Resumen
Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828) fue uno de los más
importantes artistas españoles de los
siglos XVIII y XIX. Autor de más de 1.000 obras, merecedor de altos
cargos en la corte del Rey Carlos
IV, además de una extensa producción por encargo y como independiente.
Llama la atención que al
analizar sus obras de forma cronológica, se evidencian cambios notables
al pasar de motivos de la vida
cotidiana y la realeza europea a insólitas y misteriosas pinturas que
reflejan ansiedad, y aluden a la
muerte, la violencia y la fantasía. Desde el punto de vista
neuropsiquiátrico se ha considerado el padecimiento de múltiples
condiciones, entre ellas: neurosífilis, enfermedad cerebrovascular,
intoxicación
por mercurio, por plomo, o por quinina, enfermedad de
Vogt-Koyanagi-Harada, depresión, síndrome
de Cogan, malaria, encefalitis por sarampión, síndrome de Susac, y
fiebre tifoidea. Se presenta una
breve biografía y un análisis sobre las entidades previamente
enunciadas.
Palabras clave: Arte, neurosifilis, autoinmunidad, sordera.
Francisco de Goya and Lucientes:
Genius and neuropsychopathogy
Abstract
Francisco Goya y Lucientes (1746-1828), was one of the most important
Spanish artists of the
XVII and XIX centuries. Author of more than 1000 artworks, worthy of
high charges in the court
of king Charles IV, besides of an extensive production by request and
as an independent. It
draws attention that when analyzing his art pieces chronologically,
there can be seen notable
changes, passing from everyday life and European royalty, to unusual
and mysterious paintings, that reflect anxiety and allude death,
violence and fantasy. From the neuropsychiatric
point of view, it has been considered that the artists suffered of
multiple conditions like: neurosyphilis, brain vascular disease,
mercury, lead and quinine poisoning, Vogt-Koyanagi-Harada,
depression, Cogan syndrome, malaria, measles encephalitis, Susac
syndrome and typhoid
fever. It´s presented a brief biography and an analysis about the
entities previously mentioned.
Keywords: Art, neurosyphilis, autoimmunity,
deafness.
¹ MD. Profesor Titular de Neurología, integrante del Grupo de
Investigación en Neurociencia (NeURos) Universidad del Rosario.
² Estudiantes del programa de Medicina, integrantes del
semillero de Investigación en Neurociencia, Universidad del Rosario.
Introducción
Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828) es considerado uno de los más
importantes artistas europeos.
Sus obras tuvieron una profunda transformación, al
pasar de escenas de la vida cotidiana y retratos de la
corte española a cuadros extraños, grotescos, que evocan la muerte, la
violencia y la fantasía.
Las siguientes notas presentan un análisis médico de
su vida y obra, la influencia que pudieron tener las
condiciones neuropsiquiátricas que presentó y los
efectos secundarios de los medicamentos que le fueron
suministrados por los médicos que lo trataron.
Algunos datos biográficos
Francisco de Paula José de Goya y Lucientes nació
el 30 de marzo de 1746 (
figura 1)
en la población de
Fuendetodos, provincia de Zaragoza, perteneciente a
la comunidad española de Aragón. Su padre era Braulio José Goya y
Franque, artesano dorador, y se considera que tuvo una influencia en su
futuro como artista.
Su madre Gracia Lucientes Salvador, pertenecía a una
familia de hidalgos de la pequeña nobleza. Francisco
fue el cuarto de seis hermanos de una familia promedio. Una de sus
hermanas falleció a los siete años y
otro en la infancia temprana (1, 2, 3).
Su primer contacto con la técnica formal del arte fue
en la Academia de Dibujo de Zaragoza a los 13, donde
su primer maestro fue José Luzán Martínez. A los 17
años se hizo alumno de Francisco Bayeu (1734-1795),
con quien su familia tenía parentesco y había sido convocado en Madrid
para participar en la decoración del
Palacio Real de dicha ciudad. Goya se trasladó a dicha capital en busca
de protección y maestro (4, 5).
Atraído por los movimientos artísticos del momento
en Italia, viajo por el país entre 1770 y 71, lo que le permitió
absorber las técnicas pictóricas, analizando las
cualidades estéticas de los grandes pintores italianos.
