Figura 2. Caricatura de dos famosos
castrati italianos, una mujer en medio, y atrás un enano.
El hipogonadismo prepuberal
de estos famosos cantantes muestra su estatura y largas extremidades
(6,7).
Tabla 1. Objetivos de la
castración
China
En las dinastías imperiales chinas, la fórmula para
lograr vivir en la Ciudad Prohibida era la castración,
costumbre particularmente común durante las dinastías Ming y Quing,
esta última a finales del siglo XIX.
Matignon dice que “en China se es eunuco por la fuerza, por gusto, por
pobreza y por pereza” (17).
Aunque estos hombres castrados en un principio
pertenecían a tribus conquistadas, en tiempos posteriores el número de
ellos seguían el principio económico de la oferta y la demanda. De
manera legal
o ilegal, por voluntad propia o por la fuerza, debería
ser posible su consecución. El fenómeno iba de la
mano de los harenes, es decir, de las emperatrices,
favoritas y concubinas. Esta relación especial entre
este grupo de castrados y mujeres, es la explicación del inmenso poder
que algunos afortunados lograron acumular (13).
Es importante anotar que el número de eunucos y de
concubinas se originaba en cálculos aritméticos basados en creencias
religiosas o en datos astrológicos.
La religión de Confucio intentaba mejorar la relación
amorosa, teniendo en cuenta que las mujeres tenían
un listado de defectos en cierto orden de importancia,
siendo el primero el de los celos. A veces este “defecto”, considerado
típicamente femenino, aunque no
sea esto cierto, era la forma como una mujer preferida
retenía a su hombre que temía perderla. En aquellas
culturas (China, países del Islam), aun las más conservadoras, se
permitía tener varias mujeres. Los más pobres, solo una. Prevalecían
teorías sobre el retiro de la
actividad sexual de las mujeres después de los 40 (aunque en el oriente
poca atención genera la menopausia),
edad que se relacionaba también con la pérdida del
atractivo físico, que el consumo de soya rico en flavonas
antiosteoporóticas y con cierto poder estrogénico,
tiende a mitigar. En cambio, el hombre después de los
50 permanecía sexualmente activo; así que, podemos
sospechar, que de la disfunción eréctil no se hablaba, o
si existía, se ocultaba (7).
En un momento y un imperio dados (chino u otomano), podrían existir
miles de eunucos. Para entender
la dimensión del fenómeno puede decirse que existían
en la China cientos de eunucos al servicio del emperador (éste llegó a
tener 2.000); había también para los 8
príncipes herederos, para la emperatriz y las princesas
imperiales y otras princesas, quienes mantenían cada
una 30 eunucos y otros miembros de la familia real, 10.
El número de concubinas era abundante; por ejemplo,
el emperador Yong, de la dinastía Ming, mantenía
73. Dicen que el primer emperador Quing encontró
a 2.000 de ellas (7). La competencia y los celos eran
mitigados por los eunucos, mientras que posiblemente
los emperadores no eran tales hipersexuales supermachos, que a nivel
histórico intentarían competir con
Luis XIV, el “Rey Sol” francés (“El estado soy yo”),
de quien se decía que cada noche se acostaba con una
cortesana diferente, mientras que con la reina solo lo
hacía cuando estaba buscando herederos. Entre los
árabes la relación heterosexual está bellamente descrita en “Las mil y
una noches”.
La vida en la "Ciudad Prohibida" era complicada,
llena de chismes y de conspiraciones. Aunque el emperador Yong poseía
eunucos para su servicio, tenía
reticencias sobre esta práctica. Cuando los Ryukyuans
castraron a varios de sus propios niños y se los enviaron para su
servicio, él expresó horror con esta situación y se los devolvió con el
mensaje de que estos inocentes no merecían ser castrados.
