LOS FUTUROS ESPECIALISTAS MÉDICOS Y CIRUJANOS EN COLOMBIAJaime Fandiño Franky
El país ha estado en estos últimos meses muy gratificado por la sentencia que la Honorable Corte Constitucional ha proferido en el sentido de declarar constitucional la Ley Estatutaria de Salud, en la que se considera esta como un derecho fundamental y el acto médico como una expresión indiscutible y soberana del médico. Esta decisión de la Corte Constitucional lleva implícita la ineludible y mejor preparación de quienes ejercen esta sagrada profesión. Primordialmente del especialista, de quien debemos demandar la mejor y más humana actitud y un acervo de conocimientos lo más profundo posible, para que ese acto sea plenamente confiable por el paciente, su familia y la sociedad toda. Pero resulta que el médico que está haciendo el posgrado de una especialidad en Colombia, sea médica o quirúrgica, tiene todas las desventajas para poder estudiar a conciencia y en la intensidad debida. Después de estudiar cinco años de medicina, un año de Internado Rotatorio, y otro de Servicio Social Obligatorio, debe esperar varios años para encontrar un cupo en un programa de posgrado, por cuanto se presentan hasta 300 aspirantes para un cupo, cuando los egresados de universidades son cerca de 7.000 cada año. Debe pagar el valor de la inscripción y si logra el cupo, semestralmente desembolsar en promedio $10 millones de pesos (US 3.300), trabajar hasta ochenta (80) o más horas semanales, hacer turnos nocturnos cada 4 días y un dominical cada 4 semanas. Durante este tiempo, debe hacer consulta externa, ayudantías quirúrgicas o procedimientos médicos asistidos, hace parte de juntas médicas, etc., que el escenario de prácticas (hospital) cobra para su beneficio, sin transferir nada al residente, que estrictamente es un trabajador que estudia. Da la sensación de explotación del trabajo. Hay carreras como neurocirugía que son de 5 años y otras de 4 años; son programas copiados de los Estados Unidos, con la diferencia de que allá reciben un salario y gran tecnología y bienestar. Durante este tiempo, el cansancio del residente es enorme, pero no puede demostrarlo porque tiene que cumplir tareas extenuantes, preparar seminarios, las rondas de los pacientes diariamente, la presentación de casos complicados, las reuniones de radiología, clubes de revistas, patología, dictar clases, prepara un trabajo de investigación, atender urgencias a diario y estudiar (!!). _______________________ 1 Fundador Liga Colombiana Contra la Epilepsia. Fundador y Presidente Centro Colombiano Epilepsia y Enfermedades Neurológicas (FIRE). Profesor Distinguido en Neurocirugía, Universidad de Cartagena. International Ambassador Award ILAE, IBE. Miembro de Número, Academia Nacional de Medicina de Colombia. Corresponding Member American Assotiation of Neurological Surgeons.________________________ No recibe un trato humano adecuado porque es muy escaso el bienestar, no puede vivir con su familia o no alcanza a formarla porque carecerá de dinero para ello. Es el único país del mundo que obliga a un médico en formación -futuros líderes de la salud del pueblo- a pagar los estudios y las prácticas, que son un trabajo arduo y de gran responsabilidad. Se calcula que un residente en Colombia debe invertir en los estudios de posgrado un promedio de $500 millones de pesos en su formación (matrículas, arriendo, sostenimiento, gastos de trasporte, vestuario, etc.) que debe prestar y luego devolver con intereses, a una edad promedio de 35 años. Qué pasa con los que no pueden conseguir este dinero y tienen gran inteligencia? Es un ejemplo de la desigualdad de nuestra sociedad. En países de más desarrollo, estos estudiantes de posgrado deben tener tiempo para preparar un doctorado (PhD), un máster o alistarse para la carrera docente universitaria. Pero es más, los mismos profesores no pueden trabajar tiempo completo, requisito para la acreditación del programa, porque sus salarios son precarios, teniendo que laborar en otras instituciones para completar el dinero que su posición le exige; llegan muy tarde a sus casas, cansados, para, al día siguiente, reiniciar la labor docente con el residente, que a su vez estará fatigado. La Comisión de Acreditación de los programas de posgrado exige que los profesores sean de tiempo completo, que tengan doctorados, para fomentar la investigación y que el producto de esta labor sea controlada en el tiempo para ver los resultados. Nada de esto existe en Colombia y solo el 1,4% de estos programas médico-quirúrgicos está acreditado, según la Comisión Nacional de Acreditación. Esta debilidad existe especialmente en los programas médico quirúrgicos. Podemos darnos cuenta la precariedad en la enseñanza y la grave falta que se está cometiendo contra jóvenes brillantes deseosos de sabiduría, que deben invertir todavía más dinero para complementar su aprendizaje y prácticas con el llamado un “fellow”, aún más costoso, casi siempre en el exterior, porque
Colombia, en muchas especialidades, no los ofrece, por las razones expuestas anteriormente. Se requiere con urgencia que haya más doctorados (PhD), para dirigir la investigación entre los residentes y docentes; pero para esto, el alumno debe trabajar 48 horas a la semana, tiempo suficiente para que tengan prácticas asistidas y bien dirigidas para su correcto aprendizaje (dúo alumno-profesor de tiempo completo) tener un contrato de trabajo con prestaciones sociales, aportes a cesantías y no pagar los semestres en universidades públicas. En cambio, deben tener todos (aun los de escenarios de prácticas privados) un salario o emolumento para que puedan mantener su familia o pensar en formarla y disponer de tiempo para cultivar su personalidad, humanizar su ejercicio profesional y preparar la investigación exigida rigurosamente. Colombia tiene en sus alumnos de posgrado médicoquirúrgico la mayor y mejor reserva humana. En ellos irá a reposar la salud del pueblo colombiano. ¿Por qué no somos justos con ellos? ¿Por qué no darles todas las posibilidades de desarrollo intelectual posibles, hacerles brotar un agradecimiento a su patria, que los educó, tratándolos con respeto y consideración, como médicos graduados que son? ¿Cómo podremos pedirles que se involucren en programas sociales o filantrópicos, si deben trabajar afanosamente para devolver los préstamos bancarios?
RESPUESTA CARTA AL EDITOR Esta carta del académico Jaime Fandiño cobra vigencia con un nuevo proyecto de ley que cursa en el congreso. Al respecto reproducimos una nota del diario El Tiempo sobre este tema.
El revolcón propuesto para la formación de los médicos en el paísLa dignidad médica de lo contemplado por el texto inicial del proyecto se contempla la creación del Fondo Nacional de Residencias Médicas, una entidad que sería financiada por el sistema de salud y que se encargaría de la remuneración de los médicos en formación, la misma que, en últimas, no sería considerada como una carga salarial. Asimismo, se pretende que los médicos no tengan que asumir el costo de las matrículas de la especialización, el cual, según datos de la Anir, está por encima de los 25 millones de pesos en Colombia, con un tiempo de recuperación de la inversión es de 17 años. |