Posteriormente retornó a Zaragoza donde realizó en
forma independiente algunas pinturas y trabajos como
artesano, permaneciendo allí durante cuatro años (6).
El 25 de julio de 1773, a los 27 años, contrajo matrimonio con Josefa
Bayeu (1747-1812) que era hija de
su maestro de pintura Francisco Bayeu. Se estableció
en Madrid en 1775. Josefa tuvo 20 embarazos, de los
cuales 14 terminaron en aborto, seis nacieron vivos,
pero cinco de ellos fallecieron, sobreviviendo sólo
Francisco Javier (2,7). El elevado número de pérdidas
se ha considerado como producto de una sífilis que el
pintor había contraído antes del matrimonio. A su vez,
y como será mencionado más adelante, esta condición
ha podido contribuir en el cuadro que provocó las manifestaciones
neuropsiquiátricas (3, 5, 8).
En 1786, a la edad de 40 años, sufrió un accidente por
volcamiento de una carroza, sufriendo lesiones menores (3). Tres años
después obtuvo el prestigioso cargo
de pintor del Rey Carlos IV (1748-1819). Permaneció
tan sólo un año, y renunció por una sobrecarga laboral
que le ocasionaba gran presión. Al momento de retirarse, se considera
que inicia lo que se conoce como
“depresión de la fortuna”, pues sucedió cuando pudo
haber estado en el mejor momento de su trayectoria
como artista del rey (2).
En 1805, Goya conoció a Leocadia Zorrilla de Weiss
a quien nos referiremos más adelante. En 1812 quedó
viudo a la edad de 66 años (7).
Entre 1819 y 1824 vivió en la Quinta del Sordo a las
afueras de Madrid. Allí convivió con Leocadia Zorrilla de Weiss, madre
de Rosario Weiss, de quienes hay
dos versiones. Una afirma que eran su ama de llaves
y su protegida. La otra, que eran su compañera sentimental y su hija
(9). Poco tiempo después de su traslado a ese lugar padeció otra grave
enfermedad cuya
etiología no es posible precisar. Fue atendido por su
amigo y médico Eugenio García Arrieta a quién dedicó un retrato (2,7).
Durante esta etapa, puntualmente
entre 1821 y 1823, realizó las famosas pinturas negras,
14 obras murales pintadas con técnica de óleo sobre
paredes recubiertas de yeso, a las que no les puso título. Estos
trabajos reflejan el mal en sí mismo como
algo inherente a la naturaleza humana, como son la
locura, el caos y la muerte (7); se ve además una relación con su
ansiedad, preocupación y sueños de angustia, que se expresan con
monstruos, brujas, escenas
de violencia y fantasía (8). La obra fue catalogada en
1828 por Antonio de Brugada, pintor amigo de Goya.
Después de una larga travesía, cuyos detalles se omiten
por la naturaleza de este artículo, la colección terminó
en el Museo del Prado de Madrid en 1881, donde se
encuentra actualmente (10).
Hacia 1824, a sus 78 años, debido a sus inclinaciones
políticas y el temor a ser apresado, se fue a vivir a la
casa de un amigo en Burdeos, Francia. Inició una etapa de hipertimia en
la cual sus pinturas se llenaron de
colores vivos y reflejan escenas de la vida cotidiana
(2). Un año después, le diagnosticaron parálisis de la
vejiga, probablemente secundaria a una
tabes dorsalis
sifilítica y un tumor en la región perineal. Retornó a
España en 1826 (3, 11).
(figura 1) Finalmente falleció el 16 de abril de 1828
en Burdeos, dejando un asombroso y numeroso legado
que incluye más de 700 pinturas, 300 litografías y 900
dibujos.
Condiciones médicas y
neuropsiquiátricas
Cipriani
et al (2018),
consideran que hubo tres períodos en los que se presentaron condiciones
médicas que
lo afectaron en forma importante. El primero va de
1792 a 1793, cuando tenía 47 años, el segundo entre
1808 y 1812, y el tercero que se inició en 1819 empeorando
significativamente a partir de 1825 por sintomatología urológica que
persistió hasta el momento de su
muerte en 1828. A su vez, los mismos autores afirman
que entró en estado de coma dos semanas antes de su
muerte (12). La
tabla 1
ilustra las posibles condiciones
médicas padecidas por el artista.