Cuando un padre con familia numerosa y que residía
en una aldea pobre, se desesperaba ante su situación, escogía a
uno de sus hijos varones para castrarlo con
la esperanza de que consiguiera puesto en el palacio
imperial. El candidato a salir de pobre, acompañado
de su familia, cumplía su cita con el barbero-cirujano,
y este cobraría seis lingotes de plata por emascularlo
(Figura 3).
Figura 3. Seis lingotes de
plata cuesta convertirte en
eunuco, reza este aviso, donde además se explican
detalles del procedimiento.
Los nuevos eunucos harían parte de una especie de
“casta”. Trabajarían exclusivamente en la burocracia
del emperador, la emperatriz y las concubinas. Desde
luego, no tendrían familia y, como tal, no habría hijos
que trataran de heredar el puesto. El “sexo” amputado
(o “precious”) se conservaría en un recipiente y sería
enterrado junto con el cuerpo del eunuco cuando muriera, ya que para
entrar al cielo taoísta era necesario
llegar completo si no quería reencarnarse como un
mulo. Hace un siglo, cuando cayó el último emperador de la China, los
eunucos no permitieron que los
sacaran antes de que les devolvieran sus “precious”,
palabra con la que llamaban al recipiente que contenía
sus órganos genitales amputados (7, 24,25). La vida de
las concubinas, y eventualmente la de algún hijo que
fuera resultado de una “noche loca” con el emperador,
estaba ligada a la de los eunucos. La emperatriz intentaba todos los
medios para que ese infante no naciera.
Un eunuco que llegara a esa cercanía con el emperador y sus
esposas/concubinas, no lo lograba de
repente. Se trataba, inicialmente, de un niño que
realizaba su educación al lado del futuro gobernante
que era de su misma edad. Así que el emperador y el
“guardián del lecho” eran amigos de toda la vida y se
tenían mucha confianza. En las noches, el eunuco se
presentaba ante el gobernante cuando éste terminaba
de cenar, llevándole una serie de tarjetas de color verde en su parte
superior y que corresponden a un número preseleccionado de concubinas.
Le preguntaba
si quería tener sexo esa noche y, en caso afirmativo, el
emperador escogía una de las tarjetas. De allí pasaba
donde la emperatriz, que debía autorizar la relación.
Con estas dos aprobaciones, el eunuco iba por la concubina, se la
echaba al hombro y la colocaba en el
lecho imperial.
Cuando el emperador tenía relaciones con la emperatriz, el eunuco
anotaba la fecha y la hora. Igual hacía
si el emperador afirmaba que quería tener un hijo de la
concubina. Si no, el eunuco procedía a limpiar la vagina
después del sexo y, seguramente, se encargaba de colocar algún
espermicida. Después la cargaba y la dejaba
en su lecho. Cuando esta concubina y el emperador
estaban juntos, después de un tiempo prudencial el eunuco levantaba su
voz para decir: “se acabó el tiempo”.
Si el emperador no respondía, volvía a decirlo hasta 3
veces con ciertos intervalos y, si al final no había respuesta, el
eunuco abría la puerta y simplemente se llevaba a la concubina. La
autorización de la emperatriz
era tan importante que hubo un caso en que ésta nunca
autorizó la existencia de un harén, a pesar de la presión
de los ministros, interesados en que al menos tuviera 12
concubinas para garantizar una larga prole (7).
En las diferentes dinastías hubo algunos eunucos destacados, aunque no
siempre para bien. Los hubo de
carácter mafioso, manipuladores y que ganaban o que
perdían batallas, conservándose en el poder. No faltó
el que se asoció con poderosos y luego los traicionó.
Aunque parece que, en general, fueron leales y confiables, y la mayoría
se desempeñó en oficios menores
del palacio imperial. Los que tuvieron poder, no necesariamente fueron
ministros.
