalisis-academia/psicoanalistas-guillermo-sanchez-medina/.
7. MENDOZA-VEGA,
Juan. El profesor Héctor Pedraza, Académico Honorario (1994). Medicina. ISSN:
0120- 5498. Órgano de la Academia Nacional de Medicina. No. 40. Santa Fe de Bogotá,
junio de 1995. pp. 42 – 44.
8. MAYOR MORA,
Alberto y RAMÍREZ AHUMADA, Rodrigo. José Ignacio Barraquer
Moner. Un Maestro
de España en América.
ISBN: 978-958-95221-3-4. Instituto Barraquer de América. Panamericana Formas e Impresos S. A. Bogotá D. C., febrero de
2017. p. 196.
9. CAVELIER GAVIRIA,
Jorge. Clínica de Marly
Cien Años de Historia 1903 -
2003. ISBN: 958 – 33 – 6873 – 3. Editado por Clínica de Marly y Leonardo
Canal Mora. Impresiones Rigel e Icopel Ltda. Bogotá, noviembre de 2004. p. 89.
Recibido: Agosto
10, 2021
Aceptado: Agosto
11,
2021
Correspondencia:
Zoilo Cuéllar
Montoya zcuellarn@hotmail.com