Resúmen
El nuevo coronavirus SARS-CoV-2 también conocido como
2019-nCoV ocasiona la COVID-19, continúa siendo desconocido para el
mundo de la salud por los cambios genómicos, fenotípicos del virus y
los cambios fisiopatológicos relacionados con la respuesta
proinflamatoria y procoagulante que genera en el huésped y su alta
mortalidad. En la literatura médica, el aumento de las especies
reactivas del
oxígeno o radicales libres de oxígeno se asocia con la respuesta
inflamatoria secundaria a la infección
por virus y bacterias con el consecuente daño celular, tisular y
sistémico en el huésped.
La acción prooxidativa celular del virus SARS-CoV-2 hace que se pierda
la hemostasia redox, que
aumenten las especies reactivas del oxígeno y se genere estrés
oxidativo con pérdida de la función del
sistema antioxidante. Conocer la relación que tienen las especies
reactivas del oxígeno y el sistema de
defensa antioxidante con la respuesta inflamatoria del SARS-CoV-2,
ayudará a entender e interpretar
mejor la COVID-19.
Se realizó una revisión sistemática de la literatura médica a través de las bases de datos de PubMed y
Medline con los términos: Infección por SARS-CoV-2, especies reactivas del oxígeno en la COVID-19,
respuesta inflamatoria en la COVID-19.
Esta revisión mostró relación de la infección, inflamación, coagulación con el aumento de las especies
reactivas del oxígeno y la pérdida del sistema de defensa antioxidante en la respuesta inflamatoria al
SARS-CoV-2.
Palabras clave: Especies reactivas del oxígeno; estrés oxidativo; SARS-Cov-2; citoquinas
..............
1 Médico especialista en Medicina Interna;
subespecialista en Cuidado
Intensivo. Maestría en Gestión de Trasplantes. Maestría
en Bioética. Miembro
correspondiente Academia Nacional
de Medicina, Capítulo
Atlántico. Coordinador sección
de Bioética y gestión de trasplantes AMCI 2020.
¿Are reactive oxygen species and the antioxidant
defense system related to the inflammatory
response of SARS-CoV-2?
Abstract
The new coronavirus SARS-CoV-2 also known as 2019-nCoV
causes COVID-19. Which
continues to be unknown to the health world due to the genomic and
phenotypic changes
of the virus and the pathophysiological changes related to the
proinflammatory and procoagulant response that it generates in the host
and its high mortality. The increase in reactive
oxygen species or oxygen free radicals is reported in the medical
literature, associated with
the inflammatory response secondary to infection by viruses and
bacteria with the consequent cellular, tissue and systemic damage in
the host.
The cellular pro-oxidative action of the SARS-CoV-2 virus causes the
loss of redox hemostasis, the increase in reactive oxygen species and
the generation of oxidative stress with
loss of the function of the antioxidant system. Knowing the
relationship that reactive oxygen
species and the antioxidant defense system have with the inflammatory
response of SARSCoV-2 will help us better understand and interpret
COVID-19.
A systematic review of the medical literature was carried out through
the PubMed and Midline databases with the terms: SARS-CoV-2 infection.
Reactive oxygen species in COVID-19. Inflammatory response in COVID-19.
This review showed a relationship of infection, inflation, coagulation
with the increase in reactive oxygen species and the loss of the
antioxidant defense system with the inflammatory
response of SARS-CoV-2.
Keywords: :
Reactive oxygen species; oxidative stress; SARS-Cov-2; Cytokines.
Introducción
Los seres humanos poseen un sistema de oxidación/
reducción (homeostasia redox) necesario para mantener el equilibrio
interno entre el nivel de especies reactivas del oxígeno y el sistema
antioxidante. Cuando la
capacidad de defensa antioxidante del organismo disminuye por la acción
prooxidante de un virus o bacteria, aumentan las especies reactivas del
oxígeno ocasionando daño celular y sistémico, lo que se conoce
como estrés oxidativo, que ocasiona el daño a lípidos,
ADN, proteínas y otras macromoléculas de la membrana celular. Para
reducir las especies reactivas del
oxígeno y sus respectivos radicales libres de oxígeno,
en condiciones normales el organismo utiliza antioxidantes enzimáticos
y no enzimáticos endógenos como
el glutatión peroxidasa (GPX. enzimático) y el glutatión reducido (GSH-
no enzimático), para neutralizar
las sustancias reactivas del oxígeno y transformarlas en
productos no tóxicos para el organismo.
El nuevo coronavirus SARS-CoV-2 también conocido
como 2019-nCoV es el virus que causa la COVID-19.
Se detectó en diciembre de 2019 en la ciudad china de
Wuhan, en la provincia de Hubei. Como todos los virus de RNA, el SARS-CoV-2 tiene acción prooxidativa
celular que activa por esta vía la respuesta inflamatoria
secundaria a la infección, generando especies reactivas del oxígeno que ayudan a perpetuar el daño por
el estrés oxidativo y la pérdida del sistema regulador
antioxidante.
La justificación de este trabajo se orienta a conocer si
existe relación entre las especies reactivas del oxígeno,
el estrés oxidativo y la respuesta inflamatoria ocasionada por el
SARS-CoV-2, y si la respuesta inflamatoria sistémica leve a severa
causada por este virus es
perpetuada directamente por el virus o por la pérdida
de la función del sistema antioxidante en el paciente.
El conocimiento y comprensión de las bases celulares,
moleculares y biológicas del SARS-CoV-2 permitirá
plantear la disminución de los efectos patogénicos de
la COVID-19 (
1).