Estudios médicos sobre los eunucos de
la corte china
En 1930, Ferdinand Wagenseil realizó un estudio antropométrico sobre 31
eunucos chinos, en el Hospital
Alemán de Pekín. Este investigador pertenecía al Instituto de Anatomía
de Friburgo, pero por aquel tiempo trabajaba en la Universidad Tungchi
de Shanghái,
donde previamente había estudiado hombres normales
del norte de China con los mismos parámetros. Tomó los datos de talla,
peso y una variedad de dimensiones
esqueléticas, radiografías de cráneo, descripciones de
piel y vello corporal. Estos individuos habían salido
de la Ciudad Prohibida, por razones de destitución o
desempleo. Tenían entre 57 y 38 años promedio de haber sido castrados
(26). Exámenes físicos (que incluían
tacto rectal) practicados en 26 eunucos por Wu y Gu
en 1960 (27), arrojaban un promedio de edad de 72
años y una duración aproximada de la castración de
54 años.
Wilson (12) revisó los 6 únicos estudios que existen sobre el efecto a
largo plazo de la castración en eunucos
Skopsy, chinos y otomanos, como el agrandamiento
de la hipófisis a los rayos X, o cambios esqueléticos
como la falla en el cierre epifisiario y la osteoporosis.
Los castrados prepuberales eran altos y tenían largas
extremidades. Presentaban ginecomastia, generalmente ausencia o escaso
vello andrógeno-dependiente, no
eran calvos y adolecían de “aparente” desaparición de
la próstata (12,27). Wagenseil logró una importante
colección de fotografías de eunucos (Figura 4). A estos
se les reconocía por su voz atiplada, con cifosis generalmente marcada
(por la osteoporosis) y porque daban
pasos cortos para caminar (7). Por su incontinencia urinaria, despedían
el clásico olor amoniacal. En algunas
oportunidades se toleraba este desagradable aroma,
pero en otros casos eran sometidos a castigos físicos por
no emplearse a fondo en su limpieza. Las descripciones
sobre eunucos en otras culturas tienden a coincidir.
Figura 4. Ocho eunucos y ocho
castrados chinos de 56 y 38 años promedio.
Se observa la ginecomastia y la cifosis.
Reproducido de JD Wilson (12), que a su vez tomó la imagen de F.
Wagenseil
Todo castrado tiene tendencia a la sarcopenia y al sobrepeso. Si la
castración es realizada a temprana edad,
el individuo no desarrollará hiperplasia prostática, ni
cáncer de esta glándula accesoria o del testículo. Los
bajos niveles de andrógenos reducirán la libido y en
castrados prepuberales, no se perderá la voz aguda y el
pene será de tamaño pequeño.
Eunucos en Turquía
Persas, babilonios, otomanos, árabes, turcos, les tenían
diferentes nombres a los eunucos. En la era bizantina,
la del Imperio Romano de Oriente, durante el reinado
del emperador Justiniano El Grande, se inició la costumbre de tener
eunucos para diferentes servicios, incluidos el de cuidar los harenes.
Pero no precisamente
por gusto del emperador, quien era un agudo censor
de esta costumbre. Incluyó castigos en el código bizantino, pero como
generalmente ocurre, la práctica se
generalizó. Diocleciano ejerció un poder despótico y
en el palacio, los cargos estratégicos fueron usurpados
por eunucos serviles que atendían los más mínimos
deseos del Emperador. Durante el Imperio Otomano,
tener eunucos no solo era privilegio de la Corte, sino
de cualquier ciudadano que contara con los recursos.
También se hacían cargo de los harenes. Dichos eunucos procedían
originalmente del sur de Rusia o de
la península de los Balcanes, pero en épocas más tardías eran negros
que procedían de Sudán o Etiopía.
Es preciso recordar que Felipe el apóstol, bautizó a un
ministro etíope que era eunuco (4,5).
La historia de los eunucos de Bizancio está llena de
anécdotas y de conspiraciones entre emperadores, emperatrices y también
a apelaciones de los eunucos a
patriarcas de la Iglesia, incluso de santos como Juan
Crisóstomo, para que los ayudaran cuando estaban en
líos (28).
