Resumen
Este es un ensayo corto, que analiza el impacto del Covid-19 desde la
óptica de la economía de la
salud. La relación entre economía y salud es un círculo que se
retroalimenta en doble vía, para bien o
para mal no se pueden separar. Esta interacción entre economía y salud
se hace conflictiva cuando la
analizamos en la crisis actual del Covid-19. La actividad económica
facilita el resurgimiento de nuevas
pandemias, y éstas responden con efectos negativos sobre la dinámica
económica y sobre la salud de
los más desfavorecidos (aumentando la brecha de riqueza y salud).
Pandemias como las del Covid-19, agudizan las fallas de mercado y la
incertidumbre dentro del sector
salud. En los brotes epidémicos, el consumo de servicios de salud se
detona como un evento inesperado que afecta a un gran número de
personas en un periodo de tiempo corto. Las medidas de salud
pública -encaminadas a reducir el contagio- rivalizan con otros bienes
y formas de producir salud. Sin
embargo, no es tan claro que las medidas de salud pública más
flexibles, reduzcan el impacto sobre las
variables económicas como el empleo. El impacto de lo inesperado,
acelera la transformación de la
oferta en salud hacia modelos de atención soportadas en soluciones
digitales y en el cuidado remoto.
Sin embargo, queda en tela de juicio la capacidad de los sistemas de
salud para afrontar este tipo de
disrupciones.
Palabras clave: Economía de la salud; pandemia; salud
pública.
1 MD. MBA. MA. MSc Economía de la
Salud, Administración de Negocios y Evaluación de Tecnologías en Salud.
Especialista en Gerencia Estratégica. Director Asuntos Médicos y
Economía de la Salud, Baxter Healthcare Mercados de Sur América.
Bogotá, Colombia.
THOUGHTS ON HEALTH ECONOMICS
AND THE COVID-19 OUTBREAK
Abstract
This is a brief essay, which analyzes the impact of Covid-19 from the
perspective of the health
economics. The relationship between economy and health is a two-way
feedback circle, either
in a positive or negative way they cannot be separated. This
interaction between economy and
health becomes conflictive when it is analyzed in the current Covid-19
crisis. Economic activity
facilitates the resurgence of new pandemics, and these respond with
negative effects on the
economic dynamics and on the health of the most disadvantaged
population (increasing the
wealth and health gap).
Pandemics like Covid-19 exacerbate market failures and uncertainty
within the health sector. In epidemic outbreaks, the consumption of
health services is triggered as an unexpected
event that affects large numbers of people in a short period of time.
Public health measures
- aimed at reducing contagion - struggling against other goods and ways
of producing health.
Although, it is not clear enough that more flexible public health
measures reduce the impact
on economic variables such as employment. The impact of this unlikely
event accelerates the
transformation of the healthcare supply towards models of care
supported in digital solutions
and remote care. However, the capacity of health systems to face this
type of disruption is
questioned.
Keywords: Health economics; pandemic; public health.
¿Cómo viviríamos en un mundo donde todo tuviera
que hacerse desde casa? ¿Qué modelo de salud podría ser más sostenible
en este escenario? ¿Qué disrupción acabaría con lo que hoy conocemos
como
sistema de salud? Nunca en la historia había sido tan
importante postular preguntas tan extremas. Como
si lo importante de la vida moderna, estuviera en lo
que escapa a nuestra conciencia y no en las cosas
que cotidianamente nos preocupan. Presiento que lo
altamente improbable, gobernará la dinámica de los
sistemas de salud de ahora en adelante.
Punto de partida
Me sitúo desde la perspectiva del que, con desconcierto, trata de
entender el significado económico
que tiene esta pandemia de Covid-19 en su propio
sector, el sector salud. No pretendo hacer proyecciones ni
demostraciones empíricas, más bien encontrar
por medio del análisis, un camino para describir las
raíces económicas detrás de los acontecimientos. En
los momentos de confusión es bueno volver a las bases, a un punto de
partida seguro que se comprenda fácilmente. Como la complejidad a veces
se aborda
mejor desde la simplicidad, he elegido utilizar marcos
conceptuales sencillos para pensar sobre el problema.