Figura 1. Retrato Francisco de Goya y Lucientes, obra
realizada por Catalina Pajares Torres.
Neurosífilis y agentes mercuriales
Como se señaló previamente es altamente probable
que el pintor hubiese contraído sífilis antes de su matrimonio que
aconteció en 1773. Habría contagiado a su
esposa y por ende sus hijos contraerían sífilis neonatal.
Esto explicaría que, de veinte gestaciones, solo haya
sobrevivido uno (3,8). La constelación clínica caracterizada por
pérdida de visión, audición y capacidad
motora, (episodios recurrentes de hemiparesia derecha
y debilidad de la musculatura facial) combinada con
cambios de comportamiento, sugiere la posibilidad
de sífilis meningovascular. Dicha condición ocasiona
oclusión de pequeñas arterias dentro del sistema nervioso central, que
habría sido el mecanismo que causó
los signos y síntomas mencionados (12). Sin embargo,
los mismos autores afirman que el hecho de que sobreviviera 35 años
después del primer período de la
enfermedad riñe con el diagnóstico de la forma meningovascular (12).
Así mismo, Hertzano et al 2019,
consideran dicha posibilidad poco probable, pues es de
curso agresivo y progresivo, y esta no fue la forma en la
que se manifestó en Goya (3).
Tabla 1. Posibles condiciones médicas padecidas por Francisco de
Goya
Uno de los tratamientos que se utilizaba en la época
era el mercurio, que se empleaba en forma de ungüento, inhalado e
incluso inyectado. El mercurio es neurotóxico u ototóxico. Algunos
autores consideran que
la sordera y los cambios mentales que presentó años
después podrían estar relacionados con esta condición
(8, 12).
Malaria
El 25 de agosto de 1787, Goya escribió una carta a su
amigo Martín Zapater, en la que refirió que las tercianas (o malaria)
se aliviaban con una libra de corteza
de chinchona que había comprado (7). La chinchona
corresponde al producto extraído de la corteza de árbol de quina cuyas
propiedades eran conocidas por
los nativos americanos antes de la llegada de los españoles. El
producto farmacológico que se deriva de la
planta es la quinina. El nombre chinchona proviene
de la condesa de Chinchón, título asignado a Doña
Francisca Enríquez de Rivera, esposa del virrey de
Perú Luis Fernández de Cabrera (1589-1647), quien
se recuperó de malaria gracias al tratamiento con el
extracto de la planta. La condesa llevaría luego el
producto a Europa donde se empezó a utilizar para
el tratamiento de dicha condición (14). Al respecto, Cipriani
et al (2018) anotan cómo dicho
fármaco
puede producir efectos tóxicos que para esa época se
denominaban cinchonismo. Sus principales características son náuseas,
vómitos, diarrea, tinitus, pérdida
de audición y dolor de cabeza. La probabilidad que
haya padecido malaria es convincente, ya que la enfermedad puede causar
inicialmente cefalea, encefalopatía, parálisis de múltiples nervios
craneales y déficit
motor. También se puede resolver sin consecuencias
duraderas, como en el caso de Goya, excepto por su
anacusia (12).
Enfermedad cerebrovascular,
encefalitis
La condición médica acaecida en 1792 a la edad de 46
años fue extremadamente grave. Se manifestó con trastornos visuales,
mareo y pérdida del equilibrio y dejó
como secuela una hipoacusia severa que evolucionó
a anacusia y se acompañó de una hemiplejía transitoria del lado derecho
(3, 12). En el transcurso de los
siguientes 12 meses, empezó a presentar alucinaciones
auditivas, acúfenos, mejoría de los trastornos visuales
y del trastorno de equilibrio (3). Sin embargo, el coleccionista de
grabados Sebastián Martínez y Pérez,
persona cercana a él, escribió en ese mismo año que
presentaba episodios en los que perdía transitoriamente contacto
consigo mismo y con el medio circundante
y trastornos motores intermitentes (7). Adicional a la
sífilis meningovascular e intoxicación por mercurio ya
mencionadas, Hertzano
et al
(2019) consideran que
además ha podido padecer una encefalitis viral de origen infeccioso
(sarampión o parotiditis) (3, 7).
