El 5 de marzo de 2020 se reportó el
primer caso de
infección por COVID 19 en Colombia. Hoy, 473 días
más tarde, el país registra, según datos de la Universidad de Johns
Hopkins, 3.997.021 casos y 101.302
muertes. A nadie son ajenos los serios trastornos médicos y sociales a
que hemos sido sometidos, en razón
a la pandemia, en estos largos meses. Las cuarentenas,
el distanciamiento social, el impacto en la economía, el
uso de las mascarillas, la sistemática desinformación,
la politización de la enfermedad, el contagio, la enfermedad y la
muerte nos han sometido, colectivamente,
a situaciones de estrés raramente vistas. Sin duda, todos estos
elementos (y otros que vienen de atrás) han
jugado un papel en la gestación de las manifestaciones,
paros y bloqueos que hemos presenciado en los últimos meses. Dado que
las herramientas más poderosas
que hemos tenido para tratar de contener el desarrollo
de la pandemia, además de las recientes vacunas, han
sido el lavado de las manos, el uso de la mascarilla y el
distanciamiento social y estas no han sido debidamente respetadas
durante las manifestaciones populares,
vale la pena analizar, entonces, qué tanto pueden haber influido en el
comportamiento de la pandemia en
los últimos meses. Si bien es muy complejo cuantificar
este y otros elementos que intervienen en el desarrollo
de la pandemia, hay varias formas de averiguar algo
al respecto. Por ejemplo, el trabajo de Chu y colaboradores (1)
identificó 172 estudios observacionales en
16 países y seis continentes, mostrando que la transmisión del virus es
menor cuando la distancia física es de
un metro o más, que la protección aumenta a medida
que aumenta la distancia y que el uso de la mascarilla puede llevar a
una notable reducción del riesgo de
infección, todos ellos hallazgos estadísticamente significativos; mas
aun, Setti y colaboradores (2) han sugerido que la distancia mínima
para disminuir el riesgo
de infección no es de uno sino de dos metros, siempre
y cuando se use la mascarilla masivamente en las actividades diarias.
Pero hay aún más datos que dan luces
sobre los efectos de las aglomeraciones humanas en el
COVID 19. En octubre del año pasado, Bernheim y
colaboradores (3), del prestigioso Instituto para la Investigación de
Políticas Económicas de la universidad
de Stanford, publicaron su documento de trabajo No
20-043 en el cual analizan los efectos de los rallies del
entonces presidente Trump en la dispersión del virus
COVID 19. El estudio es complejísimo, pues utiliza
las más robustas herramientas estadísticas y analiza 21
rallies llevados a cabo entre junio 20 y septiembre 22
de 2020. Las conclusiones son muy claras: “Nuestro
análisis soporta fuertemente las alarmas y recomendaciones de los
oficiales de salud pública concernientes
al riesgo de transmisión de COVID-19 en reuniones de
grupos grandes, particularmente cuando no se siguen
cuidadosamente las guías sobre el distanciamiento y el
uso de mascarillas.
¹ Editor. Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de
Medicina.
Las comunidades donde se hicieron las manifestaciones (rallies) de
Trump pagaron un
precio muy alto en enfermedad y muerte……. estas 18 manifestaciones
resultaron finalmente en un incremento confirmado de más de 30.000
casos de COVID-19.
Aplicando las tasas de mortalidad posevento para cada
condado, podemos concluir que las manifestaciones
pudieron llevar a más de 700 muertes.”
No hay un solo responsable en la dispersión del virus
COVID-19; el Estado ha hecho un gran esfuerzo en
todos los frentes para contener el contagio y aliviar sus
consecuencias médicas y sociales. En este momento
álgido de la pandemia no hay que buscar protagonismos innecesarios. Es
el momento de recordar que debemos tratar a toda costa de protegernos,
no tanto por
nuestro bienestar personal, sino porque de esa forma
protegemos a otros de nuestro propio contagio.
Referencias
1. Chu D, Akl E, Duda S, Solo K,
Yaacoub S, Schünemann H et al. Physical distancing, face masks, and eye
protection to prevent person-to-person transmission of
SARS-CoV-2 and COVID-19: a systematic review and
meta-analysis. The Lancet. 2020;395(10242):1973-
1987.
2. Setti L, Passarini F, De Gennaro
G, Barbieri P, Perrone
M, Borelli M et al. Airborne Transmission Route of COVID-19: Why 2
Meters/6 Feet of Inter-Personal Distance
Could Not Be Enough. Int J Environ Res Public Health.
2020;17(8):2932.
3. Bernheim B, Freitas-Groff Z,
Buchmann N, Otero S.
Institute for Economic Policy Research [Internet]. Siepr.
stanford.edu. 2020 [consultado 25 Junio 2021]. Disponible en:
https://siepr.stanford.edu/sites/default/files/publications/20-043.pdf
Recepción:
Junio 22, 2021
Aceptación: Junio 25, 2021
Correspondencia:
revistamedicina@anmdecolombia.org.co