La economía y la salud conversan y
conspiran entre ellas
Los individuos demandan salud por dos razones:
como elemento de consumo, ya que ésta entra directamente en su función
de utilidad, y como elemento de inversión, para tener más tiempo sano,
que se
puede dedicar a producir más riqueza o bienes personales como el ocio.
Si se mira al revés, la actividad económica -como proceso y resultado–
también es un determinante de la salud colectiva e individual. Es un
círculo que se retroalimenta en doble vía y, por ello, no se pueden
separar (1).
Esta interacción entre economía y salud, se hace
conflictiva cuando la analizamos desde el contexto
del Covid-19. La aparición y propagación de esta
enfermedad zoonótica es un efecto incidental de las
actividades económicas de la actualidad. Y como
si se tratara de una conversación, esta pandemia ha
respondido con efectos negativos sobre la dinámica
económica y sobre la salud de los más desfavorecidos (aumentando la
brecha de riqueza y salud) (2).
La economía, como determinante de la salud, también es evidente en la
situación actual. En Estados
Unidos, los episodios severos de infección por Covid-19 afectan de
forma desproporcionada a las personas de color, debido a los desafíos
socioeconómicos subyacentes que enfrentan. Del mismo modo,
los adultos con bajos ingresos, tienen más riesgo de
afecciones crónicas en comparación con los adultos
de altos ingresos, lo que aumenta el riesgo de complicaciones graves si
se infectan con Covid-19. La
diferencia en el riesgo es de 35% versus 16% (riesgo
relativo se duplica) en adultos que ganan menos de
15.000 dólares versus los que ganan más de 50.000
dólares anuales respectivamente (3)
Rivalidad entre salud pública y otros
bienes
Los servicios de salud, como bien público, también
tienen un costo que rivaliza con otros bienes deseables para generar
riqueza, lo que los economistas
llaman costo de oportunidad. A veces, no es fácil
discernir qué es mejor para la economía (o para la
misma salud), si la inversión en servicios de salud o
en otros bienes (4). Cuando hablamos de medidas
de aislamiento, esta rivalidad estalla por el impacto
inmediato de estas políticas sobre la actividad económica y el empleo.
Este ha sido el punto de mayor
controversia, “escoger entre salud pública o economía” (como si fueran
dos temas excluyentes).
Actualmente, las políticas que promueven un mayor aislamiento han sido
efectivas en desacelerar el
crecimiento de casos de Covid-19 y en racionalizar
la capacidad hospitalaria. Sin embargo, las posturas
sobre cómo las políticas de aislamiento han afectado la economía son
variables. El National Bureau
of Economic Research concluye que en promedio:
las políticas de quedarse en casa no están asociadas
con un mayor desempleo en Estados Unidos, y que
no hay diferencias significativas entre los Estados
que las impusieron versus los que no. Sin embargo,
existe cierta evidencia de que quedarse en casa tiene
impactos sectoriales, especialmente en aquellas actividades
relacionadas con servicios o que requieren
de mayor presencialidad laboral (5).
Externalidades de la pandemia y las
medidas de salud pública
Las medidas de aislamiento y las restricciones de
movilidad son, a menudo, la primera respuesta contra nuevas
enfermedades infecciosas. Sin embargo, estas medidas pueden representar
sacrificios para la
economía y para la salud en general. Por ejemplo,
está bien documentado que las medidas de aislamiento tienen una
profunda y amplia gama de consecuencias psicosociales a nivel
individual y comunitario durante los brotes (6).