El objetivo es revisar de forma sistemática la literatura
médica y determinar si las especies reactivas del oxígeno y el sistema de defensa antioxidante influyen en la
respuesta inflamatoria que ocasiona el SARS- CoV-2.
El orden metodológico que se empleará para esta revisión descriptiva será:
Introducción y objetivo. Planteamiento del problema.
Marco teórico. Localización, selección y evaluación
de estudios primarios. Revisión de las preguntas planteadas. Desarrollo, comentario y Conclusiones.
Planteamiento del problema
El SARS-CoV-2 es un virus prooxidante que ocasiona
una serie de cambios fisiopatológicos, asociados con
la edad, comorbilidades (diabetes, obesidad, hipertensión) y el estado
inmunológico del huésped. Genera
una sobreexpresión de citocinas proinflamatorias que
ocasiona la llamada tormenta de citocinas y alteraciones sistémicas
graves como el síndrome de dificultad
respiratoria aguda (SDRA) y cambios en la microcirculación, endotelio
capilar, coagulación y muerte.
Estudios relacionados con el SARS-CoV-2 comienzan
a aparecer en la literatura médica, y mencionan la relación de la
COVID-19 con la pérdida de la homeostasia redox, presencia de especies
reactivas del oxígeno,
estrés oxidativo, e insuficiencia del sistema antioxidante. Con estos
datos se plantea si existe asociación
entre el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 y su estímulo
prooxidativo celular con la respuesta inflamatoria del
huésped. Para dar respuesta a este planteamiento, se
estructuraron tres preguntas de investigación y búsqueda bibliográfica
elaboradas con la estrategia PICO (Paciente, Intervención, Comparación,
Resultado).
Pregunta No.1
¿En el SARS-COV-2 es importante conocer el mecanismo de ingreso a la célula para comprender la patogenia de la COVID-19?
Pregunta No.2
¿El SARS-CoV-2 genera una acción prooxidante que
perpetúa el daño celular por la producción excesiva de
especies reactivas del oxígeno y el estrés oxidativo en
la COVID-19?
Pregunta No.3
¿En la COVID-19 la tormenta de citocinas es determinante en la respuesta inflamatoria ocasionada por el
virus SARS-CoV-2?
Hipótesis
Desde que el SARS-CoV-2 ingresa al organismo genera una acción
prooxidativa en la célula. El sistema de
defensa antioxidante es insuficiente para contrarrestar
la producción de especies reactivas del oxígeno, iniciándose una
reacción en cadena, con generación de estrés oxidativo y apoptosis celular, contribuyendo a
la respuesta inflamatoria y procoagulante de la COVID-19.
Fundamento de la hipótesis
La acción fisiológica del sistema antioxidante esta conservada y
presente en toda persona antes de ser invadida por un virus o una
bacteria y es mantenida por la
hemostasia Redox. Al ser invadido por el virus SARSCoV-2 se genera una
respuesta sistémica con pérdida
del equilibrio de oxidación/reducción del huésped,
generándose sustancias reactivas del oxígeno, estrés
oxidativo, daño y muerte celular. Si todo esto es lo que
está sucediendo con el SARS-CoV-2 se hace necesario
una intervención relacionada a minimizar el daño.
Marco teórico
Conocer los mecanismos de generación de las especies
reactivas del oxígeno o radicales libres del oxígeno, las
especies reactivas del nitrógeno o radicales libres del
nitrógeno, el estrés oxidativo y la pérdida de la función
del sistema de defensa antioxidante, ayudará a una
mejor comprensión de la COVID-19 y sus variaciones
fisiopatológicas, y de la cascada de eventos sistémicos
que se generan.
En 1954 los investigadores Rebeca Gerschman y Daniel L. Gilbert
propusieron por primera vez que “los
radicales libres” (RL) son moléculas que se producen en condiciones
normales cuando nuestras células
crean energía a partir de los alimentos y el oxígeno
(2-3). Pero eran agentes tóxicos generadores de enfermedades cuando
estaban expuestos a infecciones microbianas, virales, ejercicio intenso
o contaminantes
ambientales o toxinas o radiación (4). Los radicales
libres son átomos o moléculas que tienen electrones
no apareados, generalmente inestables y altamente reactivos (5). El
término “radical libre” a mediados de
siglo XX se fue identificando gradualmente con los
términos Especies Reactivas del Oxígeno (ROS) que se
refiere a los radicales libres generados por el oxígeno y
Especies Reactivas del Nitrógeno (RNS) que se refiere
a los radicales libres generados por el nitrógeno (siglas
en inglés para “reactive oxygen species (ROS) y para
“reactive nitrogen species” (RNS)). En el organismo
encontramos dos tipos de radicales libres: de oxígeno
y de nitrógeno (6).Se usarán las siglas en español ERO
para Especies Reactivas del Oxígeno, y ERN para las
Especies Reactivas del Nitrógeno.
Las ERO la conforman los radicales libres Anión superóxido (O2-),
Hidroxilo (OH), radicales peroxilo (ROO)
y peróxido de hidrógeno (H2O2). Las ERN la conforman los radicales
libres Dióxido de nitrógeno, óxido
nítrico (NO), peroxinitrito (OONO) y el superóxido (7).