Trastornos psiquiátricos
Hay evidencia de trastornos psiquiátricos en la familia
del pintor. Adicionalmente, se presentaron condiciones
que bien pudieron producir una depresión reactiva: la
enfermedad que le dejó sordo y un romance que no
prosperó con la duquesa de Alba, entre otros (8, 12).
En 1794 Goya escribió a Martín Zapater: “Sigo igual
en cuanto a mi salud, paso de una excitación, que ni
yo mismo me aguanto, a estar tranquilo como ahora,
que cojo una pluma para escribirte y ya estoy cansado”
(7). Estos síntomas, en los que refiere exaltación del
afecto seguido de depresión, pueden formar parte de
un trastorno afectivo bipolar.
Trastornos psiquiátricos
Hay evidencia de trastornos psiquiátricos en la familia
del pintor. Adicionalmente, se presentaron condiciones
que bien pudieron producir una depresión reactiva: la
enfermedad que le dejó sordo y un romance que no
prosperó con la duquesa de Alba, entre otros (8, 12).
En 1794 Goya escribió a Martín Zapater: “Sigo igual
en cuanto a mi salud, paso de una excitación, que ni
yo mismo me aguanto, a estar tranquilo como ahora,
que cojo una pluma para escribirte y ya estoy cansado”
(7). Estos síntomas, en los que refiere exaltación del
afecto seguido de depresión, pueden formar parte de
un trastorno afectivo bipolar.
En la serie de grabados
Los Caprichos
realizada entre
1797 y 1799, el número 43 titulado
El
sueño de la razón
produce monstruos y otros más, se ha considerado que
de alguna forma, son el reflejo de las condiciones mentales por las que
pasaba el pintor en esa época (13).
En 1807, con la excusa de invadir Portugal, el ejército
liderado por Napoleón Bonaparte invadió España, y
durante ese periodo Goya se vio forzado a cooperar
con los nuevos gobernantes haciendo un retrato del
hermano de Napoleón, José Bonaparte (1768 - 1844).
Durante la misma época, una rebelión popular y los
abusos de los invasores quedaron plasmados en dos
obras de gran intensidad emocional,
Los
fusilamientos
del 3 de mayo y la serie de grabados titulada
Los desastres
de la guerra. En 1814 tras la derrota y abdicación de
Napoleón, Fernando VII (1784 – 1833) volvió a España. A raíz de la
situación por la que pasaba dicho país
en aquellos tiempos, no existe mayor información de
las condiciones médicas del pintor (8).
En otras obras se observan figuras que probablemente
corresponden a alucinaciones experimentadas por el
pintor. En 1819 Goya tuvo un prolongado período de
precaria salud (no hay detalles disponibles), después
de lo cual produjo lo que es quizás una de sus obras
más renombradas y enigmáticas, su autorretrato con el
doctor Arrieta. En este, Goya aparece vulnerable, sombrío, fantasmal y
débil, y se vislumbra la presencia de
alucinaciones antropomórficas detrás de los dos personajes. La
naturaleza de la enfermedad plasmada en el
cuadro es un misterio. Tan solo se sabe que Eugenio
García Arrieta (1770 -?) era un experto en enfermedades infecciosas,
que visitó el norte de África en 1820
para investigar la peste bubónica (12).
Síndrome de Vogt – Koyanagi –
Harada (VKH)
Guijarro Castro afirma que en 1962 se publicó que
Goya pudo padecer de VKH, una rara enfermedad
autoinmune, multisistémica, que afecta principalmente los tejidos
compuestos por melanina como la piel,
pelo, oído interno y ojos. Sus primeras manifestaciones son
inespecíficas: fiebre, cefalea, náuseas y vértigo.
En estadios más avanzados se presentan manifestaciones neurológicas
como hemiplejía, debilidad muscular, hemiparesia, disartria y dolor
orbital. En el caso
del pintor, no se describió afectación dermatológica y
en sus autorretratos no se evidencia poliosis (mechones de pelo banco)
(7, 12).