Paradójicamente, los hospitales y otro tipo de servicios de salud,
pueden verse afectados financieramente por las medidas de aislamiento y
por la aversión de
la población a exponerse al contagio. En un reporte
de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas, se describe cómo
la ocupación de los servicios
de urgencias pasó del 75% al 41% en el transcurso
de un mes (abril a mayo de 2020), y más del 70% de
los procedimientos quirúrgicos programados fueron
cancelados (7).
En otros países, durante la fase expansiva de la pandemia, también se
ha reportado que los hospitales
han cancelado los procedimientos que no son de
emergencia, y muchos pacientes están posponiendo
la atención mientras se refugian en su hogar para evitar la infección
(8). El cambio en el
mix de
servicios y
la reducción en la oferta de aquellas actividades con
mayor valor promedio de facturación para los hospitales, afectan su
margen de contribución.
Incertidumbre y problemas de
información
Las pandemias también generan problemas económicos en los sistemas
de salud, que se derivan, fundamentalmente, de la existencia de la
incertidumbre (9).
En los brotes epidémicos, el consumo de servicios de
salud se detona como un evento inesperado que afecta
a un gran número de personas en un periodo de tiempo corto. Son el tipo
de evento que no suele estar presente en los cálculos actuariales y,
desde la perspectiva
de la oferta de servicios, esto genera nerviosismo por
la falta de capacidad para atender a los pacientes (10).
La decisión de consultar o no al servicio médico, está
altamente influenciada por la percepción de gravedad
y por la carga financiera que deba asumir el paciente
en términos de copagos o cuentas médicas (11). Está
bien demostrado que los pacientes que deben cubrir
parte del costo médico, se hospitalizan hasta un 20%
menos que aquellos que tienen cobertura y financiación total. En países
donde el aseguramiento en salud
no está directamente ligado al empleo, se esperaría
una mayor utilización de los servicios de salud.
Cuando la decisión de consumir atención médica
por parte del paciente se hace efectiva, la asimetría
de información obliga al paciente a delegar las decisiones de
diagnóstico y tratamiento en el cuerpo
médico, que se constituye así, en el agente de la demanda. Esta es una
particularidad de los servicios de
salud, porque el cuerpo médico es a la vez oferente y
agente de la demanda.
Riesgo primario y riesgo técnico
En el contexto de pandemia, el riesgo primario se
cataliza, principalmente, como la probabilidad de
consultar a los servicios de salud a consecuencia de
la infección. El riesgo primario estará determinado
entonces por la dinámica epidemiológica, el comportamiento de la
población y la disposición del paciente
a consultar por las razones anteriormente explicadas.
Las medidas de aislamiento, protección y tamizaje son la manera en que
los sistemas de salud han
controlado el riesgo primario. Incluso, sin políticas
de permanencia en el hogar, las personas y las empresas aversas al
riesgo, pueden optar por ajustar su
comportamiento, promover el aislamiento y reducir
la movilidad en respuesta a la situación. La orientación política, la
creencia en la ciencia y el estado de
pobreza, influyen en la rapidez con que las personas
cambian sus comportamientos o responden a las medidas de salud pública
(12).
Por su parte el riesgo técnico, se refiere al consumo de
recursos generado cuando el paciente ingresa al servicio de salud por
un episodio de atención. La práctica
clínica, la tecnología disponible y las tarifas de servicios son las
principales variables del riesgo técnico
(13). El control del riesgo técnico dependerá, en gran
medida, de: las guías de práctica clínica nacionales
para atención de la pandemia, los mecanismos de
compra y aprovisionamiento de tecnologías e insumos médicos, y de los
modelos de contratación utilizados para financiar la atención de los
pacientes (14).
En Colombia, por ejemplo, el Ministerio de Salud y
Protección Social adelanta un proyecto de resolución
que definirá la canasta de servicios y procedimientos
para la atención de pacientes infectados con Covid-19
y sus valores máximos de reconocimiento (15).
