Resumen
Marie Sklodowska-Curie, fue una mujer extraordinaria, que nació en
Varsovia, Polonia, el 7 de noviembre de 1867. Debido a que a las
mujeres no se les permitía estudiar en las universidades polacas,
abandonó el país para continuar su educación en Francia. Obtuvo su
licenciatura en física en la Facultad de Ciencias de la Sorbona en
1893, y en matemáticas un año después. En 1894 le presentaron
a Pierre Curie (1859-1906), un físico francés. Poco después, Pierre se
dio cuenta de que había encontrado un alma compatible y le escribió a
Marie: “Qué maravilloso sería si pudiéramos pasar nuestras
vidas juntos, siguiendo nuestras ideas. Tus ideas patrióticas y
nuestras ideas comunes de humanidad
e investigación”. Su matrimonio (25 de julio de 1895) marcó el comienzo
de una relación extraordinaria. Trabajaban en un viejo cobertizo de
madera, con techo de claraboya, un antiguo prosectorium
de la facultad de medicina. Pierre se concentró en la física, Marie en
la química, y se ocupó principalmente en aislar las sales de uranio de
toneladas de minerales. Marie publicó su primer trabajo de
investigación sobre el magnetismo del acero templado. Presentó los
resultados en solitario sobre los
rayos de Becquerel y sugirió la existencia de un nuevo elemento. Pierre
Curie se unió a su trabajo de
investigación en marzo de 1898. La investigación de Curie sobre la
radiación en el mineral de uranio
condujo, en 1898, al descubrimiento de dos nuevos elementos químicos
altamente radiactivos, el polonio (nombrado por Marie en honor a
Polonia) y el radio. En 1911 recibió el Premio Nobel de Química
por su trabajo sobre el aislamiento del radio metálico. Ese mismo año
participó en la Conferencia de
Solway, donde fue la única mujer entre científicos que incluían a Niels
Bohr, Max Planck y Albert
Einstein. Gracias a los esfuerzos de Marie Sklodowska-Curie, en 1912 se
fundó el Radium Intitute de
París (el sueño de Pierre). En 1914, Marie se convirtió en directora
del Pabellón Curie´s y trabajó allí
hasta su muerte. El impacto social del trabajo de Marie Curie se puede
ver a lo largo del siglo pasado,
su compromiso condujo al desarrollo de la energía nuclear y la
radioterapia para el tratamiento del
cáncer, y también mejoró la imagen de la ciencia.
Palabras clave: Radium; radioterapia; cáncer; historia;
radiación.
THE BIG “C”. THE LEGACY OF RADIUM
Abstract
Marie Sklodowska-Curie, was an extraordinary woman, who born in
Warsaw, Poland, on 7
November 1867. Because women were not allowed to study at Polish
universities she left the
country to continue her education in France. She won her licenciate in
physics at the Faculty
des Science at Sorbonne already in 1893, and in mathematics a year
later. In 1894 she was
introduced to Pierre Curie (1859–1906), a French physicist. Soon after,
Pierre realized he had
found a matching soul and wrote to Marie: “How wonderful would it be if
we could spend our
lives together, following our ideas. Your patriotic ideas, and our
common ideas of humanity
and scientific research”. Their marriage (25 July 1895) marked the
beginning of a remarkable
partnership. They worked in an old wooden shed, with a skylight roof, a
former prosectorium
of a medical school. Pierre concentrated on physics, Marie on
chemistry, she was mainly occupied with isolating uranium salts from
tones of ores. Marie published her first research paper
on magnetism of tempered steel. She presented the results of her solo
work on Becquerel’s
rays and suggested the existence of a new element. Pierre Curie joined
her research work in
March 1898. The Curies’ investigation of the radiation in uranium ore
led, in 1898, to the discovery of two highly radioactive new chemical
elements, polonium (named by Marie in honor
of Poland) and radium. In 1911, she received the Nobel Prize in
chemistry for her work on the
isolation of metallic radium. In the same year she took part in the
Solway Conference, where
she was the only woman amongst men-scientists that included Niels Bohr,
Max Planck and
Albert Einstein. Due to Marie Sklodowska-Curie’s efforts, the Radium
Intitute in Paris (Pierre’s
dream) was founded in 1912. In 1914, Marie became head of the Curies
Pavilion and worked
there until her death. The social impact of Marie Curie’s work can be
seen during the past
century, her work led to the development of nuclear energy and
radiotherapy (RT) for the treatment of cancer and also improved the
image of science.
Keywords: Radium; radiotherapy; cancer; history;
radiation.
¹ Historiadora. Magíster en Gestión Cultural. Coordinación
Editorial, Señal Memoria RTVC. Dirección proyectos Culturales, Idearium
Cultura. Bogotá, Colombia.
² Grupo Oncología Clínica y Traslacional, Clínica del Country.
Fundación para la Investigación Clínica y Molecular Aplicada del
Cáncer (FICMAC). Grupo de Investigación en Oncología Molecular y
Sistemas Biológicos (Fox-G), Universidad El Bosque. Bogotá,
Colombia.
Para
comprender una ciencia
es necesario conocer su historia.
Auguste Comte
Introducción
La Historia está llena de silencios, de sombras, de afonías.
Durante mucho tiempo la Historia tuvo una sola
voz; masculina, hegemónica y excluyente; pero en algunas excepciones
hubo voces que sin hablar más duro dijeron mucho más. De hecho, muchas
veces, esas voces fueron el eco de sus acciones. Este es el caso de
Marie Curie:
una mujer excepcional, pionera investigadora y brillante
científica, que, gracias a una impecable ética por el trabajo, respeto
por los principios, disciplina y ante todo perseverancia logró cumplir
sus objetivos y crear ciencia.