Aunque el procedimiento de castración era similar al
realizado en la China, la mortalidad era alta. El código
penal bizantino utilizaba la castración como castigo.
Hikmet y Regnault (citados por Wilson) (12), hicieron los primeros
estudios sobre eunucos de la corte
en Estambul (Imperio Otomano), pero durante la I
Guerra Mundial, Ferdinand Wagenseil estudió otros;
el primero, un paciente suyo que murió de tifo, a quien
se le practicó una autopsia. Luego, estudió otros 10
eunucos a los que les practicó exámenes físicos, medidas
antropométricas y rayos X de cráneo. La mayoría
tenían dificultades para orinar (26).
Historia de los castrati
En Europa occidental, hubo presencia de eunucos en
diferentes épocas y regiones. Fabricio de Aquapendente menciona a un
cirujano que practicaba unas 200
castraciones anuales como parte de la cirugía para hernias. Otros,
hacían la castración para curar la lepra,
algo que obviamente no funcionaba. Ambrosio Pare,
padre de la cirugía, ponía la voz en el cielo contra esta
técnica que “acababa con la paz de los hogares”. Pablo
de Egina también la criticaba, aunque ante la presión
de hombres poderosos, igualmente la realizó (4).
La castración en niños por motivos musicales y religiosos para
preservar una bella voz de soprano, empezó a
realizarse en Huesca, España (siglo XII). Se ha culpado a personas de
la Iglesia sobre esta práctica prohibida y considerada pecaminosa,
acusándolos de hacerse
los de “la vista gorda”, al contratar a los ya castrados
para preservar la inversión económica en la educación
musical de estos prepúberes. Ante un mal ya hecho, el
uso de su voz en los coros de la Capilla Sixtina y también
en teatros de ópera, constituía una reparación del pecado
por la alegría y bienestar generados a quienes los oían.
Alguna encumbrada dama confesó una sensación orgásmica al oír un
prolongado do de pecho de Farinelli, que
podía mantenerlo por un minuto. Voces hasta de cuatro
octavos se lograron, debido a que las cuerdas vocales no
sufrían cambios, como en el sexo femenino, pero la capacidad pulmonar
sí aumentaba notoriamente.
En el siglo XV aparece una nueva moda, la de los coros polifónicos que
necesitan una combinación de voces
femeninas y masculinas. Las mujeres, sin embargo, no
podían cantar en coros eclesiásticos y en su defecto, se
incluían castrados y expertos en el ‘falsetto’. Hubo una
serie de famosos cantantes “castrati,” como Senesino
(utilizado por Haendel en 17 óperas suyas), Farnacias
y Farinelli (recordado en una película), que entre otras
cosas pasó una década en la corte de Felipe V de España porque su voz
lo aliviaba de su depresión (Figura 2).
Ciertos sitios practicaban la castración (no emasculación)
y llegó a practicarse la operación ilegalmente 4.000 veces
al año, aunque la mayoría de estos orquidectomizados no
lograban sobresalir en la música. También hubo en hospitales, “maestros
de castrados” con salarios documentados, como el de Santa María Nueva.
Melinkow (21) afirma que “los castrati eran usualmente de alta
estatura, con un tórax desproporcionadamente grande, laringe infantil,
piernas largas y delgadas, y pies planos. La mayoría eran buenos mozos,
con características faciales afeminadas. No tenían barba pero sí
cabello en abundancia. Su ginecomastia era
a veces prominente; de caderas anchas, algo obesos,
algunos tenían esteatopigia”.
Este mismo autor narra la historia amorosa heterosexual de algunos de
ellos, que incluso lograron casarse
aunque el matrimonio les estaba prohibido. Tenducci,
amigo del coqueto Casanova, le presentó a dos hijos
que había tenido con la esposa. Al preguntarle cómo lo
había logrado, el castrati le dijo que disponía de un “tercer
testículo”. Esta malformación denominada “triorquidia”, aunque existe,
es sumamente rara, por lo que
la veracidad de la afirmación queda en duda (20, 21).