Predecir el comportamiento de la pandemia y del
uso de servicios de salud (riesgo primario y técnico)
es fundamental para la planeación de los sistemas
de salud. Lamentablemente, las pandemias, por ser
sistemas complejos de transmisión dinámica, representan un reto
significativo a la hora de modelar su
comportamiento. Los modelos dinámicos, enfrentan
una incertidumbre de primer orden, que se relaciona
principalmente con las características de contagio del
agente infeccioso y la dificultad de predecir el comportamiento humano.
También, una incertidumbre
de segundo orden, en donde los resultados de las predicciones de los
modelos influyen sobre los comportamientos de las personas y los
agentes económicos
(16). En otras palabras, si los agentes económicos
confían mucho en las predicciones de los modelos,
y toman decisiones al respecto, puede terminar ocurriendo lo contrario
a lo que el modelo proyectó.
Transformación de la oferta
Los períodos de crisis y la adversidad, también son
catalizadores importantes para la innovación en el
sector salud. La lucha contra el Covid-19, tiene el
potencial de acelerar la aparición de nuevos modelos
para organizar y gestionar los sistemas de salud en
todo el mundo. A diferencia de la “gripe española”
de 1918, que se convirtió en una epidemia internacional en el
transcurso de un año, el Covid-19 se ha
extendido a todos los continentes habitables en cuestión de semanas,
superando la capacidad de los sistemas de salud para identificar,
diagnosticar y atender
personas infectadas (17).
Mientras que otras empresas privadas e instituciones
de educación superior han realizado una transición
abrupta hacia soluciones digitales, los sistemas de
salud todavía funcionan en gran medida a través de
la presencialidad. Aunque algunas tecnologías digitales y la
telemedicina han existido durante décadas,
han tenido poca adopción en la práctica, debido a
la falta de regulación y mecanismos de reembolso
adecuados. En una encuesta de Price Waterhouse
Cooper de 2019, el 38% de los directores ejecutivos
de las instituciones de salud en Estados Unidos, informaron que no
tenían un componente digital en su
plan estratégico general (18).
Los sistemas de salud han tenido que tomar medidas
urgentes para transformar la atención médica y ampliar la capacidad del
servicio, por medio de tecnologías digitales (19). El Covid-19 ha
impulsado la rápida expansión del uso de la telemedicina para visitas
de atención urgente y no urgente. La telemedicina
habilitada por video entre pacientes y profesionales,
ha sido una solución no solo para la atención del
paciente con sospecha de infección, sino para los pacientes crónicos
que necesitan mantener la continuidad en el cuidado. En Estados Unidos,
las visitas de
telemedicina de urgencia por sospecha de Covid-19
aumentaron de 102 por día a 801 por día en el transcurso de un mes
(marzo a abril de 2020). De todas
las visitas virtuales posteriores a la expansión de la
pandemia, el 56,2% y el 17,6% de las visitas urgentes
y no urgentes, respectivamente, estaban relacionadas
con COVID-19 (20).
Un segundo modelo de atención que ha tomado impulso es el de hospital
en casa para pacientes infectados o con otras condiciones de salud. La
atención
hospitalaria en el hogar es una opción importante
para pacientes estables con infecciones por Covid-19
recién diagnosticadas, y para el alta temprana de
pacientes ingresados en hospitales. El desafío para
este modelo, es la capacidad de rastrear grandes poblaciones de
pacientes diariamente. Actualmente,
la tecnología digital puede, en algunos casos, soportar el desarrollo
de modelos de manejo remoto
de pacientes. En el caso de pacientes crónicos no
infectados, el manejo remoto de pacientes durante
la pandemia cumple la triple función de: promover
el aislamiento para disminuir el riesgo de contagio,
mejorar el control de complicaciones que requieren
internación (21) y racionalizar la limitada capacidad
hospitalaria (22).
Las pandemias son mucho más que
una crisis de salud
La mayoría de nosotros nos hemos adaptado a estar
aislados en casa, separados de amigos y familiares.