Marie Curie junto a su marido Pierre Curie hicieron
importantes descubrimientos y avances científicos en
el campo de la radioactividad. Fue la primera mujer
en ser profesora de la Universidad de la Sorbona, además de haber sido
la primera mujer -y persona-, en
ganar un Premio Nobel en Física y un segundo nobel
en Química. El siglo XIX inicia con una revolución y
termina con una guerra. Una revolución, la francesa,
que, en defensa de los ideales ilustrados como la libertad, la igualdad
y la fraternidad, derrocó el antiguo
régimen; y una guerra, la Gran Guerra, que dejó en
evidencia el costo de la vida humana para construir
estados-nacionales que tienen el propósito de ofrecer
y preserva la libertad, la igualdad y la fraternidad a
sus ciudadanos. Es, por lo tanto, el siglo XIX, la representación de la
lucha del hombre por implementar
los ideales, los principios y la razón, los cuales estaban
basados en tendencias filosóficas como el positivismo
y el idealismo. El positivismo decimonónico se centró
en lo público, como elemento constitutivo del pueblo,
y desplazó la vida cotidiana, privada e individual. Este
movimiento respondió al momento político de su época: la construcción
simbólica de las naciones y el énfasis en el desarrollo de la ciencia y
la tecnología como
motores del progreso (1).
Las acciones de los hombres de este siglo, se fundamentaron en el
conocimiento, en la ciencia y en un
pensamiento racional, ya que eran elementos esenciales para la
constitución de la individualidad. No
obstante, muchas de esas acciones implementadas
cayeron en las guerras y las revoluciones como mecanismos para cambiar
los antiguos establecimientos
políticos, económicos y sociales. En este siglo tan convulsionado, que
al mismo tiempo se siente sombrío y
gris, están las raíces de la modernidad, de la ciencia, de
la individualidad, de la ciudadanía y de muchos otros
ideales que forjaron el siglo XX y el XXI.
Es además en este siglo, donde las mujeres comenzaron a vincularse
activamente con la vida pública, a participar de otros sectores y
disciplinas, y a encontrar su
propia voz. Cierto es que la vida de las mujeres como
el desarrollo de una historia personal estaba sometida a una
codificación colectiva precisa y socialmente
elaborada (2), pero también sería equivocado pensar
que estuvieron en absoluta dominación masculina. En
este siglo surge por demás, el nacimiento del feminismo, concepto que
se refiere a la aspiración por parte
de las mujeres a cambios estructurales importantes que
les permita su participación, trabajo asalariado, ciudadanía, autonomía
del individuo, derecho a la educación, libertad de ejercer la
profesión, entre otros (2).
Este cambio histórico, cambió la perspectiva de vida
de las mujeres, ya que, para ellas, sus acciones, fundamentadas en la
razón e inspiradas por los ideales,
les permitió adoptar una conciencia de individuo, de
protagonista y de futura ciudadana (3)3
. Por lo tanto, la
mujer dejó de pensarse exclusivamente en los espacios
de la vida privada, de las labores domésticas, en donde
su rol primario era el de ser madre y compañera del
hombre. Ahora, ella podía pensar en ocupar espacios
públicos, como la esfera política, social y científica, entre muchos
otros.
Es en este contexto que aparece Marie Curie. Una mujer excepcional que
representó todos estos cambios silenciosos y ulteriores que se estaban
dando, pero de los
cuales no se estaba hablando. En ella, existen varias
representaciones claras como la incipiente conciencia
nacional, pero al mismo tiempo la constitución de un
pensamiento autonómo que la define como un individuo capaz de agenciar
sus libertades, competir con
hombres, ganar un salario, sostener una familia y desarrollar en
plenitud su individualidad.
...........................
³ Simone de Beauvoir, en su clásica obra feminista El Segundo
Sexo (1949), ya planteaba cómo lo varonil era el ser, y lo femenino se
convertía en lo otro; mientras que aquel representaba
lo público, lo político, lo ético, la producción cultural, la ciencia
y la filosofía, el otro se convertía en lo privado, lo cerrado, el
matrimonio y lo carente de significado.
No es propósito de este ensayo hacer un análisis de
género, ni una historia de las mujeres, pero si dar algunos elementos
del contexto que son representativos
en Marie Curie, para poder reconocer además de sus
aportes a la ciencia, las barreras que tuvo que enfrentar
desafiando precisamente el establecimiento por medio
del esfuerzo y el trabajo. Hay muchas mujeres que
hicieron parte de este cambio, pero sin duda alguna,
Marie tuvo una voz propia y un lugar preponderante.
Ella fue una bisagra entre los tiempos modernos, que
permitió repensar el aporte de las mujeres tanto en la
sociedad como en la ciencia.
Marya Sklodowska-Curie en Polonia
Saber es poder.
Auguste Comte
Marya Sklodowski-Curie nació el 7 de noviembre de
1867 en Varsovia, Polonia. Sus padres, judíos, fueron
profesores, y ella, la menor de cinco hermanos. Wladyshaw Sklodowski,
su padre, fue maestro de biología y
física, mientras que su madre, Bronislawa, directora
de uno de los internados de niñas más prestigiosos de
la ciudad. Sin duda alguna, sus padres ejercieron una
gran influencia en su formación e intereses, a pesar de
la difícil época que les tocó vivir. A principios de 1790
Polonia fue invadida por los imperios de Rusia, Prusia y
Austria, quedando Varsovia bajo la ocupación rusa (4).
Los rusos llegaron a imponer sus formas, costumbres y
lengua, reprimiendo violentamente un pueblo, que históricamente había
construido una resistencia cultural
bajo la mancomunidad polaco-lituana, que previamente se había
desintegrado, razón por la cual motivó la invasión y repartición del
territorio entre los tres imperios.
