He notado la importancia del tacto,
pero no el “tacto vaginal”, sino del sentido del tacto como expresión
afectiva, de acompañamiento, soporte y paliativo del dolor, así como la
capacidad de usarlo para mover y encajar a las creaturas o determinar
el estado de ellas. He descubierto la importancia de la placenta, que
muchas personas desconocen. Lejos de ser un desecho, trae beneficios a
la madre y al bebé, es el órgano de la vida (Figura 3). Para que exista
se necesitan tres seres: mujer, hombre y criatura. Posee una similitud
con la ramificación de un árbol, lo que me hace pensar en las
comunidades Wiwa en Colombia y Mapuche en Chile, que al igual que
muchas otras, la siembran como ofrenda a la tierra.
También he podido conocer de cerca a parteras, encontrándome con
mujeres provenientes de orígenes muy diversos: campesino, indígena,
urbano, académico, médico, tradicional, afro, latino, europeo,
anglosajón, etc. (Figura 5). Esto me ha llevado a la conclusión de que
la partería es una tradición, práctica y saber vigente de interés de
diversas personas, y no una asistencia inferior a la que se acude por
falta de recursos, educación o inaccesibilidad a centros médicos. La
partería seria y rigurosa aporta beneficios a la salud materna e
infantil, como lo indica la evidencia científica documentada por la
Fundación MacArthur.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en la cartilla de
recomendaciones de cuidado para una experiencia de parto positiva,
publicada en 2018, presenta 56 recomendaciones, entre ellas, realizar
la menor cantidad de intervenciones a las mujeres sanas, por ejemplo,
una tasa máxima del 15% en cesáreas y no realizar episiotomías de
rutina. Conozco de cerca el caso de la Casa de Partos Luna Maya en la
Ciudad de México, en la que durante 4 años de servicios se ha realizado
1 episiotomía y se han atendido aproximadamente 60 partos al año. La
episiotomía afecta directamente la vida sexual y la autoestima de las
mujeres.
Mi labor de documentar partos, comenzó como una inquietud personal. La
he desarrollado durante el curso con becas, formaciones y encargos
fotográficos particulares. Ha sido posible gracias a la colaboración de
muchísimas personas entre las cuales quiero destacar a: Francisco Mata
Rosas, Santiago Harker, Patricia Urrego, Fabiola Serna. Las Parteras:
Angelina Martínez Miranda, Enriqueta Contreras, Araceli Gil, Alejandra
Montés, Carolina Zuluaga, Hannah Borboleta, Lauren French Hoy, Miri
Metztlixóchitl, amigas aprendices de partería hoy ya parteras. De igual
manera, a las mujeres y familias que me han invitado o contratado
para fotografiar sus partos, a mi familia y amistades fraternas.
Figura
3. Fotografía por Andrea Mejía
Figura
4. Fotografía por Andrea Mejía
Figura
5. Fotografía por Andrea Mejía