El óxido nítrico (NO) es un radical libre gaseoso que ha
resultado ser un importante mediador en la reactividad
del músculo liso y los vasos sanguíneos en el endotelio
capilar. Una sustancia mucho más tóxica que el propio
NO es el peroxinitrito (OONO) que se descompone en
el radical libre de oxígeno hidroxilo (OH). (8-9)
Las ERO y ERN pueden iniciar la peroxidación de lípidos, causar roturas
de la cadena de ADN y oxidar de
forma indiscriminada prácticamente todas las moléculas en las membranas
biológicas y los tejidos, lo que
resulta en daño. Sin embargo, debido a que el cuerpo
es capaz de eliminar ERO y ERN hasta cierto punto
de inflexión, estas especies reactivas no son necesariamente una
amenaza para el cuerpo en condiciones fisiológicas. Pero son
perjudiciales cuando originan un
“estrés oxidativo” o un “estrés nitrosativo (10). El estrés oxidativo/
nitrosativo representa el desequilibrio
en la producción y eliminación de especies reactivas
de oxígeno y nitrógeno (radicales libres de oxígeno y
nitrógeno), así como una disminución de la producción de antioxidantes
endógenos enzimáticos y no enzimáticos
(11)
Las fuentes generadoras de ERO o radicales libres del
oxígeno en condiciones de normalidad son la respiración mitocondrial o
celular. Se conoce que el 90%
del total del oxígeno inhalado se consume en la mitocondria y alrededor
del 2 % del oxígeno reducido se
transforma en radicales libres del oxigeno. El oxígeno
(O2) utilizado por el organismo humano es reducido a
agua por acción del complejo citocromo-oxidasa (citocromo A+a3) de la
cadena respiratoria mitocondrial.
Al elevarse la concentración fisiológica de radicales
libres del oxígeno como el anión superóxido (O2-),
peróxido de hidrogeno (H2O2), Hidroxilo (OH), se
pueden generar importantes alteraciones fisiológicas
y funcionales (12). Los leucocitos polimorfonucleares
son otra fuente de ERO o radicales libres de oxígeno. Estos constituyen
una fuente importante cuando
se activan por diversas proteínas que actúan específicamente sobre
ellos (complemento, interleucinas);
esta situación se da particularmente en los procesos
infecciosos (13). Los leucocitos poseen en sus membranas la enzima
NADPH (Nicotiamida-Adenina Dinucleótido fosfato) que cataliza la
transferencia de un
electrón de
O2 con la formación del radical libre de
oxígeno el superóxido (O2-), el cual es rápidamente
convertido en otro radical libre de oxígeno, el peróxido de hidrógeno
(H2O2). Esta situación se da particularmente en los procesos
inflamatorios e infecciosos
virales o bacterianos (14). El metabolismo del ácido
araquidónico, por la vía de la ciclooxigenasa y de la
lipooxigenasa dan lugar a la formación de prostaglandinas, tromboxanos,
leucotrienos y otros derivados,
todos los cuales son promotores de la formación de
ERO o radicales libres de oxígeno. Otras fuentes generadoras de ERO son
la catálisis por liberación de
hierro y cobre y las acciones enzimáticas (15). Cualquier desequilibrio
entre las fuentes generadoras de
radicales libres de oxígeno o nitrógeno con la pérdida
de la capacidad del sistema antioxidante ocasiona el
estrés oxidativo, que es la incapacidad de reparar el
daño resultante (16-17).
El sistema antioxidante está constituido por un grupo
de sustancias antioxidantes, enzimáticas y no enzimáticas. Las
sustancias antioxidantes enzimáticas,
endógenas son la superóxido dismutasa (SOD), la
cual pertenece a una familia de metaloenzimas que
cataliza la dismutación del radical libre de oxígeno
el anión superóxido (O2-) originando peróxido de
hidrógeno y oxígeno (O2- a H2O2 y O2). (18). La
catalasa (CAT) que es una enzima tetramérica que
cataliza la dismutación del radical libre de oxígeno
el peróxido de hidrógeno (H2O2) en agua y oxígeno
(H2O2 a H2O y O2) y el glutatión peroxidasa (GPx)
que cataliza la dismutación del radical libre de oxígeno el peróxido de
hidrogeno (H2O2) o de otros peróxidos orgánicos a agua (H2O) (19)
. Estas acciones
fisiológicas de las sustancias antioxidantes enzimáticas endógenas
pueden controlar el estrés oxidativo
mientras la producción de las radicales libres de oxígeno no supere a
esta barrera antioxidante endógena
y natural (20). Dentro de las sustancias antioxidantes
no enzimáticas se encuentran el glutatión (GSH), un
tripéptido proteínico compuesto por tres aminoácidos: cisteína, glicina
y glutamato; se trata del principal antioxidante de las células, es
ubicuo y ayuda
a protegerlas de las especies reactivas del oxígeno y
de los peróxidos. En las células, el glutatión se encuentra
principalmente en su estado reducido (GSH)
y, en mucha menor proporción, en su estado oxidado
(GSSG). El ácido ascórbico, una vitamina hidrosoluble que el humano no
puede sintetizar por lo que
debe adquirirla a través de la dieta. El α-tocoferol,
una vitamina liposoluble que debe ser ingerida a través de la dieta, ya
que no se sintetiza endógenamente
(21). Los antioxidantes no enzimáticos están presentes en la dieta
ingerida por los seres vivos, sobre todo
en las frutas y verduras (22-23). Las defensas del sistema
antioxidante, incluidos los componentes enzimáticos y no enzimáticos,
protegen contra las especies reactivas del oxígeno (ERO) en forma
natural y
fisiológica (24).
Localización, selección y evaluación
de estudios primarios
Se realizó una revisión sistemática en ask MEDLINE
herramienta de búsqueda para encontrar evidencia
actual en MEDLINE / PubMed.
http://askmedline.nlm.nih.gov/ask/pico.php.
Se visualizaron un total de 27.232 artículos en Pubmed relacionados al
COVID-19. En Medline (Medical Literature Analysis and Retrieval System
Online)
se visualizaron 63.000 artículos relacionados con
COVID-19. Los artículos no COVID-19 visualizados
relacionados con la búsqueda Radicales libres fueron
135.000, con especies reactivas del oxígeno 97.968, y
con antioxidantes 517.000.