Los padres aprendimos a cuidar de tiempo completo
a nuestros hijos y, en algunos casos, educarlos mientras afrontamos las
responsabilidades diarias. No
cabe duda en que cambiaremos nuestros hábitos de
consumo, la forma de trabajar, la conciencia por la
sostenibilidad y el valor relativo que le damos a las
cosas.
Los profesionales de la salud e instituciones, trabajan sin descanso
para descubrir nuevas formas de
diagnosticar y tratar a sus pacientes. En un corto periodo de tiempo,
la oferta de servicios de salud se ha
flexibilizado significativamente para atender la crisis
y mantener la continuidad en el cuidado de las demás condiciones de
salud. Pocas veces ha existido
tanta colaboración global y esfuerzo investigativo
para encontrar una solución eventual. Pero decir que
estamos manejando la crisis, no es lo mismo que decir que no nos
afectará. El coronavirus ha impactado
todos los aspectos de nuestras vidas y lo más probable es que aumente
la pobreza y las desigualdades a
escala mundial.
El impacto económico de la crisis en el sector salud
debe analizarse desde varias aristas: el costo directo
del sistema de salud asociado a la atención de los
pacientes infectados; el costo de oportunidad -económico y en pérdida
de años de vida saludables -
por desplazar la oferta de servicios hacia la atención
del Covid-19 a costa de otras condiciones de salud;
el costo de las intervenciones de salud pública y las
consecuencias negativas sobre el sector salud (ej.
enfermedad mental, aplazamiento de cirugías) o en
otros sectores; los costos hundidos e inversión en infraestructura que
no se podrá recuperar una vez pasada la crisis; los costos asumidos por
los pacientes
y familiares; y el impacto presupuestal de las nuevas
tecnologías y vacunas que deberán financiar los sistemas de salud en el
futuro cercano.
Sin embargo, podemos decir que también sabemos
mucho más sobre el tipo de desafíos que tenemos
por delante. Como especie, hemos aprendido a actuar coordinadamente a
una escala global por medio
de la tecnología digital, la información en tiempo
real y la colaboración internacional. Pero como sector salud, debemos
preguntarnos si en verdad estamos más preparados y, con más
herramientas, para
navegar en un mundo más disruptivo.
Referencias
1. Grossman M. On the Concept of
Health Capital and
the Demand for Health. Journal of Political Economy.
1972; 80: 223-55.
2. Nicola M, Alsafi Z, Sohrabi C,
Kerwan A, Al-Jabir A,
Iosifidis C, Agha M, Agha R. The socio-economic implications of the
coronavirus pandemic (COVID-19):
A review. International journal of surgery. 2020; 78:
185–93.
3. Koma W, Artiga S, Neuman T,
Claxton G, Rae M,
Kates J, Michaud J. Low-Income and Communities
of Color at Higher Risk of Serious Illness if Infected
with Coronavirus2020. Available from: https://www.kff.org/coronavirus-covid-19/issue-brief/low-income-andcommunities-of-color-at-higher-risk-of-serious-illnessif-infected-with-coronavirus/.
4. Lena H, London B. The Political
and Economic Determinants of Health Outcomes: A Cross-National
Analysis. International Journal of Health Services. 1993; 23:
585-602.
5. Lin Z, Meissner C. Health vs.
Wealth? Public Health
Policies and the Economy during Covid-19. Cambridge: National Bureau of
Economic Research; 2020.
6. Ramírez J, Castro D, Lerma C, Yela
F, Escobar F.
Consecuencias de la pandemia COVID-19 en la salud
mental asociadas al aislamiento social. 2020. Available from: https://preprints.scielo.org/index.php/scielo/preprint/view/303/version/310.
