El Doctor Jorge García Gómez, de origen Zapatoca,
nació en Bucaramanga, tierra santandereana donde
resuenan los blasones del espíritu y la inteligencia.
Labró con su incansable dedicación y esfuerzo una
posición de gran relevancia en la Medicina colombiana y en la sociedad.
Desde que se graduó en Medicina y Cirugía de la Universidad Nacional en
1948,
con una tesis meritoria, y acta de grado y diploma
firmados por el Decano, Maestro Arturo Aparicio
Jaramillo, el Dr. García Gómez siempre profesó un
inmenso respeto y admiración por sus maestros. Ya
desde 1947 había trabajado bajo la tutela del Profesor Jorge Bejarano
en el dispensario anti-leproso
del Instituto Federico Lleras, y luego, como interno
de órganos de los sentidos del Hospital de San José,
honrosa nominación realizada por el Secretario en
ese momento y expresidente de la Sociedad de Cirugía, Dr. Jorge Suárez
Hoyos.
Posteriormente, gracias a su tesón y sus logros académicos, fue
nombrado en calidad de adjunto del
recién fundado Servicio de Otorrinolaringología, en
1949. Al ver en su discípulo alguien con inteligencia
e inquietud científica, el Dr. Suárez Hoyos le colaboró muy de cerca en
el trámite de una beca de la
Kellogg Foundation para realizar la residencia de
Obituario
Otorrinolaringología en la Universidad de Illinois
(Chicago), a donde viajó en diciembre de 1949. En
medio de su permanente intercambio de correspondencia, el Dr. Suárez
Hoyos le escribió en mayo de
1950: “Querido Jorge, ten paciencia, esos cursos allá
son fuertes y lo hacen sudar a uno, pero es la única
manera para continuar bien informado. Debes pues,
tratar de controlar esos nervios latinos y organizarte
de manera que puedas sacar el máximo de provecho”. Y le hizo una
valiosa sugerencia: “sobra decirte Jorge que, en lo que respecta al
oído, aquí no hacemos nada. Debes profundizar al máximo en este
aspecto. Creo que en este campo tu porvenir como
especialista está asegurado”.
Estas recomendaciones fueron, sin duda, un mandato y compromiso con su
maestro y profesor. Es
así como el Dr. García Gómez perfeccionó, en su
entrenamiento en los Estados Unidos, las técnicas
modernas de microcirugía de oído.
1 MD.
Esp. en Otorrinolaringología. Esp. Otología y Otoneurología. Jefe de la
Sección de Otorrinolaringología de la Fundación Santa Fe de Bogotá.
Profesor clínico de la Facultad de Medicina de la Universidad de los
Andes. Bogotá, Colombia.
En su viaje de retorno a Colombia trajo, desde Nueva York a Cartagena,
en el vapor Santa Rosa de la
Grace Line, el primer microscopio quirúrgico y el
primer audiómetro al país –historia nutrida de realismo mágico–, que
luego utilizó en los pabellones del hospital de San José para realizar,
en 1952, la primera microcirugía en Colombia: una timpanoplastia.
Después de trabajar unos años en el Servicio de Otorrinolaringología
regresó nuevamente a los Estados
Unidos para complementar su entrenamiento en
cirugía de oído como fellow en la Universidad de
Northwestern (Chicago), con el más prestigioso cirujano de oído del
mundo en ese momento, el Dr.
George Shambaugh. Una vez de vuelta en el Hospital de San José, realizó
con todo éxito, en 1955, las
primeras fenestraciones del canal semicircular externo, técnica
quirúrgica utilizada para el tratamiento
de la otoesclerosis, que aún hoy con los modernos
microscopios es técnicamente difícil de realizar.
Igualmente, en 1957, realizó la primera estapedectomía en Colombia,
técnica que hoy está indicada
rutinariamente en el tratamiento de la hipoacusia
conductiva por otoesclerosis. Estas experiencias fueron presentadas en
el seno de la Sociedad de Cirugía y publicadas en la revista
Repertorio de Medicina
y Cirugía.
En 1961, fue el fundador y el segundo presidente de
la Asociación Colombiana de Otorrinolaringología.