Síndrome de Susac
Esta condición, descrita por John Susac en 1979, es de
origen autoinmune y se caracteriza por endoteliopatía
microangiopática que afecta las arteriolas precapilares
del cerebro, la retina y el oído interno. Ocasiona una
triada caracterizada por encefalopatía, oclusiones de
la arteria retiniana ramificada y pérdida de la audición
(3). Como se mencionó, algunas de las características
clínicas presentadas por el gran pintor español podrían
corresponder a esta entidad (7).
Intoxicación por plomo
En la época en la cual vivió Goya, el plomo blanco
se utilizaba como pigmento en pinturas. Dicho metal
pesado es un tóxico que se acumula en diferentes órganos del cuerpo y
se ha descrito que causa compromiso
neurológico. Sus principales manifestaciones son motoras y muy
ocasionalmente compromiso del octavo
par craneal (3). El pintor trabajaba a un ritmo frenético, razón por la
cual pudo haber absorbido mayor
cantidad de plomo en comparación con otros pintores, a través de su
piel o mediante la inhalación de este
elemento. Uno de los tratamientos para el saturnismo,
eran las aguas termales de la población de Trillo, España, dónde acudió
(12). En 1793, Goya se alojó en la
casa de su amigo Sebastián Martínez, quién le brindó
cuidados durante seis meses. Durante ese período le
escribió a Martín Zapater: “tengo confianza en la estación y que los
baños de Trillo, que tomará a su tiempo
la restablezcan. El ruido y la sordera en nada han cedido, pero está
mucho mejor de la vista y no tiene la turbación que tenía, que le hacía
perder el equilibrio” (8).
Sin embargo, se argumenta que nunca presentó alteraciones de la
conciencia, crisis convulsivas o deterioro
cognitivo que sugieran una encefalopatía plúmbica.
Además, Goya tenía un ayudante llamado Pedro Gómez, que durante
aproximadamente 27 años le prestó
sus servicios preparando materiales y pinturas, y nunca
presentó manifestaciones compatibles con saturnismo.
Finalmente, en opinión de Guijarro -Castro, ninguna
persona con secuelas de una encefalopatía por plomo
ve mejoradas sus capacidades artísticas (7).
Síndrome de Cogan
Es una queratitis intersticial no sifilítica asociada con vértigo,
tinitus y sordera profunda, que afecta comúnmente
a adultos jóvenes. Produce ojo rojo, fotofobia, dolor y visión borrosa.
También, pueden presentarse afectaciones
sistémicas; fiebre, artralgia, pérdida de peso y neurológicas, como
hemiparesia o hemiplejía debido a un accidente
cerebro vascular y afasia por evento isquémico transitorio
(12). En ningún momento se describe en la correspondencia con sus
amigos que Goya tuviera “ojos rojos” (7).
Fiebre Tifoidea
Casey (2005) menciona como otra condición médica
padecida por el pintor la fiebre tifoidea. Lo sustenta con
dos datos: en primer lugar, cita al médico Ricardo Royo
Villanova (1868 – 1943) quien trabajaba en la Universidad de Zaragoza.
Royo postuló en 1927 que las manifestaciones clínicas de Goya eran de
origen multifactorial:
arterosclerosis, fiebre tifoidea y otitis. En segundo lugar,
menciona que, durante su estancia en Francia, el pintor
hacía llevar a su casa agua proveniente de las estaciones
termales que hay en las poblaciones de Plombières -lesBains y
Bagnères-de-Bigorre que para ese entonces se
consideraba que tenían. un efecto positivo en el manejo
de los síntomas de la fiebre Tifoidea (13).
Conclusiones
Es imposible afirmar con certeza qué entidades
ocasionaron las diferentes manifestaciones clínicas
que experimentó el pintor a lo largo de su vida.
Lo más probable es que se trate de condiciones
multifactoriales.