África
Hemos mencionado la castración en esclavos subsaharianos que lograban
sobrevivir durante su largo viaje
para ser trasladados a países islámicos. Caso aparte es
el de Yuti, en el cuerno del continente negro, pueblo en
el que un joven que deseaba casarse, tenía que otorgarle a la novia los
órganos genitales de algún extranjero,
enemigo, o quien se dejara, como prueba de su capacidad de lucha y
valentía. La escogida conservaba ese recuerdo toda la vida. Esta
extraña e inhumana práctica
nos recuerda la de los sicarios colombianos que –para
graduarse en la escuela de sicarios- deben matar a alguien desconocido
en la calle, y así poder demostrar su
falta de miedo o de repugnancia para hacerlo en otros,
ya que generalmente esto ocurre ante todo la primera
vez (13). En una guerra entre italianos y etíopes en el
siglo XIX, guerra que perdieron los primeros, miles de
estos soldados europeos fueron castrados.
La secta religiosa de los Skoptsy
(“castrados”)
En el siglo XVIII existió esta secta herética derivada
de los Khlysty, escindidos de la religión ortodoxa rusa.
Creían que Jesús había reencarnado por segunda vez
en la Tierra, en la persona de un tal Selivanov, a quien
consideraban el Cristo. Para escapar de la sexualidad
y conservar el celibato tanto de hombres como de mujeres, se procedía a
quemar los testículos con un hierro
candente (“bautismo de fuego”), mientras que a las
mujeres se les mastectomizaba. Esto lo consideraban
un sacramento. En su mejor época, llegaron a ser unos
cien mil individuos. Aunque perseguidos y diezmados
por los soviéticos, en el siglo XX persistían algunos del
grupo, cuyas costumbres fueron descritas por Trotsky
en uno de sus viajes a Rumania. Este político menchevique tenía fama de
ponerse siempre del lado de los
perdedores, y terminó sus años asesinado en México
por sus enemigos bolcheviques, con la ayuda del pintor Diego Rivera
quien estaba furioso por la relación
que tuvo el ruso con su mujer, la pintora Frida Kahlo,
a quien se le asignan actividades bisexuales (4).
Trotsky se interesó por estos escopticos, que eran exiliados rusos
durante la Guerra contra “el turco”. A estos últimos, el inglés
Lawrence los sacaría de Arabia durante la Primera Guerra. Regresando a
Trotsky,
observó que la región que habitaban dichos castrados,
ellos y los de su área de influencia, presentaban un
aspecto triste, rutinario y francamente aburrido. Encontró el eslavo
que el altruismo, el amor, los hechos
interesantes y agradables de la vida, los generaba la actividad sexual.
Sin libido, sin atracción entre los sexos,
todo se tornaba gris.
Las castraciones entre los Skopsy eran verdaderas
emasculaciones (llamadas “Gran Sello”, cuando se
cortaban tanto los testículos como el pene) pero en
otros casos se retiraban sólo las gónadas (o “Pequeño
Sello”), lo que a veces permitiría una actividad sexual
limitada. De hecho, después de varias décadas de existencia, a los
miembros de esta secta se les permitía
primero tener uno o dos hijos para luego ser castrados.
Wilson (12) menciona tres grupos de investigadores que practicaron en
Rumania estudios en la secta
Skopsy. Pittard hizo medidas antropométricas en 30
de ellos, notando que eran más altos que el común de
la gente. Otros (Tandler, Grosz, Koch) hicieron estudios similares,
realizando en algunos eunucos estudios
radiológicos de cráneo.