Al utilizar la estrategia y proceso de búsqueda PICO
para los artículos COVID-19, los términos y criterios
de búsqueda utilizados, fueron: Infección por SARSCoV-2. Especies
reactivas de oxígeno y COVID-19.
Respuesta inflamatoria COVID-19.
Los artículos seleccionados para la
revisión que llenaron los criterios
de búsqueda (artículos de revisión, estudios observacionales, estudios
retrospectivos, metaanálisis) fueron:
para infección por SARS-CoV-2 15 artículos; Especies
reactivas del Oxígeno y COVID-19, 17 artículos; Respuesta inflamatoria
COVID-19, 15 artículos. En total
entraron a la revisión 47 artículos COVID-19 y 24 artículos de los
considerados no COVID-19 pero sí relacionados con las búsquedas:
Radicales libres, sustancias reactivas del oxígeno, considerados como
fuente
primaria relacionada al objetivo del estudio. En total
se revisaron 71 referencias.
Los títulos, autores, comentarios y referencias están
relacionados en las tablas respectivas, a las preguntas
(PICO) planteadas. Con los numerales Tabla No. 2,3,4,
se dan respuestas a cada pregunta de la revisión hecha.
Tabla 1. Selección de artículos relacionados al Sars-Cov-2 e infección,
especies reactivas del oxígeno, inflamación en la
enfermedad Covid-19.
Infección por el SARS-CoV-2.
Pregunta No.1
¿En el SARS-COV-2 es importante conocer el mecanismo de ingreso a la
célula para comprender la patogenia de la COVID-19?
La secuenciación del genoma del virus de cinco pacientes con neumonía
hospitalizados del 18 al 29 de
diciembre de 2019 en Wuhan, China, reveló la presencia de una cepa de
β-CoV, previamente desconocida
en todos ellos. Este nuevo β-CoV aislado mostró un 88
% de identidad con la secuencia de dos coronavirus; el
síndrome respiratorio agudo (SARS-CoV) derivado de
murciélagos, bat-SL-CoVZC45 y bat-SL-CoVZXC21.
Y aproximadamente un 50 % de identidad con la secuencia del síndrome
respiratorio agudo de oriente
medio (MERS-CoV). El nuevo β-CoV fue denominado entonces “SARS-CoV-2”
por la Comisión Internacional de Clasificación de Virus(25).
Los primeros informes reportados sobre la vigilancia
genómica de las muestras clínicas de nueve pacientes
con neumonía viral en Wuhan, China, mostraron al
análisis filogenético secuenciado que el virus pertenece al subgénero
Sarbecovirus 2019-nCoV. Fue más similar a las dos cepas de coronavirus
derivadas de murciélagos que a las cepas de los humanos infectados por
otros coronavirus, y a la cepa del virus SARS-CoV que
causó el brote en 2003. Epidemiológicamente ocho
de los nueve pacientes del estudio tenían un historial
de exposición al mercado de mariscos de Huanan en
Wuhan, lo que sugiere que podrían haber estado en
contacto con la fuente de infección en el mercado. Sin
embargo, un paciente nunca había visitado el mercado, aunque se había
alojado en un hotel cercano antes
del inicio de su enfermedad (26).
Los Betacoronavirus humanos (SARS-CoV-2, SARSCoV y MERS-CoV) tienen
muchas similitudes, pero
también tienen diferencias en su estructura genómica
y fenotípica que pueden influir en su patogenia. Se ha
reportado en la literatura que genéticamente, SARSCoV-2 es menos
similar al SARS-CoV en alrededor del
79 % y al MERS-CoV en alrededor del 50 %. Además, que la disposición de
las proteínas entre los Betacoronavirus, la nucleocápside (N), la
proteína de la
envoltura (E) y la proteína de la membrana (M) son
diferentes, lo que explica los comportamientos y manifestaciones
clínicas entre estos virus (27).
En la disposición de las cuatro proteínas estructurales
esenciales para el ensamblaje del virión y la infección
de CoV, la proteína S (superficie) forma “los picos” en
la superficie viral, que son responsables de la unión a
los receptores del huésped a través de la Enzima Convertidora de
Angiotensina-2 (ACE-2). La proteína M
(de membrana) tiene tres dominios transmembrana y
da forma a los viriones, promueve la curvatura de la
membrana y se une a la nucleocápside. La proteína E
(de envoltura o pericapside) juega un papel en el ensamblaje y la
liberación del virus, y participa en la patogénesis viral. La proteína
N (nucleocápside) contiene
dos dominios, los cuales pueden unirse al genoma del
ARN del virus a través de diferentes mecanismos (28).
El receptor del huésped conocido para los Betacoronavirus es la ACE-2.
Todos los CoV codifican una
glicoproteína de superficie (S) pico, que se une a este
receptor del huésped para mediar la entrada viral. Para
los Betacoronavirus, una sola región de la proteína de
pico llamada dominio de unión al receptor (RBD),
media la interacción con el receptor de la célula huésped. Después de
unirse al receptor, una proteína endotelial, serina-tipo 2 de la
proteasa de la transmembrana
proteína (TMPRSS2) del huésped, libera un péptido
de fusión a la glicoproteína de superficie (S) pico, lo
que facilita la entrada del virus (29).