Durante la invasión rusa, la élite polaca en forma de
protesta no violenta, impulsó la doctrina positivista de
Auguste Comte (5), en la cual era menester la difusión del conocimiento
y la estimulación de la educación científica para la reconstrucción del
orden social
y la convivencia pacífica4
. Por lo tanto, apropiándose
de los principios de Comte, los polacos encontraron
en la ciencia el fundamento que podía darle unidad a
los demás elementos constitutivos de la sociedad, para
hacer resistencia a los rusos, y no perder el tejido social
que los unía.
Marya creció en un hogar que cumplió a cabalidad
esta doctrina. Su padre fue activo en la resistencia pacífica, además
de profesar su patriotismo, por lo cual
las autoridades rusas lo penalizaron en varias ocasiones, entre esas
por subversión. Esto impactó la estabilidad del padre, lo cual
repercutió en las finanzas del
hogar. Así las cosas, la familia Sklodowski creció entre
la austeridad, con una gran ética por el trabajo y una
profunda devoción por el conocimiento. Además de
la pobreza, la familia tuvo que enfrentar problemas
de salud y pérdidas humanas. En 1971, el hermano
del padre llegó a vivir a la casa de los Sklodowski con
una tuberculosis pulmonar, la cual era una enfermedad contagiosa e
incurable de la época. La madre fue
infectada, por lo cual tuvo que vivir aislada de la familia para evitar
contagios. Por más cuidados que se
tuvieron, Bronislawa murió en 1878, cuando Marya
tenía once años. Unos tres años antes, su hermana más
cercana, Sophie, había muerto por tifus. Las
Figuras
1A y B incluyen un recuento gráfico de Wladyslaw y
Bronislawa Sklodowski.
.......................
⁴ Auguste Comte (1798-1857) fue el padre de lo que conocemos
hoy en día como Sociología, y un pensador del positivismo del
siglo XIX. Profesando un profundo respeto por las ciencias
naturales (al igual que René Descartes), Comte propone en
el “Discurso sobre el espíritu positivo” en que la única manera
de entender cómo se organizan las sociedades es a través
de la aplicación de métodos científicos y cuantitativos, para
descubrir cuales son las leyes que las rigen, lo cual estaría
determinado por la ley del progreso humano. De hecho, en
la aplicación de la ley todas las sociedades pasan por tres
estados: el teológico (Antigüedad a la Edad Media), el metafísico
(siglos XVI, XVII y XVIII) y el positivo, el cual sería el
final, en el que cada sociedad adquiriría un estado científico
y tecnológico, que fuese la base de la toma de decisiones
racionales, por lo cual las normas morales serían universales.
Este estado sería el de la ciencia de la sociedad, es decir, la
Sociología.
Figuras 1A y B. Wladyslaw y Bronislawa Sklodowski, padres de Marya.
C. Pareja Sklodowski rodeada de sus
alumnos en la 16 Freta Street, Varsovia, Polonia, 1860 (Fuente: Musée
Curie; coll. ACJC / Cote MCP3).
Marya creció en un entorno políticamente complejo y
oprimido por consecuencia de la opresión rusa, además de la pobreza, la
exclusión social, y las pérdidas
de la hermana y la madre. No obstante, logró sobreponerse a dichas
circunstancias destacándose en sus
estudios. Aprendió a leer a los 4 años, dominó a la perfección el ruso
y desde muy pequeña se interesó por las
ciencias. Se graduó del colegio con honores, pero su
sueño de seguir una carrera científica se vio frustrado
porque en Polonia estaba prohibida la entrada de mujeres a la
Universidad, y las condiciones económicas
de la familia no permitieron costearle estudios en el
extranjero (
Figuras 2A y B).
Así las cosas, Marya y su hermana Bronya, honrando
los principios familiares y cumpliendo la doctrina de
Comte, hicieron el “pacto de damas” (6). Este pacto
consistió en que las hermanas mutuamente se iban a
ayudar a costear su educación superior. Marya trabajó
durante ocho años como institutriz para que su hermana Bronya estudiara
medicina en París. Mientras
tanto, Marya adelantó estudios en Física, Química y
Matemáticas en las clandestinas “universidades flotantes”, las cuales
fueron creadas secretamente por
profesores polacos para ofrecer alternativas de estudio
a los estudiantes polacos que no tenían acceso a la educación por
consecuencia de la opresión rusa (7) (
Figura
3). En 1891, a sus 24 años, Marya viajó a París,
financiada por su hermana, para estudiar Física, Química y Matemáticas
en la Universidad de la Sorbona.
Marie Curie: los inicios de su carrera
científica y su relación con Pierre
Curie
Era como un nuevo
mundo abierto
para mí, el mundo de la ciencia,
que por fin se me permitió
conocer en toda libertad.
Marie Curie
Marie llegó a París sin dominar el francés y con escasos recursos a un
humilde ático del barrio latino de
Paris para estar cerca de la universidad (7). Ella dedicó
mucho tiempo a perfeccionar el idioma, ya que estaba en franca
desventaja con sus compañeros, mientras
solventaba la situación de pobreza, frio y hambre, lo
cual tuvo implicaciones en su salud. Sin embargo, Marie logró graduarse
como la mejor alumna, obteniendo
su título de licenciatura en Física en 1892, y al año
siguiente en matemáticas.
La carrera científica de Marie inició en 1894 investigando las
propiedades magnéticas de diversos aceros por encargo de la Sociedad
para el Fomento de la Industria Nacional francesa.
