ENFERMEDADES HUÉRFANAS: UN ENFOQUE DESDE LA BIOÉTICA
Carlos Armando Sussmann1
Esta
quinta conferencia buscó abordar la temática de las EH desde la
perspectiva bioética, considerando algunos dilemas a los que se
enfrenta la atención de dichas enfermedades. En Colombia, las
enfermedades complejas y raras carecen de claridad dentro del sistema
vigente de seguridad social en salud, debido a su baja prevalencia, su
difícil diagnóstico, escaso tratamiento, alto precio de los
medicamentos (por lo cual se consideran de alto costo), y además, su
impacto económico para el sistema de salud. Esto ocasiona que una
enfermedad desatendida, se convierta en una enfermedad catastrófica.
Algunos dilemas éticos en la atención de EH, son estos: Las
enfermedades raras constituyen un dilema desde el término con que nos
referimos a ellas y su definición; no todos los medicamentos tienen
enfermedad ni toda enfermedad tiene medicamentos; el imperativo moral
para destinar recursos para su manejo, es distinto a otras enfermedades
debido a las consecuencias que tienen; si dos tratamientos son igual de
efectivos, pero uno es barato y el otro costoso, “todos entienden que
se debe ir por lo barato”; si tenemos la opción de salvar vidas, en vez
de prolongar la vida, parece que la salvación debería tener prioridad.
Frente a tales dilemas y ante la necesidad del diagnóstico, tratamiento
y medicación que exige una EH, es preciso que haya sensibilización,
prevención, vigilancia, control, seguimiento e intervenciones oportunas
en el tema y, desde luego, la inversión suficiente en recurso humano
capacitado no solo de médicos, sino de un equipo multidisciplinario.
Si bien, en la legislación vigente en Colombia, desde la Ley 1392 de
2010 (normas para la protección a población con EH) o la Resolución
3681 de 2013 (requerimientos técnicos de la información para reportar
en la Cuenta de Alto Costo, el censo de pacientes con enfermedades
huérfanas), así como los demás Decretos y Resoluciones mencionados en
las conferencias anteriores, se establece una obligatoriedad en la
implementación de un sistema de información y atención de pacientes con
EH, tal normativa no ofrece un panorama suficiente para el análisis de
la problemática.
Desde otra arista, la Bioética nos lleva a considerar tres aspectos
fundamentales al enfrentar el problema de las EH: la Autonomía, la
Beneficencia y la No maleficencia. Precisamente, esto conlleva a
considerar que en el caso de las EH, debe darse atención especializada,
atención especial para menores de edad, disponibilidad de un adecuado
grupo de profesionales de la salud, acceso oportuno a las tecnologías
en salud, oportunidad o derecho al diagnóstico y autorización de
servicios de salud, continuidad en el tratamiento, atención a
cuidadores y participación social en salud.
1 Abogado. Especialista
en Derecho Médico. Magíster en Bioética. Fundador de la Asociación de
Derecho Médico. Profesor universitario en Bioética. Bogotá, Colombia.
Si hablamos de los Dilemas relativos a la distribución de recursos,
se hace alusión a las consideraciones que deben hacerse ante un caso de
EH y su correlación con el resto de la población enferma dentro del
sistema de salud. De manera precisa, tales dilemas involucran la
Equidad, la Desigualdad de tratamiento y la Optimización de recursos.
No obstante, la Regla de rescate es algo que debe considerarse también.
Dicha regla sostiene que, “Cuando existe una condición que pone en
peligro la vida de un grupo pequeño de personas, el Estado no ahorrará
recursos si existe una posibilidad de salvarles la vida”. Por otro
lado, hay una serie de consideraciones en cuanto a la Ética en
investigación de EH: Debido al escaso número de pacientes que sufren de
enfermedades raras, no existe un incentivo especial para investigar en
la búsqueda de alternativas de tratamiento. Esta es una situación
bastante generalizada en la investigación.
Según la OMS, la industria farmacéutica destina 13 veces más dinero
para investigar en medicamentos contra las enfermedades
cardiovasculares, que contra
las enfermedades tropicales (incluida la tuberculosis, usualmente
asociada con el virus de inmunodeficiencia humana), aunque ambos grupos
de patologías representen un mismo impacto global, esto es, alrededor
de un 12% de la carga de enfermedad medida por Años de Vida Saludable
Ajustados por Discapacidad (AVISA) (4).
Si aceptamos lo anterior, entonces ¿cómo promover I+D en Enfermedades
huérfanas/enfermedades raras? A condición de favorecer la colaboración
públicoprivada, así como facilitar y financiar la investigación
“académica”, también se requieren esfuerzos encaminados a incentivar a
las empresas, mediante la reducción de tasas y beneficios fiscales. Así
mismo, es preciso proteger la “innovación” como escenario amplio en
posibilidades para afrontar los retos en salud.
En resumen, a pesar de los múltiples dilemas bioéticos que implican
enfrentar una decisión en salud con respecto a la atención de una EH,
el bienestar del paciente siempre debe estar por encima de todo. Y el
sistema de salud deberá tener en cuenta muchas consideraciones que no
lastimen los derechos de los pacientes que padecen una EH. Es claro
también, que se trata de una tarea de toda la sociedad, que involucra a
los actores del área de la salud y a la sociedad civil en general.