El SARS-CoV-2 utiliza el receptor ACE-2 al igual que
el SARS-CoV para la entrada a la célula y la serina
proteasa TMPRSS2 para el cebado de la proteína S
(glicoproteína de superficie) (30). Un estudio realizado
con microscopia electrónica (crio-EM) con el SARSCoV mostró cómo la
estructura de la glicoproteína de
superficie (S) de este virus establece un complejo con
el receptor ACE-2 de la célula huésped, observándose
que sólo un dominio de unión al receptor (RBD) de la
glicoproteína S trimérica se une. Este resultado proporcionó
conocimiento para entender el mecanismo
de la entrada del virus SARS-CoV a la célula (31). En
cuanto al receptor ACE-2 se ha publicado que la mucosa de la cavidad
oral podía expresar el ACE-2, siendo más alta la expresión en lengua
que en otros sitios
orales. Otras células humanas que expresan ACE-2 en
general, se encuentran en pulmón, intestino, corazón
y riñón. La expresión de ACE-2 en el pulmón se concentra en una pequeña
población de células alveolares
de tipo II (AT2) (32-33). Una vez ingresa el virus al
organismo inicia su respuesta inmunológica con los
macrófagos, los cuales presentan antígenos CoV a
las células T. Este proceso conduce a la activación y
diferenciación de las células T, y a la producción de
citocinas asociadas con los diferentes subconjuntos de
células T. La producción continua de estos mediadores
debido a la persistencia viral tiene un efecto negativo
sobre la activación de las células T, natural Killer (NK)
y T CD8. Sin embargo, las células T CD8 producen
mediadores muy eficaces para eliminar CoV (34).
La inmunidad humoral es esencial para el control de
la fase persistente de la infección por CoV, a través del
sistema del complemento, debido a que proporciona
un mecanismo de detección y respuesta al sistema inmunológico para que
responda a antígenos extraños.
El complemento C3a y C5a tienen potentes propiedades proinflamatorias y
puede desencadenar el reclutamiento de células inflamatorias y la
activación de
neutrófilos (35).
En un estudio que evaluó la inmunidad innata, se observó que la
linfopenia causada por la infección viral
del SARS - CoV -2 puede ocurrir por tres mecanismos:
1) por reducción de la producción de linfocitos o la
linfopoyesis alterada, 2) por apoptosis y destrucción
de linfocitos, y 3) por redistribución de los linfocitos
con unión al endotelio vascular (fenómeno similar a
la marginación de los neutrófilos). Estos mecanismos
pueden conducir a una disminución de los linfocitos
circulantes y explican la linfopenia en los pacientes
con la COVID-19 (36).
Los anticuerpos IgM y IgG y su respuesta fueron evaluados a través de
un estudio en 173 pacientes con
infección por SARS-CoV-2. Se observó que la tasa de
seroconversión y los niveles de anticuerpos aumentaron rápidamente
durante las primeras dos semanas.
La tasa de seropositividad acumulada alcanzó 50 %
en el día 11 y 100 % en el día 39 de los anticuerpos
totales, IgM e IgG respectivamente (p < 0,05). Se concluyó que
algunos pacientes con ARN indetectable
por prueba de RT- PCR en la primera semana, podrían ser examinados a
través de la prueba de anticuerpos (37).
En cuanto a los linfocitos CD4 +T y los CD8 + T (inmunidad adaptativa)
que juegan un papel antiviral significativo, en un metaanálisis en el
que se consideraron
13 estudios que incluyeron un número total de 1.647
pacientes con la COVID-19, se distinguieron grupos
graves y no graves, grupos de UCI y no UCI, grupos de
fallecidos y supervivientes. Los datos de los recuentos
de CD4 + T, CD8 + T se redujeron significativamente
en el grupo de COVID-19 grave en comparación con
el grupo no grave. Los T CD4 + y los T CD8 + muestran que juegan un
papel vital en el mantenimiento de
la función inmunológica y la eliminación viral (38-39)
(
Tabla 2).
Tabla 2. Infecciónpor el Sars-CoV-2.
Pregunta No.1. ¿En el SARS-COV-2 es importante conocer el mecanismo de
ingreso a la célula para comprender la patogenia
de la COVID-19?
Especies reactivas del oxígeno
(ero) y el SARS-CoV-2
Pregunta No. 2
¿El SARS-CoV-2 genera una acción prooxidante que
perpetúa el daño celular por la producción de especies reactivas del
oxígeno y estrés oxidativo en la COVID-19?
Las especies reactivas del oxígeno (ERO) o radicales
libres del oxígeno son “mediadores de la respuesta inflamatoria que
activan la señalización celular, aumentando la producción y liberación
de citocinas proinflamatorias, manteniendo así la respuesta
inflamatoria”
(40). El estrés oxidativo es el resultado de la disminución de los
niveles de antioxidantes enzimáticos y no
enzimáticos que perpetúan el daño celular a nivel del
ADN, lípidos y proteínas de la membrana celular (41).
En la COVID-19 parece que el estrés oxidativo ocasionado por el aumento
de los radicales libres de oxígeno, es decir, de las especies reactivas
del oxígeno
(ERO) juega un papel en la patogénesis de la tormenta de citocinas, en
el mecanismo de coagulación y la
exacerbación de la hipoxia. Esta evidencia indica una
importante participación del estrés oxidativo en la patogénesis de la
infección viral SARS-CoV-2 y la lesión
tisular, incluida la disfunción mitocondrial (42). Las
mitocondrias son el centro de la homeostasis oxidativa celular; al
perder su equilibrio son generadoras de
ERO. El estado inflamatorio y oxidativo elevado puede llevar a la
disfunción y el estrés oxidativo mitocondrial, que puede contribuir a
la disbiosis o desbalance del equilibrio de la microbiota intestinal, alimentando
la respuesta inflamatoria y oxidativa. (43).