Figura 2A. Joven Marya Sklodowska en 1883 (Fuente Musée Curie;
coll. ACJC / Cote MCP25) y extracto de su
diario (B). El boceto representa a Lancet, el querido puntero de los
niños Sklodowski, alrededor de 1886 (Fuente
Musée Curie; coll. ACJC / Cote MCP37). En ese momento, Marya esperaba
continuar su educación superior y asistir
a una universidad adecuada. Sin embargo, lamentablemente esto no fue
posible para una mujer joven en la Varsovia
dominada por Rusia. En ese entonces, Marya hablaba con fluidez el
alemán y el ruso (discretamente el francés), y
deseaba estudiar en la Sorbona de París.
Figura 3. Marya Sklodowska y su hermana Bronislawa en 1886 (Fuente
Musée Curie; coll. ACJC / Cote MCP42).
Ese mismo año conoció
por medio de un amigo polaco, el profesor Kowalski, a
Pierre Curie, un físico francés, pionero en el estudio de
la radioactividad. Nacido en Paris el 15 de mayo 1859,
Pierre, hijo de un médico y proveniente de una familia
en la que la ciencia tenía igualmente un valor significativo. Estudió
Física en la Universidad de la Sorbona,
y en 1878, obtuvo al igual que Marie, su licenciatura
en Física. Para ese entonces, Pierre, con 35 años era el
jefe de la Escuela de Física y Química, y ya empezaba
a ser reconocido por sus avances científicos en áreas
como la cristalografía y el magnetismo, así como por
sus enunciaciones sobre balanzas y el principio de simetría (
Figuras 4A-C).
El amor por la ciencia y la investigación creó un vínculo profundo
entre los dos, que más adelante los uniría en la propuesta de
matrimonio por parte de Pierre:
“¿Qué sería pasar la vida el uno junto al otro? Hipnotizados con
nuestros sueños: tu sueño patriótico,
nuestro sueño humanista y nuestro sueño científico”
(6). Según algunas versiones de la historia, el fundamento de la
relación no fue el romance, sino un gran
compañerismo en la investigación. De hecho, Marie
expresó algunas dudas para casarse, ya que tenía intención de volver a
Varsovia, para apoyar la causa patriota y liberar a Polonia de la
opresión. No obstante, el 26
de julio 1895, Marya Sklodowska cambió su nombre
por Marie Curie, el cual será inmortalizado en los anales de la
ciencia. La pareja tuvo dos hijas, y como se
mencionó previamente, dedicaron su vida a la investigación científica (
Figura 5).
Para continuar con su carrera en investigación, Marie
decidió realizar el doctorado en física. Ninguna mujer
había alcanzado el título de doctor en ciencias. Para
poder realizar su investigación, Marie se interesó por
dos recientes acontecimientos científicos: el descubrimiento por parte
de Wilhem Roentgen de los Rayos X,
y la observación de Henri Becquerel, en unos rayos de
naturaleza desconocida, que sin intervención de la luz
que emitían los minerales que tenían uranio (4). Marie, se propuso
investigar a profundidad aquellos rayos
de los que hablaba Bequerel, y manifestó su deseo de
descubrir de dónde provenía la energía que los compuestos de uranio
emanaban en forma de radiaciones.
Para adelantar las investigaciones, Pierre le cedió un
espacio para armar su laboratorio en la Escuela de
Física y Química donde trabajaba. Allí, Marie descubrió que los
minerales que contenían uranio, en efecto
producían rayos, pero que la magnitud de éstos no se
correlacionaba directamente con la presencia del uranio, por lo que
probablemente estaban presentes otros
elementos aún no determinados (4). Esto implicó la
posibilidad del descubrimiento de elementos nuevos.
En 1899, la científica presentó un informe para la Academia Francesa de
Ciencias, en el que planteó que dos
minerales de uranio son más efectivos que el mismo
uranio, lo que hacía suponer, que estos compuestos
pueden contener un elemento más activo que el uranio. Marie llamó a
esta propiedad “radioactividad”, y
con base en esta observación. Pierre decidió acompañar a su esposa para
comprobar la presencia de estos
dos nuevos elementos con propiedades radioactivas.
Según ella: “Las diversas razones que hemos enumerado nos llevan a
creer que la nueva sustancia radioactiva contiene un nuevo elemento que
proponemos dar
el nombre de radio” (
Figura 6).
De hecho, fueron dos elementos. Marie llamó al primer elemento
descubierto Polonio, con una connotación política en forma de protesta
por la ocupación de
su país nativo. Este elemento químico ocupa el número atómico 84 en la
tabla periódica y su símbolo es Po.
Es un metal altamente radioactivo que comparte similitudes con el
telurio y el bismuto, minerales presentes
en el uranio. La presencia del polonio se encuentra,
por ejemplo, en el humo por combustión del tabaco,
evento que conlleva al menos en parte a la carcinogénesis relacionada
con las neoplasias pulmonares y mesoteliales. El segundo elemento fue
el Radio, su
símbolo es Ra y su número atómico es 88. El Radio es
extremadamente radioactivo, un millón de veces más
que el uranio. En 1902, lograron aislar un decigramo
de radio puro, con el cual determinaron el peso atómico de la nueva
sustancia (4,7).
Figura 4A. Pierre Curie en 1905 (Fuente Musée Curie; coll. ACJC /
Cote MCP64,02). B. Matrimonio de Pierre y
Marie Curie en 1895 (Fuente Musée Curie; coll. ACJC / Cote MCP68,01).
C. Pierre y Marie Curie en 1895 en su
jardín en Sceaux, al sur de París (Fotografía de Albert Harlingue,
1895. Fuente Musée Curie; coll. ACJC / Albert
Harlingue, Cote MCP69).