7. ACHC [Internet]. Asociación
Colombiana de Hospitales y Clínicas. Hospitales y clínicas reafirman
compromiso con atención de la población y piden apoyo
extraordinario para atender la pandemia. May 29 de
2020. Available from:
https://achc.org.co/hospitales-y-clinicas-reafirman-compromiso-con-atencion-de-la-poblacion-y-piden-apoyo-extraordinario-para-atender-la-pandemia/
8. AHA [Internet]. American Hospital
Association.
Hospitals and Health Systems Face Unprecedented Financial Pressures Due
to COVID-19.
May 2020. Available from:
https://www.aha.org/guidesreports/2020-05-05-hospitals-and-health-systems-face-unprecedented-financial-pressures-due
9. Arrow K. Uncertainty and the
welfare economics of
medical care 1963. Bull World Health Organ. 2004;
82: 141-9.
10. Moghadasa S, Shoukatb A,
Fitzpatrickc M, Wellsb
C, Sahb P, Pandeyb A. Projecting hospital utilization
during the COVID-19 outbreaks in the United States.
PNAS. 2020; 117: 9122-6.
11. RAND. The Health Insurance
Experiment [Internet].
2020. Available from: https://www.rand.org/content/dam/rand/pubs/research_briefs/2006/RAND_RB9174.pdf.
12. Engle S, Stromme J, Zhou A. CEPR
Policy Portal. Staying at home: The mobility effects of COVID-19. May
2020. Available from:
https://voxeu.org/article/staying-home-mobility-effects-covid-19
13. Castaño RA. Mecanismos de pago en
salud. Bogotá:
Ecoe Ediciones; 2014.
14. World Health Organization [Internet]. Strengthening
the health system response to COVID-19 Recommendations for the WHO
European Region Policy brief.
2020 Abril 1. Available from:
http://www.euro.who.int/__data/assets/pdf_file/0003/436350/strengthening-health-system-response-COVID-19.pdf?ua=1.
15. Proyecto de resolución. Por la
cual se definen las
canastas de servicios y tecnologías en salud para
la atención de pacientes con Coronavirus Covid-19
y sus valores máximos de reconocimiento [Internet].
2020. Available from:
https://consultorsalud.com/wp-content/uploads/2020/05/Canastas-de-servicios-y-tecnologías-en-salud-para-atención-de-pacientes-con-Coronavirus-Covid-19.pdf.
16. Roda W, Varughese M, Han D, Lia
M. Why is it difficult
to accurately predict the COVID-19 epidemic? Infect
Dis Model. 2020; 5: 271-81.
17. Keesara S, Jonas A, Schulman K.
Covid-19 and
Health Care’s Digital Revolution. N Engl J Med. 2020:
382.
18. Top health industry issues of
2020: Will digital start to
show an ROI? [Internet]. 2019. Available from:
https://www.pwc.com/us/en/industries/health-industries/assets/pwc-us-health-top-health-issues.pdf.
19. Schulman K, Richman B. Toward an
effective innovation agenda. N Engl J Med. 2019; 380: 900-1.
20. Mann D, Chen J, Chunara R, Testa
P, Nov O. COVID-19 transforms health care through telemedicine:
Evidence from the field. [Published online ahead of
print, 2020 Apr 23]. Journal of the American Medical
Informatics Association. 2020:1-4. Doi: 10.1093/jamia/ocaa072
21. Ariza JG, Walton SM, Sanabria M,
Bunch A, Vesga J,
Rivera A. Evaluating a remote patient monitoring program for automated
peritoneal dialysis. [Published online ahead of print, 2020 Jan 13].
Perit Dial Int. 2020.
Doi: 10.1177/0896860819896880.
22. El Shamy O, Tran H, Sharma S,
Ronco C, Narayanan
M, Uribarri J. Telenephrology with Remote Peritoneal
Dialysis Monitoring during Coronavirus Disease 19.
American Journal of Nephrology. 2020:1-3.
Recibido: : 12 de Junio de
2020
Aceptado:
28 de Junio de 2020
Juan Guillermo Ariza Lozano
jarizalozano@yahoo.es