El papel de las especies reactivas del oxígeno (ERO)
en la patogénesis de las infecciones virales, ha sido
un área de investigación que ha cobrado importancia
desde los años 90s con la infección por el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH) (44). La atención de
los estudios se ha centrado en tres clases de virus: Los
virus de ARN, los virus de ADN y los retrovirus, con
especial atención a los virus de la influenza, el virus de
la hepatitis B y el VIH como ejemplos representativos
de estas tres clases de virus (45). En el virus VIH se ha
estudiado el efecto sobre la activación de células fagocíticas en la
liberación de las ERO y citocinas proinflamatorias y el factor de
necrosis tumoral. También se
ha estudiado el efecto en la inhibición de antioxidantes
enzimáticos como superóxido dismutasa (SOD) y aumento de prooxidantes
tales como óxido nítrico (NO) y
el estado redox de la célula (46). Los virus respiratorios,
entre ellos el SARS-CoV-2, inducen una formación de
ERO o radicales libres de oxígeno de forma desregulada como resultado
del aumento del reclutamiento de
células inflamatorias en el sitio de infección. Además,
las infecciones virales alteran los mecanismos antioxidantes generando
una acción prooxidante, lo que conduce a un estado
oxidativo-antioxidante desequilibrado
y el consiguiente daño celular oxidativo (47).
El SARS-Cov-2, al desencadenar la infección viral
hace que el sistema inmune innato (macrófagos, dendritas, monocitos)
detecte la infección mediante receptores de reconocimiento de patrones
(PRRs), receptores que identifican moléculas intrínsecas presentes en
los patógenos. Entre los PRRs conocidos en la actualidad se incluyen
principalmente los receptores tipo toll
(TLR), que activan una respuesta prooxidante de los
macrófagos, que da lugar a la activación del TNF-α y
del NADPH- oxidasa en los leucocitos, y que a su vez
median la producción de especies reactivas del oxígeno (ERO) (48).
En los pacientes con la COVID-19 el estado hiperinflamatorio denominado
“tormenta de citocinas”, que
implica importantes perturbaciones sistémicas en el
huésped, tales como la desregulación del hierro que
se manifiesta como hiperferritinemia asociada con la
gravedad de la enfermedad, induce la producción de
especies reactivas de oxígeno (ERO) y promueve el estrés oxidativo
(49).
La óxido nítrico-sintasa es una enzima inducible en los
neutrófilos, que al ser activada produce radicales libres
de oxígeno capaces de combinarse con el óxido nítrico
(NO) para dar sustancias mucho más tóxicas que el
propio NO, tales como el peroxinitrito (OONO), aumentando así el estrés
nitrosativo. La neutrofilia genera un exceso de especies reactivas del
oxígeno (ERO)
que exacerba la respuesta inmunopatológica del huésped, resultando en
una enfermedad más severa. La
alta proporción de neutrófilos observada en pacientes
críticamente enfermos con la COVID-19, promueve
una cascada de eventos biológicos que impulsa la respuesta patológica e
induce daño tisular, trombosis y
disfunción de los glóbulos rojos, lo que contribuye a
la gravedad de la COVID-19. La acción deletérea de
las ERO sobre las funciones de las células pulmonares
como de los glóbulos rojos (RBC) puede verse como
un contribuyente importante a la insuficiencia respiratoria hipóxica,
observada en los casos más graves de
la COVID-19, siendo su efecto dañino sobre las células endoteliales y
epiteliales alveolares, con endotelitis procoagulativa, y exceso de ERO
(50).
La producción abrumadora de especies reactivas del
oxígeno o radicales libres de oxígeno en las células
pulmonares resulta en estrés oxidativo y conduce a la
COVID-19 severa, aumentando la formación de trampas extracelulares de
neutrófilos (NET) dentro de los
microvasos (51). La agregación intravascular de NET
conduce a una rápida oclusión de los vasos afectados,
alterando la microcirculación y generando daño orgánico. Los
granulocitos neutrófilos están fuertemente activados y adoptan el llamado fenotipo de baja densidad, propenso a
formar NET espontáneamente. La
histopatología de los pulmones y otros órganos de pacientes con la
COVID-19 ha mostrado congestión de
numerosos microvasos por NET agregados y asociados
con daño endotelial por radicales libres del nitrógeno
como el óxido nítrico (NO) y el estrés nitrosativo (52).
Recientemente se ha propuesto que la COVID-19 es
una enfermedad endotelial. De hecho, el virus SARSCoV-2 se une a la
enzima convertidora de angiotensina
tipo 2 (ACE-2) que se expresa en las células endoteliales. La ACE-2
podría estar implicada también en la
producción de especies reactivas de oxígeno y de nitrógeno, causado por
la disfunción endotelial debida
al daño viral y asociada al estrés nitrosativo. En consecuencia, el
estrés oxidativo/nitrosativo podría preparar estas células para
adquirir un fenotipo protrombótico y proinflamatorio, lo que
predispondría a los
pacientes a eventos tromboembólicos y vasculíticos y
a la coagulopatía intravascular diseminada (CID) (53).
El retículo endoplásmico (RE) liso o rugoso (contiene
los ribosomas) es otro generador de especies reactivas
del oxígeno (ERO). El estrés oxidativo del retículo endoplásmico activa
señales proinflamatorias y formación de inflamasomas, lo que sugiere
que el estrés del
RE ejerce efectos inmunogénicos y puede ser activado
por exceso de lípidos o citocinas proinflamatorias (54-
55). Las especies reactivas del oxígeno (ERO) o radicales libres de
oxígeno son perjudiciales para las células;
conducen a la muerte celular programada (PCD) a
altas concentraciones. No obstante, a bajas concentraciones las ERO o
radicales libres de oxígeno pueden
actuar como moléculas de señalización en una variedad de procesos
celulares fisiológicos (56) (
Tabla 3).