Figura 5. Pierre, Marie e Irene Curie en su jardín, en 108
Boulevard Kellermann, París, 1904 (Fotografía de Albert
Harlingue. Fuente Musée Curie; coll. ACJC / Cote MCP105).
Figura 6A. Dentro del laboratorio de Pierre y Marie Curie en EMPCI,
alrededor de 1898 (Fuente Musée Curie; coll.
Institut du Radium / Cote MCP990). B. Exterior del laboratorio de
Pierre y Marie Curie (Fuente Musée Curie; coll.
ACJC / Cote MCP991), con discreta estructura y formato de granero en
madera. C. Los esposos Curie al interior del
laboratorio EMPCI, implementando el uso de balanzas para definición de
pesos elementales (Fuente Musée Curie;
coll. ACJC / Cote MCP80.02). D. Cuenco que contiene bromuro de radio
(foto tomada en la oscuridad en 1922,
Fuente Musée Curie; coll. Institut du Radium / Cote MCP4151).
En 1903, Marie recibió el título de doctora en Ciencias Físicas con
Magna Cum Laude. Además de ese
reconocimiento, los esposos Curie recibieron la Medalla Davy, el premio
Osiris (que incluía un monto de
50.000 francos), y el 12 de noviembre la Academia de
Ciencias de Estocolmo les otorgó el Premio Nobel de
Física junto a Becquerel “en reconocimiento de los
extraordinarios servicios que han prestado con sus investigaciones de
la radioactividad, descubierta por el
profesor Henri Becquerel” (8). Marie fue la primera
mujer en recibir un Premio Nobel (
Figura
7).
La pareja recibió 70.000 francos del Premio Nobel con
los cuales se dedicaron a financiar la investigación, lo
que desencadenó una pregunta de gran envergadura ética: ¿se debía
patentar el descubrimiento? La patente aseguraba un futuro económico,
pero limitaciones
a otros científicos para continuar accediendo a las investigaciones,
así que decidieron dejar libre la patente
porque “iría en contra del espíritu científico” además
de ser su más “sincero deseo que algunos de ustedes
continúen con este trabajo científico y mantengan para
su ambición la determinación de hacer una contribución permanente a la
ciencia”.
Figura 7A. Retrato de Henri Becquerel hacia 1903 (Fuente Musée
Curie; coll. ACJC / Cote MCP73). B. Portada del
periódico “Le Petit Parisien” publicado el 10 de enero de 1904 (esbozo
en tintas mixtas de Pierre y Marie Curie en
su laboratorio en EMPCI. Fuente Musée Curie; coll. Imprimés / Cote
MCP455); 1903 fue el año de consagración
de Marie Curie. La pareja viajó a Londres por primera vez el 19 de
junio para presentar su investigación a la Royal
Institution. Pierre visitó la ciudad nuevamente unos meses más tarde
para recibir la Medalla Davy, que la Royal
Society le otorgó a él y a su esposa conjuntamente por sus
descubrimientos. Ya conocidos en los círculos científicos,
Pierre y Marie Curie se convirtieron en figuras públicas ampliamente
conocidas el 12 de diciembre de 1903, cuando
se anunció que serían galardonados, junto con Henri Becquerel, con el
Premio Nobel de Física. De hecho, su trabajo
científico había contribuido a establecer una nueva visión del mundo
del átomo y las propiedades de la materia.
C. Certificado del Premio Nobel de Física otorgado a Pierre y Marie
Curie, 1903 (Fuente Musée Curie; coll. ACJC
/ Cote MCP86,02). El premio fue una recompensa por su investigación,
pero también tuvo un efecto inquietante
en la vida de los Curie. A pesar de la notoriedad que vino desde la
entrega del Nobel, sus condiciones de trabajo
eran inadecuadas y el proceso de aislamiento del radio siguió siendo
largo y difícil. Como los Curie estaban tan
agotados por su trabajo, tuvieron que esperar hasta 1905 antes de poder
viajar a Estocolmo para recoger el premio.
Continuaron su investigación, aunque algo perturbados por periodistas y
otros espectadores curiosos.
Los avances científicos
siguieron. Pierre por su parte, investigó los efectos del
radio sobre la piel, en la cual había quemaduras que
rápidamente se transformaban en úlceras. Con base en
estos avances, el Radio empezó a usarse como tratamiento para los
tumores malignos, y así nació la radioterapia (7). La
Figura 8 ilustra a Pierre Curie
disertando en el anfiteatro de la Sorbona (
A y B), Marie
con sus dos hijas (Eva izquierda e Irene derecha) (
C),
y la procesión el día de la muerte accidental justo después de su
nombramiento en la Academia Francesa de
Ciencias (
D).
Para 1906 la pareja tenía dos hijas: Eva e Irene. Ese
mismo año Pierre muere accidentado por una carroza
de caballos, cuando estaba de regreso a casa. Sin saberlo, el cuerpo de
Pierre estaba debilitado por la exposición a la radiación, por lo cual
su muerte fue inminente. Tras la muerte de su esposo, Marie tuvo que
lidiar
una fuerte depresión, más la responsabilidad de criar
sola a dos niñas en una coyuntura histórica donde la
mujer no gozaba de las libertades civiles.
Ad portas de
la Primera Guerra Mundial, además del machismo,
el sentimiento antisemita se expandía por Europa, así que Marie, tuvo
que volver a sufrir la exclusión social,
de la que tanto huyó en Polonia.