Eunucos en la India
En la India existe un tercer sexo oficial, que figura
incluso en sus pasaportes. Son los denominados “Jihras“, que en
realidad son una heterogénea mezcla de
individuos que constituyen una cierta casta y son utilizados en algunos
ritos religiosos (4). Las características, desde el punto de vista
endocrino, son descritas
por Kaira (14). Dominque Lapierre da pinceladas de
algunos de estos personajes que habitaban en un barrio miserable de
Calcuta, donde un sacerdote católico
presta sus servicios. La novela (y la correspondiente
película) se titulan “La ciudad de la alegría”. Estos
personajes de apariencia trasvestista son estigmatizados, socialmente
marginalizados, empobrecidos y humillados en forma permanente.
Reaccionan de manera
violenta ante personal e instalaciones de salud, ya que
con frecuencia los discriminan o los tratan despectivamente. Con
frecuencia, son vigilados por la policía y
los vecinos, de modo que no tienen conciencia de sus
derechos. No interactúan con otros grupos, sino solo
entre ellos. Tienen entonces un parecido con los “sin
casa” (homeless) y desechables encontrados en el continente Americano
(4). Los Jihras, emasculados en la
niñez, no son atraídos sexualmente hacia ningún sexo,
pero a menudo son utilizados en prostitución homosexual pasiva. La
incidencia de seropositividad para
VIH es mayor en este grupo (29).
Eunucos en Corea
Durante el reinado de la dinastía Chosun en Corea
(1392- 1910), hubo jóvenes que se castraron para tener
acceso a una vida privilegiada en el palacio y estar al
servicio de mujeres bellas, sin riesgo alguno (querían
poder, ¿para no poder?). Estos empleados eunucos
podían casarse, formar hogar y adoptar hijos, autorización que no
tenían los eunucos chinos. De los eunucos de Corea se ha mencionado que
son longevos
(30), aunque esto se ha cuestionado (31). En el primer
estudio, Min, Lee y Park encontraron que los eunucos
históricos de esta zona vivían de 14 a 19 años más que
los varones intactos de clase social similar (30). Hamilton y Mestler
estudiaron los efectos de la orquidectomía en la expectativa de vida de
retardados mentales
y encontraron que éstos vivían 13 años más, si la operación se
realizaba en edad prepuberal, algo menos en
los castrados posteriormente (32). Otra revisión (33)
coincide en este punto.
En algunas especies de animales se ha demostrado que
la castración prolonga su vida, pero estos resultados no
se pueden extrapolar a los humanos. La testosterona se
ha visto involucrada en la enfermedad coronaria y se
dice que los calvos (en relación con su testosterona) tienen mayor
tendencia a desarrollar hiperlipidemias.
Siempre ha surgido la pregunta de por qué (como grupo) las mujeres
viven más que los hombres.
Aunque los
castrati italianos
vivieron igual que sus congéneres comunes (20,21), Gem afirma que la
ausencia
de testosterona protege al mejorar el sistema inmune,
ya que los eunucos morían mucho menos de infecciones como la
tuberculosis (33). Ha habido complicaciones cardiovasculares en
pacientes con cáncer de próstata con medicamentos que bloquean la
producción
de andrógenos, pero estos tratamientos se hacen en
pacientes de mayor edad.
Los eunucos de la actualidad
Además de los Jihras, actualmente existen eunucos en
África y en Pakistán, pero no forman un grupo importante. El término
actual “eunuco” o “eunucoide”
se aplica a pacientes con hipogonadismo primario o
secundario, como los que tienen los síndromes de Klinefelter,
Pascualini, Kallmann, Noonan. El vocablo
también se aplica a los que genéticamente presentan
una deficiencia de 5-alfa-reductasa, una enzima que
transforma intraprostáticamente a la testosterona en
la más potente dihidrotestosterona, esto es, la hormona tisular que
juega un papel importante en el cáncer
de próstata, no propiamente la testosterona circulante
(34). Existen además los transgeneristas, que se someten a cirugías de
cambio de sexo y los que se automutilan. Sobre estos grupos se está
obteniendo bastante
información, aunque este tema no se tratara en el presente artículo
(35-44).
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