Tabla 3. Especies reactivas del oxigeno (ero) y el sars-cov2
Pregunta No. 2 ¿El SARS-CoV-2 genera una acción prooxidante que
perpetúan el daño celular por la producción de especies
reactivas del oxígeno y el estrés oxidativo en el enfermo COVID-19?
Respuesta inflamatoria en
sars-cov-2.
Pregunta No. 3
¿En la enfermedad COVI-19, la tormenta de citoquinas es determinante en
la respuesta inflamatoria ocasionada por el virus SARS-CoV-2?
La infección-inflamación es la parte esencial de una
respuesta inmunitaria eficaz. Es difícil eliminar las
infecciones con éxito, sin inflamación. La respuesta
inflamatoria comienza con un reconocimiento inicial
del patógeno. Luego, los patógenos median en el reclutamiento de
células inmunes, lo cual elimina los patógenos y finalmente conduce a
la reparación del tejido
y la restauración de la homeostasia. El SARS-CoV-2
induce infección e inflamación generando respuestas
de citocinas excesivas y prolongadas en algunos individuos infectados,
lo que se conoce como tormenta de
citocinas, causa del SDRA y disfunción multiorgánica,
que conduce al deterioro fisiológico y la muerte. (57).
Existe una amplia comunicación cruzada entre la coagulación y la
inflamación, por lo que la activación de
un sistema puede amplificar la activación del otro, y
ambos generar daño tisular o incluso fallo multiorgánico. El Factor
tisular (TF) es el nexo entre la coagulación y la inflamación, lo que
proporciona un desencadenante para el inicio de la respuesta del
huésped a
la lesión por invasión del patógeno (58). Una relación
de coagulación y la inflamación lo muestra un estudio
retrospectivo con 183 pacientes con neumonía por el
nuevo coronavirus (NCP). Los pacientes que no sobrevivieron revelaron
niveles significativamente más altos
de dímero D y producto de degradación de fibrina
(FDP), con mayor tiempo de protrombina y tiempo de
tromboplastina parcial activada, en comparación con
los que sobrevivieron (p <0,05). El 71,4 % de los no
sobrevivientes y el 0,6 % de los sobrevivientes cumplieron los
criterios de coagulación intravascular diseminada durante su estancia
hospitalaria, lo cual muestra
que el dímero D y la FDP estuvieron marcadamente
elevados y asociados en las muertes con NCP (59).
Otro estudio de cohorte retrospectiva encontró que la
edad avanzada, niveles de dímero D mayores de 1 μg
/ ml y una puntuación SOFA más alta al ingreso se
asociaron con mayores probabilidades de muerte intrahospitalaria.
Además, los niveles elevados de IL-6
en sangre, troponina I cardíaca de alta sensibilidad
y lactato deshidrogenasa y linfopenia, se observaron
con mayor frecuencia en la enfermedad grave por la
COVID-19 (60). En los casos severos de la COVID-19
los niveles del dímero D están elevados y otros indicadores de
coagulación como el tiempo de protombina
y fibrinógeno se ven afectados. Se ha sugerido que el
aumento de los niveles séricos de estos marcadores refleja un estado de
hipercoagulabilidad que indican un
mal pronóstico en la COVID-19. Estos biomarcadores
inflamatorios y de coagulación muestran la relación
estrecha entre infección-inflamación e infección-coagulación. La
respuesta inflamatoria sobreactivada se
asocia con la hipercoagulabilidad e infiltración excesiva de células
inflamatorias del tejido pulmonar, llevando a lesión pulmonar que
agrava la COVID-19 (61).
Las citocinas proinflamatorias, incluidas IL-2, IFN-γ,
IL-6, pueden promover un estado de hipercoagulabilidad a favor de la
formación de trombos, mientras que las
citocinas antiinflamatorias, IL-10, realizan actividades
anticoagulantes que previenen eventos trombóticos vasculares. En el
caso de la COVID-19 grave, la liberación
excesiva de citocinas proinflamatorias puede contribuir
a la activación de la cascada de coagulación. La trombina, esencial en
la cascada de la coagulación, no solo
media la formación del coágulo de sangre al convertir
el fibrinógeno en fibrina, sino que también puede actuar
sobre los receptores activados para amplificar la inflamación (62). Las
respuestas inmunitarias desreguladas en
la COVID-19 podrían conducir al virus a provocar una
respuesta inflamatoria sobreactivada y una liberación
excesiva de citocinas, favoreciendo la relación
infeccióninflamación-coagulación (63). Durante la infección
por SARS-CoV y MERS-CoV la respuesta inmune del
huésped y la producción sobreexpresada de citocinas
inflamatorias, conocida como tormenta de citocinas,
se correlaciona con la gravedad de la enfermedad y el
mal pronóstico (64). En pacientes con SARS-CoV-2 se
ha logrado demostrar, a través de un estudio de análisis
transcriptómicos (expresión de genes transcritos en una
célula) que la expresión de un gran número de citocinas,
incluidas las citocinas proinflamatorias, están significativamente
elevadas en muestras de BALF (lavado broncoalveolar) en pacientes con
la COVID-19, en comparación con sus controles. También se observó un
aumento
de la transcripción de los respectivos receptores de quimocinas (65).