Figura 8A y B. Pierre Curie dando una conferencia en el anfiteatro
de la Facultad de Ciencias de París, 12 rue
Cuvier, en 1904 (Fuente Musée Curie; coll. ACJC / Cote MCP114). En
1905, Pierre fue elegido miembro de la
Academia de Ciencias de Francia. Entre el laboratorio y su vida
familiar, los Curie no tuvieron mucho tiempo para
dedicar a su vida ante el ojo público. C. Marie Curie y sus hijas Irene
y Eva, en el jardín de Sceaux, verano de 1908
(Fuente Musée Curie; coll. ACJC / Cote MCP118). D. La procesión fúnebre
frente a la casa Curie para el funeral
de Pierre Curie, 108 boulevard Kellerman, 1906 (Fuente Musée Curie;
coll. ACJC / Cote MCP414). Pierre Curie se
acercaba al final de su vida. El 19 de abril de 1906 fue atropellado y
asesinado. Mientras caminaba hacia una sesión
en la Academia de Ciencias, fue golpeado fatalmente por un carruaje
tirado por caballos en la rue Dauphine cerca de
Pont Neuf en París. La rueda trasera izquierda del carruaje le aplastó
la cabeza y murió instantáneamente. En ese
entonces, tenía solo 47 años.
El gobierno francés había financiado un laboratorio
para los Curie, previo a la muerte de Pierre, por lo cual
el científico nunca lo alcanzó a conocer. Marie se hizo
cargo del laboratorio “El Instituto del Radio”, de las
investigaciones e incluso tomó la cátedra que Pierre
dictaba en la Universidad de la Sorbona, siendo Marie
la primera mujer en dictar una cátedra universitaria.
Además de las responsabilidades laborales, Marie tenía que responder
por la educación y crianza de sus
dos hijas, en un momento en el que las mujeres no se
desarrollaban profesionalmente, y mucho menos eran cabeza de familia.
En reconocimiento de sus logros, la
Academia Francesa de Medicina le otorgó un sillón,
pero el machismo, la xenofobia y el antisemitismo, no
le permitieron la entrada (7). A pesar del rechazo, su
empeño le permitió recibir en 1911 el segundo Premio
Nobel, pero esta vez en Química, por el descubrimiento del peso atómico
del Radio (6) (
Figura 9).
La labor de Marie Curie se extendió del laboratorio
para asistir los hospitales. Para ella, la investigación
era en sí misma una vocación de servicio que debía
tener una finalidad más allá de lo teórico. La ciencia
tenía como fin servir a la comunidad, tanto para construir -o
reconstruir si era necesario-, el tejido social,
la sociedad. Por ejemplo, durante la Primera Guerra
Mundial, Curie y su hija Irene organizaron equipos de
rayos X portátiles para que los médicos pudieran atender a los soldados
heridos. Lograron conformar más
de 200 unidades estacionarias, más 20 autos equipados
con las máquinas correspondientes, los cuales fueron
conocidos como los “Petit Curie” (
Figura
10A-C) (5).
En esta labor participaron por más de cuatro años.
Los últimos años de Marie fueron dedicados al Instituto del Radium.
Después de 35 años de estar trabajando con radiación, su cuerpo se
encontraba débil
y enfermo. El exceso de manipulación del radio, las
múltiples irradiaciones, y el permanente contacto con
los rayos X, afectaron irremediablemente la salud de
Marie. La constante fatiga, los mareos, la fiebre fueron signos
irremediables de una leucemia con anemia
perniciosa severa, la cual fue diagnosticada (5). A sus
74 años, el 4 de julio de 1934, Marie Curie murió. Su
enfermedad fue consecuencia directa de la radiación.
Fue enterrada junto a Pierre en una ceremonia íntima,
y el instituto, en honor a ella, y por supuesto a su esposo, pasó a
llamarse Instituto Curie.
Figura 9A. El Pabellón Curie en el Radium Institute, en la década
de 1920 (Fuente Musée Curie; coll. ACJC/Cote
MCP1642B). B. Primera conferencia de Solvay realizada (Fuente Musée
Curie; coll. ACJC / Cote MCP2331) del 27
al 31 de octubre de 1911, consenso fundado por el fabricante químico
belga Ernest Solvay (1838-1922), en Bruselas.
Fue la única mujer en la primera conferencia y en muchos de los años
posteriores, junto con diversos científicos
prominentes, incluidos Ernest Rutherford, Max Planck, Paul Langevin,
Niels Bohr, Albert Einstein y Jean Perrin. C.
Marie Curie en Birmingham tras su nombramiento como primera profesora
en la Sorbona (1913) y la recepción del
segundo Nobel (Fuente Musée Curie; coll. ACJC / Cote MCP437). En
noviembre de 1911, la relación entre Marie
Curie y el físico Paul Langevin fue objeto de una campaña de
desprestigio en la prensa de extrema derecha. El
apoyo de la comunidad científica internacional la ayudó a superar esa
terrible experiencia. El 10 de diciembre de
1911, y a pesar de la controversia en su vida privada, Curie recibió el
Premio Nobel de Química de la Academia de
Ciencias de Estocolmo “en reconocimiento a sus servicios al avance de
la química mediante el descubrimiento de
los elementos radio y polonio, por el aislamiento del radio y el
estudio de la naturaleza y los compuestos de este
notable elemento”.