En opinión de los autores, la sífilis es una de las más
probables, teniendo en cuenta la alta prevalencia de
esta enfermedad en la época en la que vivió, y el historial obstétrico
caracterizado por las múltiples pérdidas
que presentó su esposa Josefa Bayeu. Dicha condición
puede producir en etapas tardías una vasculopatía que
explicaría en parte la pérdida de la audición, el compromiso motor y
las experiencias alucinatorias. Adicionalmente, la
tabes dorsalis ocasiona vejiga
neurogénica flácida, situación que aparentemente presentó al
final de su vida. Así mismo, uno de los tratamientos
se basaba en mercuriales que tienen efectos secundarios que han podido
contribuir a la sintomatología. La
neurosífilis ha sido denominada “la gran imitadora”
por las variadas manifestaciones clínicas que puede
producir. Sin embargo, algunas otras mencionadas en
el artículo también han podido presentarse.
Ahora bien, su trabajo refleja una profunda entrega y
su pasión por el arte, unidos a un talento y técnica extraordinarios.
Logró plasmar, la grandeza de la realeza, los desastres de la guerra,
sus propias experiencias
y su mundo interior a través de un legado artístico magistral, que lo
posicionan como uno de los más grandes pintores de la historia.
Financiación
Este artículo fue financiado por la Universidad del Rosario.
Conflicto de interés
Los autores declaran no tener ningún conflicto de interés.
Agradecimientos
A María Catalina Pajares Torres, artista plástica, por
el retrato de Francisco José de Goya, de su autoría.
Referencias
1. Chilvers.I . Diccionario de arte.
Madrid: Alianza Editorial;2007.
2. Alonso-Fernández F. La
personalidad de Goya y su
pintura polimorfa. En: Villaseñor-Bayardo S.J, AlonsoFernández F.,
Garrabé-De Lara J. ed. Por. La psiquiatría
en el siglo XXI: realidad y compromiso. Guadalajara:
Editorial Tono continuo;2007. p. 209-220.
3. Hertzano R, Tomlinson JA,
Mackowiak PA. Goya’s Lost
Hearing: A Twenty-First Century Perspective on Its
Cause, Effects and Possible Treatment. Am J Med Sci.
2019;357(4):275-279. Morales y Marín, JL. Goya. Catálogo de la pintura.
Zaragoza: Real Academia de Nobles
y Bellas Letras de San Luis.1994.Glendinning N. Goya
y Lucientes, Francisco de –Museo Nacional del Prado
[Internet].Museodelprado.es. 2020 [consultado 11 junio
2020]. Disponible en:
https://www.museodelprado.es/en/aprende/enciclopedia/voz/goya-y-lucientes-francisco-de/4997b179-627f-4680-9612-13a5162b30e0
4. Goya F, Angelis R, Alcántara F. La
obra pictórica de
Goya. Barcelona: Planeta.1988.
5. Guijarro-Castro C. La influencia
de la enfermedad neurológica de Goya en su cambio de estilo pictórico.
Neurosciences and History 2013;1(1):12-20.
6. Felisati D, Sperati G. Francisco
Goya and his illness.
Acta Otorhinolaryngol Ital. 2010;30(5):264-70.
7. Seseña N.. Goya y las mujeres.
Madrid: Taurus;2004.
8. Brugada Vila, Antonio de – Museo
Nacional del Prado
[Internet]. Museodelprado.es. 2020 [consultado 11 junio 2020].
Disponible en:
https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/brugada-vila-antoniode/527be2e9-ee4d-46f2-ba09-29083e39ae1b
9. Gómiz-León JJ. Goya y su
sintomatología miccional
de Burdeos, 1825. Arch. Esp. Urol.2007;60(8):917-
930.Cipriani G, Cipriani L, Picchic L, Di Fiorino M. Art
is long, life is short. Francisco José de Goya y Lucientes (1746–1828),
the suffering artist. Med Hypotheses.
2018;117:16-20.Casey LL. Goya: In sickness and in
health. Int J Surg 2006;4:66-72
10. N’ajera-Morrondo JA. Malaria
control: history shows it’s
possible [Internet]..World health 1991 [consultado 06
junio 2020]Disponible en:
https://apps.who.int/iris/handle/10665/48350
Recepción:
Julio 1, 2020
Aceptación: Agosto 15,
2020
Correspondencia:
Leonardo Palacios
leonardo.palacios@urosario.edu.co