Se cree que con el SARS-Cov la infección
viral suele causar alteraciones masivas en el transcriptoma del
huésped, que conducen a un metabolismo aberrante de la célula del
huésped y a una respuesta inmune
no modulada, ideal para la replicación viral (66). Los
pacientes que sobreviven a esta respuesta inmune aberrante y excesiva,
presentan daño pulmonar y fibrosis
a largo plazo, que provoca discapacidad funcional con
una reducción de la calidad de vida (67).
El diagnóstico y manejo de la tormenta de citocinas
son clínicamente desafiantes y controvertidas debido a la falta de un tratamiento probado. Se han utilizado
como estrategias terapéuticas inmunomoduladoras el
trasplante intravenoso de células madre mesenquimales (CMM), que poseen
una potente función inmunomoduladora (68); fármacos como el Inhibidor
del receptor de IL-6 (anti-IL6R) tocilizumab, que reduce la
respuesta inflamatoria y reactantes de fase aguda de la
inflamación (69-70); ensayos in vitro que han mostrado
que el SARS-CoV-2 tiene mayor sensibilidad a interferón de Tipo I
(IFN-I); se ha observado que pacientes
con infección leve/moderada por SARS-CoV-2 se asocian con una potente
respuesta de IFN-I (71) (
Tabla 4).
Tabla 4. Respuesta inflamatoria en SARS-CoV-2.
Pregunta No. 3
¿En la enfermedad COVID-19 la tormenta de citoquinas es determinante en
la respuesta inflamatoria ocasionada por el virus
SARS-CoV-2?
Comentario
La enfermedad COVID-19 generada por el nuevo coronavirus el SARS-CoV-2
de la familia de los Betacoronavirus, tiene algunas similitudes con el
SARS-CoV
y el MERS-CoV; son virus zoonóticos (se transmiten
de animales a humanos), periodo de incubación y mecanismo de
trasmisión.
De acuerdo con el comportamiento del genoma del virus, el
comportamiento inmunológico del huésped, el
ingreso del virus a la célula y la carga viral, se puede
empezar a entender las variaciones en la respuesta clínica de cada
paciente.
Las características clínicas de la COVID-19 que imitan las del
SARS-CoV, en lo reportado muestra que
la fiebre y la tos son los síntomas dominantes y los
síntomas gastrointestinales son poco comunes, lo que
sugiere una diferencia en el tropismo viral en comparación con el
SARS-CoV, MERS-CoV y la influenza
estacional.
El SARS.CoV-2 tiene similitud con SARS-CoV,
MERS-CoV en la forma como se expresa en las células
humanas con receptores ACE2 (Enzima Convertidora
de Angiotensina-2) a través del dominio de unión del
receptor de la proteína “S”.
Las investigaciones de la respuesta inmunológica de
los coronavirus SARS-CoV y MERS-CoV han aportado -para el entendimiento
de la respuesta inmune en
la infección por el SARS-CoV-2- que los tres virus tienen respuesta
inflamatoria con expresión de citocinas,
siendo más explosiva y sobreactiva en el SARS-CoV-2,
generando una tormenta de citoquinas desregulada
y asociada al daño pulmonar. En el SARS-CoV, el
MERS-CoV y el SARS-CoV-2, el órgano blanco de afectación principal es el pulmón, generando el síndrome de dificultad
respiratoria aguda (SDRA).
El SARS-CoV-2 genera la COVID-19 grave con sepsis,
disfunción multiorgánica, choque y muerte. Ha mostrado ser más agresiva
y letal que el SARS-CoV y el
MERS-CoV.
Los Betacoronavirus SARS-CoV, MERS-CoV y otros
virus de RNA y el SARS-CoV-2 tienen un efecto
prooxidativo celular con la consecuente producción
de especies reactivas del oxígeno o radicales libres del
oxígeno, estrés oxidativo, pérdida del sistema de regulación
antioxidante, y acción proinflamatoria y procoagulante.
Conclusión
Los procesos inmunológicos, infecciosos, de inflamación y de
coagulación en la COVID-19 asociados con
la producción de ERO o radicales libres de oxígeno,
ayudan a comprender y entender el nivel de gravedad,
la asociación con la respuesta proinflamatoria y procoagulante, el
estrés oxidativo y la perpetuación del
daño ocasionado por SARS-CoV-2. Actualmente se
asocia con la tormenta de citoquinas y con la presencia
de especies reactivas del oxígeno y el estrés oxidativo
en pacientes críticos con la COVID-19.
La actual pandemia provocada por la COVID-19 representa un buen ejemplo
de infección vírica asociada
con una acción prooxidativa celular, infección, inflamación,
coagulación con aumento de especies reactivas del oxígeno, estrés
oxidativo y pérdida del sistema
antioxidante, como coadyuvante de la enfermedad.
Aún no se puede determinar si la acumulación y aumento de radicales
libres o de especies reactivas del
oxígeno son la causa o la consecuencia de la perpetuación del daño
ocasionado con el SARS CoV-2. Debido
a que no se cuenta con una cuantificación cualitativa
de radicales libres de oxígeno ni de nitrógeno, de niveles de
antioxidantes enzimático o no enzimáticos que
permitan hacer hipótesis y generar conclusiones, esta
revisión descriptiva muestra que, las especies reactivas
del oxígeno, el estrés oxidativo y la defensa antioxidante son
relevantes para tener en cuenta en la respuesta
inflamatoria generada por el SARS-Cov-2.
Conflicto de interés
Declaro no tener ningún tipo de conflicto de interés en
esta presentación.
Financiación
Declaro no haber tenido ningún tipo de financiación
para este escrito.
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Recibido: Mayo 10, 2021
Aceptado: Agosto 02, 2021
Correspondencia: Rubén Darío Camargo Rubio rcamargorubio@gmail.com