Figura 10A. Marie Curie y su hija Irene en el Hospital Hoogstade en
Belgica, 1915. Instalación de un equipo
radiográfico portátil y portafolio de accesorios (Fuente Association
Curie Joliot-Curie Photographer, autor
desconocido). B. Marie Curie y su hija Irene en el laboratorio del
Radium Institute de París, Francia, 1921 (diseño
del equipo estacionario móvil para toma de rayos X) (Fuente Association
Curie Joliot-Curie Photographer, autor
desconocido). C. Marie Curie upo que el español Mónico Sánchez Moreno
(inventor del primer aparato portátil de
rayos X y corrientes de alta frecuencia, en 1909) había tratado de
comercializar en Europa su equipo inventado de
Rayos X portátil, sobre todo tras fundar la Electrical Sánchez Company,
y presentarse en 1910 en el V Congreso
Nacional de Electrología y Radiología de Barcelona. El estallido de la
Primera Guerra Mundial, 1914, y con la
insistencia de la inventora polaca, provocó que Curie importase desde
España 60 portátiles de Mónico Sánchez
para equipar a 20 ‘furgonetas’ Renault convirtiéndolas en ambulancias
de campaña con equipos de Rayos X
portátiles, cuyas primeras unidades se llamaban “Petit Curie” (Técnicos
Radiólogos y naciente radiología en la I
Guerra Mundial). l portátil de rayos X ‘Sánchez’ era fácilmente
transportable, por lo que sus aplicaciones podían
realizarse a la cabecera del enfermo. El aparato se transportaba en una
caja, a modo de pequeña maleta de mano,
cuyas dimensiones eran 22x22x46 cm, con un peso aproximado de 8 kg. El
dispositivo podía conectarse a la red
eléctrica o también usar una batería. Por eso el portátil de Rayos X
‘Sánchez’ supuso una auténtica revolución
dentro de las aplicaciones de la electricidad en medicina, porque el
equipo se montaba y ponía en funcionamiento en
menos de 5 minutos con una máquina electrostática o una bobina de
inducción que daba corriente de alto potencial.
En la actualidad, la conexión entre equipos de investigación es un
hecho tangible. Pero, si al manchego Mónico
Sánchez Moreno, se le considera pionero de la radiología y
electroterapia, y Marie Curie una firme impulsora de
la evidencia radiodiagnóstica, cuesta pensar que en algún momento no
tuvieran una comunicación más fluida, sobre
todo porque Sánchez Moreno fue nombrado ingeniero jefe de la empresa
‘Collins Wireless Telephone Company
de Newar’ (New Jersey) que después se incorporó a la poderosa
‘Continental WireaLess Telephone & Telegarfiph
Company’, por la fusión de las compañías: Pacific, Clark, Collins y
Massic. En esa empresa fue uno de sus
ingenieros directores y desarrolló varios modelos de comunicación por
teléfono.
El legado de Marie Curie tiene dos grandes vertientes
que parte de la misma fuente: el amor, la pasión y la
disciplina por la ciencia. Por un lado, en el aspecto
científico, sus avances desembocaron en la creación
de una nueva disciplina científica: la Física Anatómica, la cual ha
tenido una extraordinaria variedad de
aplicaciones como técnicas para determinar la edad
de los objetos (el carbono 14), tratamientos de cáncer
como la radioterapia, la radiología, y otros usos en
biología nuclear y genética, así como otros que impactaron
negativamente la humanidad como la bomba atómica.
Contribución de la gran “C” a la
oncología moderna
Los descubrimientos de la “gran C” desencadenaron
una revolución en la ciencia y atrajeron la atención de
científicos de todo el mundo, quienes a su vez comenzaron a estudiar el
fenómeno. Pero los elementos eran
una entelequia, unos espectros de los que se tenía noticias sólo por
los rayos que emitían. Marie se embarcó
en la ingente tarea de aislarlos puros. Sin sueldo, sin
financiación para comprar materiales o aparatos, trabajando en un
cobertizo anexo a la escuela en la que
trabajaba Pierre, Marie comenzó el tratamiento de la
pechblenda, el mineral de
uranio que contenía ambos
elementos, en unas condiciones extraordinariamente
difíciles. El problema principal era que la concentración del polonio y
el radio en la pechblenda era minúscula, por lo que Marie tuvo que
tratar toneladas del
mineral para obtener cantidades medibles de ambos.
Además, trabajaba a oscuras, dado que no conocía las
propiedades químicas de los elementos desconocidos,
y uno de ellos parecía escapársele entre las manos.
Mucho después se descubriría que el polonio se desintegraba a gran
velocidad. La única pista fiable de
su existencia era la capacidad de emitir radiación de
forma espontánea, la misteriosa propiedad descubierta
por Becquerel, cuyo origen era una incógnita, que había sido bautizada
por Marie como radioactividad (9).
El Manual médico de Kassabian publicado en 1907
en Filadelfia ofrecía una lista de tumores tratados con
radioterapia. Muchos aún se tratan con este método,
siguiendo indicaciones más precisas y equipamiento
sofisticado. También se debe considerar que para las
primeras décadas del siglo XX se recomendaba el uso
de la telecuriterapia para patologías no oncológicas,
incluyendo el control de varices refractarias, epilepsia,
acné, tiña capitis, artropatía luética y artritis reumatoidea. En
paralelo con la gestión terapeútica del radium
se reconocieron sus efectos adversos, siendo estos esporádicos en la
naciente literatura médica. En 1896,
se mencionó por primera vez la alopecia inducida por
radiación, y hacía 1906 los primeros indicios de la radiodermitis
atribuible a la acumulación de dosis (10).
El descubrimiento del radio y el polonio provocó la
rápida instauración de la telecuriterapia, inicialmente,
sin mayor control alrededor de la toxicidad. La ausencia de métodos
dosimétricos adecuados y de las medidas de seguridad mínimas resultó en
complicaciones
que a menudo fueron fatales; Marie Curie lo experimentó ella misma,
como se describió previamente. No
obstante, la adquisición de conocimiento en los efectos
secundarios resultó en la elaboración de los principios
modernos de la radioterapia. Durante los primeros 50
años, la radiación de haz externo se basó en el uso del
radio y de los rayos X. Ahora utilizamos aceleradores
lineales, protones, radiocirugía y braquiterapia; esta
última denominación provino del término griego “brachy” que significa
“cerca”; intervención donde la fuente radioactiva se encuentra en
contacto directo con el
tumor. El primer informe relacionado con el uso de la
braquiterapia lo hizo Goldberg en 1904. Poco tiempo
después, Cleaves publicó un diagrama que mostraba
el efecto de un campo magnético sobre los márgenes
terapéuticos del radio. Desde su mención, “los rayos
beta están fuertemente doblados hacia la derecha, los
rayos gamma, al igual que los X, no están doblados en
absoluto, y los rayos alfa se inclinan muy poco hacia
la izquierda” (11).