En 1964 presidió el primer Congreso Panamericano
de Otorrinolaringología, al que invitó a más de 70
profesores extranjeros, con lo que marcó un hito en
la especialidad. Fue jefe del servicio de Otorrinolaringología del Hospital de San José desde 1960 hasta
1981. El Dr. Gabriel Gómez Gómez, pediatra y pariente suyo de Zapatoca, secretario en ese entonces
de la Junta directiva del Hospital, aceptó su renuncia
en 1981 en los siguientes términos: “este acto de desprendimiento lo consagra como profesor y persona
que desea ver en sus discípulos, la continuación de
las enseñanzas que hagan progresar científicamente
los aspectos de la especialidad”.
El Dr. García Gómez sería, además, profesor de la
Pontificia Universidad Javeriana, así como también
fundador de la primera escuela de Fonoaudiología
en Colombia, la de la Universidad del Rosario en
1966, y profesor Honorario de la Facultad de Medicina de la Universidad
del Rosario. En 1980, fue presidente de la Asociación Panamericana de
Otorrinolaringología y fue nombrado ciudadano meritorio
de Santander por el Gobernador Alberto Montoya
Puyana. Al concedérsele, en 1981, de manos del presidente Turbay Ayala,
la medalla cívica del mérito
asistencial Jorge Bejarano, por sus invaluables servicios a la
comunidad y principios de la ética y la mística de servicio a Colombia,
recibió el decreto escrito
que decía: “el Dr. García Gómez ha consagrado su
vida al estudio, a la investigación y rehabilitación del
paciente limitado a la vida normal, y ha enaltecido
el nombre científico de Colombia”.
En 1989 publicó, con la colaboración del Servicio
de Otorrinolaringología del Hospital de San José,
el primer texto colombiano de esa rama con la editorial Salvat. Su liderazgo y dedicación científica se
plasmaron en las múltiples publicaciones y presentaciones científicas nacionales e internacionales. Su
asistencia asidua y diserta a congresos científicos en
el país y en el exterior, son prueba del interés siempre
atento a la investigación y al estudio.
Su intachable hoja de vida y liderazgo lo condujeron
al Ministerio de Salud, primero como viceministro
del presidente Turbay Ayala en 1981, y luego como
ministro del presidente Betancur en 1982. En esos
cargos fue un viajero incansable y recorrió todos los
rincones del territorio nacional. Siempre se preocupó y estuvo en
contacto permanente con las comunidades indígenas. Escribió la primera
ley promulgada
en el país sobre ruido y contaminación ambiental, y
trajo a Colombia los primeros tomógrafos computadorizados que se
distribuyeron en los hospitales más
importantes del país. Trabajó día a día por la tecnificación de las
instituciones y sus programas dieron
prioridad a las madres y niños, disminuyendo así la
mortalidad materno-infantil.
Decía el Dr. García Gómez en la presentación de su
plan
Hacia la equidad en salud
ante el Congreso de Colombia, en enero de 1983: “No seamos simples
burócratas de la salud pensando en las próximas elecciones, seamos
salubristas pensando en las próximas
generaciones. Unidos, todos nosotros podremos
comprobar que la salud es un derecho fundamental
y una meta social que el gobierno está obligado a
garantizar, desde la niñez hasta la ancianidad, en el
curso de todo el itinerario de dignificación de nuestros compatriotas”.
En este contexto de vida, el Dr.
Jorge García Gómez fue recibido en la Academia
Nacional de Medicina como Académico Correspondiente con el trabajo
titulado “Genio y drama: la sordera de Beethoven”. Mantuvo su
permanencia en la
Academia hasta llegar a ser promovido a la categoría
de Académico Honorario, en razón a sus méritos.
Por último, es preciso agregar que la estrecha compañía y permanente
apoyo de su esposa Isabel Gómez Meléndez, de sus hijos y de sus nietos,
fueron
el mejor estímulo para una vida dedicada a sus pacientes y a promover
un alto nivel para la Medicina
colombiana en el contexto mundial.
Fecha: 20 de marzo de 2020
Correspondencia:
Juan Manuel García Gómez
jmg@juanmanuelgarcia.co