Anteriormente, Pierre Curie demostró que las sustancias radiactivas
emitían al menos dos tipos diferentes
de rayos. El radio, descubierto por Marie Curie, se
utilizó por primera vez en braquiterapia. Al principio
se colocó directamente sobre la superficie del tumor o
intracavitario (en el cáncer de vagina o de útero). Muy
pronto, ya en la década de 1910, los médicos comenzaron a introducir la
fuente radiactiva de forma intersticial, es decir, en la profundidad
del tumor. Los cánceres de mama, próstata, esófago y cerebro estuvieron
entre los primeros tratados con este método.
Debido a la inevitabilidad del contacto directo con
el material radiactivo, el método era muy peligroso
para los médicos que lo usaban. El proceso se mejoró sustancialmente
mediante el uso de isótopos con el
método de poscarga. El cesio y el iridio fueron parte
del armamentario de nueva inclusión. En adición, los
programas informáticos modernos permitieron la elaboración muy precisa
de dosis efectivas y, al mismo
tiempo, seguras; esto fue particularmente importante
con la introducción de dosis altas (HDR, tasa de dosis
alta) en la braquiterapia y en la terapia externa.
Una técnica relativamente nueva basada en los descubrimientos de Marie
Curie es la medicina nuclear, que
utiliza sustancias marcadas con radioisótopos introducidos en el cuerpo
del paciente para obtener imágenes
dinámicas y funcionales de diversas neoplasias sólidas
y hematológicas. El progreso en la medicina nuclear
fue posible después de la Segunda Guerra Mundial
cuando, tras los descubrimientos de Frederic e Irene
Joliot-Curie en la década de 1930, fue posible producir radioisótopos
artificiales en cantidades adecuadas
para su uso en medicina (
Figura 11)
(12). Los isótopos
radiactivos de elementos como el yodo, el indio o el
tecnecio con semividas relativamente cortas se pueden
utilizar tanto en el diagnóstico como en la terapia. Se
introducen en combinación con otras sustancias que
se unen selectivamente a varios tejidos o fluidos tisulares. La lectura
de la distribución de la radiactividad
mediante el uso de cámaras gamma, que sustituyeron
a los populares contadores Geiger, permite la localización del tejido
tumoral o la detección de la dirección
del flujo linfático. Esto suele ser útil para el oncólogo
a la hora de elegir las estrategias adecuadas para el tratamiento.
En los últimos años se ha avanzado enormemente en
la construcción de dispositivos que ofrecen una visión
más precisa de los órganos investigados, por ejemplo,
el SPECT (tomografía computarizada por emisión
de fotón único) o, mejor aún, el PET (tomografía por
emisión de positrones). Otro dispositivo con mayores
posibilidades para el cirujano es el detector intraoperatorio de
radiación gamma. La sonda permite una localización más precisa del
tejido tumoral previamente
marcado con un isótopo y posibilita la ejecución de procedimientos más
radicales o, por otro lado, facilita
la evaluación de la operabilidad del tumor. Una nueva
posibilidad para la extirpación quirúrgica de tumores
es el RIGS o cirugía radioinmunoguiada.
Figura 11. La física y radioquímica Irene Joliot-Curie, hija mayor
de Pierre y Marie Curie. Trabajando con su esposo,
Frederic Joliot, Irene demostró cómo es posible crear artificialmente
isótopos radioactivos de elementos que no son
naturalmente radioactivos. Este descubrimiento, por el que ganó el
Premio Nobel (siguiendo así los pasos de sus
padres), abrió un nuevo campo de investigación crucial para una gran
cantidad de aplicaciones en química, biología
y medicina. La radiactividad artificial ha permitido avances cruciales
en la terapia del cáncer, pero el descubrimiento
de la radioactividad artificial también fue un paso importante hacia el
descubrimiento de la fisión nuclear, realizado en
1938, y el desarrollo de la bomba atómica, completada en 1944.
Conclusión
El cáncer sigue siendo muy a menudo una enfermedad
mortal y, si se cura, los pacientes viven regularmente
las dificultades relacionadas con el tratamiento y sus
desenlaces. Sin embargo, el progreso en oncología es
visible, y con los métodos mejorados de diagnóstico
temprano y mejores métodos terapéuticos, el número
de pacientes curados sigue aumentando, en el momento números nunca
imaginados.
Los descubrimientos hechos hace más de 100 años siguen siendo la base
de investigaciones muy importantes que dan esperanza y la posibilidad
de salvar una
gran cantidad de vidas. Marie Sklodowska-Curie no
era médica, pero reconoció el valor de sus descubrimientos para la
medicina. El Instituto Curie de París
y el Radium Institute de Varsovia (ahora Marie Sklodowska-Curie
Memorial Cancer Center) se fundaron
sobre la base de su inspiración.
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Pbsinternational.org. 2020 [consultado 10 noviembre 2020].
Disponible en:
https://pbsinternational.org/programs/out-from-the-shadows-the-story-of-irene-joliot-curie-and-frederic-joliot-curie/
Recibido:
Diciembre 10, 2020
Aprobado: Diciembre 16, 2020
Correspondencia:
María M. López
mariamlopezf@outlook.com